20 enero 2010

Según la subdirectora, Cristina Fallarás, la empresa propietaria es contraria a la línea progresista de la redacción

Arcadi Espada abandona el digital FACTUAL tras sólo dos meses al frente y la empresa despide a toda la redacción

Hechos

  • El 27.01.2010  D. Arcadi Espada anunció su dimisión como director de FACTUAL.
  • El 30.01.2010 Dña. Cristina Fallarás anunció como había sido despedida toda la redacción.

Lecturas

NOTA DE DESPEDIDA DE ARCADI ESPADA (27.01.2010)

«Este es el último ejemplar de Factual que llevará mi firma. Las razones se resumen en dos: el recorte que pretende aplicar la empresa al presupuesto de funcionamiento y sus discrepancias con el modelo y la orientación del periódico. Todo aquel que invierte su dinero en un negocio tiene derecho a ejercer su control sobre él. Del mismo modo también lo tengo yo a proteger el sentido de un modelo periodístico en el que he trabajado durante los dos últimos años. Este tiempo impide que Factual pueda ser considerada una breve experiencia personal. Su gestación y desarrollo ha sido además una experiencia intelectual muy emocionante. Gran parte del premio que me llevo se debe al trabajo, duro, cómplice y bienhumorado, de unos periodistas ejemplares que han escrito algunas líneas (pocas, desdichadamente) de lo que debe ser un periódico de su tiempo. Fuera de los archivos, nada hay más triste y desencajado que un periódico de ayer. Una palabra más, para los lectores. Factual ha logrado crear en muy poco tiempo una comunidad. Una comunidad, además, de miles de lectores que pagan, en una modalidad u otra, por sus contenidos, y que también en este sentido diseñan el único periodismo posible de nuestro tiempo. A todo ellos los convocó Factual a partir de un contrato detallado. Por lo que a mí respecta lamento no estar ya en condiciones de poder garantizar su cumplimiento».

COMUNICADO DE LOS TRABAJADORES

Los redactores de Factual queremos, con esta nota, expresar nuestra sorpresa y nuestro más sincero pesar por la decisión que ha tomado nuestro director, Arcadi Espada. Fue él quien convocó a todos los miembros de este equipo con razones claras, contundentes, apasionantes: hacer un diario cuya vocación fuera mostrar los hechos de la actualidad -¡periodismo!- y que además ofreciera al lector un lugar bello y cálido. Creemos que en este cortísimo tiempo, así ha sido. Por eso nos pesa especialmente que posibles discrepancias entre la empresa editora y Espada nos priven de su dirección. En este momento, lo único que sabemos es que los editores de Factual tienen pensado seguir adelante con el periódico. A la espera de sus decisiones, sólo podemos agradecer a Arcadi Espada la confianza que generosamente ha depositado en nosotros y, por encima de todo, la existencia de Factual

COMUNICADO DE FACTUAL

«Arcadi Espada ha decidido dimitir irrevocablemente como director de Factual. Las decisiones son libres, se asumen, pero no por ello han de ser queridas. Ésta no lo es por parte de la empresa editora de Factual. Para Arcadi no tenemos más que agradecimientos. Agradecemos su dedicación, su empeño, que haya puesto parte de su inteligencia en el proyecto, su participación imprescindible en el lanzamiento, su capacidad para hacer del trabajo duro una ilusión, en fin. Arcadi ha dimitido y Factual seguirá, y espera seguir contando con su colaboración. No entraremos en los motivos de su decisión, pero el proyecto Factual seguirá contando con él y con todos los que unieron sus esfuerzos para crear una cabecera con la intención de que fuera la referencia de un periodismo nuevo. Muchos caminos angostos se van ensanchado paulatinamente, tomando decisiones que, aunque sean en mayor o menor medida criticadas, se adoptan con el único objetivo de consolidar un proyecto inicial. Y con ese empeño seguirá la empresa editora, para cumplir el compromiso con sus lectores y amigos. La nueva dirección del diario la asumirá Juan Carlos Girauta. Este cambio conlleva nuevos desafíos e innovadores planteamientos en la estrategia y en el enfoque del diario».

Juan_carlos_girauta Juan Carlos Girauta, nuevo director de FACTUAL.

30 Enero 2010

Así sucedió

Cristina Fallarás

Leer

Aquellas dos tipas se ponen delante de los periodistas, una veintena de hombres y mujeres jóvenes, inteligentes y razonablemente cultos y dicen:

-El periódico no ha cumplido las expectativas.

Deberían haber dicho: hijos de puta estáis todos en la calle, por rojos, socialdemócratas, críticos y modernos, pero no se atreven, aunque se les nota que lo están pensando.

El periódico lleva dos meses saliendo, por lo que cualquier conclusión es precipitada. En fin, cualquier conclusión económica. Cuando te dicen que los sueldos de una redacción están garantizados por lo menos un año, o año y medio, o dos años, esas cosas que se dicen, sólo en una cabeza que albergue coliflor en lugar de cerebro cabe la idea de ponerse delante de una veintena de hombres y mujeres con capacidad narrativa y decirles:

-Este periódico no ha funcionado económicamente.

Porque pasa lo que pasa. Que Mario, Daniel o Gabriela contienen la risa y Braulio e Iván, a duras penas, la furia. En cuanto a mí, desde mi mesa siento un lejanísimo recuerdo de lástima por las dos tipas y sus dos coliflores, por el papel que les ha tocado representar, por los hijos de puta que no están, que las han mandado a ellas, ellas que no deberían hacer otra cosa que sentarse en la terraza de José Luis tras salir de a peluquería, que ya se están arrepintiendo de haber querido saber cómo es la realidad. A qué se meten. Siento, ya digo, una lejana lástima y un creciente aburrimiento.

Me entretengo pensando en lo que realmente quieren decir y no dicen: Nosotras y aquellos a quienes representan nuestras coliflores queríamos un periódico de derechas, más de derechas que esto que habéis hecho, groseramente de derechas, un periódico que por fin se atreva a decir lo que nosotras y la gente a la que nuestra coliflor representa pensamos sobre los inmigrantes, los moros, la pena de muerte, lo laboral, los malos tratos, las putas, la genética y las bragas con puntilla.

Miro a los periodistas y pienso que merecerían otra cosa, no sé, un verdadero cabrón. Por lo menos un verdadero cabrón. Pero el director dimitió un día antes y se largó. O para largarse. Quién sabe cómo suceden estas cosas. Saludo la inteligencia de salir limpio, justo antes de que todo reviente, y no mirar atrás. Ahora han puesto otro director que ha llegado sin saludar a nadie y se ha sentado en mi silla de la sala de juntas con los cinco elegidos para quedarse. Pero eso ha sido después.

Antes, una de las dos tipas se dirige a los veinte hombres y mujeres a los que acaba de anunciar que se van a la calle todos menos cuatro, y les dice:

-Y ahora quiero un periódico. ¡Haced el periódico de hoy!

Lentamente, con una pereza visceral, me incorporo, intento contener el asco y las miro:

-No, perdón, tienes un fallo en el guión. A ver, es difícil, lo sé, pero vas a entenderlo. Esto es un periódico, un periódico digital, aquí no fabrican boinas. Esta gente no se va a sentar a hacerlo, claro. Pero es que yo de ti tampoco les dejaría.

Mientras le digo esto pienso pena de doma, joder, vamos a llenar este puto lugar de lo que merece. Y ofrezco amabilísima mi sonrisa modelo Sacre Coeur, qué bien trabajaron las monjas. Hablo de ellos, y no me incluyo, porque yo no soy tan lista como el director que ya está lejos. Yo he dimitido, pero me he quedado, ah, mi responsabilidad modelo Sacre Coeur, qué daño hacen las monjas. En cualquier caso, él tiene más experiencia en eso, a mí me faltan años y partidos.

-Pues si no hacéis el periódico, no os pagaré el día de hoy ni el de mañana. -Enuncia una.

Los veinte periodistas, ahora sí, sonríen de medio lado. Menos Braulio, rica furia. En dos zancadas se planta ante las tipas:

-Una mierda os voy a hacer el puto periódico -mira a una de ellas, la que lleva más tiempo con nosotros-. Y además tú no tienes ni puuuuta idea de lo que es el periodismo. ¡Ni puta idea! Ni de eso ni de nada, ¡joder!, no tenéis puta idea de nada, y no me tires de la lengua que te voy a decir lo que pienso de ti y de esta empresa desde que entré.

Las dos mujeres, que poco a poco van convirtiéndose en sendas gallinas cluecas se repliegan y se encierran en lo que fue el despacho del director. Los periodistas intentan reponerse de su estupefacción, pero no les dan tiempo, porque poco rato después reaparecen:

-Bien -dice la que suele hablar-, hemos decidido que quien quiera optar a poder quedarse a trabajar, haga el periódico de hoy. Los demás, que se vayan, y entenderemos que dejan la empresa porque quieren.

En ese momento se hace evidente, y no sólo mí, que su coliflor lleva además patatas, y que la posibilidad de diálogo es nula, más o menos como la que ofrece una berza hervida. Por otra parte, la tipa, igual que el nuevo director que llegará un par de horas más tarde -ah, los directores, qué capacidad para que las gallinas les resuelvan-, la tipa tiene a una lista con los nombres de los cuatro o cinco periodistas a los que va a ofrecerles quedarse para hacer, dice, el periódico de la Tercera España. Éramos pocos y parió la burra. No nos valía con un par, que vamos a montar ahora la España coliflor, pienso y no digo.

Llegados a este punto me doy cuenta de que, entre otra cosas, me he quedado para cuando llegáramos a este punto, así que me meto en el despacho con las dos mujeres.

-Queridas, este periódico necesita un director. Ese director debería venir y decir a su gente que se quede. Los demás, a la puta calle, que es de lo que se trata. Porque, aunque sea una idea compleja, debéis entender que esta gente, sin director, sin modelo y en la puta calle, no va a haceros ese periódico que le pedís. Insisto, ahora tenéis que coger el teléfono y llamar al director.

-Pero es que está en una tertulia. -Reponen, apesadumbradas.

-No ignoro -les contesto-, que ese señor vive de las tertulias y que por esa razón deben de ser algo de suma importancia para él, pero teniendo en cuenta que le acaban de nombrar director de un diario, porque esto es un diario, yo que él llamaría al resto de las tertulias en las que tenga previsto participar durante el día de hoy y me acercaría a hablar con esos cuatro puntales que levan a redactar el periódico de a Tercera España, ¿no?

Asienten.

-Ahora yo voy a salir, y vosotras nos vais a despedir hasta las cuatro, hora en la que el director vendrá y todo eso, ¿no?

Asienten.

Así sucedió y luego llegó ese director, un muchacho esforzado que encontró un buen hueco de mercado en el trigal de la opinión, reunió a sus cinco, quedaron cuatro y parece que van a hacer ese periódico que quieren, que no sólo sea de derechas, como todos, sino que se le note.

Rato después, me crucé con las gallinas. Estaban contentas. Más, reían. Una de ellas hablaba por teléfono. Decía:

-El director de la compañía está muy contento de cómo ha salido todo.

Esta es mi narración de cómo dos tipas echaron la calle a la redacción que durante cinco meses hizo el periódico llamado Factual y dirigido por Arcadi Espada, quien no estuvo allí para verlo, como corresponde a su condición, habiendo dimitido un día antes.

Pero como se sabe que yo soy mujer poco amiga de los hechos, imaginativa y literaria, Braulio García Jaén, él sí estricto periodista, grabó el despido íntegro y parece que lo colgará en su blog dentro de nada, con su redacción -ésta sí estrictamente periodística- de las últimas cuarentayocho horas en la vida del diario.