Rita Barberá reelegida presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias en una tormentosa asamblea

Fue tal la dosis de victoria moral que en Ferraz se tomaron tras los resultados del 13-J, luego reforzada por los pactos del todo vale para volver al sillón, que también dieron por hecho que se harían con el control de la Federación Española de Municipios y Provincias. El PP digirió como pudo durante el verano su ‘derrota moral’ en los pactos y, como la hormiga, empezó a guardar para el invierno. Mientras, la cigarra socialista se contentó con cantar el hermanamiento de la izquierda y olvidó cuáles eran sus auténticas reservas. Llegó la asamblea y el PP puso sobre la mesa su mayoría. Los ediles del PSOE, que no supieron ganar, tampoco aceptan la derrota y dos días llevan de alborotos estudiantiles, pateos, abucheos e insultos. ‘Manos arriba’, esto es un atraco’, gritaban ayer para no dejar que hablara Rita Barberá, como si a la alcaldesa de Valencia pudiera callarla alguien. Lo cierto es que el Partido Popular tiene más votos porque ganó las elecciones del 13 de junio. Lo habían olvidado o no lo aceptan y recurren al pataleo.

La VII Asamblea de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha devenido en una batalla campal entre el PSOE y el PP. Los socialistas abuchearon e insultaron groseramente a Rita Barberá durante su informe de gestión. Seguramente la cercanía de las elecciones generales ha hecho que la asamblea municipal se haya conviertido en un escándalo.

Para explicar tan caldeado ambiente, hay que remontarse al intento del PSOE por detentar la Presidencia de la FEMP para hacer creer que había ganado las municipales. Mientras, el PP se dedicó en el verano a reclutar a toda prisa ayuntamientos que no pertenecían a este organismo con el fin de lograr los votos necesarios para que Rita Barberá siga como presidenta.

Por eso los ánimos estaban calientes cuando se inició la asamblea y se produjo una absurda guerra para elegir la mesa. Los socialistas renunciaron a presentar candidatos y los populares aprovecharon para votar de madrugada. Ayer, por primera vez en la historia de la FEMP, la gestión de Barberá fue sometida a votación. Ganó. Pero la votación no deja de ser ridícula, teniendo en cuenta que casi todas las decisiones tomadas lo han sido por consenso entre los dos grandes partidos.

Tanto PSOE como PP deberían abstenerse de establecer luchas por el poder en una institución como ésta. Más bien tendrían que dedicar sus esfuerzos a lograr un consenso para potenciar la FEMP -hasta ahora con escaso contenido- y defender la autonomía municipal frente al empuje de las comunidades autónomas.