1 septiembre 2002

Ronaldo: nuevo fichaje ‘galáctico’ para el Real Madrid de Florentino Pérez

Hechos

El 1.09.2002 el Real Madrid anunció el fichaje del jugador Ronaldo Nazario de Lima.

10 Agosto 2002

El tocomocho Ronaldo

Juan José Díaz

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Ronaldo pasa por una situación límite. Ayer volvió a ser increpado en el entrenamiento, no se hizo la foto para el álbum de cromos de los niños… pasan por un auténtico calvario. Quiere irse al Madrid, lo tiene claro pero sabe que no a cualquier precio. Lo advirtió Capello en MARCA. “Ronaldo no puede irse del Inter por el respeto que le debe a Moratti, pues cuando estaba lesionado su presidente nunca pensó en no pagarle; aguantó y pagó”. Esta reflexión sintetiza el malestar de los tifosi de Inter hacia el astro brasileño. En Italia le han recibido de uñas, le han tratado como a un ‘Judas’. No entienden su malestar y sus ganas de irse a otro equipo después del comportamiento ejemplar que ha recibido desde entonces el primer día que cayó lesionado en 1998. Desde entonces, Ronaldo, uno de los fichajes más caros de la historia del fútbol, no ha sido rentable para un club que ha hecho todo lo posible para su rehabilitación. Y ahora que ha sido el gran triunfador del Mundial, el Inter pretende lógicamente que Brasil no sea el único beneficiado del resurgir de quien fue el mejor jugador del mundo.

Florentino Pérez sólo ve en Ronaldo otro Figo, otro Zidane y es al único que quiere. Pero Moratti no puede dar la sensación de ser un monigote que pierde el pulso con el primero que se siente a disgusto y pretende irse por las bravas. Por ello ha lanzado un órdago después de haberle inscrito para la Champions. Si jugase un minuto contra el Sporting Lisboa, en la eliminatoria de agosto, ya no podría jugar con el Madrid en Europa. Mientras tanto, la plantilla madridista clama por un defensa y se toma a coña tanto nombre y tanto culebrón cuando las necesidades, según los propios jugadores, son otras. Cambiar a Ronaldo a pelo por Roberto Carlos y Makelele se antoja una salida digna para Moratti. A mí me parece un tocomocho.

Juan José Díaz

03 Septiembre 2002

Ronaldo

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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El fútbol español ha recibido con entusiasmo el fichaje de Ronaldo por el Real Madrid. Un año después de la llegada de Zidane, el retorno del brasileño, sin duda el jugador más famoso del planeta, tras cinco años en Italia supone la quiebra de una corriente histórica, que situaba en ese país el destino final de los más grandes. No cabe duda del efecto publicitario de estos fichajes espectaculares para la Liga, convertida en el centro gravitatorio del fútbol europeo.

El fichaje coloca al Real Madrid como primera referencia en la escala de clubes. En tres años ha incorporado a Figo, Zidane y Ronaldo, que tienen en común el Balón de Oro, el más prestigioso de los galardones del fútbol. Junto a ellos, jugadores como Raúl y Roberto Carlos transforman al equipo en un catálogo de estrellas que remite a la edad de oro del club, la que protagonizaron Di Stéfano, Puskas y Gento, entre otras luminarias. Pese a su impresionante elenco, el Madrid no se asegura el éxito en una liga de excelente nivel competitivo. El hecho de que el Deportivo y el Valencia hayan ganado el campeonato en 2000 y 2002 significa una alteración del duopolio que han mantenido el Barcelona y el Real Madrid durante casi 15 años.

Con todo el ruido que provoca la contratación de un jugador tan famoso, la realidad no cambia en lo que respecta al debilitado mercado del fútbol. Es sintomático que el brasileño haya tenido que renunciar a una gruesa cantidad de dinero para cumplir con su deseo de jugar en el Real Madrid. La cifra de su traspaso es aproximadamente la mitad de lo que se pagó por Zidane un año antes. Los clubes están obligados a moverse en un nuevo territorio, condicionado por las restricciones económicas. La burbuja de oro, que dio lugar a una escalada infernal en los traspasos y en los salarios entre 1996 y 2001, ha estallado y todos los signos indican un largo periodo de contención.

Queda por ver el rendimiento del astro brasileño, cuya frágil rodilla derecha genera una lógica preocupación. Apenas ha jugado en los dos últimos años, pero el recuerdo de su actuación en la Copa del Mundo, donde tuvo destellos del jugador que impresionó en el Barcelona, invita al optimismo. La cara amarga de la noticia es la situación de Morientes, un delantero de primera línea avalado por un centenar de goles en la Liga al que su club ha colocado el cartel de transferible.

02 Septiembre 2002

El Barça también ayudó

Santiago Segurola

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Un día después de concretarse el fichaje de Ronaldo genera tantos comentarios el éxito de la operación como el papel del Barcelona en el asunto. Importa poco que a Van Gaal le pareciera conveniente el fichaje de Morientes. Y hasta casi resultaba beneficioso para los objetivos de Joan Gaspart, empeñado en desabaratar un fichaje temible para el Barcelona. Se trataba de Ronaldo, del futbolista más popular del mundo, de incuestionable pasado azulgrana, para más señas, un jugador demasiado especial en todos los aspectos. Por lo que significa en el negocio y por lo que puede hacer en un campo de fútbol. Valdano dijo en una ocasión que Ronaldo ‘no es un jugador, es una manada’.

Esa manada con casaca blanca presidía los peores sueños de Gaspart, que estaba ante la oportunidad de tomarse alguna venganza por el caso Figo. Le venía de perlas la coartada de Van Gaal con Morientes, afecto que se ha divulgado por todos los corrillos de la prensa. Llegó un momento en que se dio por supuesta la necesidad que tenía el Barça por el delantero del Madrid. Lo decía Van Gaal, y Van Gaal es principio y final en este Barcelona…hasta que prevalecen las obsesiones de Gaspart.

El presidente del Barça esgrime que está en su papel cuando pretende desactivar el fichaje de Ronaldo, aunque eso le suponga un evidente descrédito en las principales cancillerías del fútbol europeo, porque ha estado a punto de dejar algunos cadáveres por el camino. El Inter, el Lazio, Crespo y Morientes, por citar los más evidentes. Gaspart está en su elemento cuando se pone la camiseta de hincha y se despoja del corsé presidencial. Le puede el nervio. Ahora bien, su voluntad obstruccionista no impide pensar que, de algún modo, ha trabajado a favor del Madrid en todo el proceso.

En el Bernabéu todavía se preguntan por qué Gaspart no intentó el trueque Rivaldo-Ronaldo. Parecía un escenario ideal. Ronaldo quería salir del Inter a toda costa y Rivaldo era un excelente gancho para el equipo italiano. No era una operación sencilla, pero tampoco la más complicada en las que se ha visto envuelto Gaspart. El Barça no tiró de ese hilo. Durante todo agosto estuvo a la rueda del Madrid en el largo proceso del fichaje de Ronaldo. Tan obsesionado por desactivar la operación, Gaspart ha ayudado objetivamente al acuerdo en algunos aspectos. Primero cuando se interesó por Ronaldo: diez millones de euros al Inter por la cesión y ochenta millones si deseaba contratarle al siguiente año. El Barça se desinteresó inmediatamente, para lo cual se utilizó a Van Gaal. Los negocios son más sabrosos con dos alternativas, pero aquí sólo había una: la del Madrid. El Inter tuvo que admitirlo. El otro error fue utilizar el gancho de Morientes para confundir al Inter y al Madrid, distanciados en la valoración de Ronaldo. El Madrid no quería pagar grandes cantidades y al Inter no le interesaba Morientes. Pero si podía traspasarlo a otro equipo, al Barça en este caso, el traspaso de Ronaldo tenía luz verde. A eso ayudó el Barcelona. Si luego todo fue un montaje, no fue importante porque el Inter ya estaba condicionado por el fichaje de Crespo. No tenía más remedio que traspasar a Ronaldo, por diez millones menos, incluso. Y el Barça tuvo mucho que ver en ello.