24 noviembre 1995

El Congreso de los Diputados concede el suplicatorio al diputado José Barrionuevo (PSOE) para que pueda ser juzgado por el caso GAL

Hechos

Fue noticia el 24 de noviembre de 1995.

24 Noviembre 1995

Si hubiera ganado el 'no'

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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EL PARLAMENTO, como institución, ha hecho lo que debía al conceder el suplicatorio, para que el diputado y. ex ministro socialista del Interior José Barrionuevo comparezca ante la justicia en relación con el sumario de los GAL. Ése es el dato fundamental a destacar sobre cualquier otro en relación con el Pleno del Congreso celebrado ayer para responder a la autorización solicitada en ese sentido por la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Basta pensar lo que habría ocurrido de haber triunfado el no para entender hasta qué punto era irresponsable la actitud de los diputados que, a estas alturas, jugaron con la disparatada idea de acabar así con el caso GAL.Por lo pronto, alguna de las partes personadas, podía haber recurrido la decisión denegatoria y el Tribunal Constitucional haberles dado la razón, Los representantes electos están aforados para protegerles de persecuciones legales relacionadas de alguna forma con su postura política. Y la denegación de un suplicatorio debe estar motivada. Parece difícil que en este caso alguien hubiera encontrado motivos racionales para justificar la denegación del suplicatorio

Pero además, ¿como evitar la impresión de que los diputados, por corporativismo, consagraban la impunidad de uno de los suyos? Hay que insistir en que el objeto del suplicatorio no es pronunciarse sobre lo bien o malfundado de las acusaciones, sino simplemente levantar la imnunidad para que pueda continuar la investigación sobre ellas; su denegación sólo se justifica en el caso de apreciarse indicios de que los denunciantes o querellantes habían recurrido a la vía penal con el objetivo torticero de perturbar el funcionamiento. o modificar la composición del Parlamento.

Por ello, no puede ignorarse el abultado número de diputados que han votado en contra. Nada menos que 122 frente a 204 que votaron a favor. La votación ha sido secreta, pero los socialistas dejaron ya antes claro que, si no la totalidad, sí se les puede atribuir la mayoría de esos votos. Su desgarramiento interno por esta cuestión es evidente. Algunos sostienen, de forma más o menos abierta, que, dado que, el caso de los GAL es político, debería ser juzgado por los políticos, considerando factores y circunstancias. Otros, sin oponerse claramente a la concesión del suplicatorio, han defendido que si hay una responsabilidad colectiva no es justo dejar solo a Barrionuevo. Finalmente, es probable que algunos diputados, y no únicamente del PSOE, sabiendo que el suplicatorio iba a ser concedido por mayoría, hayan disparado con pólvora del rey y votado en contra para expresar su solidaridad con Barrionuevo, en un simple gesto sin mayores repercusiones.

Pero ha habido también quienes han explicado el resultado como prueba de que «se trata de una cuestión controvertida». Han concedido el suplicatorio 204, pero casi 150 (si se suman abstenciones y ausencias) no lo han hecho. La intención clara es relativizar la decisión y hacer patente el carácter de decisión discutible, no unánime, sobre el proceso. Quizas incluso como aviso de que el resultado en caso de nuevas solicitudes sería bien distinto.