19 junio 1992

El grupo de periódicos británico renunciará a competir con Murdoch y, bajo la batuta de David Montgomery, reducirá su poder Reino Unido

Resquebrajamiento del Grupo Mirror en Reino Unido: Encarcelados los hijos de Robert Maxwell

Hechos

El 19.06.1992 se hicieron públicas las detenciones de Kevin Maxwell e Ivan Maxwell hijos de Robert Maxwell, el fallecido presidente del MGM.

Lecturas

davidmontgomery David Montgomery será el nuevo presidente del Grupo Mirror y por tanto editor del DAILY MIRROR.

01 Octubre 1993

Adiós, Maxwell

Luis F. Fidalgo

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EN Holborn está la sede del grupo periodístico, malherido por los desmanes de su ex propietario, el fallecido Robert Maxwell. Quienes conocían al norirlandés Montgomery presagiaban que su llegada anunciaba tiempos de mano dura y sacrificios. En una empresa orgullosa de su tradicional apoyo al partido laborista. la llegada de «Monty» -como es conocido en ambientes periodísticosera, para muchos, una afrenta para esos principios. Montgomery fue años atrás director de un diario de Rupert Murdoch, enemigo periodístico y en las antípodas ideológicas de la casa. Además, los 3.600 trabajadores sabían del estilo férreo de mando de ese periodista convertido en ejecutivo. Si ha habido campañas hostiles a una incorporación, la que le prepararon a Montgomery está entre las que hacen historia. Artículos, manifestaciones de los trabajadores del grupo y reacciones hostiles de varias grandes firmas del grupo se unieron para negar toda bienvenida al recién llegado. Pero David Montgomery había sido fichado por los administradores judiciales del grupo que se habían hecho cargo del 34,8% de las acciones pertenecientes a Robert Maxwell, con el beneplácito de los bancos. Nada más tomar posesión quedaron claras dos cosas: que tenía todos los poderes y que la opinión de los periodistas del grupo apenas si tenía peso. «Monty» llegó con el objetivo claro de poner la casa en orden, dar un tajo a los costes y vestir a la novia para su venta. Los bancos acreedores (NatWest, Lloyds, Midland y Goldman Sachs, esencialmente) y John Talbot, el hombre de Arthur A.ndersen nombrado administrador judicial, habían optado por él porque sabían de su experiencia en el sector y sobre todo de su capacidad para tomar medidas drásticas. Y eso es lo que puso inmediatamente en práctica.

Nombró directores nuevos en los periódicos del grupo, empezando por el Daily Mirror, el buque insignia, recortó la plantilla en casi un 20% (los 3.600 empleados han quedado reducidos a 3.000), ha unificado las plantas de impresión escocesas, uno de los feudos del grupo, concentrándolas en unas instalaciones tecnológicamente más avanzadas y de menor coste en Glasgow, exactamente igual que en Londres, ha unificado sistemas de gestión. En poco tiempo, el Grupo Mirror abandonará la inmensa sede azul y roja en Holborn Circus -demasiado grande y obsoleta- para trasladarse a la moderna y semivacía torre de Canary Wharf, donde compartirá vecindad con el Telegraph. Aunque ha seguido apoyando globalmente a los laboristas, la vinculación del grupo ahora es menos acrítica que lo fue en la época de Maxwell. Sigue sigue siendo afín a las tesis de este partido, en buena medida porque ese es su principal nicho de mercado, y eso lo tienen claro los bancos acreedores, poco amigos del laborismo. Lo que ha quedado claro tras la venta esta semana del paquete que perteneció a Maxwell es que la estrategia de Montgomery ha dado resultado. Los acreedores querían esa venta para resarcirse de los préstamos al fallecido pirata de la comunicación, respaldados con acciones del grupo. Pero el estado en que dejó todo su conglomerado, que desembocó en la detención y procesamiento de sus hijos Ian y Kevin, había colocado al grupo Mirror -a pesar de su rentabilidad- en una situación poco atractiva para cualquier comprador. Nadie quería comprar algo pendiente de reclamaciones judiciales de acreedores diversos. En sólo un año, la labor de los administradores y la mano dura de Montgomery ha rendido beneficios notables. En octubre de 1992, las acciones no valían más de 50 peniques (cuando salieron a Bolsa hace dos años lo hicieron a 125), con lo que los bancos apenas si podían recuperar 100 millones de libras. Una minucia para quienes le habían prestado dinero contra sus títulos cinco veces por encima de ese valor.

Pero el recorte de costes, el particular estilo de mando, los buenos resultados financieros del grupo (69,9 millones de libras antes de impuestos) más algunos acuerdos importantes en reclamaciones han disparado las acciones por encima de los 170 peniques. Justo el momento que los administradores consideraron idóneo para proceder a la venta. En total, el 54,8% del capital del grupo ha supuesto unos ingresos de 373 millones de libras, para alivio de los bancos y de otros acreedores que también podrán beneficiarse de un precio inesperado unos meses atrás. Entonces, cualquier comprador hubiera sido bienvenido con tal de asegurar el futuro del grupo. Ahora incluso los agentes de la operación se han permitido colocar la importante demanda de títulos entre un centenar de inversores institucionales para asegurar la diversificación y evitar la especulación con el título. Mirror Group ha cortado definitivamente sus lazos con su pasado maxwelliano. . La saga del New York Post continúa después de que Rupert Murdoch anunciase el martes que, ante la huelga de periodistas (que no aceptan su plan de austeridad y despidos), renunciaba a comprarlo por segunda vez. Varias aútoridades han intervenido, el resto de los sindicatos ha pactado con él, y el Post reaparecerá hoy, mientras se cierra su compra por 27 millones de dólares.