30 septiembre 1925

Desembarco español en Alhucemas: Desquite del ejército en Marruecos derrotando a las tropas de Abd-el-Krim

Hechos

La operación se produjo el 30 de septiembre de 1925.

Lecturas

La respuesta española a los descalabros sufridos en Marruecos puede darse ya por victoriosa.

No sólo se ha sorprendido del todo a los rifeños, sino que incluso Francia se ha asombrado del empuje mostrado por el ejército derrotado en Annual. ALhucemas puede darse por tomada. El plan español ha estado preparándose concienzudamente. En julio pasado se presentó a las autoridades frnacesas, que también participaron en la operación. El proyecto preveía el desembarco en las playas de Ixdain y la Cebadilla, a la espalda de la gran bahía de Alhucemas y Axdir, capital de Abd-el-Krim. El 28 de agosto comenzó el embarque de las tropas: ocho transportes en Ceuta y once en Melilla. El 3 de septiembre salieron las fuerzas de Ceuta de sus campamentos base de Tetuán. Laucien y Riffien. Los transportes se encontraron con tres grandes bloques navales: desde el este y al encuentro con las fuerzas de Melilla, los franceses dirigidos por el almirante Halllier; desde el oeste, las Fuerzas Navales del Norte de África del contraalmirante Guerra, y más atrás la Escuadra de Instrucción del vicealmirante Yolif. Las dos grandes pinzas navales simularon desembarcos en Sidi Dris y Jad Lau que no engañaron a los rifeños.

A las 9 horas del día 7 el convoy consiguió alcanzar los acantilados de Alhucemas. Al oscurecer, aprovechando que la artillería rifeña cesó el fuego, los buques se situaron frente a los objetivos. A las 11.30 horas del día 8 los guardacostas enfilaron las barcazas frente a Ixdain y la Cebadilla. Las barcazas llegaron sin dificultad, y aunque no se pudo desembarcar los carros de asalto, los legionarios de Franco y los regulares de Tetuán y Larache, iniciaron el asalto a la Punta de los Frailes y Morro Nuevo, dejando al descubierto todo el flanco izquierdo rifeño.

La sorpresa había sido todo un gran éxito. Por la noche ya eran más de 10.000 los hombres y desembarcados, con un coste de 124 bajas. En la madrugada del día 12 las fuerzas rifeñas se retiraban en desorden hacia las alturas del monte Malmusí y Las Palomas.

El 13 se logró liberar Kudi Tahar, asediada por los rifeños, gracias a la actuación de algunas fuerzas de la cabeza de playa y las tres columnas Balmes, Perteguer y Sousa, que lograron romper la línea de Heriro en Assaden. Desembarcadas todas las fuerzas el día 22 se lanzó un ataque sobre el monte Malmusí, que no dio resultado, y en el que cayó prácticamente toda la oficialidad de las harcas de Tetuán, Larache y Melilla. El 23 la cinco columnas españolas, lanzaron un ataque concéntrico sobre las defensas del Malmusí, avanzando luego hacia Morro Viejo y Cala del Quemado, es un combate de extrema violencia, en el que no se hizo prisioneros. Frente a una parede de metralla levantada por la flota, la aviación y la artillería desembarcada, los rifeños no parecían dar muestras de ceder. Pero con la ocupación hoy, día 30, de Las Palomas y el monte Cónico, por las columnas de Franco, Goded y Martín, y la del vértice Buyibar por Vera, se ha iniciado el principio del fin. Las harcas rifeñas han sufrido ya más de 2.000 bajas, y el ataque de Goded a La Rocosa puede considerarse definitivo. En un par de días, la situación estará controlada por completo. La ayuda francesa ha sido muy valiosa. La ofensiva a lo largo de Uarga ha conseguido dividir las fuerzas rifeñas, haciéndoles más vulnerables. La aportación de buques, dirigidos por el almirante Hallier, también constituyó un refuerzo inestimable. La victoria de Alhucemas puede dar por finalizada la tenaz oposición de Abd-el-Krim. La derrota de Annual ha sido vengada, y resta conseguir el total sometimiento del territorio. No será fácil, pero sin la presencia de Abd-el-Krim dirigiendo la fuerza rifeñas, puede llegar a conseguirse en mucho menos tiempo. El final era previsible.

El error cometido por Abd-el-Krim al atacar posiciones francesas, ha servido para que los intentos españoles de conseguir una alianza militar francoespañola se hicieran realidad.

El deseo del general Primo de Rivera (acabar de una vez con el problema marroquí) puede cumplirse. El pacificar Marruecos constituía una parte muy importante del programa del dictador, por lo que no hay duda que ello afectará a la consolidación del régimen del Directorio.