5 febrero 1972

Ni Calvo Serer ni Trevijano, en su calidad de apoderados del periódico, parecen tener la menor intención de que el periódico vuelva a salir bajo las condiciones de la Asociación de la Prensa de Madrid o de la Organización Sindical

Calvo Serer y Trevijano ponen a la venta el solar y sede del Diario MADRID pese a que sus periodistas siguen intentando negociar la reapertura del periódico

Hechos

  • El 4.02.1972 la sede, solar, edificio, equipo industrial y enseres de oficina propiedad del Diario MADRID, Diario de la Noche S. A., fueron puestos a la venta por decisión de sus titulares D. Rafael Calvo Serer y D. Antonio García-Trevijano, siendo publicado el anuncio de su venta en EUROPA PRESS y en el diario INFORMACIONES.

Lecturas

Las negociaciones entre la empresa Madrid, Diario de la Noche S. A., cuyo apoderado era Antonio García-Trevijano Forte, la Asociación de la Prensa de Madrid, el Ministerio de Información y la Organización Sindical para estudiar la reapertura del Diario Madrid acaban sin acuerdo. La Organización Sindical proponía que ellos se hicieran cargo del medio para salvar los puestos de trabajo de Diario Madrid a cambio de que la dirección de Pueblo asumiera la dirección de Diario Madrid. El 5 de febrero el director de Pueblo, Emilio Romero Gómez publica en Pueblo un editorial responsabilizando a García-Trevijano Forte de estar impidiendo la reapertura del Diario Madrid. El 10 de febrero García-Trevijano Forte da una rueda de empresa contra Emilio Romero Gómez contestadas por otro editorial de Pueblo el día 11. Los periódicos Ya y El Alcázar desaprueban en editoriales la actitud de García-Trevijano Forte. La ruptura de negociaciones supone el fin definitivo del Diario Madrid.

05 Febrero 1972

¡Fuera Máscaras!

Emilio Romero

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¡FUERA MÁSCARAS!

Desde hace unas semanas la opinión pública ha asistido al desarrollo del problema del Diario MADRID, desafortunadamente prolongado. Ahora el asunto ha llegado a su punto límite y se encuentra planteado en los siguientes términos ayer, la Organización Sindical y el jurado de empresa, según parece, han llegado a una coincidencia en todos los puntos de la negociación excepto en lo que se refiere a subrogar a la Organización Sindical en las obligaciones contraídas anteriormente por la empresa de MADRID. Conviene señalar, pues, que el único factor de no avenencia reside en un interés típico de la empresa, no en el de los trabajadores. El punto de vista del apoderado de MADRID, señor García-Trevijano, insistiendo en la subrogación, es el que dificulta el entendimiento, él es exclusivamente el responsable del retraso en la aparición de MADRID. Los problemas de los trabajadores a él no le preocupan ni le afectan.

Las propuestas de la Organización Sindical no pueden ser más concretas: abonar la amortización de la maquinaria, hacerse cargo de la nómina en los términos actuales cargar con los compromisos económicos de MADRID a partir del momento en que ella se hiciese cargo del mismo, respetar la línea editorial que figura expresamente declarada en la inscripción de MADRID. Tratar de que, además de todo esto, tal y como pretende el Sr. García Trevijano, la Organización Sindical se subrogue en deudas anteriores que ni siquiera concreta, es inadmisible. Mucho más cuando la Organización Sindical sólo compareció en el problema solicitada para resolver una cuestión laboral que afecta a numerosas familias de profesionales del periodismo y no por otros móviles. El único interés de la Organización Sindical ha consistido en defender una situación laboral estable para los trabajadores empleados y redactores del MADRID. No ha deseado nunca hacerse cargo permanentemente del periódico. Que su actitud es razonable y fundada lo prueba el hecho de que haya coincidido con el jurado de empresa, con la representación de los trabajadores, involucrar los intereses de los trabajadores. Involucrar los intereses de los trabajadores con la subrogación es una actitud típica de cierto capitalismo, al que el señor García-Trevijano también representa. La petición de que la Organización Sindical se subrogue es un interés del capital de MADRID, no de quienes en él trabajan.

¿Quién es el responsable de que MADRID no salga? (…) Evidentemente el señor García Trevijano a quién no parece importarle el problema sustantivo de la reparición del periódico sino el de hacer su política. Por eso se ha rodeado de Prensa extranjera. (…) ¿A quién puede beneficiar la suspensión de MADRID? ¿A PUEBLO? No (…) nuestra tirada es superior a la de toda la Prensa de la tarde junta. (…) Ninguna pluma se encendió cuando desapareció SP, ni cuando NUEVO DIARIO y EL ALCÁZAR atravesaron crisis (…). La empresa que apodera el señor García Trevijano ha llevado a este gran periódico en otro tiempo a su desaparicion (…) realiza una tarea clarísima de politización del problema (…) por eso conviene insistir ¡Fuera máscaras!

(PUEBLO, 5-2-1972).