22 diciembre 1971

Tras el fiasco de George Lazenby, Sean Connery vuelve a ser James Bond en la película ‘Diamantes para la eternidad’

22 Diciembre 1971

Diamantes para la eternidad

Ángeles Maso

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Llega un nuevo ‘James Bond’ en esta ocasión dirigido por el mismo realizador de Goldfinger, Guy Hamilton. Y con interpretación de Sean Connery. Recordemos que James Bond es un agente secreto británico cuyo nombre se acompaña de las siglas 007 que significan licencia para matar con impunidad. El personaje encarna a un ser apuesto, duro, superdotado intelectualmente y, sobre todo, enormemente atractivo. Este es, pues, el héroe de ‘Diamantes para la eternidad’, nacido naturalmente, de la obra de Ian Fleming.

Se trata, por tanto, de una película en la línea de la zventura, donde las peripecias llegan a terrenos insospechados y la trama avanza en enredos que se forman y se disipan con la misma facilidad. Se juega con el riesgo, con la vida y la muerte. El ritmo del filme vertiginoso.

Hay que precisar que ‘Diamantes para la eternidad’ contiene elementos suficientes para no decepcionar al público. Dentro de la película de aventuras, en lo que podríamos llamar con más propiedad cine de evasión, ésta tiene un arranque fabuloso y resulta enormemente divertida, sobre todo en la primera mitad. La escena de la persecución de las patrullas de la policía tras el rojo automovil de ‘James Bond’ ha requerido habilidad, coordinación y una gran labor de montaje. Pero en realidad toda la cinta demuestra haber sido realizada con abundantes medios y no es extraño, ya que lleva la firma de Harry Saltzman y Albert Broccoli, bien conocidos por sus anteriores producciones de este tipo. Todo el filme tiene el agradable aire aséptico y moderno que se precisa tanto en las decoraciones como en los luminosos parajes de Las Vegas en que ha sido rodado.

El reparto resulta también muy acertado. Quienes han admirado a Sean Connery en las anteriores cintas de James Bond, saben ya de su soltura interpretativa, su viveza, su apostura. En esta ocasión está acompañado por Jill St. John, en el papel de ‘Tiffany Case’ que tiene todo el sexy que se le puede suponer. Lo mismo vale para Lana Wood en su interpretación breve pero bien acogida de ‘Pienty O´Toole’.

He aquí una enumeración suficiente de méritos que hacen de ‘Diamantes para la Eternidad’ un filme bien confeccionado, divertido y de buen ver. Hay que añadir que la película se acompaña con música de John Barry y que es Shirley Bassey quien interpreta al principio y al final de la cinta la canción que le da nombre ‘Diamonds are forever’.

Ángeles Maso