15 marzo 1998

El Secretario General del PSE-EE será el candidato del partido para lehendakari en las siguientes elecciones vascas, siendo la primera vez que el PSOE realiza, como tal, unas elecciones primarias

Primarias PSE-EE 1998 – Nicolás Redondo Terreros vence a Rosa Díez por 400 votos gracias al apoyo masivo en la federación de Vizcaya

Hechos

  • En marzo de 1998 el Partido Socialista de Euskadi – Euskadiko Ezkerra (PSE-EE-PSOE) convocó unas elecciones primarias para que sus militantes decidieran quién fuera el candidato de ese partido para el puesto de lehendakari.

Lecturas

RESULTADOS:

  • nicolas_redondo_terreros D. Nicolás Redondo Terreros – 53,38% de los votos
  • Rosa_Diez Dña. Rosa Díez – 46,63% de los votos

ÁLAVA VOTÓ A ROSA DÍEZ

fernando_buesa D. Fernando Buesa, Secretario General del PSE-EE en Álava, fue uno de los principals apoyos de Dña. Rosa Díez en aquellos comicios.

14 Marzo 1998

Candidato / candidata

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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LOS AFILI ADOS del Partido Socialista de Euskadi (PSE) -unos 9.000- tendrán hoy ocasión de elegir a su candidato a lehendakari. En las elecciones de 1996 obtuvieron 295.000 votos, lo que da una proporción de unos 35 votantes por cada militante. El objetivo de las primarias es -según el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia- favorecer una mayor identificación de los electores con sus candidatos. Si es así, el éxito del experimento que hoy se inicia deberá medirse por su eficacia para suscitar esa identificación que los mecanismos tradicionales de selección de candidatos no garantizan.Las direcciones de los partidos se han resistido siempre a renunciar a ese poderoso mecanismo de control interno que es la selección de candidatos y elaboración de las listas. Podría pensarse que los dirigentes son los más interesados en acertar en la elección de los mejores candidatos, pero no siempre es así. Problemas de reparto de poder, compromisos entre dirigentes y, sobre todo, criterios de fidelidad suelen interferir en la selección. El procedimiento de elección directa de los candidatos aspira a sortear esas interferencias.

Esta primera experiencia ha permitido ensayar el procedimiento y descubrir algunos de los problemas que plantea. Rosa Díez, consejera de Turismo del Gobierno vasco, se postuló argumentando que se consideraba la persona con mejores expectativas de voto de entre los candidatos probables. De las vanas fórmulas posibles para oficializar su candidatura, eligió la de las firmas de apoyo. Recogió 1.600, incluyendo las de los principales dirigentes del partido en Álava, pertenecientes al sector derrotado en el reciente congreso del PSE. Esos apoyos, más la evidente popularidad social de Rosa Diez, alarmaron al otro sector, temeroso de que unos buenos resultados electorales de la candidata fueran interpretados como un referéndum en su favor y una desautorización del nuevo secretario general, Nicolás Redondo Terreros.

La consecuencia fue que sus partidarios obligaron a Redondo a presentar su propia candidatura, en contra del criterio que él mismo había reiterado previamente. Dado ese paso, el siguiente fue sugerir que, una vez en la batalla, sería desastroso que Redondo no fuera el vencedor, porque, a estas alturas, una victoria de Rosa Díez significaría la desautorización expresa del secretario general. Es decir, argumentos internos, de reparto de poder: justamente lo que se quería evitar con las primarias. Rosa Díez es, seguramente, la consejera del Gobierno vasco más popular después de Atutxa, y tal vez la dirigente socialista que ha mantenido un discurso más coherente en relación a ETA. También es probablemente la candidata que mejor conecta con el votante tipo del PSE y la que obtendría más votos. Si no gana será porque otros criterios, seguramente legítimos, se han impuesto al de elegir al mejor candidato (o candidata).

15 Marzo 1998

Vence Redondo Terreros, pese a la campaña felipista en su contra

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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La ajustada victoria del secretario general de los socialistas vascos, Redondo Terreros, frente a Rosa Díez en las primarias del partido en el País Vasco ha puesto de manifiesto la división que existe en su seno. El conjunto del PSOE había tomado el proceso de estas elecciones como una prueba. Hay que reconocer que no se han producido fricciones mayores, los dos candidatos han sabido competir sin descalificarse. Finalmente ha sido designado candidato a lehendakari el que merece mayor confianza a la mayoría. Que esa ajustada mayoría haya puesto la candidatura en manos de Nicolás Redondo Terreros, es otro dato digno de análisis. Es bien sabido que encabeza una línea de marcada renovación dentro del socialismo vasco, lo que lo convierte también en punto de referencia general, a escala de toda España, para quienes quieren que el PSOE se distancie, sin traumas pero netamente, del pasado felipista. Es lo que molesta a los principales valedores del felipismo, que propugnaron su derrota. Así lo hizo el órgano periodístico del felipismo en un artículo editorial, y en otro de su principal ideólogo, que llegó a presentarlo como «el candidato de EL MUNDO y de la Cope» (!). Su oponente, Rosa Díez, muy vinculada a Ramón Jáuregui, venía a significar, en cambio, la continuidad. Ha perdido.

15 Marzo 1998

Margen estrecho

EL CORREO vasco (Director: Ángel Arnedo)

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El ajustado resultado obtenido por Nicolás Redondo para su designación como lehendakari presenta signos preocupantes para el PSE-EE. Redondo llegó a la Secretaría General en el III Congreso de su partido con el apoyo del 58% de los delegados y siendo el único aspirante a suceder a Ramón Jáuregui. Enfrentándose a Rosa Díez ha logrado la nominación para encabezar las listas socialistas en las elecciones del próximo 25 de octubre con tan sólo el 53% de los votos emitidos. En lo que a los resultados del congreso respecta, no cabía presumir que el 42% que en aquella ocasión no votó a Redondo reflejara la existencia de una alternativa a su liderazgo. Sin embargo, los datos de estas primarias sólo pueden ser interpretados como la expresión de una seria disensión interna y como la carencia de un liderazgo claro en el seno del socialismo vasco. El hecho de que Rosa Díez haya sido la candidata más votada en Alava y Guipúzcoa revela además una seria fractura territorial.

Nuestro sistema de partidos ofrece estructuras rígidamente piramidales, en las que el liderazgo interior tiende a coincidir con su proyección exterior. Sobre estas condiciones, las primarias se convierten en una liza desigual si a ellas se presenta el secretario general. Desde este punto de vista, la obtención del respaldo de un 46% de la afiliación por parte de Rosa Díez ha de ser considerada como una rotunda victoria moral, y como un fracaso de la estrategia seguida por Nicolás Redondo. Sabiendo que un clima de normalidad la beneficiaba, Díez ha basado su campaña en afirmar que lo único que estaba en juego era ‘la elección del mejor candidato’. Pero el hecho de que destacados miembros de la nueva dirección animasen a Redondo a concurrir a esta primera vuelta dejaba adivinar un trasfondo que al final se ha convertido en el mensaje central del propio secretario general: ha ligado su continuidad al frente del partido a la suerte que le depararan las primarias y es ahí donde ha quedado debilitada su posición. A pesar de las circunstancias, los socialistas han sabido administrar con serenidad el proceso electoral interno. Pero la escasa participación en la votación – dos de cada tres afiliados – atestigua hasta qué punto las primarias no han sido asumidas con naturalidad por la afiliación socialista en Euskadi. En cualquier caso, no sería justo imputar a su celebración la responsabilidad de haber reavivado las divergencias manifestadas en el congreso. En realidad, los resultados de ayer han venido a demostrar que aquel se cerró ahora en falso. Ahora, a Nicolás Redondo le queda una única salida: procurar de inmediato la integración de todo el socialismo vasco en las definitivas listas electorales.