11 diciembre 2013

El director escogido por el Conde de Godó estuvo en las bodas de la Infanta Cristina con Urdangarín, la Infanta Elena con Marichalar y el príncipe Felipe con Letizia Ortiz

Relevo en la dirección de LA VANGUARDIA: Antich reemplazado por Marius Carol, considerado amigo del Rey Juan Carlos

Hechos

  • El 12.12.2013 el diario LA VANGUARDIA anunció el nombramiento de D. Marius Carol como su nuevo director reemplazando a D. José Antich. El nombramiento se había difundido en medios digitales dos días antes.

Lecturas

El 12 de diciembre de 2013, con la foto del presidente-editor en la portada, La Vanguardia comunica que D. Javier Godó Muntañola ha decidido sustituir a José Antich Valero por Màrius Carol Pañella como director del periódico. El 18 de diciembre Antich publicó su último artículo como director despidiéndose y Màrius Carol Pañella se presentó a los lectores con un artículo el 19 de diciembre.

titular_vanguardia18 El 18.12.2013 D. José Antich publicó su último artículo despidiéndose de los lectores de LA VANGUARDIA.

titular_vanguardia19  El día 19.12.2013 D. Marius Carol se presentó a los lectores como nuevo director.

vanguardiagodo El 12.12.2013 el propio diario LA VANGUARDIA había informado en su portada que el cambio en la dirección iba a producirse, lo curioso es que en la portada no escogió una foto del nuevo director, ni del viejo director, sino que optó por una foto del editor-propietario del medio, el Conde de Godó, como queriendo dejar claro quién tenía la sartén por el mango en el medio de referencia del Grupo Godó.

EL NUEVO DIRECTOR EN TVE

Vanguardia_MariusCarol Al poco de su nombramiento como director de LA VANGUARDIA, D. Marius Carol fue entrevistado en TVE en el programa ‘La Noche en 24 Horas’ de D. Sergio Martín donde el veterano periodista reconoció que no era un momento fácil para ser director del periódico de referencia de Catalunya.

18 Diciembre 2013

'FEINA FETA'

José Antich

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Después de casi catorce años ocupando este pequeño rincón como director del diario, cuesta encontrar palabras que definan mi profundo agradecimiento hacia nuestro editor, Javier Godó, y hacia todos ustedes. Un diario son fundamentalmente sus lectores. Ese es su principal patrimonio. En el caso de LA VANGUARDIA, que ha acumulado a lo largo de más de 132 años de historia el capital de varias generaciones, les puedo asegurar -porque así lo he percibido- que en cada uno de ustedes hay un pequeño propietario del diario. Y eso, seguramente, es lo que hace grande a LA VANGUARDIA. Y compleja, al mismo tiempo. Desde el 22 de marzo del año 2000, día de mi nombramiento, hasta hoy, han cambiado muchas cosas. Abandonamos la peseta el 1 de enero del 2002, estamos asistiendo a una crisis económica sin parangón y de resultado aún incierto, ha habido tres presidentes del Gobierno de España, cuatro de la Generalitat, tres alcaldes de Barcelona y cinco presidentes del Barça. Hemos visto como la centralidad del país se desplazaba, mucho para unos, poco para otros, y la sociedad catalana, plural como ninguna otra, se planteaba nuevos horizontes. A todo ello hemos dado respuesta informativa con la mayor objetividad periodística posible gracias al esfuerzo de una redacción excepcional y con un abanico lo más plural posible de firmas, que ustedes conocen muy bien. A todas ellas se sumarán en los próximos días, con una colaboración mensual, el ex presidente del Consejo de Estado Francisco Rubio Llorente, que debuta hoy; el ponente constitucional Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, y el historiador Borja de Riquer. Publicará dos artículos mensuales, el domingo, el escritor Albert Sánchez Piñol – autor de un verdadero tsunami literario en Catalunya, con su novela Victus – quien compartirá páginas con otros dos talentos literarios y escritores habituales de este diario, como Quim Monzó y Sergi Pámies. Con su aliento de estos años hemos llegado a cotas inimaginables en el año 2000: tercer diario de España en difusión (entonces el quinto), tercero en lectores (entonces el sexto) y segundo en ingresos publicitarios (en el 2000, unas veces el tercero y otras el cuarto). Y hemos sacado a la calle la edición digital de LA VANGUARDIA, un anhelo de muchos de nuestros lectores. Les vuelvo a dar las gracia y les invito a mirar el futuro con luces de larga distancia. Con responsabilidad y con ambición. Y les pido que confíen en el nuevo director, Márius Carol, como han hecho durante estos años conmigo. Que tengan muy buen día y mucha suerte.

José Antich

19 Diciembre 2013

UN RETO Y UN COMPROMISO

Màrius Carol

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Decía Oscar Wilde que podía resistirlo todo menos la tentación. Anteanoche, antes de mi estreno como director de LA VANGUARDIA, me sentí tentado de ver, una vez más, El cuarto poder (Richard Brooks, 1952) para volver a escuchar emocionado el mitin de Humphrey Bogart. En su papel de director del diario El Día le suelta una arenga al abogado de un mafioso que intenta comprar el periódico para silenciarlo, quien le recuerda que el diario al fin al cabo no es suyo. Bogart replica: «El Día consiste en un enorme edificio que no es mío. También contiene rotativas, teletipos, imprentas, prensas, tintas y despachos. Tampoco todo esto es mío. Pero un periódico es algo más. El Día es más que un edificio. Son personas. Quinientos hombres y mujeres cuyo conocimiento, corazón, cerebro y experiencia hacen posible el periódico. No poseemos ni una astilla del mobiliario de la empresa. Como las 250.000 personas que leen todas sus ediciones, tenemos un interés vital en que viva o muera. La muerte de un periódico tiene efectos de largo alcance… El periódico se publica, ante todo y sobre todo, para servir el interés público».

Sesenta años después, los diarios no tienen teletipos, tinta, ni siquiera despachos, y los periodistas han perdido bohemia. Sin embargo, el periodismo mantiene su carácter de servicio público y continúa siendo un pilar esencial de la democracia. Un diario debe contribuir a explicar a los lectores el mundo cada vez más complejo que nos toca vivir. Y no sólo contar las cosas que pasan, sino sobre todo esclarecer por qué pasan. Este es nuestro reto como colectivo. Y mi compromiso persona

12 Diciembre 2013

EL DIRECTOR DE LA VANGUARDIA

Salvador Sostres

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El periodismo empezó a morir en LA VANGUARDIA el día que dejó de dirigirla Juan Tapia. Era el mes de marzo del año 2000 y Aznar acababa de conseguir la mayoría absoluta. Josep Piqué y Josep Antoni Duran Lleida hicieron su última presión y José Antich, biógrafo de Jordi Pujol y más listo que el hambre, fue nombrado director. LA VANGUARDIA se convirtió en un mero instrumento recaudatorio y Godó en el conde más subvencionado de España. A Godó le interesa el dinero y a Antich le interesa el poder: enseguida congeniaron y juntos se llevaron por delante cantidades de dinero público que ningún medio de comunicación privado había amasado antes. Antich urdió la trama con Convergència, que con David Madí -mano derecha de Mas hasta que fue presidente- descubrió que era mucho más práctico tener a LA VANGUARDIA comprada que intentar contrarrestarla. Lluís Prenafeta se había arruinado algunos años antes con EL OBSERVADOR, el periódico que fundó por indicación de Jordi Pujol para competir con la que hasta entonces había sido la bestia negra de los convergentes, hasta que se convirtió en su dócil gato domesticado por Antich, cuya apuesta soberanista fue una operación comercial más que explica que LA VANGUARDIA sea el único periódico español con las cuentas saneadas. Con su cinismo inalterable, Godó le ha destituido por independentista, después de haberse embolsado las cuantiosas ganancias.

El problema no es que Antich sea independentista -que no lo es-, sino que Godó sabe que Mas está acabado y necesita a un director más manejable que sacrifique a las tres piezas clave con que Antich se ha asegurado el dinero convergente. Pilar Rahola, biógrafa y cheerleader de Mas; Jordi Barbeta, jefe de Política del periódico y de propaganda del Govern; y Francesc-Marc Álvaro, columnista orgánico y considerable macarra. El elegido ha sido Màrius Carol, hasta ahora jefe de comunicación del grupo. No tiene el instinto letal de Antich ni mucho menos el periodismo de Juan Tapia, pero es más amable y su servilismo está asegurado. Un día me dijo: «Salvador, estoy muy enfadado porque Godó ha fichado a un chófer que se llama como yo y cuando desde su despacho grita ‘¡Màrius, nos vamos’, nunca sé a quién de los dos está llamando». Este es exactamente el sentido que Javier Godó quiere darle a la nueva dirección de LA VANGUARDIA.

Salvador Sostres

El conde vasallo de Su Majestad

Mongolia (EDitor: Gonzalo Boye)

Mongolia

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Los historiadores suelen situar el final de la Edad Media en el siglo XV, pero en la España de bien entrado ya el siglo XXI aún se dan actos de vasallaje con la misma intensidad de antaño… ¡225 años después de 1879!

Acabamos de asistir a uno en LA VANGUARDIA, el gran diario en Cataluña: el que ha sido su director durante 13 años, José Antich, fue decapitado siguiendo el plazo y la forma que Su Majestad había indicado a su vasallo Javier Godó, conde Grande de España.

El plazo: el Rey le había exigido a su vasallo que fuera antes de que acabara 2013, según fuentes conocedoras de lo sucedido. Y la forma: al Rey no le bastaba ya una destitución, sino que exigía un acto de vasallaje en toda regla, con humillación para el decapitado incluida y entronización del periodista más cortesano de la casa. Para que quedara claro que le obedecía.

Sus deseos fueron órdenes: la destitución de Antich se anunció oficialmente el 12 de diciembre, el relevo fue humillante – ni siquiera le fue comunicado al director por el propio conde, sino por su secretario Josep Caminal – y al frente del rotativo se ha situado Márius Carol, excorresponsal en la Casa Real y cortesano.

El pecado de Antich era evidente a ojos de la Zarzuela: LA VANGUARDIA ha sido un elemento esencial en todo el calentamiento del proceso soberanista en Cataluña. Ello es especialmente paradójico en la medida en que Antich fue un director catapultado al puesto directamente por José María Aznar en 2000, que el Consejo de Administración del Grupo Godó está copado por miembros próximos al PP – hay vínculos muy directos de Jorge Fernández Díez, Esperanza Aguirre y Rodrigo Rato – y que el dueño Javier de Godó, es un Grande de España, distinción reservada a la nobleza más fiel.

El empujón de LA VANGUARDIA a la marea soberanista le había sido muy rentable a GOdó en términos estrictamente económicos. La Generalitat de Artur Mas se ha volcado como nunca en favor del Grupo Godó en todas las vías imaginables. Algunas tan convencionales como las subvenciones directas – ya sea al diario de siempre, a la versión en catalán o a la rotativa – la lluvia publicitaria y la compra masiva de ejemplares.

Otras ayudas son más sofisticadas, como la colocación de ejecutivos afines al grupo en el núcleo de poder de sus competidores directos. Así, al frente del a CCMA – la corporación pública de radio y televisión, rival de la radio (RAC1) y televisión (8TV) de Godó – está en manos de ejecutivos de confianza del conde procedentes de su grupo. Y ahora incluso defienden el proyecto – ya sólo pendiente de ratificación – de que la comercialización de la publicidad de la corporación pública sea asumida por una filial de su competidor privado.

Los negocios de GOdó funcionaron muy bien durante años en buena medida gracias a los rpivilegiados contactos con el poder de José Antich, quien ha cultivado durante años fértiles intereses con influyentes líderes del PP (Jorge Fernández Díaz), CDC (Jordi Pujol), UDC (Josep Antoni Duran) y hasta el PSC (José Zaragoza). Javier de GOdó estaba tan satisfecho que solía tratar a su director en LA VANGUARDIA como a un hijo. Y así lo hacía notar él mismo a menudo a interlocutores de confianza: ‘Pepe es como un hijo para mí’.

El idilio empezó a desvanecerse en noviembre de 2012, cuando Mas pensaba que el paso por las urnas iba acercarle a la mayoría absoluta y en cambio se encontró de pronto en el purgatorio tras un sopapo electoral de aúpa – pasó de 62 a 50 – que le convirtió en un zombi. Y para Godó ni siquiera fue lo peor. El Rey llamó un día a su vasallo y le propinó una bronca de tal magnitud que el conde quedó literalmente sin habla durante meses, en un estado muy parecido a lo que la medicina califica como depresión.

En verano de 2013, Antich entendió ya que su suerte estaba echada incluso en el caso de que se trasmutara de súbito en el Cid Campeador.

Pero ni Antich ni su entorno esperaban una salida humillante: no habían entendido que su destitución se había convertido en un acto público de vasallaje.

A los que estaban convencidos de que Godó sería generoso con su hijo les hubiera venido bien recuperar la Biblia que tanto acompañaba a los monarcas durante las alianzas entre el trono y el altar. ¿Está Abraham dispuesto a sacrificar a su hijo si Dios se lo pedía?

Isaac salvó el pellejo tras la intervención de un ángel. Pero el ángel que Antich creyó ver llegar era en realidad Caminal.

El Análisis

¿CONFIRMARÁN LOS HECHOS LAS TEORÍAS?

JF Lamata

A las pocas horas de filtrarse la inminente sustitución en la dirección de LA VANGUARDIA del Sr. Antich por el Sr. Carol comenzaron a difundirse teorías sobre que el dueño de LA VANGUARDIA quería ‘moderar el periódico’ para frenar la escalada separatista. Es cierto que el perfil del Sr. Antich no era, precisamente, el de un radical separatista furioso, se le podía considerar moderado. Pero el Sr. Carol, considerado un amigo o, al menos, alguien cercano a la Casa Real, odiada por los independentistas, era, cuanto menos un símbolo. No obstante son los hechos los que tienen que acreditar si se produce o no esa apuesta por la moderación en el diario de Godó.

J. F. Lamata