15 marzo 2015

Aseguró falsamente haber sido invitada a la gala de los Óscars en Estados Unidos y haber conseguido una participación en la serie 'The Big-Bang-Theory'

Desenmascaradas las mentiras de la actriz Anna Allen que ‘engordó’ su CV engañando a la SER, EL MUNDO y ¡HOLA! sobre falsos trabajos

Hechos

  • En los primeros días de marzo de 2015, los principales medios de comunicación de España de prensa, radio y televisión se hicieron eco de las declaraciones y publicaciones de la actriz española Dña. Anna Allen que habían sido puestos en entredicho.

Lecturas

El 21.02.2015 la revista «La Otra Crónica» de EL MUNDO publicaba un reportaje sobre la actriz española Dña. Anna Allen elogiando su evolución desde la serie ‘Cuéntame’ hasta ser invitada a la gala de los Óscar. El reportaje se titulaba «Anna Allen, de ‘Cuéntame’ a los Oscar: ‘Conozco a Julia Roberts’. En él se aseguraba que asistiría a la gala en estados unidos y que compartiría velada con Ben Affleck y su equipo. El reportaje incluía declaraciones de la susodicha:

«Anna Allen es una de las pocas actrices españolas que este domingo se paseará por la alfombra roja del Kodak Theatre. «Estoy nerviosa», dice. También Explica a LOC como será el planning del día » Ese día es como un día más de rodaje, todo está perfectamente pensado por mi equipo; Me levanto, disfruto de un desayuno energético, y desde ese momento empiezan a desfilar por mi habitación mucha, mucha gente (risas) y todo está cronometrado hasta… llegar a la alfombra. (risas)».(…)

«Tiene el privilegio de contar con la ayuda de Shawn Sachs, el publicista de estrellas como Ben Affleck, Bon Jovi o Justin Timberlake. «Es un integrante más en el equipo y que cobra sentido en un país donde sí hay una industria sólida y definida. Ambos nos entendemos y compartimos una misma visión de la profesión, sólo que él detecta antes que yo a los tiburones… Y a mi eso me salva de muchas!».

El principal problema del reportaje es que parece que su principal fuente era la propia Dña. Anna Allen y que todo lo que decía estaba a punto de demostrarse falso. Incluso las fotos que ella misma colgó en su tuit sobre su presencia en la gala, que eran un fotomontaje.

TAMBIÉN ENGAÑÓ ¡HOLA! Y A LA CADENA SER

Hola_annaallen

LA PSICÓLOGA ANA VILLARUBIA LA ANALIZA EN ‘EL PROGRAMA DE AR’

AnaVillarubia La joven psicóloga de gran prestigio, Dña. Ana Villarubia, fue la encargada de analizar los posibles síntomas que podía padecer la Sra. Allen en ‘El Programa de Ana Rosa’ de Mediaset, analizando la posibilidad de sufriera patologías.

21 Febrero 2015

Anna Allen, de 'Cuéntame' a los Oscar: 'Conozco a Julia Roberts'

Pilar Vidal (LOC)

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Anna Allen es una de las pocas actrices españolas que este domingo se paseará por la alfombra roja del Kodak Theatre. «Estoy nerviosa», dice. También Explica a LOC como será el planning del día » Ese día es como un día más de rodaje, todo está perfectamente pensadopor mi equipo; Me levanto, disfruto de un desayuno energético, y desde ese momento empiezan a desfilar por mi habitación mucha, mucha gente (risas) y todo está cronometrado hasta… llegar a la alfombra. (risas)».

Se confiesa coqueta desde que nació, aunque se cuida lo justo. Siempre se deja asesorar, y este domingo no será menos. Aunque no desvela el vestido si comparte con LOC cómo es el amuleto que lucirá la noche de los Oscar. «Me han prestado un reloj como el que perdí hace tiempo y que siempre me ha dado suerte, es un pequeño Cartier que me ha acompañado a lo largo de toda mi carrera.»

Tiene el privilegio de contar con la ayuda de Shawn Sachs, el publicista de estrellas como Ben Affleck, Bon Jovi o Justin Timberlake. «Es un integrante más en el equipo y que cobra sentido en un país donde sí hay una industria sólida y definida. Ambos nos entendemos y compartimos una misma visión de la profesión, sólo que él detecta antes que yo a los tiburones… Y a mi eso me salva de muchas!», asegura la actriz.

Toni Alcántara se enamoró locamente de Marta Altamira en ‘Cuéntame’

Una de sus ilusiones era conocer a Julia Roberts y lo consiguió en la pasada edición. «Mitos no tengo, pero como actriz y compañera tenía ganas de conocer a Julia, y ya puedo decir que la conocí y ahora la admiro aún más». Este domingo sin embargo, lo tiene muy claro » Tengo muchas ganas de ver qué hará Neil Patricken la gala, ya admiraba su trabajo hace años antes de ‘Como conocí a vuestra madre’. «

Allen se hizo popular en nuestro país por su papel de Marta Altamira, novia de Toni Alcántara en la exitosa serie ‘Cuéntame como pasó’ (TVE) se mudó hace años a EEUU e Italia consecutivamente. «Ambos países me encanta en todos los niveles, me parecen superatractivos y de repente… todo se empezó a hilar fácil y lo absurdo habría sido quedarme y no irme, así que fue un ‘tengo que irme, ya!’ y hasta ahora» , confiesa. Se maneja bien tanto en inglés como en italiano, puede pensar y soñar en ambas lenguas y ambos paises de momento sólo le han dado cosas buenas.

Jamás cambia su rutina, tiene su momento diario de entrenamiento,el de whatsapp y e-mails con su gente y su equipo, y siempre termina el día con alguna película o serie. Su familia son sus mayores fans y también los más críticos. Alguien con muchos años de profesión le dio el mejor consejo: «Siempre que oigas a gente que critica en esta profesión, apártate de esa persona», años más tarde lo he valorado inmensamente.

Pronto la podrán ver en las cadenas de televisión de medio mundo, a las órdenes del director de ‘Criminal Minds’, y esta preparando su vuelta a teatro. Comparte el honor de ser embajadora de «Fight Aids» junto a Estefanía de Mónaco. Tablas y glamour no faltan. Este domingo Allen se codeará con los grandes de Hollywood aunque su sueño es: » Interpretar buenos papeles y que se queden en el corazón de la gente y sobretodo, que cambien el mio». El nuestro ya lo ha conquistado.

28 Febrero 2015

EL MISTERIO DE ANNA ALLEN, DE ´CUÉNTAME’: FOTOMONTAJE EN LOS OSCAR

Greta Sánchez

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¿QUÉ?

QUIMERA. Todos hemos fantaseado alguna vez con asistir a la ceremonia de entrega de los Oscar, conocer a las estrellas de Hollywood, pasear por la alfombra roja con un traje prestado… Algunos privilegiados ven cumplida su fantasía. Felicidades. Otros (pocos casos insólitos dignos de análisis) son devorados por su propia imaginación (como el hijo que engulle Saturno) llegando a confundir la realidad con la ficción. Digno de cine. Digno de Oscar. Además, los hay que se conforman con vivir la experiencia en las carnes de otro. En ese grupo nos encontramos nosotros, no podemos engañarle. También está en uno de esos tres grupos la actriz Anna Allen (¿por el nombre no la sitúa?), la joven que interpretaba a la novia universitaria y comunista de Toni Alcántara en las primeras temporadas de la serie Cuéntame cómo pasó (¿ahora sí?).

¿POR QUÉ?

POR SOÑAR. De red carpet eran su vestido (de Vicky Martín Berrocal), sus joyas (de Suárez), sus zapatos (de Rocío Mozo) y su móvil (de Vertu). De celebrity, su experiencia: «He podido soñar con la magia del cine. Me ha sorprendido la cantidad de gente que trabaja en los Oscar. Hay cientos y cientos de auxiliares de producción, de equipo de prensa… Es todo tan inmenso y tan abrumador…», aseguró a LOC después de posar para la biblia rosa anunciando su presencia en la cita del año. De fanáticos nuestras ganas de querer saber anécdotas: «He podido hablar con Neil Patrick Harris un buen rato. Le he dicho que soy una fan de su papel en la serie Cómo conocí a vuestra madre y que ver un capítulo antes de acostarme me da buen rollo». Un chascarrillo perfecto como ese queríamos. Pero, ojo, lo que no eran tanto de photocall fueron las fotografías que la actriz envió para ilustrar su sueño o las que colgó en su Twitter (el que parece el oficial, porque no está verificado con el tick azul). Son fotomontajes, y de los malos además. Palabra de experto, del equipo al completo de fotografía de EL MUNDO.

¿CÓMO?

A LO CUTRE. Uno: la foto actriz está mal recortada y pegada sobre el fondo. Le delata la silueta y esas partes del (maravilloso) vestido casi fantasmagóricas que se difuminan demasiado en un intento de disimular el recorte. Dos: la sombra que proyecta la cabeza no coincide con la procedencia de la iluminación. Pero si nos basamos en la sombra de la cabeza de Allen, la luz debería venir desde arriba a la derecha. Entonces, ¿por qué ninguna otra parte de su cuerpo proyecta sombra?

¿DÓNDE?

DESAPARECIDA. Los representantes de la actriz, los mismos que nos pusieron en contacto con ella rápidamente cuando queríamos vivir los Oscar a través de ella (ya sabe, somos del tercer grupo), no han contestado ni a los mails ni a la multitud (muchas, muchas) de llamadas. Su Twitter y su Instagram están ahora protegidos. Pero esperamos las respuestas, porque necesitamos las imágenes que ilustren sus fantásticas vivencias. Porque queremos ver satisfecha nuestra fantasía. Bueno, la suya.

07 Marzo 2015

FUE PORTADA DE ‘PLAYBOY’ Y SU CÍRCULO DENUNCIA A LOC QUE ESTÁ ‘ABDUCIDA’ POR SU REPRESENTANTE, MAR RODRÍGUEZ MARTÍN

Pilar Vidal

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ANNA ALLEN MARTÍN (38), la actriz que seduce a España con sus mentiras, lleva diez días en paradero desconocido, con el móvil apagado y sin responder a los correos electrónicos. Hasta sus compañeros de profesión están conmocionados por la exitosa carrera ficticia que esta joven de Gerona y vecina de Cerdanyola del Vallés se había inventado. En cambio, muchos de los que han trabajado con ella muy de cerca, coinciden en defender y alabar sus buenas dotes interpretativas. «Yo la recuerdo como una chica guapa, inteligente y buena actriz, aunque llevo muchos años sin tener contacto con ella», asegura su primer representante, el veterano José Triana, que gestiona la carrera de grandes nombres como Ana Duato. Una opinión que comparte Elena Arnao, directora de casting de Cuéntame, serie en la que Allen interpretaba a la novia de Toni Alcántara en los primeros capítulos. «No reconozco a la Anna que yo conocí en su día (…) Le aconsejaría que se buscara un mánager más serio y responsable que conozca bien esta profesión».

Detrás de la falsa intérprete supuestamente al alza en Hollywood está una inexperta representante a la que muchos señalan como la responsable de estas fantasías. Se trata de Mar Rodríguez (31), natural de Ibiza, y gestora de la carrera de Allen desde hace seis años. La citada Mar, «productora de cine, mánager de talentos y enamorada de la vida», como se autodefine, se cruzó en la vida de la catalana «porque era fan». Luego, se convirtió en su representante, y Allen, en su única representada. Abogada de formación (aunque nunca ha ejercido como tal), su única experiencia profesional pasa por el reconocido despacho jurídico Oliver & Asociados, situado en el centro de Palma de Mallorca, donde ejerció de becaria. Mar y Anna convivieron juntas varios años hasta hace poco en un piso alquilado en la calle San Nicolás, en pleno casco antiguo de la isla. La familia de Mar Rodríguez vive a sólo un par de kilómetros de distancia de este inmueble en el que se refugiaban hasta hace poco. «No encontramos una explicación a lo que está pasando», responde el hermano menor de la abogada en la puerta del adosado familiar. Confirma que la relación es escasa y sólo cuando su hermana contacta, de tarde en tarde, con ellos. «Con nosotros habla muy poco y no entendemos nada, ya que ella [por Anna] tenía su trabajo». El hermano desmiente que Rodríguez sufra ningún tipo de trastorno que le lleve a fabular aunque, conformista, deja entrever que el comportamiento de su hermana no es una novedad. «Ella está bien, pero siempre ha sido un poco…», deja en el aire el adjetivo. En el domicilio familiar no sabían que la abogada estuviera viviendo con la actriz. Y de nuevo, hombros en alto y gesto de resignación: «Siempre está con ella». Se habla de una abducción mutua.

Éste es el único domicilio real que se les puede atribuir, a pesar de que ambas presumían con su entorno de vivir a caballo entre Milán y Los Ángeles. Es cierto que probaron suerte allí, pero no les fue bien. Un fracaso que nunca mostraron de cara a la galería. Hasta hace unos días, Mar ubicaba su oficina fantasma en el 9255 de Sunset Boulevard, Suite 58, en Los Angeles. LOC ha podido comprobar que la dirección ni tan siquiera existe. Pero no es la única identidad irreal que ha ido utilizando Mar en los últimos años. Siguió usando su cuenta de correo del despacho de abogados y la dirección física del mismo como carta de presentación, aunque ya no tenía relación con ellos.

EL PÍCARO EQUIPO

Allen se refería en multitud de ocasiones a su equipo y decía que era un número amplio de personas, que manejaban su carrera a todos los niveles, principalmente en el campo publicitario. Gracias a ellos, sus (inventados) trabajos en series como The Big Bang Theory o White Collar también cobraban sentido. Obviamente, el trato con los medios y las redes sociales también era un objetivo prioritario para Mar que, aunque inexperta, consiguió calzar a Anna en las revistas y periódicos más relevantes del país con sus ínfulas de estrella emergente.

Bajo el dominio annaallen.net mensajeaban con directores y redactores para luego embriagarlos con un amplio currículum internacional (evidentemente inflado) y recortes de prensa que respaldaban su mentira. Si en algo insistía Allen era en presumir de una hipotética relación profesional con Shawn Sachs, afamado publicista americano que cuenta entre sus clientes con Ben Affleck o Leonardo DiCaprio, al que presentaba como su press manager (jefe de prensa). Claro está, sin que éste estuviera al tanto y falseando su cuenta de correo. Sachs ha negado a LOC, vía telefónica y por email, cualquier vínculo profesional o personal con la actriz española. Descartando así que asistiera al Kodak Theatre de la mano de Ben Affleck y el equipo de Perdida, como ella había dicho en varias entrevistas, incluida la que concedió a este periódico.

Carlos Bohórquez es el tercero en discordia de esta disparatada historia. Supuesto trabajador en la agencia de Mar, se encargó de ofrecer entrevistas con Allen a los medios españoles, ya que iba a ser la única española en pisar la alfombra roja, pues la presencia de Elena Anaya aún no se conocía.

Su contacto era un par de teléfonos (fijo y móvil) de una irreal oficina en Milán, donde nadie responde. El entorno de Allen tampoco había oído hablar nunca de él. Ambos también llamaban a las agencias de comunicación para que invitaran a la actriz a eventos. El último al que acudió: el front row del desfile de Roberto Verino y Moisés Nieto en la última edición de la Mercedes-Benz Fashion Week. Ton Pernas, hijo del diseñador Antonio Pernas y socio de Trendipia, reconocía esta semana que tenía amistad con ella desde hacía años y que incluso se ofreció a pedirle un vestido a Josep Font para la gala, pero al final ella lo había solucionado. «Le tengo cariño y le deseo lo mejor. Espero poder hablar con ella y que se explique».

LA GALA EN VIENA

Pero, ¿dónde estaba realmente Anna Allen el día de los Oscar? El enigma ya tiene respuesta: en el hotel Ritz-Carlton de Viena. Allí el fotógrafo de las celebrities Jürgen Hammerschid le hizo las fotos que luego ellos retocaron. «Conocí a Anna y a Mar (su asistente) en unas fotos para un magazine de Viena. Me pidió que le hiciera unas fotos para su agente de prensa, Shawn Sachs. Me dijo que había hecho un montón de series en España, y que ahora se había mudado a Los Ángeles porque tenía un papel en The Big Bang Theory y estaba preparando una película para Hollywood. Estoy muy decepcionado. He trabajado con un montón de estrellas internacionales como Sharon Stone, Milla Jovovich o Nicole Kidman, pero algo como esto nunca me ha pasado antes. Hizo una gran actuación, porque me engañó por completo. Lo peor es que creo que ella no va a pagar a mi equipo y tendré que hacerlo yo», explica a LOC.

Con una de las fotos de Hammerschid, Allen hizo creer que estaba compartiendo velada con las grandes estrellas del celuloide. Lástima que luego al equipo de la actriz el Photoshop les fallara y dejaran rastros del vasto montaje que les ha ridiculizado ante medio mundo. La anécdota ha traspasado fronteras, cadenas como la BBC o periódicos como el Daily Mail, China News o el Canal 13 de Buenos Aires se han hecho eco del fake de la actriz española. ¿Por qué ha mentido tanto? ¿Lo ha hecho por diversión, como juego o está rodando un reality de su propia vida? Sea lo que sea, el mundo espera ansioso su reaparición y comprobar si es tan buena actriz interpretándose a sí misma.

Con información de Marcos Torío.

@pilarvidal2014

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ASÍ SE HIZO EL MONTAJE

Anna Allen y su representante Mar Rodríguez le pidieron al prestigioso fotógrafo Jürgen Hammerschid que les hiciese una sesión de fotos en el hotel Ritz-Carlton de Viena. Estas imágenes son las que luego utlizaron para acreditar que la actriz había pisado la alfombra roja de la pasada edición de los Oscar. En ellas luce las prendas y las joyas que le prestaron para la ceremonia. No han pagado la sesión aún y el fotógrafo asegura a LOC que se siente estafado.

08 Marzo 2015

Mentira y piedad

Elvira Lindo

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Yo no soy de este mundo y como no soy de este mundo no me divierto con las desgracias de otros. Pero no estoy sola. Somos muchos los que no somos de este mundo, más de lo que cabría pensar si uno le echa un vistazo a las redes y contempla con estupor el cachondeo que genera el ridículo ajeno. El problema de los que no somos de este mundo es que gozamos de menos visibilidad. Yo soy anormal, como anormal que soy siento vergüenza o piedad ante el ridículo ajeno, no sé si piedad hacia el prójimo o hacia mí misma, a causa de esa capacidad enfermiza a ponerme en los zapatos de otros, como decía el gran Atticus Finch, que tanta falta nos hace. Me paso el día cambiándome de zapatos para poder entender por qué los demás hacen lo que yo jamás haría. Jamás recortaría mi cara de una foto y se la colocaría a una catedrática que aparece dando una charla en Harvard. Más aún: si alguna vez he tenido la ocasión de dar una charla en Harvard, he tendido a pensar que no estaba a la altura de la tarea. No es complejo de inferioridad sino decoro, una palabra que anda desterrada del diccionario, con la falta que hace.

En mi vida me he visto varias veces señalada públicamente. Es un bautismo obligado para todo aquel que se dedica a esta faena. Ahora conozco mejor la relación entre actos y consecuencias; cuando piso un terreno pantanoso, sé dónde me estoy metiendo. Y si alguien tiene el mal gusto de ridiculizarme, trato de aliviar el embate pensando que defendí una causa justa o que, sencillamente, dije lo que pensaba. Pero me resulta difícil de comprender a ese tipo de persona tan insensata que no calibra la repercusión de sus mentiras, que no tiene ese mecanismo de defensa que consiste en imaginar el ridículo que uno puede sentir si es descubierto. Leo sobre esta tal Anna Allen y recuerdo una tarde de septiembre pasado, en la peluquería del Teatro Español. No era algo nuevo. Algunos trabajadores del teatro hablaban de ella, de su tendencia a embaucar a los compañeros, a fabular con proyectos internacionales. Nadie decía, en cambio, que fuera mala actriz. Llevaba tiempo siendo un misterio. Un misterio no desvelado ahora, porque de la mofa jamás se concluye nada. Risotadas, crueldad, escarnio. Mucho montaje fotográfico añadido a los que ella pergeñó. Tiendo a pensar que alguien que fabrica una mentira que más tarde o más temprano se descubrirá es porque no tiene la cabeza en su sitio. Tirarse el rollo se lo tiran muchos. En mi profesión también. Hace no tanto, algunos recordarán que una escritora fabricó o hizo que le fabricaran una reseña en The New York Times. Ya no digamos en el show business. Hay ciudades, como Los Ángeles, que son fábricas de sueños para unos y fábricas de alucinaciones para otros. Nueva York no le anda a la zaga. Estas moles urbanas albergan a miles de desgraciados que tratan de vender la moto de que han triunfado. A ver si cuela. Engañan a los demás un rato, pero finalmente acaban siendo víctimas de su propia mentira.

Yo soy anormal, como anormal que soy siento vergüenza o piedad ante el ridículo ajeno

Estos días pasados, en la prensa americana, se habló mucho de embusteros. Dos célebres presentadores de noticias en la televisión fueron destapados en su mentira. El primero, Brian Williams, de NCB News, escribió en un libro de experiencias periodísticas que cuando cubría la guerra de Irak en 2003 el helicóptero en el que viajaba fue abatido. Pues resulta que no. Se ha descubierto que no. El tipo ha tenido que pedir disculpas y se le ha sancionado sin empleo y sueldo durante seis meses. Otra batallita ha sido la del rey del periodismo reaccionario, Bill O’Reilly, de la Fox, el individuo que consigue a diario echar más leña al fuego ardiente del ala fanática del Partido Republicano. O’Reilly escribió que había cubierto la guerra de las Malvinas desde primera línea de fuego. Pues tampoco. Resultó que estaba a salvo y en Buenos Aires. Unos reporteros han rastreado el asunto y la verdad parece clara, aunque la Fox está siendo implacable en la defensa del tipo, amenazando incluso a otros medios si siguen poniendo en duda la honorabilidad de su presentador. O’Reilly tiene a su favor a un público que no cree en el buen periodismo sino en el mero aniquilamiento del enemigo político, ¿nos suena de algo?

Podría concluir que los hombres mienten para presumir de un valor que les falta; quién no conoce a algún fabricante de valentías a toro pasado y desde la barrera. Podría pensar que las mujeres fabulan sobre lo que se espera de ellas, celebridad y belleza. No lo haré. Estos delirios son transversales. Acabo de leer, por ejemplo, las memorias recién reeditadas de Lillian Hellman, la guionista y escritora americana, en las que se ve a sí misma como protagonista de pequeñas o grandes heroicidades que luego han sido desmentidas abundantemente. Nada más irritante para una lectora informada que leer las aventuras de una heroína falsa, más todavía a lo largo de un siglo XX en el que hubo tantos héroes involuntarios. Pero esto merece un capítulo aparte.

Lo que me gustaría saber es cuál es el impulso que conduce a algo tan complicado como fabricarse una vida falsa. Aunque más me inquieta la risotada colectiva: hay personas que no se imaginan nunca como víctimas de un trastorno mental. Con lo cerca que estamos todos de perder la cabeza.