Doblete histórico del Atlético de Madrid: Gana la liga de fútbol apenas un mes después de haber ganado la Copa del Rey

Hubiera sido demasiado. El Barça es seguramente el equipo con más suerte de Europa Occidental, pero hubiera sido demasiado ganar la Copa del Rey con diez y habiendo hecho tan poco para llevársela. La justicia se quitó la venda de los ojos, echó un vistazo donde estaba mirando toda España, al rectángulo verde de La Romareda, y decidió que la Copa del Rey de fútbol la ganase el mejor. Y el mejor fue, como de aquí a Lima el campeón.

Los de Radomir Antic fueron superiores en todas las líneas, en todas las facetas del juego. Y aún les faltaron goles para marcar la diferencia real entre unos y otros. Johan Cruyff se empeñó en enmascarar al Barcelona que todos conocemos. De hecho, su equipo sólo puso en apuros al Atlético cuando se sintió herido, cuando recibió el gol de pantic y sus jugadores mandaron a hacer puñetas las consignas de la banda.

Pero esta final se reocrdará por Johan Cruyff. Muy pocas veces un entrenador se empeña en que su equipo se comporte al contrario de lo que puede y sabe: jugar al fútbol. Puso ese autobús que pronosticaba Antic, como si en vez de dirigir a un puñado de jugadores que son de lo mejor de nuestro fútbol dirigiese a un equipo de escolares. No creyó en sus jugadores, le comió el terror y pagó con la derrota.

El Barça cedió los galones al Atlético y éste, nervioso, no supo paladear el regalo hasta la prórroga. Pero la victoria fue el premio a la codicia, al riesgo, al fin de cualquier deporte que es buscar la victoria.

El Barça no podrá ya ganar los tres títulos y a Cruyff le empieza a oler la cabeza a pólvora. Todo lo contrario que el Atlético, campeón de Copa y con la moral a tope para hacer doblete.

Ángel Cabeza