Mundial 1986 México: La selección española de fútbol de Miguel Muñoz es derrotada en cuartos de final

El zurdazo de Juan Señor hizo mínima justicia al resultado del partido en sí. Bélgica no había hecho otra cosa, hasta entonces, que el papel de araña que espera que le caiga una mosca en su tela para comérsela tranquilamente. Las circunstancias le han servido al os belgas una clasificación que nunca debió ser suya. Llegó al encuentro contra la selección hispana montada en el caballito de la suerte de aquellos goles que el árbitro le regaló frente a la URSS.

Mucho se ha hablado de la flor de Miguel Muñoz, hoy seca y en el recuerdo. Demasiadas e importantes bajas. Maceda, Gordillo, Goico, etcétera; tres importantes bajas que le obligaron a cambiar los esquemas sobre los que había estado trabajando durante meses y meses el seleccionador. Él equipo, por otra parte, ha peleado dignamente y no creo que haya merecido perder ni siquiera frente a Brasil, pero…

Hubo un día brillante en que Butragueño jugó con una estrella en la frente. Dinamarca lo pagó muy caro con su eliminación. Ante Bélgica, el mismo Emilio Butragueño lo intentó todo, como sus compañeros, y no le salió absolutamente nada. El lucero de la victoria estuvo, desde el principio con los belgas. Estas cosas pasan.

El lanzamiento de penalti es una rifa y ya se sabe. A su vez, a Zubizarreta, que para mí ha hecho un gran campeonato, le faltó, tal vez, un poco de experiencia internacional precisamente en los últimos compases en este Mundial-86. Antes, durante el partido, Andoni había salvado sos o tres ocasiones en intervenciones dificilísimas; luego, en los penaltis, no pudo acertar ni uno. Se fue siempre al lado contrario y dos o tres de los balonazos entraron precisamente por el mismo centro de la portería. Pfaff, en cambio, adivino siempre la dirección y le cazó uno al pequeño Eloy. Pfaff, evidentemente, es un hombre con muchísima más experiencia internacional que  Zubi. Pero hay que insistir en que la culpa no es de éste ni del otro en particular. España ha realizado un digno papel, aunque todos estábamos soñando ya con una semifinal para la que se hicieron méritos sobrados por los de Miguel Muñoz.

J. M. Múgica