20 febrero 2014

Su muerte se produjo pocas semanas después de presentar su último libro

Muere David Taguas, ex asesor del Gobierno Zapatero y en su última etapa tertuliano en los programas de Atresmedia

Hechos

El 20.02.2014 falleció D. David Taguas.

20 Febrero 2014

David Taguas, la voz vehemente

César Molinas

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Lo último que escribí antes de enterarme del fallecimiento de David Taguas fue el prólogo a su último libro, que presentamos en Madrid la semana pasada. Hoy escribo su obituario. Estábamos trabajando juntos en un nuevo libro y teníamos planes para más. No podrá ser. La muerte es arbitraria cuando interrumpe planes y la de David ha interrumpido muchos. Pero esta arbitrariedad no puede quitar sentido a una vida que ha tenido ilusión, planes y ambiciones hasta que llegó la última hora. Séate la tierra leve, David. Somos muchos los que te echaremos de menos.

Trabajador infatigable, polemista vehemente, publicista formidable, patriota convencido… David Taguas ocupaba un lugar destacado entre los que creemos que los españoles se merecen una España mejor, una España en la que todos, especialmente los jóvenes, puedan tener ilusiones, puedan hacer planes y puedan esforzarse para que tomen cuerpo sus ambiciones. Una España en la que, cuando llegue la última hora de cada cual, a todo el mundo le coja a la mitad de algo, en la que la muerte tenga con carácter general ese carácter inoportuno y arbitrario que ha tenido la de David.

El problema no es que esa España que queremos no sea la España que tenemos. No. El problema es que esa España que queremos no es la España a la que vamos. Eso lo tenía David muy claro y por cambiar ese aparente destino fatal batalló toda su vida. En su etapa en el ministerio de Economía y Hacienda, en los años ochenta y noventa, fue decisivo para mejorar los instrumentos de análisis macroeconómico a disposición del Gobierno para la evaluación de las políticas macroeconómicas. David fue un servidor público ejemplar y creyó toda su vida que mejorar la acción de gobierno mejoraba el país. En esa época empezamos a trabajar juntos él y yo, algo que, de una u otra forma, no dejamos de hacer hasta ayer mismo. Durante su etapa en el BBVA, dedicándose al banco en cuerpo y alma, David nunca perdió de vista el interés general y la necesidad de mejorar la calidad del gobierno de la cosa pública. De ahí surgieron fricciones y también oportunidades que le llevaron a asumir altas responsabilidades en el Gobierno. La batalla por defender el interés general frente a la lógica mezquina de la política no cejó, lo que acabó forzando su salida del Ejecutivo. Durante su última etapa en el sector privado, hasta ayer mismo, la voz de Taguas siguió reclamando y proponiendo reformas, proyectos y planes con la ambición personal de una España mejor, de una España con el sentido que sólo puede darle la ambición colectiva de mejorar.

Ha callado la voz de Taguas de la única que podía hacerlo: de la mano de una muerte arbitraria. Se ha cumplido en él el deseo de Rilke de que cada cual tuviese una muerte propia. Es de justicia, puesto que David se atrevió siempre a tener una vida propia. Se pierde su voz, pero no su mensaje. Los que le queremos seguiremos en la brecha, proponiendo planes, proyectos y ambiciones.

21 Febrero 2014

Empirista que quería a España

John Müller

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En el apogeo de su actividad intelectual y cuando más libre se sentía para fijar y argumentar sus posiciones, un infarto al corazón ha acabado con la vida de David Taguas Coejo (Madrid, 1954). No han pasado ni 10 días del lanzamiento de su último libro, donde fue arropado por el ex presidente Zapatero y muchos de sus amigos, entre los que figuraban algunos de los mejores economistas del país. El título que eligió, Cuatro bodas y un funeral, parece ahora un guiño cruel del destino.

Taguas, técnico diplomado del INE y doctor en Economía por la Universidad de Navarra, creía que la consolidación fiscal no está asegurada en España. Que el proceso planteado por Cristóbal Montoro se ha quedado corto en cuanto al recorte del gasto y que se apoya demasiado en el aumento de ingresos. Seguía en el campo fiscal las enseñanzas del economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, profesional con el que colaboró en los años 90. Taguas pensaba que era indispensable que el Estado dejara de drenar recursos del sector privado para que éste pudiera afrontar con éxito su indispensable desendeudamiento. Por eso, cuando le preguntaron hace nueve días qué tres medidas tomaría para salir de la crisis, no dudó un segundo: un recorte del gasto de cinco puntos del PIB, una fuerte rebaja de impuestos y un contrato laboral único.

Taguas se había hecho cada vez más liberal en los últimos años, aunque no dejaba de calificarse como progresista. Su nombre se hizo popular cuando se hizo cargo de la Oficina Económica de la Presidencia entre noviembre de 2006 y abril de 2008, cargo en el que sustituyó a Miguel Sebastián, con quien había trabajado en el servicio de estudios del BBVA. «Si te llama el presidente de tu país no puedes decir que no», le dijo a Carlos Segovia cuando le preguntó por qué había aceptado ese encargo. Desde esa posición, Taguas hizo cosas muy poco conocidas, pero siempre cargadas de patriotismo y voluntad de servicio público. Por ejemplo, desde el verano de 2007, cuando la crisis subprime asomó su rostro en EEUU, Taguas creó un gabinete con especialistas que se reunían en Moncloa los lunes por la tarde para analizar la situación. Hasta abril de 2008, cuando sus discrepancias con Pedro Solbes provocaron su salida del Gobierno, el grupo de Taguas elaboró cientos de informes para Zapatero desmenuzando las amenazas que se cernían sobre España. Varios participantes han comenzado a ofrecer su testimonio ahora. Algunos, como ha revelado César Molinas en el prólogo del libro de Taguas, creen que se produjo allí una ingente cantidad de información y que a Zapatero le faltó voluntad política para afrontar la crisis.

Estando en Moncloa, Taguas se enteró de que el Banco de Suecia estaba detrás de Jesús Fernández-Villaverde para que actualizara sus modelos de predicción económicos. Apeló a su patriotismo para que antes de aceptar la oferta escandinava, Fernández-Villaverde modernizara el modelo español. De ahí nació el MEDEA, uno de los instrumentos cuantitativos más avanzados del momento que Moncloa y el Banco de España utilizan para elaborar sus previsiones. Taguas creía que un buen modelo era una herramienta útil cuando tocaba discutir las políticas económicas con las misiones del FMI o de la UE.

Su faceta como académico era poco conocida, pero como ha relatado con justicia César Molinas, su nombre «es indisociable de la historia del uso de técnicas de economía cuantitativa para el análisis, diseño y evaluación de la política económica en España». Si alguien podía tener un dato o realizar una simulación económica era él. Su amor por el empirismo era un factor extraño en un entorno donde es más habitual pastelear con argumentos políticos que con verdades económicas. Fue muy criticado por aceptar un bien remunerado puesto en Seopan, la patronal de las constructoras, cuando salió del Gobierno. El patrimonio que ahí formó –y del que hasta ese momento carecía– reforzó su independencia intelectual. Muchos piensan que esa independencia fue la razón de su progresiva deriva liberal.

Taguas tenía claro que esta larga crisis no tenía una, sino muchas caras. Su diagnóstico es claro y potente. En ese sentido, su primer y último libro en solitario es una obra maciza, que sobrevivirá al corto plazo.

David Taguas Coejo, economista, nació en Madrid el 28 de noviembre de 1954, donde murió el 20 de febrero de 2014.