12 diciembre 1980

Las gestiones de los líderes de Alianza Popular, Manuel Fraga y Jorge Verstrynge, para comprar el periódico no fructificaron

Cierre definitivo del diario EL IMPARCIAL pese a los llamamientos de Joan Pla al Gobierno Suárez para que lo rescatara

Hechos

El 12.12.1980 el diario EL IMPARCIAL anunció que que dejaba de salir a los quioscos.

Lecturas

El periódico El Imparcial y la Editora Independiente no pasarían del año 1980. La intervención del Banco de Valladolid por parte del Banco de España durante el Gobierno de Suárez y la caída de Domingo López Alonso influyeron decisivamente en la desaparición del periódico el 11 de diciembre de 1980. Según López Alonso la intervención del Banco de Valladolid fue una maniobra del Gobierno de Suárez para acabar con El Imparcial, versión que no fue secundada por ningún periódico de la época, aunque sí compartido por el periodista Josep Manuel Novoa Novoa en su libro El Poder, de Ediciones Foca. En el proceso judicial por la intervención y venta del Banco de Valladolid se llegaría a condenar en primera instancia al Estado y a los compradores del Banco de Valladolid a indemnizar a Domingo López Alonso con una de las cantidades más abultadas dictadas por tribunal alguno: 1.122 billones de euros.

Desde su llegada a la dirección de EL IMPARCIAL, D. Joan Pla se había propuesto suprimir toda línea editorial anti-Suárez, y volverlo un periódico gubernamental para así conseguir ayudas económicas. La primera fue una subvención de 25 millones de pesetas y la siguiente que del periódico volviera a hablarse en medios públicos, incluida TVE. Pero eso no era suficiente para salvar a una empresa en cuesta abajo como la de EL IMPARCIAL, dirigida por D. Domingo López.

En julio de 1980 D. Joan Pla remitía al Presidente del Gobierno, D. Adolfo Suárez, en el que le pedía ayuda reivindicando que había ‘suavizado’ toda crítica con el Gobierno de etapas anteriores (en referencia a la etapa del Sr. Pérez Varela y, sobretodo, a la etapa de D. Julio Merino). La carta decía así:

Pero las ayudas que se pedían, que Iberia volviera a suscribirse a EL IMPARCIAL (por D. Enrique de Guzmán), u otros servicios públicos (como los dependientes de D. José Luis Álvarez o D. Fernando Abril), y el periódico, ante la caída en ventas, echaría el cierre en diciembre. D. Joan Pla escribiría sendos artículos en noviembre y diciembre lamentando el final del periódico y no culpando tanto al empresario D. Domingo López, como al Gobierno por no haber asistido al periódico a pesar de haber modificado la línea editorial en su apoyo.

¿INTENTÓ ALIANZA POPULAR COMPRAR EL PERIÓDICO?

Varios medios de comunicación (como EL PAÍS) publicaron los días en que moría el diario EL IMPARCIAL que había gestiones por parte de la formación política Alianza Popular, liderada por D. Manuel Fraga y D. Jorge Verstrynge,  de comprar el periódico, pero que no salieran adelante, certificando la muerte del diario matutino. En el libro de ‘El Gallo del Franquismo’ de D. Jesús Amilibia, D. Joan Pla da su visión sobre el tema (Pag. 242):

D. Joan Pla: «Julio Merino, que sucedió en la dirección a Emilio Romero, radicalizó aún más la postura derechista y contraria a Suárez del periódico. Los ataques al presidente eran constantes. ¡El jugo que le sacó al chalé de Suáre! Todos los días a vueltas con el chalé. Los titulares eran tremendos. Después de que pasara por la dirección César de Navascues, me llamó Josep Meliá, entonces secretario de Estado de Información, para preguntarme si sería capaz de reconducir el periódico a una línea liberal, democrática. Le dije que sí. Entonces la Moncloa aportó veinticinco millones de pesetas para la subsistencia del periódico, pero no sé adónde fueron a parar los veinticinco millones, porque al poco Domingo López desaparecía, se dejaba de pagar y el periódico cerraba en el 80. Fraga quiso comprarlo, Jorge Vestrynge hizo algunas gestiones en su nombre, pero no fructificaron».

«Yo me fui al paro, con otros muchos compañeros. Era muy curioso verme en las oficinas del paro, en la cola, con dos guardaespaldas, porque había recibido amenazas de Fuerza Nueva. Cuando entraba en el despacho del que pagaba, éste preguntaba mirando a los policías: ¿Y ustedes?. Y ellos ‘Somos la escolta VIP. ¡Un VIP en el paro y con guardaespaldas! Era como de película de Berlanga!»

31 Julio 1980

Joan Pla

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Mi querido amigo y presidente:

Te agradezco de todo corazón la deferencia que, a través de mi paisano Meliá, has tenido al invitarme, por primera vez en casi tres años, a viajar contigo al Perú. Ha sido muy positiva la experiencia y así pienso contarla en este periódico que ahora dirijo.

En varias ocasiones, durante el mencionado viaje, quise hablar contigo en privado, pero pensé que, dado el agobio de todos llevábamos, mejor sería decírtelo por escrito, antes de que te tomes las vacaciones que, sin duda, necesitas y mereces. Excusa por favor, la brevedad telegráfica con que te expongo la gravedad del problema que nos afecta a quienes hacemos a diario EL IMPARCIAL, empezando por su fundador y accionista mayoritario Don Domingo López Alonso y terminnado por el último de los trabajadores de esta casa. El problema es el siguiente.

A pesar de que, desde hace más de un año se acabaron las fobias de EL IMPARCIAL contra tu persona y contra tu Gobierno y a pesar también del cambio radical de línea que he tratado de imprimirle desde el 9 de mayo pasado, fecha en que me hice cargo de la Dirección, todavía persisten algunas actitudes adversas en personas o entidades que de ti dependen especialmente.

Estas actitudes esencialmente contrarias a los intereses de la propiedad del periódico y, en consecuencia, a la pervivencia de nuestro puesto de trabajo – somos más de cien familias las que aquí trabajamos y de aquí vivimos – se resumen en la siguiente nota que me pasa el Presidente de la Junta de Fundadores y principal accionista de EL IMPARCIAL:

“Corporación Bancaria S. A. tiene el paquete de acciones del Grupo de Domingo López Alonso relativo al Banco de Valladolid.

Le están perjudicando en todos los terrenos:

1 – Le han atribuido deudas de sociedades que no le pertenecían, pero que él aceptó, porque presidía el citado Banco y porque tenían solvencia suficiente.

2 – Le han valorado las propiedades sin ajustarse al contrato de venta, hecho por Corporocaión Bancaria a su a su capricho, en un precio por debajo del real en un 40 por 100.

3 – Han alterado la documentación del Banco para justificar pérdidas inexistentes y, de este modo, llevarlo al Fondo de Garantía de Depósitos.

4 – No le dan justificantes de todo lo que ha pagado, según deudas que previamente se le habían atribuido, y se pretende, una vez que ha cumplido con todos sus compromisos, que le sean devuelves las acciones del Banco o, en caso contrario, le ean pagadas por su justo valor, que no es el de 700 millones de pesetas, sino el de 6.270 millones, cifra en que él había vendido’.

En vista del contenido de la nota que acabo de transcribir, considero de sumo interés tu intervención directa, querido presidente del Gobierno, a fin de que este asunto sea resuelto en justicia, para estímulo de todos y continuidad democrática de EL IMPARCIAL.

A título privado considero un deber de conciencia hacerte notar que el interés que me mueve a mí, como Director del periódico, es el de afianzar nuestro único patrimonio, que es el trabajo de cada día. Finalmente quiero que adviertas un matiz muy significativo de la cuestión: durante la etapa en que EL IMPARCIAL se encorelizó contra ti y contra la Democracia constitucional que tú presides en España, Domingo López se apartó del accionariado e incluso, prescindió de las personas que, desde los puestos de mando del periódico, trataron de desestabilizar el sistema y fomentar el golpismo antidemocrático. No deja de ser extraño el hecho de que cuando el periódico recupera su rumbo original de independencia e imparcialidad sigan en vigor las reacciones naturales contra él por parte de personas y entidades que, de manera directa, dependen de tu Gobierno.

¿Por qué José Luis Álvarez y Fernando Abril, por ejemplo, nos hacen saber que ya no hay impedimento para que EL IMPARCIAL entre diariamente en los aviones de Iberia y después Enrique de Guzmán dice que eso no está todavái resuelto?

En una palabra, Presidente, te ruego te tomes con interés esta carta y trates por todos los medios de echarnos una mano. Te lo pido en nombre de un periódico que, sin dejar de ser crítico, ha de seguir siendo EL IMPARCIAL. Gracias y un abrazo.

Juan Pla.

30 Noviembre 1980

La verdad, aunque duela, aunque nos salve

Joan Pla

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Hemos llegado al límite que comporta nuestro calvario - ¡tres meses ya! – sin salario y sin esperanzas fehacientes. Pero que nadie cargue culpas sobre quién no las tiene.

Desde el florido mayo hasta las alboradas pelonas de este diciembre que asoma, EL IMPARCIAL, ha sido bien tratado, estupendamente tratado en los medios competentes de comunicación social. La Radio, casi todos los días, ha reproducido las partes más singulares de nuestro trabajo. La Televisión también nos ha dedicado atención, entrevistas y comentarios que nunca, salvo en aquel desdichado caso de la ‘Operación Galaxia’ se nos había otrogado. Los restantes colegas impresos, desde el desaparecido diario ‘Mundo Obrero’ hasta el veterano periódico de los excombatientes, pasando por los medios gubernamentales del Estado del país, también nos han aplicado sus deferencias y en suma, nuestra dignidad profesional, creo yo, se ha levado en muchos enteros

La descapitalización intencionada o torpe de nuestra empresa, por el contrario, es también un hecho irrefutable. Hemos llegado, como bien decía un autor insolidario, a una ridícula tirada. En los ámbitos financieros, en el sector de los proveedores, en las empresas afines a nuestro producto y, principalmente, en el honorable campo de nuestros lectores y anunciantes, no se ha visto un solo detalle de seriedad empresarial. Siempre hemos aparecido, en lo que se refiere a honorabilidad comercial, como unos verdaderos incompetentes. A los magníficos colaboradores que yo convoqué para la hermosa aventura de ir hacia la libertad’ no se les ha pagado su trabajo. Con las agencias y con los trabajadores, en esta última etapa, no se ha invertido un duro. Vamos a la huelga legal y no podemos aguantar más. La descapitalización parece intencionada. EL IMPARCIAL, en mi opinión, ha sido robado a la Historia del periodismo español, precisamente en el momento en que volvía por sus fueros de libertad y de independencia. ¿Por qué?.

Si ha sido descapitalizado intencionadamente desde dentro – por falta de inteligencia empresarial, por descuido, por lo que sea – convendrá pedir cuentas inexorables a quien haya podido descapitalizar para provocar la pobredumbre moral de los trabajadores y vender después las máquinas y la cabecera a precio de chatarra, cargando el muerto sobre quienes no pusimos otra cosa que lo mejor de nuestro trabajo e ilusiones. Si ha sido robado a la Historia, convendrá descubrir al ladrón y que la justicia se ha cargo de él.

Por lo demás, nuestro trabajo es lo único que en este sombrío porvenir, como decía ayer en su artículo habitual el presidente del Consejo de Administración, tiene un precio incorrupto. Es lo único que ya se puede negociar y lo único que vale la pena. Por lo demás, es evidente que alguien no ha sabido o no ha querido llegar a la gloria pujante del mercado. Pero ea es otra guerra que no nos incumbe en absoluto a los asalariados. En recuadro aparte, para que todo el mundo tenga daos muy concretos, reproduzco la carta que, en defensa de EL IMPARCIAL, envié al presidente Suárez, hace ahora cuatro meses justos. Hemos llegado al límite que comporta nuestro calvario – ¡tres meses ya! – sin salario y sin esperanzas fehacientes. Pero que nadie cargue culpas sobre quién no las tiene.

Juan Pla

11 Diciembre 1980

Y al tercer año… no resucitó

Joan Pla

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Hoy se cumplen tres años de su última fundación, y hoy, precisamente, se podría cerrar EL IMPARCIAL

Bajo el signo del tres – ¡Santísima Trinidad! – termina hoy el ciclo vital, hegeliano, profundamente filosófico y natural de este periódico. Hoy se cumplen tres años de su última fundación, y hoy, precisamente, se podría cerrar EL IMPARCIAL o se entraría en huelga legal, como ustedes quieran, en espera de que los acontecimientos y las personas, trabajdores y empresa, lleguen a un sano acuerdo y a cada cual se le otorgue, según justicia, lo que haya merecido, sin descartar la posibilidad, claro es, de que el periódico vuelva a renacer, como el ave Fénix, de sus propias cenizas. Sucede que lo que muere o se transforma es la materia, pero la idea pervive a través del tiempo y de las dificultades

Tengo un concepto oriental de la vida. Al cabo y al fin yo he nacido en el oriente de España y mis modos más íntimos de ser no pertenecen al esquema biológico de Occidente. Me envía un libro Jaime Borrás, con prólogo de Gironella, y en la dedicatoria manuscrita dice así: “con el deseo de que sigas siempre avanzando hacia el invierno del a vida a fuerzas de primaveras’ y añade todavía un deseo, manuscrito también a punta de alma, que reza de la siguiente  manera: “que un día puedan decir que ti que viviste para vivir siempre!”. Es obvio que no viviré siempre, pero me viene al pelo el pensamiento de Borrás Betriu, para revelar mi secreto y la clave de mi filosofía: “El tiempo sólo pertenece a Dios”. No hay prisa. El tiempo no nos pertenece. Los aniversarios, tampoco, los adversarios sólo tratan de robarnos el tiempo, que es la vida.

He dicho que este ciclo de EL IMPARCIAL ha sido hegeliano. Tesis, antítesis y síntesis. Optimismo, pesimismo y humorismo. Hoy entramos de cabeza en el nuevo ciclo, que siempre empieza por afirmar una tesis de esperanza. Yo he vivido las tres etapas y lo que me ha marcado es la impronta del pesimismo. Pero ya he dicho que Occidente, que significa moribundez del sol y de la luz, no era mi naturaleza. Hasta siempre.

Juan Pla

14 Diciembre 1980

Desaparece EL IMPARCIAL

EL ALCÁZAR (Director: Antonio Izquierdo)

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Abandonados a su suerte, en medio de una letal indiferencia, dos publicaciones, dos más, EL IMPARCIAL e INFORMACIONES, aunque ésta, según se ha anunciado, sólo de carácter temporal, han dejado de acudir a la cita cotidiana con sus lectores.

Nadie que mantenga una relación, cualquiera que sea su intensidad, con el complejo mundo del periodismo, dejará de conmoverse con esta noticia.

Los periódicos españoles están padeciendo una crisis que no tiene precedentes en las últimas décadas. Lo que fuera hasta hace pocos años una floreciente industria que gozaba del general respeto, pasa hoy por unos momentos tan difíciles que los casos de EL IMPARCIAL e INFORMACIONES no constituyen, desgraciadamente una excepción.

No es el momento de analizar que tipo de factores inciden tan negativamente en los periódicos ni qué clase de responsabilidad cabe repartir entre la parte empresarial que vende y administra el producto y la parte profesional que lo elabora. Lo que sí resulta necesario y urgente es aceptar que esta relación existe y ninguna de ellas puede sobrevivir independientemente de la otra. Los periódicos están siendo víctimas del poder que margina o corrompe aquellas publicaciones que quedan al alcance de su estrategia y también de las ambiciones políticas y de los desvaríos ideológicos dominantes en los Consejos de Administración. El amparo legal de la ‘libertad de expresión’ no deja de constituir en estas circunstancias otra cosa que una pobre coartada capaz de encubrir todas las debilidades antes que constituir un salvoconducto de dignidad profesional y de servicio a los legítimos intereses de la comunidad. De espada salvadora ha salido de la herrería política transformada en hacha de verdugo.

De esta situación, a la postre, no puede resultar otra cosa que la descapitalización de las empresas – que pierden el favor del público – y como consecuencia, su cierre.

Les ha tocado el turno a EL IMPARCIAL e INFORMACIONES. DOscientas familias han dado con sus esperanzas e ilusiones en el seguro de desempleo. No serán las últimas.

Los lamentos ahora por estos dos diarios son baldíos. Si merecían ayuda, nadie se la proporcionó. Nuestra solidaridad no debe faltar ahora para nuestros compañeros sin trabajo. Y que los próximos tengan más suerte.