5 julio 1998

En España llegará con las voces de Eva Díez y el humorista José Mota

Película: Disney escoge la leyenda asiática ‘Mulán’ para su nuevo éxito

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En 1998 se estrenó la película ‘Mulán’ de Disney.

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05 Julio 1998

Disney apuesta por las mujeres

Beatrice Sartori

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UNA LEYENDA ASIATICA Mulan es la heroína más lograda de la historia del cine de animación

La factoría Disney acaba de estrenar en EEUU su última película, Mulan, con la que pretende superar el éxito de «El rey león». Con este propósito ha convertido a una mujer en protagonista: ellas deciden el ocio familiar

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Ha tenido que transcurrir un siglo desde la irrupción del cinematógrafo. Ha habido que esperar cien años, en los que han tenido lugar las dos revoluciones más significativas del siglo XX (el cine y la incorporación de la mujer al mercado del trabajo). Hemos tenido que llegar al umbral del nuevo milenio para que la sorpresa haya saltado finalmente: la generación desde el cine norteamericano del más completo, perfecto, exquisito, maduro y acabado retrato de heroína femenina en celuloide.

Semejante hazaña ha tenido lugar en el territorio más inesperado: en el terreno del cine de animación. Y la sorprendente faena se ha rematado subvirtiendo géneros, clichés, estereotipos y normas al uso. El extraordinario resultado tiene un título, Mulan, que responde al nombre de su protagonista femenina. Fa Mulan, una joven mujer soldado, una figura de leyenda que ha pervivido durante 1.600 años gracias a la tradición oral y la literatura, y desde hace medio siglo, al cine.

Los creadores de la película, la Factoría Disney, han ido aún más allá de la rutinaria creación de un nuevo producto en busca de la muy fértil taquilla del cine familiar. Porque se trata, además, de una película repleta de renovados logros artísticos y de imágenes revolucionarias conseguidas con sistemas tradicionales complementados con las últimas técnicas de creación digital. Todo ello al exclusivo servicio de una obra que, como valor añadido, atesora un alto grado de contenido emocional.

En fin, que Mulan se convierte en el sueño de todo productor: crear una película que logre unir al público infantil y adulto con entretenimiento y emoción ante una misma pantalla. Sin caer en clichés, rutinas, ni concesiones, Disney ha logrado una pieza que se gana el respeto de la crítica y la aclamación del público. Además, está protagonizada por una mujer muy joven.

La figura femenina y su puesta al día ha sido uno de los mayores retos que la factoría creada por Walt Disney hace 70 años en la californiana Burbank ha afrontado en las producciones animadas de la última década, un período que los analistas hacen coincidir con una segunda Edad de Oro de la productora de cine de animación.

Y es que la mujer no sólo ha conquistado un puesto importante en el mercado de trabajo, sino que lo sigue alternando con el ejercicio del liderazgo del núcleo familiar. Las madres continúan decidiendo los contenidos del ocio familiar fundamentalmente en lo que concierne a la elección de las películas.

No resulta gratuito por ello comprobar que desde Disney se haya decidido no sólo reforzar los personajes femeninos de sus películas de animación, sino convertirlos en personajes principales o con importancia decisiva en la ficción desarrollada, pese a que un galán comande la acción.

Basta revisar las obras producidas en esta década, que arrancan con la valiente Ariel, protagonista de La sirenita (recién reestrenada en nuestras pantallas con un nuevo doblaje castellano). La escamada damita logra un doble objetivo: vencer a la megavillana Ursula mientras se hace con el amor terrenal del príncipe Eric.

Un Aladino inspirado en Tom Cruise era el protagonista de la fantasía oriental Aladdin, pero era la decidida y muy sexy princesa Yasmín la que movía los hilos de la trama. Una circunstancia semejante presidía la historia de La Bella y la Bestia, en la que Bella se erigía en el motor de la peripecia, a pesar del atractivo protagonista masculino, el vacuo Gastón.

La princesa india Pocahontas era la inevitable protagonista de la película en la que defendía los derechos de los nativos americanos y su romance con el inglés John Smith. La zíngara Esmeralda clonada de Demi Moore le hacía descubrir su belleza interior a El jorobado de Notre Dame, y la descarada Megara ponía las cosas en su sitio cuando Hércules no se enteraba (en casi todo el metraje) de nada.

No obstante, en esta puesta al día como mujeres modernas, libres, eficaces, atractivas y resolutivas, todas mantienen un clásico y algo anticuado elemento común, que las diferencia y distancia de Mulan: su búsqueda en pos del romance. Princesas indias y orientales, gitanas artistas y sirenas de agua salada acababan inevitablemente ligadas en felices finales rosas a unos atractivos héroes ni la mitad de espabilados ni despiertos que ellas.

Esta es una convención que Mulan dinamita. Y no es la única en una película que el crítico Roger Ebert ha destacado por su «originalidad». Dirigido por Tony Bancroft y Barry Cook, la 36 película de animación de la Disney desde Blancanieves y los siete enanitos (1955) comparece como una épica guerrera y de honor, que logra mezclar equilibradamente la virtuosidad emocional, marca de la casa Disney, la elegante estilización de las películas de Akira Kurosawa y la escala épica del cine de David Lean.

Los retos han sido numerosos y la aceptación del público hace pensar que esta respuesta de la audiencia significará una revolución en los parámetros convencionales, que han regido tradicionalmente hasta ahora el cine de dibujos animados. Por primera vez, el trigésimo sexto largometraje de animación de Disney aborda temas nunca afrontados desde una película de dibujos animados.

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Cóctel de géneros

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Por ejemplo, por primera vez, se ha tomado una historia ajena al medio de la animación occidental: Asia. Y está el tema de los géneros, porque la película comparece como una acertada mezcla de drama, acción y comedia. Un cóctel en que se logra una mejor calidad y más alta precisión que lo obtenido en la shakespeariana El rey león.

También rompe con el esquema de musical de Broadway utilizado repetidamente hasta Hércules. En Mulan hay música, sí -compuesta por Matthew Wilder y Jerry Goldsmith, con letras de David Zippel-, pero tratada de forma diferente, intercalándola naturalmente en la acción. Y sus imágenes están llenas de poder. «Mágicas» las ha definido Michael Williams en The Washington Post. Siguiendo el diseño artístico de Hans Bacher -en un trabajo que recuerda a los experimentos cromáticos de Fantasía tanto como a la delicadeza del propio arte gráfico chino-, la película es una pequeña maravilla, con un casi increíble uso del color (la paleta de los tonos pastel) y de imágenes mesmerizantes obtenidas digitalmente en ordenador.

Pero el fundamento de todo está en la escritura del guión a cargo de un equipo liderado por Chris Sanders -bajo la atenta, protectora y combativa mirada de Pam Coats, una de las escasísimas productoras en Disney-, que ha logrado crear a partir de una remota leyenda, la moderna historia de una adolescente, Mulan, la más acabada heroína de la historia del cine de animación, acompañada de los personajes más interesantes de esta década. Desde el impresionante gran emperador hasta el pequeño Grillo.

La historia narra la aventura de una hija única que se disfraza de hombre para ir a la guerra y sustituir a su anciano padre en el frente. Mulan es inteligente, generosa, apasionada y determinada. Pero hay más: porque también es vulnerable, pero capaz de usar un humor muy irónico. La mejor heroína de la historia de Disney lo es porque ha sido perfecta y completamente concebida e imaginada.

Pero, quizá, el mayor logro de Mulan es que alcanza directamente al corazón de las emociones del público, algo que intentan otras películas sin conseguirlo. Y lo conquista a través de premisas como el amor por la familia y el deber, el honor personal y el compromiso con el grupo, la obediencia y la ingenuidad. Unas nociones espléndidas que ofrecer a una audiencia juvenil para que los más pequeños vayan reflexionando sobre ellas.

«La flor que crece en la adversidad es la más misteriosa y hermosa de todas», reza el lema de la historia. La adversidad está representada por un formidable villano, el líder de las hordas hunas, el bestial Shan Yu, al que, esta vez, los responsables de Mulan no han suavizado sus aristas más brutales.

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Criaturas traviesas

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Y al lado de Mulan, una cohorte de traviesas, imprevisibles y excéntricas criaturas, las favoritas del público más joven. Por orden de aparición, está el pequeño Grillo, mascota de la suerte de la protagonista; Kahn, su brioso, leal y veloz caballo; la abuela Fa, una mujer no convencional inspiradora de la personalidad de su nieta; los fantasmales miembros del Consejo de los Ancestros de la familia Fa; y Yao, Chien-Po y Ling, compañeros de lucha en las batallas.

El punto y aparte se lo merece el pequeño dragón rojo Mushu, el verdadero robaplanos de la película. Condenado a servir de ornamento de un artefacto para quemar incienso, sueña con convertirse en el guardián de la familia. La defensa de Mulan le pone en el camino de recuperar su estatus. Con la voz original de Eddie Murphy, Mushu aparece como un personaje estridentemente humorístico, callejero y bocazas. Dotado de una personalidad sarcástica, exuberante y frenética (en un trabajo paralelo al de Robin Williams para el genio de Aladdin), será doblado por José Sánchez, la mitad del dúo humorístico Cruz y Raya.

Con un muy ambicioso cambio de tono y contenido, esta formidable exploración de las posibilidades imaginativas y creativas de los genios de la Disney convierten a Mulan en uno de los más excitantes entretenimientos en nuestras pantallas para el mes de noviembre. Entonces, llegará la apasionante historia de una mujer impulsiva, que se transforma en tigresa ante la atónita mirada de los que aspiraban a convertirla en una frágil flor de loto.

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APOYOS

Dibujos muy animados y rentables

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Trece de las veinte películas más taquilleras de la historia del cine de animación pertenecen a la Factoría Disney. Lideradas todas ellas por el megahito dorado de la casa, El rey león, que ha alcanzado unos ingresos de 4.700 millones de pesetas sólo en el mercado norteamericano (triplicados por la taquilla exterior y las ventas de cintas de vídeo), seguida por Aladdin, con 3.300 millones.

Sin embargo, los títulos más recientes de Disney -Pocahontas, El jorobado de Notre Dame y Hércules- alcanzaron más de 5.000 millones de pesetas, aunque los tres juntos. Mulan ya ha salido al mercado -en noviembre se estrenará en España- para tratar de batir los dorados records anteriores.

Porque, la aparentemente ilimitada fuente de ingresos que constituye el cine de animación ha sido objeto de recientes intentos de conquista por parte de otros estudios (Anastasia, de la Fox; La espada mágica, de la Warner), sin los resultados esperados. Disney sigue mostrándose invencible, aunque con la amenaza de El príncipe de Egipto (una película basada en la leyenda de Moisés), el proyecto de Steven Spielberg desde su propia productora, DreamWorks SKG.

En la actualidad, Mulan se destaca como la joya del cine de dibujos animados para esta temporada. Su comercialización significará también el lanzamiento de la magnífica banda sonora de la cinta, en la que Ana Torroja, la vocalista del reaparecido grupo Mecano, desgranará A girl worth fighting for y Reflections, un par de piezas con clara vocación de clásicos instantáneos.

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Guerrera de la dinastía china Wei

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La historia de Fa Mulan, que fue llevada al cine por vez primera en 1939, está recogida en una leyenda milenaria de la dinastía turco-mongol Wei, que reinó en China del Norte entre los años 386 a 557.

Esta nueva Mulan de dibujos animados, desarrollada con las más modernas técnicas de creación digital, constituye el 36 largometraje de animación de la Factoría Disney. Para ello han sido necesarios cinco años de trabajo en el estudio creativo radicado en Florida.

Su productora, Pam Coats, encontró a la joven guerrera en un poema de hace casi 17 siglos. No se sabe si Fa Mulan existió en realidad, pero la tradición oral ha mantenido viva la gesta de la damita, que salvó la vida de su anciano padre, Fa Zu, suplantándole en el frente de batalla. Así, Mulan deviene en una especie de Juana de Arco asiática.

La heroína ya ha sido llevada antes al cine. De hecho, en 1939, una producción de Shanghai recreó por primera vez las hazañas de la guerrera en Mu Lan Cong Jin (La doncella de la armadura), dirigida por Bu Wan Cong. Pero la más conocida data de 1960, Hua Mu Lan (La dama general), de Yue Fung, con la gentil Ling Buo en el papel principal.

Este mismo año, la televisión de Hong Kong ha creado una miniserie de tres capítulos, Hua Mu Lan, con Chan Mi Yang, en el papel estelar, una actriz famosa por haber sido amante de uno de los líderes más sanguinarios de las Tríadas de la ex colonia británica, conocido como El Tigre de Wanchai.

De regreso a Disney, un año y medio después de comenzar la preproducción entraron los realizadores debutantes Tony Bancroft (creador del personaje de Pumba para El rey león) y Barry Cook. Bajo su dirección han trabajado hasta 400 artistas desde 1993.

Hasta 18 meses costó desarrollar el programa informático Atila, que permitió crear digitalmente por computadora la escena de la avalancha de nieve (tan poderosa visualmente como la estampida de hienas de El rey león).

Presente en 250 secuencias, el ordenador fue también capaz de crear imágenes de una masa de 30.000 personas, 7.000 linternas de papel y una carga de 2.000 hunos cabalgando. Hans Bacher, director artístico de Mulan, desvela el secreto del poder y la belleza de la película: «Sencillez poética».