16 noviembre 1985

Acumulaba pérdidas de 1.500 millones de pesetas

Cierra por quiebra el periódico EL CORREO CATALÁN y sus empleados culpan a Convergencia, el partido de Jordi Pujol

Hechos

En 1985 cerró el periódico EL CORREO CATALÁN.

Lecturas

El último propietario de EL CORREO CATALÁN fue la empresa ‘Fomento de Prensa’.

04 Diciembre 1994

Casinos de Cataluña financió con facturas falsas el cierre del diario "El Correo Catalán"

Enric Company

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Casinos de Catalunya financió en 1985 y 1986 el cierre del diario El Correo Catalán en una operación organizada por personas vinculadas a Convergencia Democrática (CDC) para evitar que la liquidación del periódico salpicara al partido de Pujol y Roca, que impulsaban entonces la Operación Reformista. La aparición de nuevas pruebas, entre ellas facturas falsas por importe dé 148 millones, coincide con el momento en que el juez recaba de los bancos información sobre los movimientos financieros de Casinos. Un portavoz de CDS rechazó toda relación con el caso.

El mecanismo de supuesta financiación irregular de empresas vinculadas a Convergéncia fue explicado con todo detalle por el propio ex director financiero de Casinos Jaime Sentís en la querella que presentó en diciembre de 1989 contra el presidente del grupo, Arturo Suqué. Pero la existencia de facturas que sitúan parte de esta financiación en El Correo Catalán, diario controlado accionarialmente por personas vinculadas o interpuestas a CDC, no había salido, a la luz hasta ahora. EL PAÍS, coincidiendo con las últimas acciones del magistrado encargado del caso, ha tenido acceso a parte de estas facturas.Se trata de 58 facturas extendidas, fechadas entre el 1 de febrero de 1985 y enero de 1986. El importe de cada una de ellas va desde 340.000 pesetas, la menos cuantiosa, hasta 12.900.300 pesetas la más elevada. El concepto facturado son unas inserciones publicitarias en El Correo Catalán que nunca se produjeron, como demuestra el examen de los correspondientes ejemplares del diario.

Junto a la copia original de estas facturas, EL PAÍS ha tenido acceso a las matrices de los recibos correspondientes, que también son falsos pero que servían para justificar, a efectos contables, que se había realizado estos pagos.

Una trama compleja

El Correo Catalán extendió esas facturas a Casinos, pero recibió los fondos a través de unas empresas instrumentales. La investigación policial ordenada por el juez para determinar el recorrido de estos fondos reveló que empresas vinculadas a dirigentes o empleados de Convergéncia cobraron talones de Casinos sin ser las autoras de las facturas. Estas empresas eran Lantana SA y Unitron. Esta última sociedad está controlada por Carles Sumarroca, que fue el último presidente del consejo de administración de Fomento de la Prensa SA, propietaria de El Correo Catalán.

Estas empresas entregaron cheques bancarios a El Correo Catalán. Algunos fueron ingresados en cuentas de Fomento de la Prensa SA cuando se declaró en suspensión de pagos. Otros fueron ingresados en una cuenta a nombre de José Manuel Novoa, administrador único del diario. Estos últimos ingresos se realizaron entre 1986 y agosto de 1987.

El grupo Casinos y Convergéncia han rechazado todas estas imputaciones. Pere Esteve, portavoz de CDC, dijo: «No ve o ningún elemento que relacione realmente a Convergéncia con este a.sunto». Un representante de Casinos manifestó: «Estas fácturas son realmente falsas. Es decir, Casinos ni las ha visto, ni las ha tenido ni, en consecuencia, las ha pagado».

La crisis de El Correo Catalán entró en fase terminal en 19851 pero la propiedad intentó evitar que el cierre de la publicación se convirtiera en un escándalo que salpicara a Convergéncia, que se había convertido en impulsora del Partido Reformista Democrático y aspiraba a romper la mayoría absoluta dé]. PSOE en las elecciones legislativa! de 1986. Jordi Pujol había sido accionista mayoritario de la editora de El Correo Catalán hasta mayo de 1977, tres semanas antes de las primeras elecciones democráticas. En aquel momento vendió sus acciones a Antoni Forrellad, Jaume Carner, Xavier Millet y Josep Maria Vilaseca Marcet, personas de su confianza política y personal, vinculadas a Convergencia y a Banca Catalana. Los sucesivos cambios de propiedad de las acciones mantuvieron la misma línea de control hasta la desaparición del rotativo.

El Correo Catalán registraba pérdidas desde enero de 1975, momento en que Pujol obtuvo el control accionarial del diario. Diez años después, en 1985 había acumulado pérdidas por unos 1.500 millones. Para hacer frente a la situación y amortiguar el conflicto, el diario recibió la inyección de fuertes sumas de dinero, que algunas fuentes cifran en torno a los 500 millones, de los que una parte procedían de Casinos.