18 agosto 1992

La noticia fue desvelada por el periódico NEW YORK POST, Rupert Murdoch

Escándalo en el Cine: Woody Allen rompe con Mia Farrow para enrollarse con su hija adoptiva y esta la acusa de abusos sexuales

Hechos

  • En agosto de 1992 los periódicos NEW YORK POST y DAILY NEWS difundieron la relación entre Woody Allen y una joven de 21 años hija adoptiva de Mia Farrow, considerada ‘la pareja’ de Allen.

Lecturas

 Mia Farrow y Woody Allen habían compartido rodajes en multitud de películas. Allen contaba con ella con frecuencia con ella, él como director y ella como actriz, motivo por el cual era considerado su favorita. En el momento de saltar el escándalo estaban rodando juntos la obra ‘Misterioso Asesinato en Manhattan». Ante las acusaciones de Farrow de que Allen había abusado sexualmente de sus hijos, Allen anunció el despido de Farrow como actriz de la película y su reemplazo por Diane Keaton.

Woody Allen declaró que con Soon Yi Previn se sentía feliz y verdadero. Y lamentaba tener que pleitear judicialmente con Mia Farrow por la custodia de sus hijos.

 El periódico NEW YORK POST de Rupert Murdoch fue el primero en sacar a la luz el escándalo, aunque posteriormente se sumaron otros con entusiasmo como el DAILY NEWS. Según relataba el Post, el romance comenzó hace unos siete meses durante el rodaje de la película ‘Maridos y Esposas’, Soon Yi visitó a sus padres adoptivos en el plató en varias ocasiones.

 La televisión también se hizo eco del asunto incluso en programas periodísticos de prestigio como ’60 minutos’ de la cadena CBS, la cadena del popular Dan Rather.

08 Junio 1993

El escandaloso proceso judicial termina con la victoria de la actriz

Antonio Caño

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El más escandaloso y morboso proceso judicial del año en Estados Unidos acabó con la victoria de Mia Farrow, a quien el juez concedió la custodia de los tres hijos en disputa. Woody Allen, a quien se acusaba de molestar sexualmente a una de las niñas, se verá obligado a pagar los costos del juicio y, lo que es peor, tendrá que arrastrar por el resto de su vida la imagen de un pervertido.El juez Elliot Wilk remitió ayer a los abogados de las dos partes copias de la decisión que le permite a la actriz mantener la custodia de dos de los hijos adoptados, Moses, de 15 años, y Dylan, de siete, así como del hijo biológico de la pareja, Satchel, de cinco años.

El proceso, que acaparó la atención de los norteamericanos durante cuatro meses, estuvo concentrado en las acusaciones contra Allen por haber abusado sexualmente de Dylan, una de las niñas adoptadas por la pareja durante sus 12 años de convivencia.

Ni el famoso director y actor cinematográfico ni su abogado, Elkan Abramowitz, dijeron ayer cómo piensan reaccionar a esta sentencia, aunque es probable que recurran inmediatamente el veredicto.

La decisión del juez está basada en la convicción de que la relación de Woody Allen con sus hijos está viciada por los escándalos que rodean a esa familia y que Mia Farrow está más capacitada para asumir la educación de los hijos. Al mayor de los tres, Moses, se le concede la posibilidad de convivir con su padre si así lo prefiere. Pero Moses ya ha decidido: no quiere vivir con su padre.

Durante el juicio se dio a conocer un informe de expertos de un hospital de Conriecticut en el que se afirmaba que, aunque Allen no había abusado sexualmente de Dylan, la relación del padre con su hija tenía un tono «exageradamente sexual». A Allen se le ha prohibido ver a Dylan, excepto si quiere asistir a las sesiones de terapia con las que está siendo tratada.

La principal prueba presentada por los abogados de Farrow fueron unas fotos de Dylan desnuda que habían sido tomadas por su padre a principios de 1992. Woody Allen alegó que ésa había sido una sesión fotográfica absolutamente normal y que fue la propia Dylan la que le pidió que la fotografiase sin ropa.

La ruptura entre Farrow y Allen se hizo pública el pasado verano, después de conocerse la relación sentimental que unía al director con una de las hijas adoptadas por Farrow, Soon Yi, de 21 años. Este enamoramiento dañó considerablemente la imagen de Allen y le complicó su actuación en el juicio.

Durante el proceso, el juez trató de explicar la relación entre Allen y Soon Yi como, un ejemplo de la conducta inmoral del famoso director. En una de las sesiones, Elliot Wilk llegó a preguntar a Allen: «¿ tenía usted suficiente con acostarse con la hermana de sus hijos?» a lo que Allen contestó: «Yo no lo veo de esa manera. Lo siento».

Woody Allen explicó en todo momento que su relación con Soon Yi había sido provocada por un enamoramiento, pero aseguró que eso no había impedido una relación paternal con sus hijos.

Durante este proceso, la opinión pública norteamericana se dividió entre los partidarios de Allen y los de Farrow, aunque una gran parte de la prensa presentó a ambos como dos egoístas paranoicos cuyo único interés era destruirse mutuamente.

09 Junio 1993

No desearás a la hija de tu mujer

Carlos Boyero

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Agradezco a la suerte, al destino, al último y grisáceo festival de Cannes, a la salvaje y fascinante Nueva York, que me hayan evitado la tortura de seguir día a día, noche a noche, debate a debate, el presumiblemente enloquecedor mes de mayo en televisión.

Me cuentan que se celebraron dos combates entre un veterano campeón de los pesos pesados llamado González y un disciplinado y ambicioso aspirante a la corona llamado Aznar. Me cuentan su abyecto pacto para que no hubiera demasiada sangre (ambos cruzaron los dedos y tocaron madera para ignorar el liviano tema de la corrupción). Me cuentan que la arrogancia del monarca le hizo perder a los puntos en la primera parte del esperpento y que se rehizo y ganó en la segunda. «Y todo el mundo sabe que hubo una guerra y todo el mundo sabe, que como siempre, los buenos perdieron» aseguraba Cohen en una memorable canción. Qué maniquea, qué demagoga, qué apocalíptica esa estética del fracaso que algunos privilegiados siguen explotando. El es un poeta, lo suyo es hablar de símbolos, metáforas, lirismo y abstracciones, pero es posible que los parias y los desesperados que habitan este país fueran inútilmente solidarios con las desoladas palabras del insustituible juglar de Montreal. Me cuentan que se han cargado La clave y que los civilizados responsables ofrecen inapelables razones de audiencia (progamarla a las tres o las cuatro de la madrugada al parecer era la hora más adecuada para que la gozaramos los dinosaurios que estábamos «en ganchados» con ella), del supuesto cansancio del público, del inevitable crepúsculo de la fórmula milenaria. Pues vale. Censura: que repugnante es tu jeta, tu esencia y tu razón de existir. Hace tiempo que enviaron al desvencijado baúl de los recuerdos al entrañable Jazz entre amigos. Pues vale. Los intuitivos directivos de Telemadrid no ofrecieron un contrato a perpetuidad a Wyoming y al oasis que suponía su presencia en La noche se mueve. Pues vale. Progaman vergonzantemente el mejor cine del pasado (la rancia copia de La jungla de asfalto era impresentable) en horarios imposibles. Pues vale.

Me entero por los informativos (por higiene mental prescindo del sonido cuando escucho algo relacionado con las elecciones) que el juez ha declarado culpable al pederasta Woody Allen y ha otorgado la custodia de los hijos a la despechada Mia Farrow. Hace ocho días vi tocar el clarinete al diabólico libertino y a su banda de «freaks» en el club donde refugia su no correspondido amor a la música. Su rostro era un mapa de la tristeza. El cine futuro de este hombre bueno y genial será aún más amargo, lúcido, hermoso y necesario.