12 mayo 1978

La junta de Accionistas acuerda convocar una nueva Junta extraordinaria a finales de año

Junta de Accionistas de PRISA 1978: Tensión por las críticas de liberales y fraguistas a la línea progresista mantenida por EL PAÍS

Hechos

El 12.05.1978 se celebró una Junta Ordinaria de accionistas de EL PAÍS.

Lecturas

El 12 de mayo se celebra una Junta de Accionistas de PRISA. Los datos positivos de El País contrastan con la división entre sus accionistas. D. Julián Marías Aguilera presenta su dimisión el día antes de la misma y aunque asistirá a la Junta pero la abandonará antes de que finalice por discrepancias con D. D. Jesús Polanco Gutiérrez. También el accionista D. Fernando Chueca Goitia, protestará por la línea editorial de El País permitida por Polanco Gutiérrez. La Junta General elige nuevos consejeros a Antonio Guilón Ballesteros y a D. José María de Prada González. Se publican crónicas sobre la Junta de Accionistas en el propio El País, que no oculta las divisiones, y también en La Hoja del Lunes, Diario16 y Cinco Días.

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D. Vicente Piniés y D. Fernando Chueca, accionistas de PRISA se erigieron como portavoces sel ‘sector crítico’ en la junta de mayo de 1978. El Sr. Piniés abandonó la sesión junto a D. Julián Marías antes de que acabara.

Principales sucesos de la Junta de Accionistas del Grupo PRISA de mayo de 1978:

– D. José María de Prada (Cáritas) y D. Antonio Gullón son nombrados nuevos consejeros de PRISA reemplazando a los dimitidos D. Antonio Menchaca y D. Carlos Mendo.

– Los accionistas D. Fernando Chueca, D. José Antonio Zulueta y D. Vicente Piniés, exigieron al Consejo de Administración una explicación sobre la dimisión de D. Julián Marías. El Sr. Zulueta solicitó además la disolución de la Junta de Fundadores. -En la junta se leeyó una carta de D. Julián Marías en la que explica su dimisión de PRISA porque “el consejo no es un órgano elegido democráticamente”.

– El accionista Doctor Vega pidió un abrazo entre los accionistas opositores y el consejo (momento en que tanto D. Julián Marías como D. Vicente Piniés abandonaron la sala).

– D. Alfonso de Cossío, en nombre del consejo, aseguró que el diario EL PAÍS merecía una felicitación por mantener una línea liberal e independiente.

– El accionista Sr. Jiménez Coronado aseguró que EL PAÍS le ha defraudado al no ser un medio auténticamente ‘liberal’ como fue ‘La Revista de Occidente’ de D. José Ortega y Gasset.

– D. Rafael Pérez Escolar pidió una Junta Extraordinaria y que dimitan todos los consejeros. El accionista Sr. González Páramo apoyó al Sr. Pérez Escolar, y dijo que en el consejo o todos los partidos o ninguno..

 

– D. Manuel Broseta apoyó al consejo frente a los opositores a los que calificó de ‘sector formalista’

– D. Miguel Fisac criticó al consejo y aseguró que en EL PAÍS había ‘pacialidad’

– El accionista D. José María Aranaz, en nombre del consejo manifestó que: “Si a la mayoría de ustedes les gusta el periódico, dejénnos trabajar en paz”.

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D. Manuel Broseta, D. José María Aranaz, D. Ángel Sánchez Harguindey y D. Álfonso de Cossío

13 Mayo 1978

EL PAIS, un diario independiente y una empresa próspera

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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La junta general ordinaria de accionistas de PRISA, editora de EL PAIS, aprobó ayer el balance, memoria y cuenta de resultados del ejercicio de 1977, cerrado con más de 41 millones de beneficio neto, así como el nombramiento de dos nuevos consejeros para ocupar las vacantes de Antonio Menchaca y Carlos Mendo, que dimitieron de sus puestos respectivos. Antonio Gullón, catedrático de Derecho Civil de Granada, y José María de Prada, notario y presidente de Cáritas, fueron elegidos por una amplísima mayoría. La junta general se celebró con la asistencia de numerosos periodistas de varios medios de información nacionales y extranjeros.

La junta, después de cumplir las formalidades de verificación de accionistas y votos, comenzó a las once de la mañana, para terminar a las cuatro de la tarde. Estaban representados 630 accionistas y más de dos tercios del capital. La votación para nombrar, definitivamente, a los nuevos consejeros interrumpió el transcurso de los debates durante algo más de una hora. ‘La petición, por parte de un grupo de accionistas, de un respeto escrupuloso de los formalismos legales alargó la duración de la reunión. El presidente, José Ortega, solicitó de la junta autorización para que representantes de medios informativos nacionales e internacionales pudieran asistir a los debates sin que hubiera oposición a la propuesta.Una vez abierta la sesión, los accionistas señores Chueca, Zulueta y Piniés plantearon cuestiones previas de procedimiento y pidieron información sobre las dimisiones de los consejeros señores Marías y Ortega (Miguel), anunciadas por la prensa ayer. El presidente indicó su deseo de respetar el orden del día y señaló que en el punto cuatro del mismo informaría sobre esas dimisiones, de las que sólo tuvo conocimiento a última hora de la tarde del jueves.

Leyó a continuación un informe sobre la realidad del periódico editado por PRISA y sus objetivos fundacionales. El consejero delegado, Jesús de Polanco, informó sobre la evolución de la sociedad en el ejercicio pasado. Resumimos en estas páginas ambos informes, así como la cuenta de resultados.

Después de las intervenciones de los representantes del consejo, la junta aprobó el balance, memoria, gestión social y cuenta de resultados, con la salvedad de voto de Vicente Piniés. Previamente el accionista Eugenio Paláu preguntó al consejero delegado sobre las características de la partida del balance exigible acorto plazo. El mismo accionista, una vez satisfecha su pregunta, felicitó al consejo por la brillantez del ejercicio.

Las facultades de la junta de fundadores, previstas en los estatutos de la sociedad, especialmente en lo que se refiere a la propuestade nombramiento de nuevos consejeros, ocupó los debates de la segunda parte de lajunta. El presidente señaló su criterio favorable a una revisión de los estatutos, con posible supresión de la junta de fundadores o de buena parte de sus facultades, por considerarla obsoleta e innecesaria. Recordó, no obstante, que cuando se creó la sociedad la junta de fundadores pareció a todos una garantía de independencia.Alfonso de Cosslo intervino en representación del consejo para fijar el criterio del mismo sobre el tema de la revisión de estatutos. Propuso la convocatoria de una próxim a junta general ex,traordinaria para proceder a esa revisión de estatutos, con supresión de la junta -de fundadores, sobre la que dijo: «Ha dado pruebas de absoluta independencia, como lo demuestra el hecho de que ¡asociedad cuenta con más de mil accionistas, de los cuales algunos no están de acuerdo con algunas cosas, lo que pone de relieve que EL PAIS es un periódico liberal e in~ dependiente. No se puede decir que ningún grupo vaya a apode~ rarse del periódico, porque nos opondremos todos a ello. Leo todos los días artículos que me gustan y otros que no. Esto es síntoma de independencia. Cuando un periódico está en manos de un grupo concreto, se permite ser coherente en todas sus manifestaciones. Pero cuando proclama el pluralismo tiene la obligación de proporcionar a todos la manera de manifestarse en público. En un momento, EL PAIS era el único periódico que permitía que los discrepantes escribieran en los periódicos en vez de escribir en las paredes. » Recibió una salva de aplausos.

El señor Zulueta, que intervino en diversas ocasiones para destacar que la junta de fundadores fue aceptada en tiempos de la dictadura y que en estos momentos carecía de sentido. Señaló que desde hace tiempo ha. pedido su disolución, leyó una carta que remitió al presidente y pidió la devolución de facultades a lajunta general.

El señor Piniés intervino a contínuación para pedir interpretación de algunos párrafos de dos artículos de los estatutos. El señorPérez Escolar propuso, en un par de intervenciones, que se respetara plenamente el contenido de los estatutos para proceder a la elección de los dos consejeros cuyos cargos están vacantes; que se convoque con la máxima premura una junta extraordinaria para reformar los estatutos y que una vez que se produzca el cambio de los mismos el consejo del pleno dimita y se nombre otro nuevo. El señor Jiménez Coronado señaló que había suscrito acciones de EL PAIS por pensar que era una continuación de la revista de Occidente y que se había visto defraudado. Aludió más tarde, al carácter antidemocrático -a su juicio- de la junta de fundadores.El señor González Páramo, se ,unió a las manifestaciones de Rafael Pérez Escolar y sugirió que en el Consejo estuvieran representados todos los partidos políticos o que no estuviera ninguno. El señor García Vinuesa intervino para pedir un aplazamiento de los nombramientos de consejeros, mientras no se hubieran modificado los estatutos de la sociedad. A petición de un grupo de accionistas, se procedió a la votación de los dos nuevos consejeros en base a una lista de seis nombres propuesta por la junta de fundadores.

Previamente, el presidente dio lectura a las cartas de dimisión de los consejeros Julián Marías y Miguel Ortega, el segundo pendiente de ratificación de la junta, ya que fue cooptado al cargo en sustitución del señor Mendo hace varios meses. Resumimos las cartas de dimisión:

Julián Marías señala que participó, dentro de sus modestas posibilidades, con la suscripción de capital del periódico. Indica que ha colaborado en él desde su aparición con más de ochenta artículos, y que ha enviado cartas y sugerencias a la dirección y presidencia sobre la calidad del periódico. Añade que en octubre pasado pidió la convocatoria de un consejo cualitativo para tratar el contenido del periódico en el cual el 80 % de los consejeros expresaro-n críticas muy severas. «los intentos de mejorar los rendimientos -añade- se han visto aplazados y desvirtuados.» Critica más adelante, larespuesta del presidente a la’carta de un grupo de catorce accionistas que reclamaban la supresión de la junta de fundadores y criticaban la marcha de la empresa. Finaliza en los siguientes términos: «Nunca me he sentido muy cómodo en un consejo no elegido democráticamente. En la fecha en que estamos, difícilmente se puede justificar. Hace algún tiempo que el Rey, a pesar de seguir vigente el concordato, renunció al derecho de presentación de los obispos. Este gesto podía haberse seguido por la junta de fundadores. Las fluctuaciones de actitud del consejo muestra a las claras que se resiente de su origen no estrictamente democrático, lo cual aumenta su escasa eficacia y acentúa mi incomodidad. Me resul ta difícil pertenecer a un organismo que al respaldar sin reservas tu carta (se refiere a la remitida por el presidente a los accionistas) renuncia a sus propias críticas y avala las imputaciones que en ellas haces a tres de nuestros compañeros. Por todo lo cual renuncio a estar en el consejo y prefiero ser un modesto accionista y un colaborador del periódico siempre que a su dirección le interesen mis articulos.»Miguel Ortega critica también la carta remitida por el presidente a los accionistas, así como el hecho de que en otra posterior no se indicara que el voto de confianza dado por el consejo a la presidencia no .fue unánime, sino de una mayoría «Por todo esto -dice en su carta de dimisión- y muchas cosas más que no menciono te pido con carácter irrevocable que reti’res mi nombre de la lista de candidatos para cubrir los puestos vacantes del consejo.»Ruegos y preguntas

El siguiente punto del orden del día, referido a la designación de un vocal para la junta de fundadores quedó en suspenso, ya que lajunta y el consejo consideraron que no era oportuno proceder a ningún nombramiento para un órgano que está en cuestión.

En el turno de ruegos y pregun tas se produjeron diversas intervenciones referidas, fundamentalmente, a la calidad del pe

riódico.En primer término, Angel Sár

r accionista y rPiniés tomó de nuevo palabra para rendir homenaje a redacción y destacar que en fa ca de los catorce se aludía al ni profesional de la misma.

El doctor Vega Díaz pidió qu oposición fuera fraternal y se

taran espectáculos doloros Destacó su satisfacción, u también de otros muchos, sobr calidad del periódico. Concl pidiendo un abrazo fraterna todos los consocios al final d junta a pesar de todas las dis pancias. (En ese momento

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señores Marías y Piniés abandonaron la junta.)

Marcela de Juan intervino para destacar la calidad del periódico que concretó en el comentario unánime que ha recibido en diversos organismos internacionales.

José María González destacó también la calidad de EL PAIS, aunque criticó el hecho de que no se habían publicado diversas cartas al director que él había remitido en contra de la pena de muerte.

Javier Lasarte pidió que se enterraran las espadas. A la vista del criterio generalizado sobre la calidad del periódico reclamó un voto de gracias y de ánimo para el equipo redaccional y para todas las personas que diariamente hacen EL PAIS.

José Vida¡ Beneyto comenzó su intervención con una propuesta al consejo para que iniciara los estudios sobre la forma de constituir una sociedad de redactores y trabajadores. Señaló luego su creencia en la perfectibilidad del periódico, sus discrepancias sobre muchos de sus contenidos y su opinión de que EL PAIS está cumpliendo una misión insustituible en el establecimiento de la democracia en España. Indicó que el periódico se sitúa en un espacio de centro derecha-centro izquierda, en posición más conservadora que la que ocupa Le Monde en Francia. Finalizó diciendo que donde hay conflicto ideológico hay pluralismo y ello implica un planteamiento liberal y democrático.

Manuel Broseta indicó que desde la periferia, desde Valencia, se siente orgulloso de EL PAIS. «Comparto críticas -dijo-, pero a nadie puede ocurrírsele que el periódico puede ser perfecto desde el primer día.» Criticó a los que hacen bandería dentro de la empresa, ya que eso no es leal con la idea fundacional. Criticó algunas de las intervenciones del sector formalista que a lo largo de la junta reclamó un cumplimiento riguroso de los estatutos y amenazó con impugnar los resultados. Dijo que algunos de los comentarios que se habían hecho eran «puras falsedades» impropias de personas de derecho.

Miguel Fisac (uno de los firmantes de la carta de los catorce) destacó la buena fe de los autores de la carta en cuestión y señaló que en los últimos tiempos había notadd cierta parcialidad en el periódico.

La última intervención, que fue la más aplaudida con parte de los asistentes en pie, corrió a cargo de José María Aranaz, que habló como accionista y empleado de la empresa a título individual, aunque esperando representar el sentir de buena parte de sus companeros. Dijo que los trabajadores de EL PAIS están aquí por algo más que por un sueldo: «Creemos en lo que estamos haciendo aunque no escribamos el periódico. Como abogado -añadió- no comprendo que algunos accionistas acusen al consejo de antidemocrático por cumplir rigurosamente unos estatutos que fueron aprobados o aceptados por los socios. Además -dijo-, los socios son los que han elegido el consejo.»

Señaló más adelante la sorpresa que había causado entre los trabajadores el hecho de que una de las personas que criticaba el talante antidemocrático del consejo hubiera ejercitado el derecho de tanteo contra un empleado a la hora de adquirir una acción del periódico.

Finalizó con los siguientes términos: «Si a la mayoría de ustedes les gusta el periódico, déjennos trabajar en paz, dedicarnos de lleno a nuestro trabajo sin inquietudes ni trastornos por trasiegos postales entre accionistas. »

13 Mayo 1978

"No podemos regatear felicitaciones a redactores y personal"

Jesús Polanco (CEO de PRISA)

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Los puntos más destacados de la intervención del consejero delegado, Jesús de Polanco, son los siguientes:- Un periódico se vende siempre por lo que dice, y es, desde este punto de vista, una empresa de ideas. La dificultad estriba en que si quiere sobrevivir y ser independiente necesita, cuando menos, autofinanciarse aunque no sea el lucro su objetivo, y saber que puede hacer frente a las presiones económicas y políticas que sin duda le han de venir.

– No creo que existan periódicos en el mundo de la importancia y significado que hemos querido dar al nuestro, con una diseminación tan grande en cuanto al número de accionistas, participación de cada uno y pluralidad ideológica tan dispar como la que es posible encontrar en EL PAIS. Esto añadió a la aventura emprendida hace años más riesgos y mayor atractivo.

– Recordar las díficultades para llegar a cubrir la ampliación de capital a trescientos millones de pesetas cerrada en diciembre de 1976 no merecería la pena si no fuera por comprobar año y medio después, que un amplio número de personas solicita ingresar en el club de accionistas de este periódico.

– La crisis de venta de prensa producida después de las elecciones generales y agudizada por la subida de precios nos ha confirmado que EL PAIS no fue un fenómeno coyuntural. Hoy vendemos 130.000 ejemplares diarios y 185.000 los domingos. Estas cifras las consideramos el suelo de nuestra difusión y es difícil, salvo imprevistos, que puedan rebajarse. Nos sitúan al lado de los otros dos grandes de Madrid y por debajo de La Vanguardia. Hay que destacar, que somos un periódico nacional con un 40 % de venta fuera de Madrid, que está a las ocho de la mañana a la venta en cuarenta provincias.

– Si cuando como accionistas nos decidimos a invertir en EL PAIS nos hubieran dicho que éste, en menos de dos años de existencia, habría garantizado una difusión estable de más de 100.000 ejemplares, apenas lo hubieramos creído.

– Conocemos nuestros defectos, redaccionales, informativos, de impresión, y distribución, y agradecemos que nos los señalen y nos sugieran sus posibles soluciones. Sabemos que un éxito temprano puede larvar el espíritu de competitividad y provocar un narcisismo estúpido en vez del estímulo que precisamos.

– Además, este periódico gana dinero. El beneficio neto del ejercicio 1977 es de 41,6 millones despué5 de treinta de amortizaciones. Esto nos permite cubrir la mitad de las pérdidas acumuladas en nuestros cinco pasados ejercicios. Si se cumplen las previsiones, en 1978 habremos eliminado todas las pérdidas y entrado en rentabilidad.

– En el deseo de mantener absoluta claridad económica hemos pedido una auditoría a la firma Arthur Andersen, que trabaja en ella.

– Estamos contentos de lo realizado en EL PAIS que es fruto del apoyo inteligente y desinteresado de los accionistas, pero también y sobre todo del esfuerzo y la imaginación de un equipo de trescientas personas que fabrican el periódico día a día, y los cientos de miles de lectores que nos apoyan. EL PAIS se ha vendido, tiene influencia y prosperidad económica por lo que dice. Por eso no hay que regatear a los redactores y a todo el personal el reconocimiento y felicitación que merecen.

– EL PAIS no solo ha sido fiel a sus motivos fundacionales, sino que se encuentra en óptimas condiciones para continuar la tarea emprendida. Toda colaboración y diálogo en esta casa tan variopinta y plural será bien recibido. Es preciso, ante todo, defender la obra hecha con tanto esfuerzo y tan brillante resultado. Estamos en condiciones de demostrar que no era una quimera la existencia de un diario verdaderamente independiente.