25 noviembre 2013

El político fue absuelto de cohecho y tráfico de influencias

Carlos Fabra, histórico líder del PP en Castellón, condenado a 4 años de cárcel por defraudar a Hacienda

Hechos

  • El 25.11.2013 D. Carlos Fabra fue condenado a 4 años de cárcel por la Audiencia de Castellón.
  • El 23.07.2014 la sentencia fue ratificada por el Tribunal Supremo.

Lecturas

D. Carlos Fabra Carreras, figura histórica del PP valenciano por ser presidente del partido en Castellón y haber presidido la Diputación de esa provincia de 1995 a 2011, es condenado a 4 años de prisión por cuatro delitos contra la Hacienda Pública. Se considera probado que el Sr. Fabra Carreras no declaró ingresos de casi dos millones entre 1999 y 2004 (cuando era presidente de la Diputación) lo que supone un fraude de 700.000 euros y por lo que deberá pagar 1,3 millones de euros entre multa e indemnización. Su exmujer Dña. Amparo Fernández, es condenado a dos años de prisión por los mismos delitos.

Nada más conocer su condena D. Carlos Fabra Carreras ha comunicado que se da de baja del Partido Popular. En situación comprometida queda su hija, Dña. Andrea Fabra Fernández, diputada del PP en el Congreso de los Diputados, y el marido de esta, D. Juan José Güemes Barrios, que, siendo uno de los principales escuderos de Dña. Esperanza Aguirre Gil de Biedma en el PP de Madrid, dimitió fulminantemente de un día para otro en 2010, especulándose si era para evitar que las investigaciones judiciales a su suegro podían perjudicar al PP de Madrid.

luis_herrero_veo7 Durante el tiempo en que duraron las investigaciones en torno a D. Carlos Fabra hubo varios periodistas que le defendieron como D. Luis Herrero de LIBERTAD DIGITAL – ES RADIO o el presidente de Intereconomía, D. Julio Ariza.

11 Junio 2004

Linchamientos

Francesc P. de Burguera

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El periodista Luis Herrero ha denunciado que el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, ha sido víctima de un «linchamiento carnicero» por parte de los medios de comunicación por informar de sus problemas con la justicia. Y sale en su defensa con estas palabras: «Como Carlos Fabra no ha habido otro presidente; es el que más ha hecho por Castellón y el que más me ha enseñado». ¡Qué cosas! Estoy seguro de que Herrero piensa lo mismo de Zaplana: que es el mejor presidente de la Generalitat que hemos tenido los valencianos. Pero vamos a ver, Luisito: ¿a qué «linchamiento carnicero» no hubieseis sometido tú y Federiquín Losantos, en La mañana de la COPE, a Fabra y Zaplana si se tratase de dos políticos del PSOE?. ¿Qué no hubieseis dicho de los tejemanejes de Fabra en Castellón o de los contratos de Zaplana con Julio Iglesias? Por ejemplo. ¿O de la huida del político cartagenero a Madrid, dejando las arcas públicas vacías y el País Valenciano endeudado hasta las cejas? ¿O del fracaso de las inversiones en la fantasiosa Terra Mítica zaplanera y los problemas en que, como consecuencia, se encuentran las cajas de ahorro valencianas? Sin embargo habéis estado callados ante estos escándalos. Pero acabas de pasarte a la política, has dejado el periodismo para convertirte en un político del PP, y a las primeras de cambio comienzas a arremeter contra la canallesca, de la que hace cuatro días formabas parte, para defender a un colega de partido. ¿Y qué han de hacer los medios de comunicación a los que acusas de llevar a cabo un «linchamiento carnicero» contra Fabra? ¿Ignorar las noticias? ¿No informar de los procedimientos judiciales en que se halla envuelto el político de Castellón? ¿Pero cuántos «linchamientos carniceros» no habéis llevado a cabo en el programa de La mañana que tú dirigías? Y no hablemos de las carnicerías que comete tu sucesor, Federiquín, diariamente. Comienza la emisión a las 6, y antes del primer bloque de publicidad ya lleva linchados y descuartizados a media docena de políticos. En fin, Luisito: cuídate de los periodistas. Como político vas a saber lo que es bueno. ¡Son mala gente! Ya lo verás.

26 Noviembre 2013

Limitada justicia

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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La medida de cómo queda la justicia tras la condena contra Carlos Fabra la dio ayer el propio interesado al manifestarse “muy satisfecho” con el fallo y sentirse libre de los delitos de corrupción. En efecto, la Audiencia de Castellón le ha absuelto de cohecho y tráfico de influencias y ha condenado al expresidente de la Diputación castellonense y exdirigente provincial del PP a cuatro años de prisión por fraude fiscal y una multa y pago a Hacienda de casi 1,4 millones de euros. Su exmujer ha sido condenada a penas similares.

Es una cierta derrota de la justicia porque esta da por probado que entre 1999 y 2004, año en que se inicia la investigación, el matrimonio Fabra registró casi 600 ingresos en metálico con “ganancias patrimoniales no justificadas” que sumaron casi tres millones de euros. La condena impuesta se debe no solo a que los condenados no pagaran al fisco lo que debían, sino que se intentó engañar a Hacienda alterando los datos. Fue, en todo caso, un enriquecimiento desproporcionado, no acorde con la renta y el patrimonio de la pareja, cuyo origen ni la Administración ni los jueces han sido capaces de dilucidar; menos aún de demostrar que el entonces dirigente popular extorsionara al empresario que le denunció por influir en el Gobierno central a favor de los negocios de aquel.

Las condenas ahora fijadas son menores que las que pedía la Fiscalía Anticorrupción porque la Audiencia le ha aplicado la atenuante de “dilación indebida”, una paradójica ventaja para el mismo político que durante años dilató cuanto pudo el proceso en su propio beneficio.

Fabra representa a una casta política que ha ejercido el poder durante lustros de manera patrimonialista. Su envenenada herencia de un aeropuerto sin aviones de 150 millones —incluida escultura en su honor— y cuyo mantenimiento le cuesta a la Generalitat cuatro millones anuales es todo un emblema del despilfarro y la mala gestión del PP valenciano.

Por otra parte, a pesar de su corto alcance, la condena es importante porque castiga a uno de los mayores exponentes del deshonor del partido, que en Valencia tienen nada menos que nueve diputados autonómicos imputados y un grupo parlamentario que todavía se atreve a pedir indultos para sus correligionarios condenados por corrupción, como el alcalde de Torrevieja.

Es incoherente que el PP persista en el empeño de eludir hasta el límite las responsabilidades políticas de sus dirigentes. Fabra ya no ostenta cargo alguno, pero no es cierto, como dejó entrever ayer la secretaria general María Dolores de Cospedal, que tal situación se deba a su apartamiento desde hace tanto tiempo. Su último sueldo público como presidente de la Diputación data del verano del 2011, fue presidente del PP de Castellón hasta julio de 2012 y presidente de Aerocas hasta marzo de 2013. Cesó, tras casi una década de proceso judicial y apoyo partidario sin fisuras, solo cuando los jueces estaban a punto de sentarle en el banquillo.

26 Noviembre 2013

Fabra no debería tratar de burlarse de la Justicia

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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CARLOS FABRA ha celebrado su condena a cuatro años de cárcel tratando de hacer ver que ha evitado la mancha de la corrupción, como si en un político no lo fuera defraudar a Hacienda. Según dijo, «desde el punto de vista moral», la sentencia es «muy importante», ya que le absuelve de «corrupción». Es cierto que el fiscal le acusaba también de tráfico de influencias y cohecho, pero sólo el delito cometido por quien debe tener una conducta ejemplar ya es infamante. Sorprende que quien ha justificado sus elevados ingresos por la cantidad de veces que le ha tocado la lotería haya dicho que no pagará ni la indemnización ni la multa impuestas por falta de dinero. Fabra no debería burlarse de la Justicia y de los ciudadanos incumpliendo con su deber de restañar el mal causado.

El Análisis

EL FIN DE UNA POLÉMICA ETERNA

JF Lamata

Las investigaciones en torno al Sr. Fabra duraron más de una década, periodo de tiempo en que distintos medios y en particular los medios del Grupo PRISA pusieron de manera constante en portadas los extraños chanchullos de un político al que se le atribuía una sospechosa suerte en las loterías locales.

Al final no consiguieron probar que el Sr. Fabra hubiera cometido cohecho, aceptado regalos y demás, pero sí que había defraudado a Hacienda. Para el político sería un gran consuelo, pero teniendo en cuenta que la mayoría de los ciudadanos tienen que pagar sus impuestos que todo un presidente de Diputación perteneciente a una saga familiar de trabajadores de la administración pública eluda pagar impuestas era, a parte de ilegal, humillante. Como humillante era el papel del PP que tendría que mirar para otro lado viendo como enchironaban a alguien a quien habían defendido durante años.

J. F. Lamata