15 julio 2013

En un artículo en LA RAZÓN, Vidal arremete contra 'Papichulo' y 'Madelman', en clara referencia a Dieter Brandau y Javier Somalo, los principales escuderos de Jiménez Losantos

César Vidal rompe con Federico Jiménez Losantos tras 15 años de colaboración y deja LIBERTAD DIGITAL / ESRADIO

Hechos

  • El 12.07.2013 D. César Vidal confirmó que abandonaba ES RADIO y su programa «Es la Noche de César», así como su puesto en el Consejo de LIBERTAD DIGITAL.

Lecturas

El 12 de julio de 2012 finaliza la relación de D. César Vidal Manzanares con EsRadio, donde presentaba el programa de noche y abandonaba su puesto en el Consejo de Administración de Libertad Digital.

LIBERTAD DIGITAL DESPIDE A LOS PRINCIPALES COLABORADORES DE VIDAL

Tras su salida eran despedidos los principales colaboradores de D. César Vidal en Libertad Digital: Dña. Pilar Muñoz, Dña. Sagrario Fernández Prieto, Dña. Isabel Pintor, Dña. Ana Sánchez de la Nieta, D. Miquel Roselló, Dña. Gala Kalinikova a los que hay que añadir a D. Lorenzo Ramírez, que ya había sido despedido meses antes.

En sus tuits D. César Vidal detalló las formas con las que LIBERTAD DIGITAL le había tratado tras abandonar la empresa.

cesarvidal_tuits

CÉSAR VIDAL CULPA AL ‘DUO PELOTA’,DIETER BRANDAU Y JAVIER SOMALO DE LA CRISIS DE LIBERTAD DIGITAL

D. Dieter Brandau, apodado como ‘Madelman’, era según D. César Vidal uno de los culpables junto al Sr. Somalo, apodado como ‘Pachibulo’ de la crisis de LIBERTAD DIGITAL.

No vine para quedarme

César Vidal

2013

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“Te han puesto cerco como se lo pusieron a Javier Rubio”. Me dijo un día alguien que pudo detallarme el listado, ciertamente extenso, de la gente que había terminado fuera de la empresa gracias a la acción conjunta de Dieter Brandau y Javier Somalo.

Un día, lunes, me retrasé en mi despacho algo más de lo habitual y cuando lo abandoné a las doce contemplé a Dieter Brandau y a Javier Somalo esperando a la puerta del estudio a que apareciera Federico. Apenas hubo emergido, lo flanquearon y, como si lo llevaran en volandas, lo condujeron a un despacho. Un tanto sorprendido, pregunté si había alguna reunión de la que yo me había enterado. La respuesta fue clara y directa:

– ¿Reunión? No. Este es el dúo de la pelota de las doce.

– ¿Cómo? – Pregunté sin acertar a comprender.

– El dúo de la pelota de las doce – respondió mi interlocutor – El Dieter y el Somalo están aquí todos los días a las doce para hacer la pelota a Federico. Se lo llevan a un despacho, le comen la oreja y luego le dejan marcharse a su casa.

Confieso que me quedé perplejo al escuchar aquellas palabras y decidí averiguar lo que tenían de ciertas. Durante varios días, me pasé a propósito por la radio a la hora señalada. Pues bien, allí estaba el dúo… de las doce para custodiar a Federico como si fueran una pareja de Benmérita y llevárselo a un despacho. En una ocasión, confieso que incluso me dio pena porque parecía como si se lo llevaran arrestado a un rumbo desconocido. Desde luego, si aquellos dos que no poseían uan formación especial – llegaron a contarme que Somalo no era periodista sino un técnico de sonido procedente de Radio España – se había ido apoderando del a empresa, dado el precedente de la televisión, podíamos esperarnos lo peor de cara a la radio.

Federico me pidió que despidiera a mi escolta “por ser un matón”, a Enrique Martín Pachecho y yo no tenía la menor intención de despedirlo por la sencilla razón de que era una persona honrada y decente que cumplía más que decorosamente con su cometido.

Desde hace meses yo tenía que defender a mis colaboradores de las llamadas de Federico exigiendo que me deshiciera de ellos. Puedo decir con legítimo orgullo que no despedí a ninguno porque jamás he aceptado ese tipo de interferencias en mi trabajo. No lo había hecho en la COPE cuando me pidieron despedir a Gabriel Albiac y no pensaba hacerlo en EsRadio con Roberto Centeno y otros. Uno de los dolores mayores que yo me vi obligado a sufrir en EsRadio fue el despido de Lorenzo Ramírez. Como no dependía de mí sino de un contrato con la casa, pude salvarlo temporada y media, pero al final lo echaron. Estoy más que convencido de que el despido de Lorenzo fue únicamente fruto de la envidia porque yo lo había señalado en alguna ocasión como mi sucesor natural y esa circunstancia no podía ser tolerado por otra gente de la casa.

(…)

En apenas unas horas mis colaboradores fueron despedidos sin tener en cuenta ni su valor, ni sus méritos ni los servicios rendidos a la casa. La psicólogoa Pilar Muñoz, Sagrario Fernández Prieto, Isabel Pintor, Ana Sánchez de la Nieta y todo lo que significa la cultura recibieron una comunicación para que no regresaran a la semana siguiente a pesar de que seguiría emitiéndose en los meses siguientes. Dos resultaron especialmente sangrantes: Miquel Roselló, un extraordinario informático al que tuvo que salvar del despido tiempo atrás porque el dúo… de las doce le había puesto en su punto de mira. Me costó que no lo echaran entonces, pero, una vez producida mi marcha, su destino estaba cantado. Es cierto que Javier Somalo, Dieter Brandau y Daniel Herrera – ¡Vaya tres patas para un banco! – le ofrecieron quedarse ‘si se arrepentía, pero Miquel tenía más dignidad que los tres juntos sumados y asumió que lo echaran. Tan triste o más fue el caso de Gala Kalinikova. Durante años, Gala, ingeniera, desempeñó su labor magníficamente primero en COPE y luego en EsRadio. A pesar de ser una extraordinaria profesional, una buena compañera y una excelente persona, la subordinaron a un personaje que ni de lejos tenía su competencia y que no le dio – seamos caritativos – una vida fácil. A mi salida la despidieron sin ningún género de contemplaciones.

Uno de los personajes que más estaba contribuyendo a llevar a EsRadio a la ruina arrancó en un acceso de furia mi retrato de una de las paredes y lo lanzó contra el suelo. Fue el paso previo a sustituirlo por un póster y lo lanzó contra el suelo. Fue el paso previo a sustituirlo por un póster y a borrar mi nombre de entre aquellos que habían fundado EsRadio. Esa batalla dejó de ser mía el 12 de julio de 2013.

23 Diciembre 2013

PAPICHULO Y EL MADELMAN

César Vidal

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“¿Y el presidente? [Jiménez Losantos] “Yo a estas alturas no sé si es un sinvergüenza como ellos o la pelota a que lo someten lo ha dejado idiota.

Su rostro, enrojecido por el sofoco, contrasta vivamente con su camisa y su cabello pulcramente albos. Me cuenta que su empresa está al borde de la quiebra y teme verse en la calle. “La culpa de todo”, balbucea tembloroso, “la tienen Papichulo y el Madelman”. “Perdón…”, interrogo. “Sí”, me aclara, “todos los llamamos así en el trabajo porque uno es un chulopiscinas y el otro recuerda a esos muñequitos…”. “Los hombres articulados dispuestos para la acción”, concluyo. “Para la acción han estado dispuestos”, gime, “Mira… cuando se creó la empresa hace casi cinco años, todos éramos jóvenes y entusiastas. Nos entregamos totalmente. El que no se pagaran las horas extra o la nocturnidad no importaba. Era cuestión de salir adelante”. “Lo entiendo”, asiento. “Pero Papichulo y el Madelman sólo pensaban en su beneficio particular”, continua, “mientras los demás trabajaban, ellos no paraban de negociar su paso a otra compañía. Llegaron incluso a pedir el apoyo de varios políticos”. “Creo que sin éxito…”, digo. “¡Hombre, claro!”, me dice aún más encarnado, “Papichulo y el Madelman son unos zotes. ¿Quién iba a quererlos?”. “¿Tanto?”, pregunto yo que he visto a verdaderos incapaces en puestos de responsabilidad. “El Madelman”, responde, “se cargó en unos meses la tercera parte de la empresa hasta el punto de que hubo que venderla y Papichulo… perdimos dinero en todas las negociaciones y operaciones exteriores que dirigió. En una ocasión, tras uno de sus fracasos, hasta tuvo un vómito de sangre y hubo que hospitalizarlo”. “No pensaba yo…”, musito, “¿Y el presidente?. “Yo a estas alturas no sé si es un sinvergüenza como ellos o la pelota a que lo someten lo ha dejado idiota. Hace unos meses, los tres se enteraron de que una compañía del sector (me da el nombre) tenía una deuda enorme e idearon asaltarla. Fracaso total”. “No me sorprende…”, reconozco. “Soñaban con que se apoderarían de la empresa y se la repartirían. Al final, todo se cerró con un acuerdo en el que le dimos nuestro mejor asset y ¡no hemos ganado un solo euro! ¡Ni uno!”. Guardo silencio. Mi interlocutor puede estallar en amargas lágrimas en cualquier momento. “Ya estamos en números rojos”, prosigue, “Durante años han engañado a los empleados, a los accionistas, al consejo de administración, al mejor amigo del presidente. Hasta bajaron el sueldo de los trabajadores mientras se subían los suyos… ¿Tu qué crees que debería hacer?”. No es inocente, pero me da pena. “¿Has pensado”, pregunto, “en buscarte otro trabajo?”.

César Vidal

15 Julio 2013

El trato de favor de Losantos a su “amante”, detonante de la salida de César Vidal

Luis Abril

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La salida de César Vidal se ha producido sin explicaciones al público, tampoco César Vidal se ha comunicado a Losantos, pero sí ha comunicado sus razones a sus colaboradores más directos. Según diversas fuentes consultadas por Alerta Digital, César Vidal ha considerado determinante para su salida el trato de favor que Federico Jiménez Losantos dispensa a Ayanta Sánchez Dragó, a la que Vidal sitúa como “amante” de Losantos.

Para César Vidal, no está justificado el sueldo de 60.000 euros netos de la citada Ayanta, cuyo programa “essexo”, que se emite a las 12 de la noche, no tiene publicidad y, según César, tampoco audiencia. Ayanta es hija de Fernando Sánchez Dragó, tenida en su primer matrimonio.

César Vidal también criticó la gestión empresarial de Losantos que tildó de nefasta. En ese sentido, mostró su malestar porque Losantos ya se ha gastado todo el dinero recibido por la venta de la licencia de la TDT, concedida por Esperanza Aguirre, a un grupo de comunicación evangélico; gestión en la que medió CésarVidal. El que parte de ese dinero vaya a sufragar el sueldo de Ayanta provoca especial malestar en Vidal.

Para el historiador y escritor, el ambiente dentro de estadio se ha tornado cada vez más enrarecido y culpa de ello a las intrigas de Somalo que ya estuvo tras la nunca explicada defenestración de Javier Rubio. Vidal está también muy molesto porque en la lista de Bárcenas aparezcan pagos a Libertadigital de 36.000 euros del dinero negro del PP y no se hayan dado explicaciones ni mucho menos se hayan depurado responsabilidades. También informó a sus colaboradores de que se han abierto negociaciones para ponerse al servicio de María Dolores de Cospedal. César Vidal se trasladará a vivir a Miami.

02 Septiembre 2013

¿Por qué ya no estoy en Libertad Digital?

Miquel Rosselló Arrom

rosselloarrom.wordpress.com

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Ya no trabajo en Libertad Digital, tras la marcha de César Vidal la empresa se ha desprendido de una serie de colaboradores y trabajadores entre los que me encuentro. Quiero aclararlo porque, aunque estemos ya en septiembre, continúo recibiendo mensajes preguntándome por qué ya no estoy en Libertad Digital. Y creo que se merecen una explicación.

El viernes 12 de julio por la noche, mientras estaba tomando unas hamburguesas con unos amigos durante mis vacaciones en Mallorca, empecé a recibir llamadas y mensajes algo desconcertantes. Querían saber por qué César Vidal se había despedido y en un primer momento pensé que se referían al cierre de temporada. Estaba equivocado, y me costó creerlo. Ese mismo fin de semana intercambié algunos mensajes con César sobre lo acontecido y le devolví el control único de las cuentas de Twitter y Facebook. Se las di sin pensarlo mucho. Consideraba entonces y sigo considerando ahora que una cuenta en Twitter o en FB es algo personal e intransferible, así que, del mismo modo en que Ana Pastor se llevó consigo su cuenta de Twitter cuando abandonó TVE, me parecía lógico que César Vidal hiciese lo propio al salir de EsRadio. Al margen de este breve y aparentemente intrascendente episodio de las contraseñas (más adelante explicaré por qué), la marcha de César me dejó tan anonadado como a cualquier oyente de la emisora. Tras dos temporadas difíciles el camino llegaba a su fin. Todos sabíamos que César estaba a disgusto, pero nadie imaginaba que aquello fuera a terminar así y de manera tan repentina. Al contrario de la noticia que publicó Libertad Digital al día siguiente, César Vidal no se despidió a la francesa, envió una carta a Federico Jiménez Losantos antes de decir el adiós definitivo. El contenido de esa carta y las razones de César las desconozco, por lo que no las encontrarás aquí, debéis buscarlas en lo que él mismo ya ha dicho o en sus memorias que se publicarán en otoño.

También pude escuchar su último editorial pero no las tertulias. La prudencia me llevó a pensar que tal vez habían tenido algún tipo de problema técnico o la persona encargada de subir los podcasts estaba de vacaciones. Pero la espera fue vana porque alguien en Libertad Digital decidió censurar esas tertulias. Lo que Federico Jiménez Losantos denunció que había hecho la COPE con su fonoteca lo ha terminado haciendo también a sus oyentes de EsRadio.

Al reincoporarme unos días después empecé a notar silencios y situaciones extrañas. Con Adriana Rey, hasta entonces subdirectora del programa de César Vidal, tan solo hablé brevemente por teléfono sin que llegara a mencionarme al que hasta hacía unos días había sido el director de nuestro programa y cuya salida había armado un escándalo importante entre los oyentes habituales. Todo apuntaba que la vuelta al trabajo iba a ser lo más parecido a una noche de cristales rotos en la que a mi me iba a tocar el papel de comerciante judío. Y así fue. Pude ver con mis propios ojos como la gran fotografía de César Vidal que había en el pasillo central junto a los otros dos fundadores de EsRadio, Federico Jiménez Losantos y Luis Herrero, había sido arrancada dejando unos desconchones en la pared. Era como si César Vidal nunca hubiese existido, lo más parecido al damnatio memoriae que practicaban los antiguos romanos. Según me contaron, el encargado de arrancar el retrato fue el propio Javier Somalo, director de EsRadio. Entre esconder la imagen de César y censurar sus últimas tertulias la situación me recordó a las prácticas narradas en la distopía 1984 o la fijación de Stalin por borrar a Trotsky de las fotografías.

Espantado por lo anormal de la situación hablé con algunos amigos, todos ex trabajadores de LD, para contarles lo que estaba pasando. Le quitaron hierro al asunto y dieron por seguro mi despido. “Tratarán de acojonarte para que largues de plano si tienes las contraseñas de Twitter, a estas alturas es lo único que les interesa. Luego te pegarán una patada en el culo”, me dijo uno de ellos. Fue tal cual. Al día siguiente el silencio lo impregnaba todo. LD nunca ha sido una redacción especialmente animada, pero aquel día parecía un cementerio. Daniel Rodríguez se acercó a mí y me pidió de muy buenas maneras el e-mail con el que, hace varios años, abrí esa cuenta, evidentemente para quitársela a César por la puerta de atrás. Le dije que no me acordaba, y era la verdad, no me acordaba, pero de acordarme no se la hubiese dado porque, insisto, esa cuenta de Twitter era personal de un presentador de radio con su fotografía y su nombre. Cada uno de los 20.000 seguidores que tenía en aquel momento seguían a César, no a la franja horaria que ocupaba. De hecho ahora le siguen muchos más. Era Daniel tan la voz de su amo que hasta me dio pena. Por Dani siempre he tenido afecto personal y gran admiración profesional. LD no sería lo que es sin él. Dani vive por y para el periódico, es el alma técnica de aquel digital y además un buen periodista. Me apena que lo utilicen de la manera en que lo vienen haciendo desde hace tantos años.

La tarde del día siguiente empezó de forma similar hasta que Dieter Brandau, con sus andares como de chulo de feria, vino a verme a mi mesa para llevarme al despacho de Javier Somalo, que esperaba sentado detrás de la mesa demacrado, desafiante y con cara de vinagre. Allí, fui testigo paciente de lo que los trabajadores de LD conocen como “puritadas” o lo que algunos también llaman “gestapos”. Lo de “puritadas” viene porque en cada sesión entre los dos se fuman media lata de Café Creme (sí, como siempre han sido jefes todavía no se han enterado de que está prohibido fumar en las oficinas). Lo de “gestapo” no creo que haga falta que lo explique, habla por sí mismo. La “puritada” busca, como ya me habían prevenido, atemorizar al empleado y predisponerle a hacer lo que ellos quieren.

En dicha reunión me ofrecieron “pactar mi despido” o “arrepentirme”. Yo, que estoy a bien con mi confesor, consideré que no debía arrepentirme de nada de lo que ya había dicho en mi Twitter personal , pero tampoco pactar mi despido, aunque entiendo que cualquier empresario puede despedir a un trabajador si así lo tiene a bien. Aquella reunión me pareció surrealista, continúo sin entender qué hacía allí el director de los servicios informativos (Brandau) y el subdirector del digital (Dani) tratando un asunto de la radio con un trabajador contratado por Cronos Multimedia (productora de la antigua televisión de LD). Tal vez con mi “arrepentimiento” (esa fue la palabra) tan solo pretendían salvar mi alma corrupta, aquello me recordó a un tribunal del Santo Oficio.

Tal y como estaba el ambiente laboral en la casa -y fuera de ella-, el trabajo era el trabajo y estaba dispuesto a hacer lo que me pidieran como hice desde el primer día que entré a trabajar en Libertad Digital en el ya lejano año 2007. Así se lo hice saber. No tenía nada de lo que arrepentirme, pero mostré disposición a hacer lo que ellos considerasen oportuno. En aquella empresa he hecho de todo, desde tráfico de materiales de la televisión (películas, documentales, etc.) a colaborar en el programa de César, pasando por sustituir al jefe de opinión, hacer la parrilla de programación, supervisar la continuidad de la tele, locuciones, traducciones y un larguísimo etcétera que incluye, a modo de anécdota, el transporte de cintas de vídeo en mi moto para que Dieter las colocase en emisión como falsos directos. También he filtrado miles y miles de SMS en las tertulias y hasta en el programa Debates en Libertad de Javier Somalo, que se emitía en diferido los sábados por la noche. Ese fue uno de los incontables absurdos que llevaron la televisión a la quiebra. No entraban apenas mensajes (cinco o seis la mejor de las noches), pero tenían a un empleado de guardia para pasarlos e inventarse el resto. Todo por el ego del hombre este. Volviendo sobre el tema que me estoy desviando, la reunión-puritada terminó y me dijeron que analizarían la situación y ya me dirían.

Se tomaron dos días para “decirme” lo que yo ya sabía, al término de los cuales Luis Rodríguez, el director gerente, se puso en contacto conmigo para que fuera un poco antes de empezar mi jornada laboral. Mis papeles del despido ya estaban preparados, firmé y al día siguiente lo dejamos todo arreglado. Al salir me crucé con Javier Somalo y bajó la cara. Sorprendente cambio de actitud, de la arrogancia a la vergüenza en 48 horas. Algo muy suyo por cierto. Todos los que han salido de ahí han tenido un cruce similar con él.

No me pude despedir de muchos de mis compañeros por lo enrarecido de la situación, así que quiero aprovechar ahora para enviar un abrazo a los compañeros y amigos, todos grandes profesionales, que todavía trabajan en Libertad Digital. De otros sí que me pude despedir, en público o en privado, en voz alta en la calle a resguardo de oídos indiscretos o entre susurros en algún rincón de la redacción. Incluso alguno me ha escrito atemorizado por lo que pueden hacerle si le lleva la contraria “a los jefes”. Los jefes son, por si no había quedado del todo claro, Dieter Brandau y Javier Somalo. Esa situación de temor y delación es algo de lo que no eres plenamente consciente hasta que estás fuera de la empresa y tu alquiler ya no depende del cambiante humor de estos dos.

Ya me habían dicho otros ex empleados de la casa que el despido de Libertad Digital se vivía más como una liberación que como una experiencia traumática. En muchos casos esa liberación ha venido acompañada de buenos empleos, mucho mejores de los que tenían en LD. No digo nombres porque el que conozca este mundillo ya sabe de quien hablo. El mercado ha terminado premiando el mismo talento que la pareja del purito castigaba con saña para que nadie advirtiese su mediocridad. A pesar de la fuerza de los hechos, de ver como muchos ex de LD estaban haciéndolo muy bien por ahí, seguía pensando que estar en Libertad Digital, el periódico de los liberales, era estar “mi casa”. Creí eso hasta el día después de salir de allí. Hace unos días leí un artículo de Daniel Lacalle en el que, refiriéndose al trabajo en France Telecom, escribía “no hay nada más inhumano que la frustración y desesperación de vivir la pesadilla kafkiana de un trabajo burocrático, tedioso y sin sentido”.

Uno de los aspectos más frustrantes de trabajar en Libertad Digital era comprobar con estupor como cualquier iniciativa, cualquier indicio de proactividad eran paralizados inmediatamente por Dieter Brandau y Javier Somalo. Bastaba con que hicieses algo bien para que dejases de hacerlo en el acto y te pusiesen a hacer lo contrario o a que te pudrieses en el tedio de copiar y pegar teletipos “cambiando el titular”, que es lo que Somalo y Brandau entienden por periodismo. A menudo tomaban la idea ajena, se apropiaban de ella y luego se ponían la medalla delante de Recarte o de Losantos. No les culpo. Ninguno de los dos son periodistas en sentido estricto. Uno porque es, según dicen, antiguo técnico de sonido de Radio España devenido director de un diario en la red por obra y gracia del otro, que sí tiene el título de periodista… y punto. Más allá de verle leer el teleprompter en los telediarios de LDTV y de repetir como un papagayo en su programa de radio lo que Losantos había dicho tres horas antes, Dieter no conoce este oficio, fundamentalmente porque nunca ha necesitado ejercerlo. Desde hace unos años, además, van de “directivos audiovisuales” (especímenes, por cierto, que Losantos odia de obra y palabra) y eso les ha quitado de todo lo demás. Y como curiosidad para los oyentes y lectores fieles, ninguno de los dos es liberal. Están, como dice un buen amigo con su habitual retranca madrileña, “en algún lugar entre el vacío del espacio profundo y el facherío vociferante del fondo sur del Bernabeu”.

A pesar de todo, quiero transmitir mi enhorabuena a Dieter Brandau, quien por fin ha conseguido presentar uno de los tres programas “pilares” de EsRadio. Tanto purito, tanto atormentar al personal y tanto esperar a Losantos a las 12 en punto en la puerta del estudio para acompañarle hasta la puerta del coche tiene ya merecida recompensa. Cierto es que recibe la medalla de bronce, y no la de plata como probablemente se esperaba. Quizá la de plata –el programa de la noche- esté reservada para Somalo cuando consigan aventar de una vez a Luis Herrero. No creo que “el del bigote” les cueste demasiado. César Vidal o Javier Rubio eran obstáculos mucho mayores y mirad donde están ahora unos y donde están los otros. Por el camino han tenido que soltar mucho lastre, unos eran amigos y otros, simplemente, trabajadores. Se cuentan por decenas los despidos en Libertad Digital y, pese a la nefasta gestión que se lleva desde hace años, sus gestores son los mismos y no creo que cambien. Lo de Libertad Digital es el caso del bombero pirómano llevado a su máxima expresión. Desde fuera se podría decir que ocurre algo parecido a lo que critican en la clase política: recortan por abajo y castigan al productivo mientras mantienen sus privilegios de casta dirigente y se blindan ante el fracaso.

Bueno, creo que he abusado de vuestra paciencia. Ya termino, lo haré con una cita del único artículo de Dieter Brandau que he conseguido encontrar después de buscar un buen rato en internet: “De lo que estoy seguro es de que jamás olvidaré el lema con el que nació Libertad Digital (Que nadie opine por ti, ni siquiera nosotros)”. Bien, haciendo honor al lema de aquella casa a la que entregué tantos años, esfuerzos y dedicación, le pese a quien le pese yo opino por mi mismo. Abierto quedo a vuestros comentarios y a las preguntas que queráis hacerme. Soy libre, y no tengo intención de dejar de serlo.

El Análisis

¿DOS EGOS DEMASIADO FUERTES?

JF Lamata

Para algunos enemigos de D. Federico Jiménez Losantos y D. César Vidal la ruptura eran inevitable porque ambos tenían caracteres muy fuertes. Puede ser, pero nadie negará en el Sr. Vidal que mostró una gran lealtad al Sr. Jiménez Losantos al dejar la COPE en el año 2009 cuando él tenía una cómoda oferta para haber continuado en ‘La Linterna’. El Sr. Vidal consideró entonces que el Sr. Jiménez Losantos era quien le había llevado a la COPE y que si este salía, él se iba junto a él.

Ahora todo había cambiado, el grupo LIBERTAD DIGITAL – ES RADIO se estaba hundiendo y la relación entre ambos había dejado de ser buena. Mucho se habló sobre la ruptura, hasta hubo lugar para especulaciones de prensa rosa entorno a D. Federico y la empleada de ES RADIO Dña. Ayanta Barili. Pero según el testimonio del Sr. Vidal, el punto que decidió la ruptura era que el Sr. Jiménez Losanto había negado atención a las críticas del Sr. Vidal al rumbo de la empresa.

El Sr. Jiménez Losantos, que en su trayectoria había roto con EL PAÍS, con el ABC (dos veces) con ANTENA 3, con TELECINCO y con COPE, no podía romper con LIBERTAD DIGITAL porque era suya, pero por pronto ya había roto con la mayoría de sus socios hasta el momento: D. Alberto Recarte, D. Javier Rubio… básicamente sólo le quedaban sus adláteres Sres. Brandau y Somalo.

J. F. Lamata