3 octubre 2002

La actriz demandará a la periodista por vincularla con irregularidades en la asociación de minusválidos ANDE, por lo que esta se verá obligada a indemnizarla con 6.000 euros (marzo 2009)

Un artículo de Karmele Marchante contra Carmen Sevilla en su web causa un feroz enfrentamiento entre ambas en el programa ‘Tómbola’ que deja a la periodista llorando

Hechos

En el programa ‘Tómbola’ de CANAL 9 (Producciones 52) del 3.10.2002 fue entrevista Dña. Carmen Sevilla en presencia de la periodista Dña. Karmele Marchante.

Lecturas

Un artículo en la web personal de Dña. Karmele Marchante, karmelemarchante.com («El patético ridículo de la más querida»), causó que Dña. Carmen Sevilla acudiera al programa ‘Tómbola’ y leyera delante de la periodista el artículo que esta había escrito para restregarle sus palabras. En el artículo la Sra. Marchante había vinculado a la Sra. Sevilla con ANDE, una asociación que, según la periodista, estaba vinculada con una estafa. La Sra. Sevilla reprochó a la Sra. Marchante que sus palabras no eran veraces, dado que ella nunca había cobrado de ANDE y anunció que la había demandado ante los tribunales. Después de su potente alegato, la Sra. Marchante terminó llorando pidiéndole a la Sra. Sevilla que no siguiera humillándola.

PEDRO PIQUERAS (ANTENA 3): «LA COMPAÑERA KARMELE NO MIDIÓ SUS PALABRAS»

En el programa de las mañanas de ANTENA 3 TV, ‘A Plena Luz’ su presentador, D. Pedro Piqueras, emitió las imágenes de lo sucedido el día anterior en ‘Tómbola’, tras las cuales comentó que ‘la compañera Karmele Marchante’ se equivocó y no midió sus palabras en aquel artículo en Internet sobre Dña. Carmen Sevilla.

También habló del tema la periodista Dña. Beatriz Cortazar en su columna en ABC asegurando que nunca había visto a Dña. Carmen Sevilla tan enfadada.

23 Septiembre 2002

El Patético ridículo de la más querida

Karmele Marchante

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Siempre he dicho que Carmen Sevilla tenía su lado oscuro y nadie me creyó. La primera vez que alcé la voz fue cuando me enteré del pastelón en el que andaba metida, hasta el fondo, con unos presuntos estafadores de minusválidos. Recordemos que era la madrina de ANDE, una asociación que, como todavía está todo en los tribunales y sin resolución no puedo ser clara, nada clara, que todo lo tenía entre el limbo y lo poco limpio. Por tanto, el madrinazgo para mi iba en la misma línea. Sobre todo cuando me enteré de los métodos presuntamente raritos con los que, hipotéticamente, compraban favor. Se lo pregunté a Carmen mil veces y siempre me salió por «los cerdos de Úbeda». El pasado martes estuvo ante mí como estrella invitada por ser la «mujer más querida de España». Y mientras hacía manitas con la «más odiada», también presente en el programa, giraba la cara, me guiñaba el ojo y decía «dale caña». Tan mal estuvo la Sevilla en sus respuestas, y tan aburrida, que me cansé de su eterno rollo de la Carmen de España y de sus ovejitas. Lo que no comprendo es que llamara a mi móvil, a las cuatro de la madrugada, llorando y queriendo hablar conmigo por la «patochada de mi actuación de esta noche». ¿Es tonta o nos lo hace ver?. Propongo una encuesta sobre «Las más descerebradas del solar patrio».

Karmele Marchante

05 Octubre 2002

Otro susto

Ferrán Monegal

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Hubo otro momento terrible esta madrugada. Apareció de improviso Carmen Sevilla en Tómbola (CANAL 9 de Valencia) y encarándose a Karmele Que te calles Marchante le comunicó que se iba a querellar contra ella por las injurias y difamaciones que vierte en un artículo publicado en Internet. Asegura en él que la entrañable artista tiene un ‘lado oscuro’ y que ‘anda metida, hasta el fondo, con unos presuntos estafadores de minusválidos”. Tremendo. Si eso es verdad, y resulta que ya no podemos confiar ni en la Carmen de España, a Aznar no le queda más remedio que arriar la megabandera que nos ha colocado. Y disimular.

Ferrán Monegal

07 Octubre 2002

Sobre la caza de brujas

Karmele Marchante

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En el mundo de lo rosa hay instalada una fuerte violencia porque en él se mueven unos intereses económicos que van a más cada día que pasa. El entorno del colorín se ha vuelto sucio porque hay demasiada gente pringada. Cohechos, trapicheos, montajes, mentiras y muchos espacios para desarrollarlos y seguir la rueda del dinero fácil.

Está en alza la sumisión al personaje y en baja la crítica hacia lo que este mismo vende o expone en su vitrina. También hay que admitir que todos los falsos famosos, pseudo famosos o famosos transitorios han aprendido el camino hacia el fango y se encuentran a gusto en él. Descender a la arena supone el insulto, la bravuconada, la amenaza, la encerrona o el engaño. Y nosotros, los periodistas que todavía creemos en la ética profesional y que tenemos la «camiseta» limpia, que no participamos de esa oscura parte del pastel, también tenemos la desgracia y la obligación de bajar a ese infierno para vernos las caras con esa endogamia de chapuceros. Y en el inmenso campo del periodismo existe un apartado llamado «de opinión». Una libertad que nos costó mucho conseguir y de la que no pienso apearme.

Estos días me he sentido linchada por haber osado opinar con fundamento sobre «la más querida y la más buena» [Dña. Carmen Sevilla]. Y he pagado un precio muy alto. Pasado lo peor estoy dispuesta a asumirlo con dignidad y a la altura de la cabeza. La caza de brujas que ha caído sobre el derecho a mis opiniones no me arredra.

Aún cuando vea, entre la tristeza y la perplejidad, que acaba de nacer una nueva modalidad más lucrativa, si cabe, que las anteriores reseñadas. Se trata de montar el número de la obviedad, con cualquiera de los profesionales del gremio, para luego aprovecharlo en un sinfín de platós, ya sea por lavar una imagen, para engrosar la cuenta corriente o por una pataleta de la susodicha o el susodicho ante alusiones que rompen su estrategia de imagen. Y aún más si se trata de alguien que es supuestamente tan políticamente correcta.

Desde aquí agradezco infinitamente las adhesiones de tantas gentes de la profesión que han mostrado su desacuerdo ante la crucifixión pública que la Torquemada de una de las dos Españas pretendió hacerme.

21 Octubre 2002

Querida mía: Carmen Sevilla

Alessandro Lequio

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En las últimas semanas tu nombre, junto con el de Karmele Marchante, ha estado unido al escándalo y los enfrentamientos televisivos. Todo comenzó un día que llamastea a ‘Tómbola’ pidiendo una entrevista porque querías comentar algo importante. Una vez en el plató, y lógicamente después de haber acordado los correspondientes emolumentos, en vez de contar la presunta exclusiva que llevabas guardada arremetiste contra Karmele por un artículo que había publicado en su página web, en la que acusaba a ANDE de estar involucrada en una serie de irregularidades financieras.

La verdad es que tu actuación no me pareció ni elegante ni correcta, ya que para favorecer un interés personal , que por cierto has rentabilizado con una gira informativa, utilizaste una mentira, un engaño, una oferta en exclusiva que lo que ocultaba era un espurio contra una de las participantes en el programa.

Todo el mundo sabe que entre Karmele y yo no hay buena química, pero a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Empecemos por ANDE. Las irregularidades denunciadas llevan tiempo apareciendo en prensa, pero eso, en teoría, no tiene por qué salpicar a su presidenta honoraria. Al igual que ahora lo eres tú, antes lo fue Ana Obregón, y desde ese cargo lo único que haces es prestar tu imagen para promocionar una labor de recaudación de fondos destinados a promover un bien social. Ni entras, ni sales en las cuentas; es un cargo totalmente gratuito, sin ningún tipo de remuneración; aunque en tu caso tú misma has reconocido que tenías una pequeña compensación en especie: coche y chófer cuando estabas en Madrid.

La medida del escándalo se mide más por la magnitud que alcanza que por la gravedad del mismo. Sin entrar de momento en el artículo en cuestión, quien le dio verdadero alcance y publicidad fuiste tú. Si no hubieses abierto la boca, nadie se habría enterado. Karmele fue la pluma sibilina, pero tú fuiste el altavoz que propagó el escándalo, y encima previo paso por caja. Yo no sé cuanta gente pudo llegar a leerlo. Yo, desde luego, no lo había hecho y, cuanto intenté hacerlo después de tu intervención, me encontré con que lo había retirado con una justificación que te da un poco de razón. Yo lo que creo, y que quede claro que esto es una opinión, es que Karmele, con su mala leche habitual y ante la ausencia de noticias, quiso jugar a la ambigüedad mezclando tu nombre y el de ANDE. Pero de ahí no habría pasado si tú no hubieses enarbolado la bandera del escándalo.

De todo el revuelo yo he sacado dos conclusiones. Primera, internet no lo lee ni Blas. Segunda, con tu ataque has conseguido que se hiciera realidad algo que los mercurios ya venían anunciando desde hace tiempo, que los periodistas se convirtieran en personajes. Hace dos semanas Karmele ocupó el sillón de los invitados en su programa, siendo sometida a las preguntas de sus compañeros. Puede que muchos no hayan reflexionado sobre ello, pero ese día se cerró el círculo que transforma la información en show. El espectáculo ya es redondo.

Queda un último apunte, y que yo creo que es lo que en verdad te molestó: sus palabras en las que hablaba de tu lado oscuro. Es otra cara que, por cierto, hemos descubierto gracias a Karmele el día que fuiste a ‘Tómbola’. Ese día la amable ancianita de las ovejitas se quedó en casa para dejar paso a una señora inteligente, racional, fría, calculadora y un pelín cruel que defenestró a una de las periodistas más duras del mundo del cuore. Puede que hayas ganado el combate por KO, pero a partir de ahora te va a costar volver a vendernos esa imagen de abuelita despistada que despierta la ternura con sus provocados errores.

Alessandro Lequio

El Análisis

UN ESTUPENDO SHOW DE PARVULARIO

JF Lamata

El show de ‘Tómbola’ de aquella emisión les salió redondo. Venía a ser como si a un niño le interceptan una notita en la que insultaba a otro compañero y el profe le obliga a subirse a la tarima y lee en voz alta las propias palabras escritas por el alumno, que no puede evitar gimotear vergonzoso ante lo que había escrito. Eso vino a ser lo que la Sra. Sevilla, con el visto bueno de los responsables de ‘Tómbola’ hizo aquel día ante una Sra. Marchante que acabó llorando y pidiendo que no la humillarán más. Con la diferencia que al alumno abochornado el castigo suele ser escribir 100 veces algo en la pizarra o mandar una nota a sus padres. En el caso de la Sra. Marchante su castigo adicional fueron 6.000 euros.

J. F. Lamata