22 febrero 2023

Les acusa de respaldar a los agitadores en lugar de disciplinarlos

Continúa crisis Vox en Andalucía: Alejandro Hernández Valdés dimite de todos sus cargos orgánicos incluyendo presidente del partido en Córdoba con reproches al a dirección nacional

Hechos

El 22 de febrero de 2023 D. Alejandro Hernández Valdés anuncia su dimisión como presidente de Vox en Córdoba.

Lecturas

El comunicado de Alejandro Hernández Valdés en Facebook anunciando su marcha:

El viernes pasado presenté mi dimisión irrevocable como presidente del #CEP de Córdoba.

He estado más de cinco años partiéndome el alma para conseguir que #VOX fuera un partido político asentado y respetado en Córdoba. Cinco años de muchísimas “mesas informativas”, numerosas reuniones y cafés con unos y otros en la capital. No sé cuantos miles de kilómetros habré hecho viajando a todos los rincones de la provincia para apoyar a los compañeros que se batían el cobre en cada pueblo.

Las cosas no siempre han salido bien; en alguna localidad no podremos concurrir a las elecciones municipales al no contar con candidatos dispuestos a encabezar una lista.
Personalmente, viviré como una frustración y, todo hay que decirlo, como un fracaso personal, que haya algún lugar con cientos de votos para #VOX en las nacionales y autonómicas en los que no hayamos sido capaces de motivar a nadie para dar un paso al frente.

Esto no es fácil, por supuesto. Sé de lo que hablo. Cuando empecé a colaborar con el partido, allá por el 2017, éramos muy poquitos. De hecho, algunos que han vuelto ahora se habían ido. No éramos más de 30 o 40 afiliados y a las reuniones no íbamos más de 5 o 6. Gracias al trabajo de presidentes que me precedieron, como el tristemente fallecido Pablo Fernández o Sebastián Bel, poco a poco empezamos a dar algunos pasos hacia adelante. Yo seguí esa senda y, con la ayuda de unos cuantos compañeros, llegamos a convertir esa inercia en una fuerza política; con una organización rudimentaria, pero organización al fin y al cabo; con la argamasa de la confianza mutua y la honestidad de todos los que colaborábamos desinteresadamente en ese empeño. No había “agendas personales” (al menos yo lo sentía así entonces).

Después vinieron el primer Vistalegre (en el autobús de vuelta íbamos todos encantados convencidos de que Santiago Abascal iba a ser eurodiputado el año siguiente), las elecciones andaluzas del 2018, y … Desde entonces, las cosas han cambiado y no todas a mejor. Ahora somos más de mil afiliados; tenemos una sede, pequeña pero funcional, y tan bien situada que hace que militantes de toda España, en viaje de turismo por nuestra ciudad, suban a saludarnos una vez han visto las letras #VOX en el balcón. Tenemos cargos electos en todas las instituciones y nos invitan a muchos, muchos actos. Hemos pasado de la casi clandestinidad a la sobreexposición en menos de un lustro.

Siempre tuve claro que el proyecto está por encima de las personas y, por eso, intenté rodearme de los que compartían conmigo ese postulado. Mucha gente se nos ha acercado: a algunos no les convencimos; otros no nos convencieron a nosotros, y alguno que otro nos engañó. Como dijo Santiago Abascal en la plaza de toros de Murcia, mis excusas. Ser la cara de #VOX sigue siendo una decisión compleja y aún más en los entornos rurales de la Andalucía interior. Por ello, ofrecer cobertura y cariño a quienes dan un paso al frente debería ser una prioridad para nosotros.
Cuando se ostenta honradamente una responsabilidad hay que tomar decisiones anteponiendo siempre el interés del partido a cualquier otro. Y esto te lleva a perder amigos y “camaradas” defraudados en sus expectativas personales. Acepté, y de buen grado, las críticas, constructivas o no, cuando al menos fueron educadas. Pero tener que soportar insultos y difamaciones llega a ser muy cansado. Estos “tontos entregados” de photocall son pocos (diría que los cuento con los dedos de las manos) y cobardes, aunque a veces hagan mucho ruido.

Sí he echado de menos que por parte de la dirección nacional se haya estado más pendiente de atender las quejas de esos cuatro alborotadores que de disciplinarlos. Ojalá me equivoque, pero creo que ese error pasará su factura. No vine a servirme de #VOX para mi promoción particular sino a trabajar por unos ideales. Y lo seguiré haciendo mientras pueda y lo mejor que pueda desde el Parlamento de Andalucía.

Leo de Julio Ariza que la fuerza de #VOX está en sus bases y en que lo que defiende representa a muchos españoles. Estas sin afirmaciones que comparto plenamente. Quienes me conocen me habrán escuchado desde hace tiempo palabras parecidas. Dios quiera que esas gradas llenas de Murcia sirvan para que #VOX no llegue a convertirse en otra red clientelar más como lo son otros partidos. De mi andadura como presidente me llevo la estima y el afecto de la inmensa mayoría de los nuestros, el respeto de los rivales políticos y creo que el de los profesionales de la comunicación honestos; también me quedará el resentimiento de los pocos trepas y advenedizos que traté y a los que mantuve alejados del partido.
Siempre consideré que ese peaje iba incluido con el “sueldo de presidente”, y si antes no me afectó mucho, ahora, francamente, me importa un bledo.

Alejandro Hernández.