19 marzo 2010

El presidente rechazaba el modelo de sucesión que proponían algunas cajas

Dimite Juan Ramón Quintás como Presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) tras 16 años

Hechos

Fue noticia el 19 de marzo de 2010.

19 Marzo 2010

Cajas de truenos

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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La dimisión de Quintás en la CECA añade más confusión a la reestructuración financiera

En pleno proceso de reestructuración financiera de las cajas de ahorros, cuando las entidades y el Banco de España intentan concluir fusiones y ajustes de costes que limpien los balances de un tercio de un sector afectado por las destructivas consecuencias del crash inmobiliario, lo peor que podía pasar es que estallase un conflicto político en la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), la institución que asocia los intereses de todas y que debe ser el interlocutor en el delicado proceso de recapitalización de los balances y en el debate sobre el cambio necesario en la Ley de Cajas. Pues bien, eso es lo que ha sucedido. El presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, que termina su mandato, presentó anticipadamente su dimisión al Consejo; se opone a que el nuevo presidente sea Isidro Fainé, presidente de La Caixa, candidatura avalada por las cajas más fuertes. Quintás defendería la candidatura de Amado Franco, presidente de Ibercaja.

En este conflicto se han encadenado torpezas, opiniones discrepantes y malos entendidos. Es buena idea que presida la CECA una personalidad relevante del mercado financiero, como es Isidro Fainé. Ciertamente, tendrá mayor capacidad de interlocución con el Gobierno, con el Banco de España, con los bancos y con los nacionalistas. Y lo tendrá todavía más si consigue un amplio respaldo a su nombramiento. Pero su candidatura, apoyada por el Gobierno, ha tropezado con el presidente saliente. El portazo de Quintás revela que quienes defienden la candidatura de Amado Franco temen, ahora de forma explícita, que la dirección de Fainé al frente de la CECA favorezca una concentración excesiva de poder en las grandes cajas. Así resulta difícil que se consiga la unanimidad que reclama, y con razón, Fainé. El actual presidente de la CECA no ha actuado con la templanza necesaria. Cuando se presenta una dimisión, lo correcto es que se convoque inmediatamente un Consejo extraordinario para nombrar un presidente; en lugar de la conveniente premura, el Consejo no tomará la decisión hasta el 20 de abril.

La Comisión Europea advierte, en el dictamen conocido el miércoles, que la reestructuración del sistema financiero se está retrasando demasiado y que tal retraso es un riesgo para la recuperación económica. Las confusas hostilidades detectadas en la CECA no contribuyen precisamente a incentivar el ajuste financiero. Más bien lo demoran, por lo que es muy probable que el Gobierno tenga que pedir una prórroga al periodo de actividad del FROB.

La mala situación de la economía española exige un esfuerzo de análisis, disposición y capacidad negociadora. Es decir, que las instituciones den lo mejor de sí. No es eso lo que sucede, sino que tienden a enfrascarse en conflictos sucesorios, como el de la CECA, o en situaciones extravagantes, como el de la CEOE, presidida por un empresario acuciado por situaciones de quiebra y liquidación.