19 marzo 1998

En la práctica Arny era un 'pub' donde gays iban a mantener relaciones con menores prostituidos

Sentencia Caso Arny sobre pederastia de homosexuales: Carlos Saldaña condenado a 33 años de cárcel. Los ‘famosos’ absueltos

Hechos

El 19.03.1998 la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla hizo pública la sentencia contra los acusados de prostitución de menores en el ‘caso Arny’

Lecturas

El ‘caso Arny’ se saldó con un resultado agridulce para los fiscales. Por un lado consiguieron demostrar que en aquel local se realizaban servicios de prostitución homosexual y que algunos de los jóvenes que prestaban ese servicio eran menores de edad. Por ello condenaban a una severa pena al propietario del bar, D. Carlos Saldaña.

Pero por otro quedó acreditado que muchos de esos menores prostituidos al declarar mintieron al señalar que entre los que habían requerido sus servicios había famosos: D. Jesús Vázquez, D. Jorge Cadaval (de ‘Los Morancos’) o D. Javier Gurruchaga fueron absueltos al no haber ninguna prueba de que, aunque hubieran ido al local, hubieran tenido ninguna relación con menores. De otro al que habían acusado, el juez de menores Sr. Rico Lara, ni siquiera había constancia de que hubiera estado nunca en Arny. Sí, en cambio, se probó el marqués de Sotohermoso había sido cliente ocasional de esos servicios por lo que él si fue condenado.

PROTAGONISTAS DEL PROCESO

arny_saldana D. Carlos Saldaña Barroso (condenado a 33 años de cárcel)

D. José Antonio González Losada (condenado a 18 años de cárcel)

D. Domingo Arnaldo Concha (Condenado a 1 año y 0 meses)

arny_marques D. Ramón de Carranza, el marqués de Sotohermoso (condenado a 1 año de cárcel)

arny_rico_lara D. Manuel Rico Lara (Absuelto)

arny_jesus_Vazquez D. Jesús Vázquez (Absuelto)

javier_gurruchaga D. Javier Gurruchaga (Absuelto)

antonio_tejado D. Antonio Tejado (Absuelto)

LOS OTROS:

  • Manuel Ibañez – Absuelto
  • Antonio Cortés- 1 año y 9 meses
  • Juan Querencio – 2 años de cárcel
  • Mustafa Qhilima – 1 año y 8 meses
  • José Manuel Chacón – 1 año y 6 meses
  • Miguel Rivera – 1 año y 6 meses
  • Riduan Hallaga – 1 año y 6 meses
  • Carlos González – Absuelto
  • Antonio Velasco – 1 año de cárcel

COMPARACIONES ODIOSAS

Durante el tiempo que duró el proceso judicial hubo figuras populares como D. Alfonso Ussía o D. José María Ruiz Mateos que criticaron que durante el proceso por corrupción de menores contra el Duque de Feria se decretara prisión provisional para este, mientras que a los principales acusados del ‘caso Arny’ se les dejaba en libertad.

ANTONIO GALA JUSTIFICA LOS ABUSOS A LOS MENORES DE ARNY «YA ESTABAN CORROMPIDOS»

antonio_Gala El poeta D.Antonio Gala manifestó durante el proceso del caso Arny (abril 1996) que «la corrupción de menores es un ejercicio anterior y previo al uso de esa corrupción; no se puede corromper lo que ya está prostituido». «Si hay una casa de jóvenes varones que ya están corrompidos porque están ejerciendo allí su triste, su maldito oficio, no son los usuarios los que están corrompiendo a los menores, sino aquéllos que antes los han instalado en la prostitución».

20 Marzo 1998

Y ahora, ¿qué?

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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La sentencia del caso Arny es una nueva requisitoria contra las lacras del amarillismo informativo y contra el linchamiento anticipado que se practica con mal disimulado entusiasmo desde algunos sectores sociales. La Audiencia de Sevilla ha absuelto del delito de corrupción de menores a 32 de los 49 acusados. Entre los absueltos están el ex juez Manuel Rico Lara, el humorista Jorge Cadaval -del dúo Los Morancos-, el presentador Jesús Vázquez y el actor y cantante Javier Gurruchaga. Todos ellos, por su notoriedad pública, fueron objeto, en mayor o menor medida, de acusaciones públicas e indignas descalificaciones durante el proceso. Las más severas se dictan contra el propietario del club Arny y contra el encargado del mismo.El desarrollo de este juicio ha sido estrafalario a veces -baste recordar la mascarada de las primeras declaraciones- y poco riguroso casi siempre. Aunque se quiera, no se puede evitar la sensación de que las imputaciones fueron construidas sobre pruebas insuficientes o mal argumentadas, al calor de la popularidad y el morbo que despertaban las acusaciones sobre personas conocidas o notorias del mundo del espectáculo. La absolución de los famosos resucita el tópico de quién pagará a los afectados las consecuencias de un proceso montado y sostenido sobre declaraciones contradictorias o poco verosímiles, téminos en los que abunda la sentencia. La carrera del Juez Rico Lara, por ejemplo, está casi definitivamente truncada. Y ahora, ¿qué?

Algunos hechos son positivos. Aunque la presunción de inocencia no se ha respetado y se ha explotado la información malsana, la sociedad en su conjunto ha reaccionado de forma adulta y ponderada ante lo que se presumían conductas escandalosas. Es un buen síntoma que los cantantes, showmen o humoristas implicados hayan seguido trabajando casi con normalidad. En otros tiempos, las acusaciones del caso Arny hubiesen implicado la marginación social de los acusados.

31 Marzo 1996

Del Arny al Duque de Feria

Alfonso Ussía

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Según se ha probado, el duque de Feria fotografió en su casa a una menor desnuda. A la niña la llevaron a casa del duque de Feria unas parientas, no del duque, sino de la niña. También se demostró que Rafael Medina y Fernández de Córdoba recompensaba a sus colaboradoras en el morbo con dosis de cocaína. Pero antes de que fuera juzgado, el duque de Feria fue encarcelado, condenado con anterioridad por la demagogia y humillado sin misericordia. La sentencia del juicio y la pena que le impusieron no la desearía un etarra con varios asesinatos en su haber. Al duque de Feria se le condenó a ocho años de cárcel por su delito y a diez más por ser un duque conocido y el marido de una señora que se mueve com un pez en el agua en las páginas de las revistas del corazón. Se demostró que era culpable pero no le aplicaron la presunción de inocencia. El juez que ordenó la prisión preventiva del nada ejemplar duque de Feria se dejó llevar, en mi opinión, por posibles prevenciones personales. Hizo fotografías en su casa a una niña desnuda – desnudada previamente por familiares de la niña – y lo está pagando caro. Pero ahí a la ‘alarma social’ media un abismo.

Alarma social es la que ha producido el triste y nauseabundo ‘caso Arny’ pero con buen criterio, la juez Echavarri ha concedido a la mayoría de los implicados, la presunción de inocencia y la libertad bajo fianza. Aquí no se trata de fotografiar a una niña más o menos vestida. Aquí se ha jugado, abusado y comerciado con varones menores de edad. Entre los implicados hay un marqués, un conocido cantante y showman [Javier Gurruchaga], un presentador de televisión [Jesús Vázquez], chistero e imitador muy dado al travestismo [Jorge Cadaval], el hermano de una folclórica [Antonio Tejado], un sacerdote, un policía, y lo más grave, un juez [Rico Lara]. Un juez encargado de la tutela de los menores de edad, para más desvergüenza. Se puede estimar, de acuerdo con las noticias que nos llegan, que los delitos que se presume han podido cometer los implicados en el caso son mucho más graves que fotografiar a una niña más o menos desnuda. No obstante, los acusados están en la calle, viven en libertad, trabajan en las cadenas de televisión, contratan galas y alguno de ellos son defendidos por una señora diputada de gran influencia social. Con respecto al caso del duque de Feria, el agravio comparativo se ha producido.

No soy amigo de Rafael Medina, pero creo que está cumpliendo una condena excesivamente dura por el delito que cometió, y estoy seguro que fue tratado con anterioridad a su juicio con dureza desproporcionada. Prefiero la prudencia de la juez Echávarri a la inflexibilidad del instructor que aplastó y pisoteó la resistencia – si es que alguna vez la tuvo – del duque de Feria. Pero si se demuestra en el juicio la culpabilidad de los implicados del ‘caso Arny’ tendrán que condenarles a cincuenta años de cárcel, de acuerdo con la dureza del a pena impuesta al desdichado duque. Entretanto, y con el mismo Código en la mano, los asesinos de ETA son infinitamente mejor tratados.

Si la diferencia de criterio entre los jueces es tan grande, me pregunto qué avance realiza nuestra sociedad con la ley del Jurado. Y después de preguntármelo, tiemblo.

Alfonso Ussía

27 Abril 1996

Arny

José María Ruiz Mateos

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No cabe duda que Alfonso Ussía, además de un gran escritor, es todo un caballero capaz de defender valientemente sus ideas, lo que viene demostrando en una loable trayectoria de años como articulista, aunque no sean coincidentes con las expresadas por otros periodistas o supongan su total enfrentamiento en situaciones que le llevan a poner en peligro su propia vida como lo hace con su tenaz y valiente denuncia por los asesinatos de ETA.

En su artículo sobre el duque de Feria critica Ussía, con toda su razón, la duda sentencia impuesta al duque y el agravio comparativo que supone el que fuera encarcelado antes de ser condenado, mientras que a los implicados del caso Arny, de mayor alarma social, se les concede la presunción de inocencia y la libertad bajo fianza. Hecho este último que no critica, pues es fundamental en justicia el derecho a la presunción de inocencia, mientras no hay sentencia, juicio, condena, pero sí denuncia con toda honestidad y valentía a la demagogia, humillación, modo y, por supuesto, desigualdad de trato aplicado al duque de Feria.

¿Por qué Rafael Media fue tratado de forma tan desproporcionada? ¿Por ser grande de España, esposo de modelo famosa, personaje popular en Sevilla y asiduo en las revistas del corazón? ¿Por qué secreto y respeto ahora ante una posible inocencia y antes no? ¿Son más disculpables los delitos relacionados con el ‘Arny’ si se habla de cantantes, políticos y periodistas? E ¿incluso un juez y nada menos que encargado de la tutela de menores, no es más grave?

Alguien como yo que he sufrido cárceles sin haber sido juzgado y por tanto no condenado, que he sido sometido con todos los míos a la más total de las demagogias, injuriado, calumniado y que conozco en mí mismo la desigualdad ante la ley y el agravio comparativo permanente, debo dar públicamente las gracias a una actitud caballerosa, leal y correcta como la del señor Ussía.

En muchas ocasiones me he congratulado y reconfortado oyendo y leyendo a tan magnífico escritor. Y ahora, una vez más, compruebo su saber hacer al defender a quien todos atacan y al poner el dedo en la llaga de la actitud judicial en nuestro país, donde impunemente los jueces vienen actuando con la diferencia de criterio entre unos y otros.

José María Ruiz Mateos.

20 Marzo 1998

Claroscuros en la sentencia del «Arny»

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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El hecho de que la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla haya admitido que 32 de los 49 imputados en el sumario del caso Arny fueron sentados en el banquillo sin elementos de prueba bastantes pone llamativamente en entredicho la labor realizada por la juez instructora y el Ministerio Fiscal. De dos de los ahora declarados inocentes -el juez Manuel Rico Lara y el cantante Jesús Vázquez-, el Tribunal asegura que ni siquiera está probado que hayan pisado en su vida el Arny. Está claro que se puso en marcha un procedimiento judicial abocado forzosamente al escándalo, que no podía dejar de dañar gravemente el nombre y la hacienda de muchos de los acusados, sin contar con la base probatoria necesaria, apoyándose en ocasiones en testimonios poco o nada fiables.

Nadie podrá decir que las absoluciones dictadas por la Audiencia Provincial de Sevilla se basan en una interpretación poco estricta de la ley. Muy al contrario. El Tribunal amplió el tipo del artículo 187 del vigente Código Penal hasta el punto de considerar punible no solamente la acción de quien «induzca, promueva, favorezca o facilite la prostitución de una persona menor de edad», como dice la literalidad del precepto legal, sino también la de aquéllos que se valgan de esa prostitución; esto es, no sólo la actividad del proxeneta, sino también la del cliente. Pero, aun adoptando este criterio -contradictorio con el que el Tribunal Supremo asumió en sentencia del pasado 22 de enero, en la que resolvió que no cabe prostituir a quien ya está prostituido-, la Audiencia sevillana se ha visto en la obligación de absolver a la mayor parte de los encausados: porque no había pruebas de que hubieran participado ni siquiera como clientes en el comercio carnal del club Arny. Condena el Tribunal a severas penas, eso sí -y condena bien-, al propietario y al encargado del club, en tanto que inductores, promotores y beneficiarios materiales del negocio ilegal montado a costa de los menores.

¿Se ha hecho justicia? En cuanto a quienes no cabe sino reconocer como culpables, sí. Más dudoso es que puedan darse por satisfechos quienes han sido reconocidos inocentes. Han visto sus preferencias sexuales convertidas en materia de chisme general: una cosa es no tener por qué avergonzarse de ellas y otra, verlas exhibidas en público. El propietario de los clubes Valentino y 27, ahora absuelto, hubo de cerrar sus negocios, y está en la ruina. Tampoco a él le restituye nada la sentencia.

Ha sido un procedimiento penal mal llevado, en el que demasiada gente ha jugado con la suerte de unos jóvenes definitivamente desdichados… y con la de algunos adultos tampoco demasiado afortunados.

24 Abril 1996

«Arny»

Antonio Gala

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Siento que se haya alborotado el gallinero por una opinión mía, que ahora transcribo para evitar malos entendidos y peores intenciones. La corrupción de quienes, con más de 12 años, se prostituyen es imposible: por otras vías tendrá que discurrir la justicia, por indignantes que nos parezcan ciertas conductas. Es a los proxenetas, a los que procuran local y medios, y a una injusta y maldita sociedad a quienes hay que sancionar por corrupción. Y no llevarse después las manos a la cabeza, cuando se sabe que hay miles de lugares dedicados a eso. Lo demás es escándalo de pusilánimes, cochina hipocresía, o envidia llena de caspa, mal olor y mediocridad.

28 Abril 1996

Gala, la caspa y la pederastia

Javier Nart

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LA lujuria debería encontrarse entre las denominadas virtudes de fe, esperanza y caridad, como plasmación física de esta última. Y mantengo que el erotismo y el orgasmo debe entenderse y practicarse por cada cual como mejor le parezca. Pero lo que resulta intolerable es que la sexualidad se convierta en tortura, humillación y origen de taras y traumas a inocentes.

Hace unos días Antonio Gala sorprendía mi sensibilidad cuando afirmaba que «la corrupción de quienes con más de 12 años se prostituyen es imposible». Para la ilustre pluma únicamente eran sancionables los industriales-proxenetas y, ¡asómbrense Uds.!, la «maldita sociedad». Los mal nacidos que con dinero por delante utilizan cuerpos de niños y destruyen su equilibrio emocional, deben pertenecer al ámbito de los benditos de Dios y perseguirlos, encausarlos y condenarlos, se constituye en pecado de hipocresía social. Así, a partir de 12 años de edad, con billetes por medio, vaginas, anos y bocas infantiles son parte o cuota legítima de mercado del grandísimo hijo de puta capaz de prostituir-destruir la parte más importante del ser humano: su formación, su propia personalidad. Ignora tan exquisito escritor que un niño sometido a tan infame trata se convierte en un ser no solamente traumatizado sexualmente, sino anímicamente. Un juguete roto.

Nada tiene que ver el que el club «Arny» sea lugar de homosexuales. Me da igual. Me repugna como ser humano que los niños sean objeto de consumo, de sexo-turismo. Abomino de la pederastia homo o heterosexual.

Leía el artículo de marras mientras miraba los ojos de mi hija. Tiene 13 años. Y esa niña, como todos los niños, tiene derecho a que se respete su intimidad, su sexualidad. Niños-niñas, «no corrompibles» que no son precisamente de familias de gran fortuna, sino seres marginales social y económicamente. Desamparada carne de cañón para babosos.

Afirma el eximio literato que estos criterios son «escándalo de pusilánimes, cochina hipocresía o envidia llena de caspa, mal olor y mediocridad». Quédese tranquilo, ninguna envidia tengo de quien viola-corrompe a una niña de 12 ó 13 años. Posiblemente para el señor Gala sea un mediocre. De esa mediocridad me siento plenamente orgulloso.