29 julio 2022

El redactor jefe del digital de Inda lo califica de 'hipocresía progre0

Campaña de Luis Balcarce (OKDIARIO) contra Jesús Maraña (INFOLIBRE) reprochándole su etapa de director de INTERVIÚ veinte años después

Hechos

Entre el 20 y el 29 de julio de 2022 D. Luis Balcarce publicó siete artículos  en OKDIARIO contra D. Jesús Maraña, editor de INFOLIBRE.

Lecturas

ENTRE EXDIRECTORES DE INTERVIÚ ANDA EL JUEGO…

Entre el 20 y el 29 de julio de 2022 D. Luis Balcarce, redactor jefe de OKDIARIO publicó siete artículos consecutivos en este diario digital contra D. Jesús Maraña, editor de INFOLIBRE haciendo balance de todas sus controversias al frente de la revista INTERVIÚ (que dirigió entre 1999 y 2001), periodo que incluyeron varias condenas para la revista, la publicación de desnudos y posados eróticos habituales en la desaparecida publicación del Grupo Zeta y sus investigaciones sobre el pasado de trabajadora sexual de varios concursantes de ‘Gran Hermano’, algo que contradice la actual posición feminista del Sr. Maraña, lo que OKDIARIO califica como ‘hipocresía progre’.

Tanto en su digital como en su condición de tertuliano el Sr. Maraña se posiciona como un hombre partidario del feminismo, dispuesto a denunciar el comportamiento machista de la derecha, pero lo cierto es que durante su etapa al frente de la popular publicación del Grupo Zeta se hizo daño a muchas mujeres, como refleja el trabajo del Sr. Balcarce.

Todos los directores de INTERVIÚ afrontaron demandas, pleitos y publicaciones que puedan considerarse cosificadoras del cuerpo femenino y se da la circunstancia de que uno de los principales directivos de OKDIARIO es D. Manuel Cerdán, que también fue director de INTERVIÚ y también afrontó pleitos y polémicas similares a las del Sr. Maraña que no han motivado que este haya querido escribir nada a favor de su colega.

En la etapa del Sr. Maraña como director de INTERVIÚ, además, se desveló la polémica de los plagios de D. David Rojo, propietario de PERIODISTA DIGITAL.

20 Julio 2022

El ‘feminista’ Maraña, agitador del 8-M, publicó un ‘robado’ de Isabel Pantoja en topless en Interviú

Luis Balcarce

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Ya pocos parecen recordar que el omnipresente tertuliano de izquierdas, Jesús Maraña, devoto feminista y apasionado defensor del infectódromo del 8-M («yo mismo acudí a esa la manifestación», afirmó) fue director entre 1999 y 2002 de la revista Interviú, desde la que se pagaba a mujeres para que salieran desnudas en la portada. Este inquisidor implacable perseguía con el mismo ardor con el que ahora abandera las causas progresistas robados de artistas y famosas con los que disparar la venta de ejemplares de la desaparecida revista del Grupo Zeta. Uno de los más míticos desnudos publicados por Maraña fue el topless de Isabel Pantoja en octubre de 2002.

«Lo nunca visto de Isabel Pantoja: topless en Tenerife», titulaba en portada Interviú su número 1381 de octubre de 2002. En el editorial, Maraña criticaba que Gran Hermano y Operación Triunfo huelan «a estiramiento del negocio». Todo lo contrario a forrarse sacando mujeres desnudas en portada con o sin su consentimiento, algo que no parecía a primera vista ser muy feminista pero sí un negocio muy rentable.

Pantoja estaba pasando unos días de descanso en el Gran Hotel Bahía del Duque, cinco estrellas, ubicado en la costa Adeje, en el sur de Tenerife junto a su pareja Diego Gómez. «Allí se la pudo ver descargada de tensiones, desinhibida y poseedora de una buena figura», cuenta la revista. La crónica iba firmada con el pseudónimo de Pedro Pals y acompañada de fotos de una desenvuelta Pantoja ajena a los objetivos de la cámara que la estaban fotografiando.

«Fue algo por completo natural. Simplemente, Isabel llegó a la piscina, se despojó de la parte de arriba de su biquini y se puso cómoda. Duró tres cuartos de hora el baño que se tomó la tonadillera con Diego. El resto de los bañistas que pasaban el día en la zona no podían permanecer indiferentes: tenían ante sí, bajo el cielo canario, lo nunca visto de la más famosa y castiza cantante española desde los tiempos de Lola Flores», escribió el cronista.

Trampas

Maraña se apuntó un gran tanto con el robado de la Pantoja. «El topless más esperado. No se hablará de otra cosa», publicitaba la revista precintada para no desvelar su contenido. Pero Maraña hacía trampa, ya que esas fotos de la Pantoja no eran recientes sino que llevaban un año dando más vueltas que el baúl de la Piquer. Según contó El Mundo, esas fotos formaban parte de un pack que pertenecía a la agencia Enfoque. Esta agencia se lo vendió por un precio que no trascendió a las revistas Semana y LecturasSemana publicó las fotos más light de la Pantoja… ¡el 17 de octubre de 2001!, es decir, exactamente un año antes que Interviú, dato que no se mencionaba en la crónica. Lecturas compró el resto de las fotos de la cantante en topless y se las regaló a la tonadillera en un gesto de cortesía. Hoy por mí y mañana por ti, como dice el refrán. Algo habitual en el mundo del papel couché.

El contrato que firmó Lecturas para hacerse con las fotografías de la Pantoja establecía que pasados seis meses, la agencia Enfoque podría vender de nuevo el reportaje. Y ahí es donde apareció el abnegado feminista Maraña para comprarlas a un precio que se cree que podría haber llegado a los 120.000 euros. El número del topless de la tonadillera causó furor y sirvió para «estirar el negocio» -como diría Maraña- del Grupo Zeta. Tal como decía el editorial de aquel mítico número de Interviú, «tanto tiempo dedicado a hacer caja no deja un solo minuto para el talento».

20 Julio 2022

Las otras portadas ‘semiporno’ de Interviú que retratan al ‘feminista’ Maraña

Luis Balcarce

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Así como Pedro Sánchez combate el cambio climático contaminando el planeta a bordo del Falcon, un Super Puma y un Audi A8 sólo para viajar a Extremadura, hubo una vez que el feminista Jesús Maraña luchaba contra el machismo y el heteropatriarcado sacando mujeres desnudas en la portada de Interviú y persiguiendo robados de artistas y famosas.

Como máximo responsable de esa publicación entre 1999 y 2002, Maraña consiguió grandes conquistas feministas como sacar desnuda a Ana Obregón a lo American Beauty, número con el que Interviú celebró su 25 aniversario por todo lo alto en 1999 0 el robado de la matador de toros Cristina Sánchez en 2001, por el que la revista fue demandada por atentar contra el honor, intimidad y vida privada de Sánchez, juicio que acabó ganando la torera.

Otros de los logros de este periodista leonés de 61 años fue publicar unos posados para un catálogo de ropa interior de la ex Miss España, Helen Lindes, cuando estaba haciendo sus primeros pinitos como modelo. Según cuenta Divinity, el fotógrafo se guardó los negativos de la sesión y, cuando Helen saltó a la fama, se las vendió a Interviú, una jugarreta de Maraña que también acabó en los tribunales.

Maraña también se lució publicando unas fotos de la ex concursante de Gran Hermano Ana Iglesias RedondoAnia, que fueron tomadas años antes de que saltara a la fama en el conocido concurso de televisión. Hasta cuatro intromisiones en el derecho a la propia imagen estimó el juez que había incurrido Interviú cuando publicó las fotos de Ania. Este mismo juez de Barcelona condenó a Interviú a indemnizar a la ex concursante con la suma de dinero más elevada que durante el año 2000 haya abonado en concepto de honorarios por un reportaje con desnudos.

Otro revolcón que el paladín del feminismo se llevó en los tribunales fue el topless robado de Carmina Ordóñez en una piscina de Tánger. El Tribunal Supremo confirmó en 2009 una sentencia que condenó a Interviú y a Ediciones Zeta a pagar 30.000 euros de indemnización a los herederos de Ordóñez por considerar que las fotografías vulneraron el derecho a la propia imagen de La Divina  y que constituyeron una intromisión ilegítima al haber sido tomadas en un lugar privado.

25 Julio 2022

El ‘feminista’ Maraña destrozó la vida de una concursante de ‘GH’ destapando que fue prostituta

Luis Balcarce

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En noviembre de 2021 el digital progresista Infolibre se preguntaba en un artículo: «¿A quién le importan las mujeres prostituidas?». Como gran luchador de la causa feminista, el digital de Jesús Maraña denunciaba que «la prostitución no es un trabajo, sino un lucrativo negocio» y señalaba que no era casualidad que «las mujeres prostituidas pertenezcan a los sectores más pobres y deprimidos socialmente». Algo muy diferente a lo que opinaba el propio Maraña en el año 2000, cuando se volcó en destrozar desde las páginas de Interviú, la revista que entonces dirigía, la vida de una mujer destapando que se había ganado la vida como prostituta.

En el número 1256 del 22 de mayo de 2000, la revista Interviú publicó «La verdadera historia de María José», una sevillana llamada María José Galera y que participaba en el reality de Gran Hermano que para entonces tenía a media España hipnotizada delante del televisor. El reportaje, firmado por Antonio Pardo, revelaba que María José había ejercido la prostitución en los últimos años, antes de emprender su carrera hacia la fama, «según los testimonios de Cristina Álvarez», su ex madame, y de una tal Alba, que era una antigua compañera de alterne de la famosa sevillana.

Además, Interviú también publicaba unos anuncios de relax publicados en prensa para que quedara acreditado que Galera trabajaba de prostituta. «Si le sientes estresado y necesitas un buen masajista… ¡Llámame! Aplico masajes californianos. Mínimo 10.000 pesetas. Previa cita: 619…», decían los anuncios. La madame -cuenta Interviú– se sorprendió al verla en televisión: «¿Cómo se puede estar tan loca o ser tan corta como para salir en un programa como ése? Las mujeres que tenemos un pasado no podemos hacer una cosa así. Es una estupidez». Esta opinión sobre las «mujeres con pasado» parecía coincidir con la del feminista Maraña, en tanto su revista se encargaba de sacar a la luz el pasado de estas mujeres, para que todo el mundo lo conociera.

Es más, la revista relataba con todo lujo de detalles cómo los vecinos de Galera se quejaban del «trasiego de hombres» que entraban al edificio donde vivía la sevillana. Traducido: que una revista que pagaba mareantes sumas de dinero por desnudos y robados de artistas y famosas se escandalizaba por el pasado oscuro de una mujer de origen humilde. ¡Vaya forma de acabar con la dictadura del heteropatriarcado!

Acorralada

María José Galera había ejercido la prostitución para pagar los altos gastos del tratamiento de una de sus hijas, que nació con parálisis cerebral y que falleció en 2008 a los 17 años. Esa fue una de las causas por las que entró en el concurso de GH. El reportaje de Interviú destrozó la vida de Galera como ella misma lo confesaría 12 años más tarde. Fue un ataque tan devastador que, según sus propias palabras, jamás lo «consiguió superar».

«Sigo sin entender por qué salieron cosas de mi pasado sólo por participar en un concurso. No tiene nada que ver lo que yo hice con el escándalo que se montó, me sentí acorralada. Si pudiera ir atrás y supiese que iba a pasar lo que pasó, no volvería a entrar en GH, porque me etiquetaron para toda la vida, [se le rompe la voz]. Todavía me emociono… esto no se puede superar», declaró Galera a la misma revista Interviú, donde -paradojas de la vida- posaría desnuda para la misma revista que le había «crucificado» 12 años antes.

«¡Yo me sentí traicionada por todo el mundo! Es verdad que tuve que mantener relaciones con un señor a cambio de dinero y eso es prostitución, y yo dije que lo asumía, pero ¡si no he hecho daño a nadie, si es que el daño me lo he hecho yo a mí misma! Me llamaron de Interviú para contármelo y me caí redonda al suelo. ¿Por qué me crucificaron por eso?», se preguntaba Galera. La respuesta a esa pregunta la tiene el ‘feminista’ Maraña.

26 Julio 2022

«Bájate la cremallera…»: la ‘Interviú’ del ‘feminista’ Maraña hizo caja con anuncios de sexo telefónico

Luis Balcarce

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Pocas veces una mujer es degradada a la consideración de objeto como cuando ofrece sus servicios sexuales a través de una línea erótica. Eso es al menos lo que defiende gran parte del feminismo y de la izquierda, que ve en esas prácticas una mercantilización del cuerpo de la mujer. Por eso llama la atención que un feminista comprometido con el 8-M como el periodista Jesús Maraña, en su etapa como director de Interviú entre 1999 y 2002, haya permitido que su revista se lucrara de anuncios de sexo telefónico donde mujeres desnudas invitaban a llamar a unos números de pago las 24 horas prometiendo el máximo placer del otro lado de la línea.

Basta hojear el número 1246 de marzo de 2000 para ver anuncios que rezan: «Te estoy esperando del otro lado…», «bájate la cremallera y llama» o «mujer divorciada de 30 años con gustos particulares… ¡llama y escucha!». Estos eran algunos de los reclamos que podían encontrarse en las últimas páginas de Interviú por aquellos años bajo la dirección de Jesús Maraña. Los anuncios prometían placer inmediato para todos los gustos -heteros, gays, lesbianas, sadomasoquistas y hasta «amas de casa»- las 24 horas del día y con sólo hacer una llamada telefónica.

No dejaba de ser llamativo que la misma revista que se jactaba de haber destapado el pasado oscuro como prostituta de una concursante  de Gran Hermano hiciera caja con «chicas calientes» ofreciendo sus servicios sexuales a través de una linea erótica. Más cuando las estadísticas policiales constatan que un gran porcentaje de esas mujeres son explotadas por proxenetas y tramas mafiosas.

Se podrá decir que por aquellos años eran muchos los periódicos que publicaban anuncios de sexo telefónico y prostitución. Ya lo dijo el periodista Antonio Burgos cuando sentenció que, menos L’Osservatore Romano, todos los periódicos tenían su barrio chino: «Llamo barrio chino a la sección de anuncios breves donde se ofrecen casas de masajes, mulatas de pechos grandes, viudas ardientes y amigas que reciben en lencería, por no hablar del parte meteorológico de la lluvia dorada o de la filología del francés y el griego».

Es verdad pero los culpables de aquellas prácticas, hoy reconvertidos en abnegados feministas, jamás han pedido perdón. Es una muestra de la desvergonzada doble moral de quienes hoy desde su condición de tertulianos presumen a todas horas de ser los guardianes de las esencias feministas mientras su pasado oscuro les persigue.

27 Julio 2022

Maraña causó «graves daños» a una ex ‘GH’ a la que sacó desnuda en ‘Interviú’ sin su autorización

Luis Balcarce

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Nadie ya pone duda que Gran Hermano cambió para siempre la historia de la televisión. Aquella primera temporada del reality estrenada en abril de 2000 se convirtió en un fenómeno social que paralizaba el país pulverizando los índices de audiencia. La final entre Ismael Beiro y Ania Iglesias alcanzó el estratosférico dato de 70,8% de cuota de pantalla. De ahí que cualquier información sobre esos personajes anónimos se cotizaba a precio de oro. Y oro fue lo que encontró el ‘feminista’ Jesús Maraña, entonces director de Interviú, cuando un fotógrafo en apuros económicos le ofreció a precio de saldo un book de fotos en el que podía verse a Ania Iglesias, la concursante más famosa del reality, como Dios la trajo al mundo.

Las fotos del desnudo de la concursante de GH habían sido tomadas siete años antes cuando se ganaba la vida como modelo. Se esperaba de un feminista comprometido con el 8M como Maraña («yo mismo acudí a esa manifestación») que respondiera con un rotundo ‘no’ a la indecente oferta del fotógrafo al tratarse de un desnudo que no contaba con la autorización de la modelo para su publicación. Pero los ‘feministas’ como Maraña también cabalgan contradicciones, más cuando esas fotos pueden reportar extraordinarios beneficios económicos.

Así fue como el número 1255 de Interviú de mayo de 2000 salió con las fotos de Ania Iglesias totalmente desnuda y sin su autorización. «Preocupada por hacer carrera con su imagen, no dudó en teñirse el pelo, operarse los pechos, posar sin ropa y quitarse cinco años para ‘maquillarse’ la edad. La fama era el único objetivo de Ania, aunque el encierro con los otros nueve concursantes de Gran Hermano, en busca de los 20 millones del premio, la ha obligado a una terapia de grupo en régimen de humildad», decía el redactor de la noticia como si conociera a la joven de toda la vida.

Poco le importó al ‘feminista’ Maraña el daño que eso podía causar a la imagen de la joven vallisoletana. Le daba igual porque la chica estaba encerrada en la casa de GH y no se iba a enterar de nada hasta que saliera. Es más, Maraña aprovechó el encierro de Iglesias para seguir facturando y sacar más fotos de la joven desnuda en el número 1265 de julio de 2000 haciéndolo coincidir con la gran final del concurso. Cuando no destrozaba la vida de una concursante de GH destapando su pasado como prostituta, publicaba desnudos integrales de otra sin su consentimiento.

Condenado

En 2001 un juez de Barcelona condenó a Interviú a indemnizar a Ania Iglesias por publicar las fotografías de la modelo desnuda sin su autorización al estimar que la revista de Maraña había incurrido en la intromisión ilegítima en la imagen de la modelo. El juez consideró que, con la difusión de esos desnudos, se habían producido hasta cuatro intromisiones ilegítimas en el derecho de la propia imagen de Ania, que le ocasionaron «graves perjuicios y daños».

La sentencia obligaba a Interviú a pagar a Iglesias la suma de dinero más elevada que durante el año 2000 haya abonado en concepto de honorarios por un reportaje con desnudos más un 25%  en concepto de penalización por no haber solicitado la autorización de la interesada. Interviú recurrió y volvió a perder. Tras soportar todo tipo de chantajes y presiones por parte del Grupo Zeta, la modelo acabó pactando una indemnización de 6.000 euros.

28 Julio 2022

Maraña provocó «estrés postraumático» y «derrumbe moral» a otra ex de ‘GH’ tras desvelar su pasado

Luis Balcarce

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María José Galera no fue la única víctima de la primera edición de Gran Hermano a la que el feminista Jesús Maraña destrozó la vida de las páginas de Interviú. Hubo un caso similar, menos conocido, pero igual de grave por el daño psicológico que provocó en la afectada: el caso de Mónica Ruiz. Esta participante duró muy poco en el reality, apenas 12 días, porque tuvo que dejar la casa de Guadalix abochornada al ser informada en el confesionario de que Interviú había destapado su pasado.

La mallorquina Mónica Ruiz tenía entonces 25 años y era azafata de barco. Formaba parte de la terna de reservas y entró en el concurso para suplir el abandono de Silvia Casado. Le fascinaba el mundo de la televisión y aspiraba a que su paso por GH catapultara su carrera. Pero todo se truncó cuando en en junio de 2000 el número 1258 de Interviú, bajo la dirección de Maraña, publicó un reportaje con el título «La otra profesión de Mónica».

Como si tratara del Boletín Oficial de la Santa Inquisición, el feminista Maraña se convertía en un implacable inquisidor a la hora de señalar a las chicas de GH. Así lo reflejaba el tono delator del reportaje de Interviú: «Mónica Ruiz, el último fichaje femenino del experimento sociológico de Gran Hermano, no tiene sólo un nombre: se hacía llamar ‘Esther’». Una vez más, Interviú hacía caja con una intromisión ilegítima en la intimidad de una participante de GH. Y esta vez lo pagarían muy caro.

Condenado (otra vez)

La juez del Juzgado de Primera Instancia número 5 de Palma, Ana Isabel Fauro, condenó a Interviú a una indemnización de cinco millones de pesetas (30.000 euros), al entender que la revista de Maraña cometió una intromisión ilegítima en la intimidad de Mónica Ruiz. En una sentencia demoledora, la juez defendió que Mónica «siempre quiso guardar este secreto, que no sólo no lo difundió ni en su familia ni en sus amistades, sino que se preocupó por ejercer en una ciudad donde no vivía». Ambas partes recurrieron y la revista del Grupo Zeta volvió a ser vapuleada en los tribunales ya que la indemnización pasó de los 5 a los 15 millones de pesetas (90.000 euros).

Pero ese dinero no logró que Mónica olvide el calvario que sufrió por culpa del reportaje de la revista de Maraña.  Ese número de Interviú tuvo consecuencias devastadoras para Mónica. A los 24 años sintió que el mundo se había acabado, como confesó en una entrevista a Última Hora: «Aquello mató mi ilusión de vivir; el dinero no me hará olvidar el sufrimiento de mi familia, ni la vergüenza que pasé a la hora de ir a pedir un trabajo o de salir a la calle. Aquello me metió en un agujero del que me está costando mucho salir».

Sufrió, según los psicólogos, un «derrumbe emocional, un trastorno de ansiedad severo con ataques de pánico, irritabilidad, ira, depresión, limitación de su autoestima y desconfianza», además de un «estrés postraumático» del que tardó años en recuperarse. Mónica jamás volvió a pisar un plató harta de que le pregunten siempre por su pasado . Todo lo contrario a Maraña, que multiplicó sus apariciones en televisión dando lecciones de ética y periodismo.

29 Julio 2022

Una jugarreta del ‘feminista’ Maraña a Carmina Ordoñez le costó 30.000 euros a ‘Interviú’

Luis Balcarce

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En junio de 2002 la revista Interviú, bajo la dirección del feminista Jesús Maraña, publicó en su número 1363 un reportaje fotográfico en el que se podía ver a Carmina Ordóñez haciendo topless en Tánger. Era un robado en toda regla, propio de la factoría Interviú, pero esta vez la jugarreta a Maraña no le saldría gratis, porque las fotos se habían hecho en la piscina de un hotel, un lugar privado y no público como una playa, y eso fue determinante para argumentar la durísima condena que recibió la revista en 2009, cinco años después del fallecimiento de la ex mujer del torero Paquirri.

Las imágenes mostraban «a una Carmina sonriente y relajada, recuperada ya de su desvanecimiento en El Rocío». «Los disgustos han protagonizado los últimos meses de su vida -decía el cronista- y ya era hora de alternarlos con alguna alegría: su demanda de malos tratos contra Ernesto Neyra, la separación de su hijo Francisco y Eugenia Martínez de Irujo, su internamiento en una clínica, su reconocida adicción a los somníferos… Malos tiempos para una de las indiscutibles reinas del cuore nacional», narraba la crónica escrita bajo el pseudónimo de Pedro Pals.

La hija de Antonio Ordóñez aparecía con Paco Pablo Peralta, empresario «que lo mismo se dedica a la distribución de vinos que a dar masajes en la cansada espalda de su megafamosa acompañante», decía en tono jocoso la revista. La sonrisa se les iba a borrar muy pronto.  Carmina interpuso una demanda a Interviú y a su editora, Ediciones Zeta, en la que reclamaba una indemnización de 60.000 euros por haber publicado aquellas fotografías.

Los magistrados de la Sala de lo Civil del Alto Tribunal, presididos por el juez Juan Antonio Xiol, consideraron que esas fotografías vulneraron el derecho a la propia imagen de Carmina Ordóñez al haber sido tomadas cuando esta se encontraba en un lugar privado como es la piscina de un hotel. «La persona de notoriedad o proyección pública no tiene que soportar la captación, reproducción o publicación de su imagen en la piscina de un hotel, como tampoco si se encuentra en su habitación en los pasillos o en los salones, el bar o el comedor», explicaba la sentencia.

Sorprende que uno de los argumentos que esgrimió Interviú fuera que las fotografías en topless de Ordóñez eran inocentes porque mostraban «el buen estado físico y anímico de la demandante», lo que a su entender constituía «un hecho de interés social e informativo». Es decir, que no sólo no estaban denigrando a Carmina sino que además le hacían un favor.

En 2009, el Tribunal Supremo condenó a Interviú y a Ediciones Zeta a pagar 30.000 euros a los herederos de Carmina Ordóñez. Otro varapalo judicial al feminista Maraña por mostrar a famosas desnudas sin su consentimiento.