El portavoz de CiU, Josep Antoni Durán Lleida arremete contra la Cadena COPE desde el Congreso de los Diputados

Uno de los jueces que condenaron a Mario Conde me comenta: «Si hubiera sabido más de contabilidad bancaria, no estaría en la cárcel. Le perdieron su ignorancia y su prepotencia». Al que fuera número uno en todo se le acaba de ver demacrado en su flaqueza en el entierro de una contrapariente. En el fondo, pena por haber querido entrar en política y haber, presuntamente, pretendido sobornar al PSOE para obtener ventajas fiscales para su corporación industrial bancaria, pero debe amargarle más haber sido el pagano de la gran remodelación informativa socialista sobre ANTNEA 3 TV. Felipe González dio el grito de guerra: «Le hemos dado una televisión al conde de Godó, no a Manuel Martín Ferrand». ANTENA 3 TV se la dieron al extinto Antonio Asensio (Grupo Z) por compensarle de haberle dejado fuera en el primer reparto televisivo en el que era obligado dejar entrar por la gatera al Grupo PRISA, y ANTENA 3 RADIO se la regalaron a Polanco para que destruyera y cerrara la primera emisora del país, que estaba dando un revolcón a la Ser. Insólito en los anales que el pez segundón devore al primero por designios de un faraón político.

El anterior PSOE (si es que hay diferencia con el actual) aplastó DIARIO16 hasta su extinción, empezando por el defenestramiento de Pedro J., que lo había puesto en sus carriles, y desde entonces se puede hacer una elipsis hasta al acoso de TELEMADRID a quien se impide o interfiere una segunda cadena sin olvidar linchar a su director general, que parece marca de la casa de Ferraz. Hoy la COPE está en el certero punto de mira del PSOE y del tripartito catalán, tenaz imbatible porque ninguno tiene aprecio por las libertades informativas, sino todo lo contrario. Si la COPE informara escuetamente sobre la castidad y honestidad de Durán Lleida, ese frailón, o sobre los doctorados universitarios de Montilla, ministro por la gracia de Dios, merecería ser perseguida porque los hechos son sagrados y no se debe mentir. Pero la opinión es libre y están en su derecho de expresarla Jiménez Losantos, Ignacio Villa o César Vidal.

Presionar a los obispos o no prolongar licencias de radio es una alcaldada, una cacicada y supone convertir la libertad de expresión en un mercado de negros estabulados regido por Zapatero con Montilla de capataz con látigo. No está en peligro la COPE sino todo el sistema de libre información. Sostener a la COPE es defensa propia porque si rompen ese dique nos llegará el agua al cuello a todos y hasta en las paredes tendremos que escribir al dictado del último ministro analfabeto, gregario y sectario.Tal como han resultado las injurias inferidas, la COPE somos todos.

Martín Prieto

Esta misma semana hemos tenido dos casos de las elásticas varas de medir que utilizan nuestros políticos según les convenga.Dos casos realmente escandalosos.

La primera de ellas fue cuando Durán Lleida arremetió como un poseso contra la Cadena COPE y Jiménez Losantos por su postura frente al estatuto catalán, una postura defendida únicamente con su palabra. Nada más. Durán Lleida se rasgó las vestiduras y dijo todo lo que le vino a la boca, hasta pidió a la Iglesia que se «deshiciera»-¡que fea expresión!- de los «mercenarios».Está visto que Durán Lleida no se corta en absoluto a la hora de condenar a los que no comulgan con las ruedas de molino del catalanismo.

Y, visto lo visto, me pregunto:

¿Cómo condenó Durán Lleida el secuestro y atentado- un disparo en la pierna- sufrido por Jiménez Losantos a manos de los terroristas catalanistas de Terra Lliure?

¿Aquellos no sembraban el odio en Cataluña contra los que, como Jiménez Losantos, habían firmado un manifiesto en defensa de los castellano-hablantes?

¿Qué dijo Durán Lleida cuando Jiménez Losantos tuvo que abandonar Cataluña y su puesto de profesor para emigrar a otras tierras donde se respetara la libertad de expresión?

M

Y segundo caso.- Esta misma semana Manuel Fraga, por cuatro veces presidente de Galicia con mayoría absoluta, dio una conferencia en la Universidad de Vigo. Allí fue abucheado, se le llamó fascista e intentaron zarandearlo un grupo de ¿adivinan? independentistas gallegos. Exactamente igual que le sucedió a Carrillo hace unas semanas en la Complutense de Madrid. El zarandeo a Carrillo y los gritos llamándole «asesino» mereció titulares, editoriales y comentarios varios. Todos conmocionados. El zarandeo a Fraga apenas unas líneas escondidas en la información del acto en los periódicos. Ni titulares, ni editoriales, ni apenas comentarios.Silencio. Silencio vergonzoso.

Fraga fue ministro de Franco a finales de los 60, desde luego.Pero su trayectoria política no está manchada por ningún Paracuellos.No tiene tras sí un pasado personal tan siniestro como el de Carrillo. Y si unas agresiones contra Carrillo merecen ser condenadas, mucho más lo merecen unas agresiones contra Fraga. Pero las varas de medir de nuestros políticos son como son.

María Consuelo Reyna