29 octubre 2021

Condenados Luis Bárcenas y el Partido Popular por pagar en negro las reformas en la sede de su partido en Génova 13

Hechos

El 29.10.2021 se hizo pública la condena a D. Luis Bárcenas Gutiérrez y al Partido Popular por pagar en negro reformas en el inmueble del PP en la calle Génova 13.

29 Octubre 2021

Alto precio político pero sin disculpas

Fernando Garea

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Por si había alguna duda, la Audiencia Nacional ha vuelto a sentenciar ‘de facto’ que aquello de «esto no es una trama del PP, como algunos pretenden, esto es una trama contra el Partido Popular» que Mariano Rajoy dijo en 2009 era falso.

Ha dicho también el tribunal que aquellos papeles que el PP desacreditaba y presentaba como falsos eran ciertos, fiables y, sobre todo, finalmente incriminatorios. Y ha vuelto a establecer que el que entonces era el primer partido de España y ahora lidera la oposición manejaba dinero negro y, por eso, se considera que el PP es responsable civil subsidiario.

Es decir, que disponía de ‘dinero b’ mientras que desde Hacienda exigía el pago de impuestos a los ciudadanos. Eso, además, permite cerrar el círculo del dinero para deducir que los fondos podían proceder de comisiones por adjudicaciones.

La depuración de la responsabilidad penal sobre todos aquellos casos de corrupción seguirá avanzando inexorablemente todavía durante unos años, los que tarden en cerrarse investigaciones en marcha, en juzgarse las concluidas y en revisarse los recursos en diferentes instancias. Todo un viacrucis para la marca PP, en el que se incluye un sumario en que se les acusa (nada menos) de utilizar los aparatos del Estado para entorpecer o anular una investigación judicial.

«El PP disponía de ‘dinero b’ mientras que desde Hacienda exigía el pago de impuestos a los ciudadanos»

Respecto a la responsabilidad política, la actual dirección del PP, con Pablo Casado a la cabeza, sostiene que ya se ha depurado con creces. Primero porque esa corrupción ya acabó con un Gobierno, ya que la moción de censura que terminó con Rajoy en 2018 fue consecuencia de la primera sentencia de ‘Gürtel’.

Y segundo porque el PP ha pagado el alto precio de varias derrotas electorales y de caer hasta sus peores resultados históricos. Vox y Ciudadanos surgieron, entre otras causas, por el desapego de anteriores votantes del PP que consideraban insoportable la corrupción.

Es decir, que el lugar común de que la corrupción no se paga (políticamente) en España no sería cierto porque para el PP sí ha tenido un coste enorme. Lo sigue teniendo en la medida en la que aún no ha recuperado todo el voto que tenía y porque cada paso del viacrucis actualiza la pantalla y distorsiona la agenda de Casado.

La respuesta de Casado ha sido decir que él no estaba cuando esos hechos se producían, que rompe con el pasado, que toma medidas simbólicas como cambiar de sede y que no volverá a hablar del tema. Lo primero es discutible en el caso de ‘Kitchen’, porque estaba en el núcleo más reducido de la dirección del PP y por sus declaraciones de entonces negando los hechos.

Lo segundo se refleja en la foto de 2009, cuando Rajoy habló de la «trama contra el PP», de la que no queda nadie en la actual dirección del partido (salvo Ana Pastor). Pero se pone en duda en actos como la reciente convención, cuando se hizo homenaje al pasado y se ovacionó a los dos ex presidentes en cuyo mandato se produjeron los hechos condenados por la Justicia. Si se reivindica el pasado, se asume en su conjunto, de la misma forma que aceptar una herencia supone admitir los bienes y también las deudas, y el PP actual es continuador del PP inmediatamente anterior.

De la nueva sede no hay noticia concluida.

Y sobre el silencio hay que recordar que los expertos sostienen que para responder a una crisis reputacional en una empresa son necesarias tres cosas: pedir perdón, tomar medidas para que no vuelva a ocurrir y establecer controles internos.

Que Casado y su equipo no hablen de estos casos de corrupción impide que se cumpla el requisito imprescindible de la petición de disculpas. Ya en 2019, el líder del PP nos advirtió: «Yo no puedo pedir disculpas de lo que ni he protagonizado, ni he vivido, ni sé si ha pasado y ni siquiera un juez ha fallado todavía».

Ahora el juez ha fallado por segunda vez y sigue sin pedir disculpas. No lo hará si sigue en silencio.

29 Octubre 2021

Queda acreditada la contabilidad B del PP

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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LA SENTENCIA dictada ayer por la Audiencia Nacional prueba que el PP se financió ilegalmente. Condena al ex tesorero Bárcenas a dos años de cárcel por pagar la reforma en la sede central del partido con 1.072.000 euros de dinero negro, y así acredita la doble contabilidad que el partido negó. A diferencia de la sentencia del juicio anterior -por el que el juez De Prada fue recusado-, esta vez no hay valoraciones subjetivas que destruyan la apariencia de imparcialidad exigible.

Se trata pues de una sentencia prudente y rigurosa que, si bien acredita que Bárcenas gestionó sin control contable fondos en metálico aportados a la formación como donaciones privadas, asume también que faltan pruebas para señalar la existencia de una trama, tanto de financiación como de sobresueldos opacos. Advierte, eso sí, que parte de ese extremo se investiga en otro procedimiento. En todo caso, la sentencia retrata el pasado ominoso de un PP que en su día perdió los estándares de ejemplaridad pública. Y pone de manifiesto que las revelaciones publicadas por EL MUNDO -cumpliendo con su papel fiscalizador del poder- eran veraces.

Casado fue elegido en buena medida para cortar con ese pasado ominoso, y en su equipo no hay vínculos con la corrupción. Abandonar Génova 13 puede ser un gesto útil, pero la regeneración exige constante vigilancia y el reconocimiento y condena del peor ayer.

31 Octubre 2021

El ‘caso Bárcenas’ y EL PAÍS

EL PAÍS (Director: Pepa Bueno)

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Tres sentencias, una de ellas firme, consideran probada la contabilidad paralela del PP que este periódico destapó el 31 de enero de 2013

El Partido Popular se financió ilegalmente con dinero negro donado por grandes empresarios, la mayoría contratistas del Estado, que pusieron casi ocho millones de euros entre 1990 y 2009. Esas aportaciones sirvieron para abonar sobresueldos a dirigentes del partido y pagar distintos servicios, entre ellos, la reforma de la sede central del PP en la calle de Génova.

Esta verdad judicial —la existencia de una caja b en un partido político que ha gobernado España 15 de los 44 años de la reciente etapa democrática— fue ratificada hace un año por el Tribunal Supremo cuando avaló la primera sentencia del caso Gürtel y ha sido apuntalada ahora por la Audiencia Nacional en el fallo sobre los denominados papeles de Bárcenas, la contabilidad paralela que destapó EL PAÍS el 31 de enero de 2013.

Casi nueve años después de aquella publicación, los hechos probados de la sentencia establecen que Bárcenas “gestionó los fondos en metálico aportados al PP como donaciones privadas a través de una contabilidad paralela (contabilidad b) de cuyo ingreso y gasto no se dejó constancia en la contabilidad oficial ni por tanto fueron fiscalizadas por el Tribunal de Cuentas”. Esa contabilidad paralela reflejó, según la sentencia, “acontecimientos cuya realidad ha quedado acreditada, como los traspasos a las cuentas de donativos oficiales, entregas de dinero a determinadas personas vinculadas con el PP o los pagos por las obras de reforma de la sede central del PP en la calle Génova 13 de Madrid”.

José María Aznar —durante cuyo mandato nació y se desarrolló este sistema de financiación ilegal— y Mariano Rajoy —que no solo no eliminó ese sistema cuando dirigió el partido, sino que ascendió a tesorero nacional a quien era conocedor y gestor del mecanismo corrupto— han negado en sede judicial que existiera una caja b en el PP. Todos los secretarios generales del partido que convivieron con ese instrumento tóxico de dinero oculto a la Hacienda Pública han mantenido la misma versión que Aznar y Rajoy ante los tribunales. Después de tres sentencias sobre el caso, produce sonrojo recordar el testimonio de dos presidentes del Gobierno y numerosos ministros del PP, incapaces de mostrar preocupación por la investigación sobre el funcionamiento corrupto de la organización que encabezaron.

Lo más cerca que estuvieron de admitir alguna responsabilidad política fue cuando varios de ellos llegaron a sugerir que si la caja b existió realmente, no era del partido, sino de Luis Bárcenas. Pero esa excusa pretendidamente absolutoria se ha demostrado falsa, porque la mayoría de los gastos acreditados de esa caja b solo han beneficiado al PP como partido o a sus líderes. Pensar que Bárcenas pudo ser un dirigente político altruista capaz de usar el dinero negro que obtenía para hacer obras en la sede del PP o pagar sobresueldos a los dirigentes del partido es un ejercicio intelectual absurdo que va contra todas las leyes de la lógica.

Tres sentencias, una de ellas firme, consideran a estas alturas suficientemente probado que el PP se financió ilegalmente, pero todavía nadie en esa formación política ha pedido perdón por unos hechos probados en resoluciones judiciales cuyo recuerdo manchará por muchos años la imagen de un partido con vocación de gobierno.

El actual líder del PP, Pablo Casado, se ha negado a pedir perdón porque no participó en los hechos y tan solo se atrevió a anunciar hace meses que vendería la sede central para intentar borrar así uno de los símbolos de la corrupción del PP. Pero la venta de Génova 13 todavía no se ha producido y Casado sigue gestionando desde el silencio su respuesta a las sentencias que condenan al PP por prácticas corruptas. Todavía quedan media docena de juicios por corrupción que salpican al partido.

Tampoco ha pedido disculpas el Partido Popular por la campaña emprendida contra el diario EL PAÍS tras la publicación de los papeles de Bárcenas. Desde los principales dirigentes populares (sus secretarios y vicesecretarios generales) hasta distintos cargos públicos y empresarios que aparecían citados en esos papeles, presentaron demandas contra EL PAÍS y acusaron a este periódico de injurias y calumnias por publicar falsedades, además de reclamar fuertes cantidades de dinero por el perjuicio causado.

Todas esas demandas fueron archivadas por distintos jueces, pero la campaña de descrédito que el PP puso en marcha contra EL PAÍS durante aquellos años sigue intacta pese a las sentencias conocidas, sin que nadie de la formación política se haya sentido obligado a desdecirse de tantas acusaciones infundadas. Aquella ofensiva judicial del PP contra EL PAÍS pretendió atemorizar y amordazar a un medio de comunicación que lo único que persiguió con la publicación de los papeles de Bárcenas fue denunciar las prácticas corruptas en la vida política española y favorecer la regeneración democrática.

El juicio y la sentencia de los papeles de Bárcenas cierran uno de los capítulos más negros en la historia del Partido Popular. La Audiencia Nacional solo ha podido juzgar dos de los 19 años de prácticas corruptas que quedaron registrados en los papeles de Bárcenas. Pero ni los empresarios que donaron grandes cantidades de dinero opaco ni los dirigentes populares que recibieron parte de ese dinero sin declararlo a Hacienda responderán por aquellos hechos ante los tribunales de justicia, aunque la opinión pública se haya hecho una idea de lo ocurrido a través de lo ya juzgado y sentenciado.