21 noviembre 1994

Crisis total en el Gobierno de Aragón que preside el socialista José Marco, acusado de espionaje político y de corrupción (PSOE)

Hechos

Fue noticia el 21 de noviembre de 1994.

11 Noviembre 1994

¿Qué culpa tiene Aragón?

ABC (Director: Luis María Anson)

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Como si se tratase de la versión en rústica de una suntuosa historia de John Le Carré, Aragón está conmovido por las revelaciones de un detective privado que ha solicitado comparecer ante la comisión parlamentaria que investiga la situación patrimonial del presidente socialista aragonés, José Marco. Según el denunciante, marco y su correligionario Fernando Gimeno le habrían encomendado el exhaustivo espionaje de seis de los más relevantes políticos de la región: los ex presidentes de la Diputación General de Aragón, Gómez de las Roces y Eiroa; el presidente del PAR, José María Mur, el presidente regional del PP Santiago Lanzuela; y las dos principales autoridades municipales de Zaragoza, el alcalde González Triviño y el primer teniente de alcalde Luis García Nieto, ambos correligionarios socialistas de los ordenantes de la investigación. Aunque todavía no cabe establecerlo  con certeza, todo induce a pensar que Marco y Gimeno habrían echado mano de recursos públicos de la DGA para pagar los trabajos que habrían de satisfacer su insana curiosidad.

El episodio desborda los términos de la confrontación partidista para adentrarse en zonas fronterizas de lo delictivo, en las que no se enfrentan ideologías, programas o proyectos políticos sino despiadadas disputas de poder que parecen responder a los más puros y duros intereses. Por eso no se espía sólo a los adversarios políticos sino a los compañeros de partido que pueden representar una rivalidad o un obstáculo para la ambición o el lucro personal. Abandonamos la política para introducirnos en una disputa zoológica por la explotación del territorio. Es un proceso de inexorable degradación.

Los aragoneses no eligieron presidente a Marco. Ni parece verosímil que lo hagan nunca ante la sima de desprestigio en la que ha sumido la vida pública aragonesa. Marco es un ejemplo acabado de la perversidad de las listas cerradas y de la responsabilidad que asumen los partidos por incorporar a ellas a quienes se acreditan tan escasamente merecedores de la respetabilidad exigible en el trato entre personas de algún decoro.

Marco es la anecdótica consecuencia del trapisondismo de un tránsfuga que ha desfigurado la voluntad de la mayoría de los electores aragoneses.

Tanto por la posición periférica a la que relega en el nuevo paisaje de su partido su filiación guerrista, como por el abrumador rechazo a su gestión que expresan las encuestas, las aguas de mayo convertirán el recuerdo de José Marco en una pesadilla pasajera. Pero, ¿Es lícito condenar a Aragón hasta entonces a la perpetuación de la situación? ¿Y está dispuesto el propio PSOE a asumir tan espinosa responsabilidad?

Si la denuncia del detective privado se confirma y se prueba – y aún cuando no nos encontramos, como parece, ante un caso de malversación – la indignidad política de la conducta de José Marco resultaría manifiesta. Decididamente, Aragón no tiene la culpa ni tiene por qué pagarla.

21 Noviembre 1994

El embrollo aragonés

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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INGOBERNABILIDAD, CONFLICTO permanente entró los socios, gestión errática, situación insostenible. Ésos fueron los motivos aducidos por el socialista José Marco para presentar, hace un año, la moción de censura que descabalgó del gobierno regional de Aragón a la coalición de centro derecha y le aupó a él a la presidencia. Con. la ayuda de un tránsfuga procedente de las filas del PP. Lo que mal empieza, peor acaba, y los mismos reproches de entonces se dirigen ahora contra él; con la diferencia de que no sólo provienen de las filas de la oposición, sino también de su propio partido.Las aguas del Ebro parecen conectar así el embrollo cántabro con el que está montado junto al Pilar, y el tenaz atrincheramiento de Hormaechea parece haber inspirado el enrocamiento de Marco. Un político con tres causas judiciales abiertas, dos directamente como acusado; reprobado y sin mayoría suficiente en las Cortes, y que carece del suficiente apoyo en su grupo parlamentario, entre sus consejeros más, destacados y en un amplio sector de su propio partido.

El periodo que dista hasta las elecciones autonómicas de mayo de 1995 puede convertirse, por su causa, en una nueva piedra en el zapato nacional del PSOE. Aunque ya se sabe que no se presentará a la reelección, acaba de reiterar su propósito de continuar en el cargo hasta el final del mandato. En todo caso, esta semana puede ser crucial para clarificar el embrollo; Marco- tiene su primera cita judicial y las instancias del partido comenzarán a explorar posibles vías pata su sustitución.

En ésta línea hay que valorar como razonable la propuesta del presidente de la Cámara -representante del PP-, consistente en un acuerdo de todos los partidos que pase por la sustitución de Marco por otro parlamentario del Grupo Socialista. Se trataría de una salida de emergencia, hasta mayo, cuando los ciudadanos tengan oportunidad de pronunciarse directamente. La estrategia de huida hacia adelante de José Marco ha provocado el paulatino alejamiento de su gente. Se ha quedado en minoría dentro de su grupo parlamentario, se le han distanciado los tres consejeros fundamentales de su equipo de gobierno y flojean los apoyos en lo que hasta ahora era su terreno, el aparato regional del partido. Sin embargo, es todavia capaz de. ganar plebiscitariamente el respaldo de un comité regional, convocado de urgencia, en el que apenas hay debate y en el que los críticos se niegan a participar.

El presidente no ha podido librarse de la bomba que le colocó bajo su silla el alcalde, el también socia lista Antonio González Triviño, que denunció. haber sido espiado por un compañero que el PSOE mantiene como representante en la comisión que examina en el Congreso de los Diputados la financiación. de los partidos políticos. Los posteriores intentos de dejar a Marco al margen, de cualquier responsabilidad no han servido más que para provocar la intervención de los fiscales y promover las pesquisas periodísticas que han revelado otros casos de espionaje y una neurosis por la seguridad, los guardaespaldas y los informes. Sus denuncias, un año después de examinada la gestión del equipo, anterior de gobierno, sobre presunta corrupción en la etapa PP-Par han sonado a revancha; y ello con independencia de las responsabilidades, que puedan dictar los tribunales que ya están interviniendo en el caso.

Igual que en Cantabria se ha apelado a la generosidad de los socialista para encontrar una salida a Hormaechea aun al precio de dejar gobernar al PP, en el caso de Aragón parece necesario que populares y regionalistas aragoneses permitan al PSOE buscar un sustituto de Marco en sus -propias. filas. Sólo así se desbloquearía la política aragonesa y podrían aprobarse los presupuestos del. próximo año y devolver el sosiego a las, Cortes de Aragón.