9 octubre 1998

García Obregón ganó un juicio a Dell´Atte hace dos años por haber insultado a su hijo en 'La Máquina de la Verdad'

Cambio de presentadora femenina en ‘¿Qué Apostamos?’: Ana García Obregón es reemplazada por su archienemiga Antonio dell´Atte, la mujer a la que ‘levantó’ el marido

Hechos

El 9 de octubre de 1998 se estrenó la 6ta Temporada de ¿Qué Apostamos? en la que debutó Dña. Antonia Dell´Atte como copresentadora del programa junto a D. Ramón García.

07 Octubre 1998

La falta de escrúpulos

Carmen Rigalt

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Los ex siguen dando mucho juego. Para muestra, un botón: Antonia Dell’Atte y Alessandro Lecquio. El, bisnieto de un rey. Ella, plebeya hasta las cachas. El, tonto de baba y sinvergüenzón. Ella, lista y arrabalera. Ninguno de los dos tiene desperdicio. Aprovechando que su nombre suena, uno y otra han recibido sendas ofertas de dos medios de comunicación españoles. Ya está la pista de despegue preparada, y el patio, presto a la dentellada, afila los colmillos. Habrá chascarrillo para rato.

Lecquio vino a este país como currante de la Fiat pero, en cuanto atisbó la menor posibilidad de vivir del cuento, se quitó de la oficina y buscó alianza con los paparazzi. Especializado en el chalaneo, vivió de las rentas de Obregón, a cuya silicona permaneció pegado durante un par de años. Luego se aficionó a las exclusivas y los chivatazos, a la picaresca y la gandulería. Pero sobre todo a la indignidad. Es un reputado gorrón y un impostor de sí mismo. Ahora, una emisora de radio le ha ofrecido la oportunidad de ser cronista del corazón (como si aquí anduviéramos escasos de cronistas: ¿verdad, Jorge Javier Vázquez?), sin pedirle a cambio que haga un cursillo de gramática elemental para poner los subjuntivos en su sitio. Ella, Antonia, también ha sido agraciada con la suerte: presenta en TVE el programa Qué apostamos, aunque en su caso nos queda el consuelo de pensar que sólo pone la cara (tiene una cara bellísima) y por tanto no les quita el pan a los guionistas. Más o menos lo mismo hizo en su día Rafaella Carrá con resultados medianamente aceptables.

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El conde tiene un morro que se lo pisa. Más morro tienen, sin embargo, quienes buscan su colaboración con el pretexto de ganar audiencia. No quiero hacer un alegato contra el intrusismo. El único intrusismo que me duele es el de la indignidad y la falta de escrúpulos.

11 Octubre 1998

La apuesta etrusca

Leopoldo Alas

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Siendo todo en televisión tan efímero, es una auténtica hazaña para un programa haber cumplido ya cinco temporadas con la máxima audiencia. Su presentador Ramón García inauguró la sexta saludando a su antigua compañera Ana Obregón y deseándole «lo mismo que ella nos ha deseado a nosotros», es decir -aclaró, no sin ironía-, mucha suerte, y que en su vida personal le vaya muy bien. Luego recibió a su sustituta, la rival, «una especie de dama de los sueños», la controvertida Antonia Dell’Atte. Con su rara elegancia, su perfil etrusco y su marcado acento, supo imponer su propio estilo. Es hora de decir que los presentadores, por mucho que se crezcan, no son imprescindibles, quizá con la excepción de García, que, sin ser nada del otro mundo, tiene experiencia y paciencia para llevar con buen pulso las riendas del directo.

La clave del éxito de este programa lúdico y familiar es la idea misma del concurso, los retos a los que se enfrentan los participantes y las apuestas del público y de los invitados famosos, cuya popularidad, por atractiva que pueda resultar de cara a aumentar la audiencia, no deja de ser subsidiaria, aunque fuera todo un lujo la presencia de la gran actriz Mia Farrow, mamma mia. De haber perdido la apuesta, si los 18 gimnastas de Coslada no hubieran sido capaces de transportar con los pies, haciendo el pino (cinco metros en un minuto), la plataforma que sostenía un coche de Fórmula 1, Mia se habría visto forzada a vender unos globos con su autógrafo en el aeropuerto de Barajas, como una vulgar buscavidas.

La segunda estrella invitada fue Enrique Iglesias, que absurdamente llamó bambolina (muñequita) a Antonia y, tras cantar Esperanza, uno de los temas de su nuevo disco, apostó a favor de un concursante que se comprometió a indicar las páginas exactas en que se encontraban cinco palabras de su voluminoso diccionario escogidas al azar. Y aunque lo consiguió sin cometer un solo fallo, demostrando una memoria prodigiosa, la comisión de productores no se resignó a que Enrique se fuera de rositas y lo sometió, sin que lo mereciera, a la estúpida prueba de castigo: presentar haciendo el pino (y dale con el pino) a la siguiente invitada, Nuria Roca. No me parece bien. ¿Qué apostamos? es, ante todo, un concurso y las reglas del juego deben ser escrupulosamente respetadas. Aun así, Enrique aceptó, con la buena disposición y la generosidad que su padre Julio no tuvo, al marcharse del plató con cajas destempladas, según contó Jesús Mariñas en Tómbola.

10 Noviembre 1998

Ramón García: «Antonia Dell'Atte es un terremoto»

Rafael Torres

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Ramón García es, seguramente, el tío más simpático de la televisión, y, además, es de Bilbao. Del buen rollo que desprende Ramón García se benefician sus programas y sus paternaires, ayer Ana Obregón, hoy Antonia Dell’Atte y, el 31 de diciembre, Norma Duval, con quien dará las uvas en TVE-1. No se me ocurre que a la televisión se le pueda pedir, tal como andan las cosas, mucho más que eso, buen rollo.

Pregunta. A usted le encanta ser de Bilbao.

Respuesta. Sí, y del centro centro, de Bilbao Bilbao, de la zona de Indauchu.

P. ¿En qué consiste ser de Bilbao?

R. Ser esa persona generosa, un poco fanfarrona, que invita a una ronda para todos. El de Bilbao es el vasco noble, que ayuda, que le gusta invitar…

P. Usted se llama Ramón, se apellida García Hernando, y es completamente vasco. Lo mismo Arzalluz discrepa.

R. Vasco es el que se siente vasco de verdad. Mi Rh es 0+ y no creo ser menos vasco por eso. Soy García, no me pongo Gartxia ni Garziabeitia, porque el ser o el no ser no depende del apellido.

P. Usted es un caballero y, como es natural, no me va decir con quién trabajaba mejor, si con Ana o con Antonia.

R. Trabajo a gusto con todo el mundo, creo ser un buen compañero. Aunque, por antigüedad, cinco años juntos, diría que con Ana.

P. ¿Quién da menos guerra?

R. ¿Menos? Miriam Domínguez, de Grand Prix. Ana es una niña grande y daba esa clase de guerra; Antonia es un terremoto…

P. Un terremoto algo soso, de momento.

R. Es que está cogiendo la técnica del directo, pero cuando se suelte, notaremos los temblores.

P. ¿Imagina que la fuerza y el talento que ponen los concursantes en ¿Qué apostamos? la dirigieran hacia objetivos de mayor fundamento?

R. Lo he pensado muchas veces. Había una que se sabía de memoria los guiones de los 200 y pico capítulos de Cristal, y nunca entendí que no se dedicara, con semejantes aptitudes, a las matemáticas o a la ingeniería naval.