17 enero 2013

El periodista fue uno de los mayores críticos con el CEO de PRISA, Juan Luis Cebrián por permitir los despidos

El diario EL MUNDO ficha a Enric González Torralba como columnista tras la ruptura de este con el diario EL PAÍS y el Grupo PRISA

Hechos

El 17.01.2013 el diario EL MUNDO anunció que D. Enric González pasaba a escribir en sus páginas.

Lecturas

D. Enric González Torralba ficho por el diario EL PAÍS en 1985, siendo entonces director D. Juan Luis Cebrián Echarri, que más tarde ascendería a empresario del grupo propietario, PRISA. En ese periodo D. Enric González Torralba fue redactor, cronista, corresponsal y, finalmente, una de los columnistas estrella del diario EL PAÍS. Pero la relación se rompió a raíz de sus críticas a la gestión empresarial del periódico. Esto ya supuso en 2009 la negativa del diario a publicar un artículo suyo y, acabó en 2012 con la decisión del Sr. González Torralba de abandonar EL PAÍS con un texto de crñutuca a su exjefe por permitir el despido de empleados.  Ahora pasará a trabajar para la competencia bajo la batuta de D. Pedro J. Ramírez Codina, el mayor enemigo durante años del Sr. Cebrián Echarri.

17 Enero 2013

«EL MUNDO es lo más parecido a un periódico de lo que se hace en España»

Enric González Torralba

Entrevista a Eduardo Fernández

Leer

Enric González conoce mejor las calles de Londres, París, Nueva York, Washington, Roma y Jerusalén, ciudades en las que ha ejercido de corresponsal, que los pasillos de la redacción de este periódico en Madrid. El barcelonés pregunta y vuelve a preguntar, hasta que la «discreción» que recomienda a todo periodista se vuelve en su contra.

EL MUNDO ha fichado a González, que firmará en el diario desde la semana próxima. «Una columna el lunes, en deportes, con David Gistau; otra el viernes, en opinión; y un reportaje mensual largo», avanza apoyado en la mesa. Del título de sus columnas no tiene noticia: «Yo, con llenar espacios, tengo bastante».

Pregunta.- Tras un primer vistazo, ¿qué le ha llamado la atención de este periódico?

Respuesta.- Me ha sorprendido que el director esté en el ajo, físicamente. Estoy acostumbrado a periódicos en los que el director toma una cierta distancia física.

P.- Del Inter de Milán y del Nantes le engancharon los colores. ¿Cuáles le llevaron a entrar en este equipo?

R.- Con sus defectos, EL MUNDO es lo más parecido a un periódico de lo que se hace en España.

P.- ¿Cómo es ese periódico ideal?

R.- Hay tensión y no sólo se preocupa por la actualidad -la actualidad es algo que inventan los periódicos, que en realidad no existe-, sino que se preocupa por la noticia, por contar cosas que lea la gente y diga: ‘¡Joder, qué barbaridad!’. La función de un periódico sería, más o menos, tocar los huevos.

P.- ¿Qué culpa tiene Enric González de la ludopatía bursátil de otros?

R.- He estado en la mejor redacción que ha habido en España y he visto la decadencia de la empresa que sostenía esa redacción. He comprobado que los mejores tiempos, en cuanto a abundancia y comodidad, se han acabado para siempre. Ahora, por suerte, he podido elegir, y he elegido lo que me ha parecido más divertido.

P.- Primero salió del país, rumbo a Jerusalén; después, de El País…

R.- En El País hicieron de mí un periodista apañado. Hacia 2007 o 2008, empecé a pensar que quería irme. Al final lo han puesto tan fácil… La alternativa era ejercer de piano de cola de la abuela, para que te vieran las visitas. Cada vez tenía peor acomodo y he ido soportando menos la figura del consejero delegado, actual presidente, alguien muy pintoresco.

P.- Antes de entrar en opinión, ¿qué le preocupa?

R.- Quizás por el síndrome del nuevo rico, por las tensiones territoriales históricas, por la gente… Creo que España ha perdido de vista el lugar donde está: el trabajador perdió de vista que era un trabajador. Colectivamente, en este país nos embarcamos en un delirio que ahora tiene consecuencias, como la corrupción, que está entre las graves.

P.- En deportes, ¿dará el pitido final del perenne Barça-Madrid?

R.- Eso no creo que pueda acabarse en un futuro previsible (…) Probablemente haré los textos más erráticos que se publiquen en este papel.

P.- ¿Cómo de estrecha puede llegar a ser una columna?

R.- Estoy mayor para cambiar. El límite es el ataque directo y difamatorio contra las personas o instituciones, el Código Penal. Lo que piense la empresa me importa nada. La tendencia ideológica de los editoriales me importa menos que nada.

González, nacido en 1959, se muestra ilusionado cuando habla de sus futuros reportajes para EL MUNDO. No quería ser periodista, pero los cantos de «las golferías» de algunos compañeros de su padre, Francisco González Ledesma, le atrajeron. «De joven, pensaba que me influiría en un sentido antagónico», recuerda. Se negaba a contribuir al traqueteo de las teclas de madrugada, hasta que sucumbió, en 1976. Años después, cedió al uso de frases subordinadas. En la actualidad, también tras la senda del progenitor, esboza novelas populares -«Espías, policías, intriga, muertos, al menos una señora que esté bien, idealmente dos», adelanta-. A Enric González, con seis años, le presentaron en casa a un tal Quijote, al que aborreció durante un tiempo. El pasado fin de semana, se topó con la serie Hermanos de sangre, y la agotó, aunque este periodista insomne, que disfruta de su pereza, intenta evitar el desvelo de la televisión. ¿Un libro? Ulises. ¿Un escritor? Dostoievski.

P.- Ya que iba para veterinario, ¿cómo se cura la herida de la prensa?

R.- El problema fundamental no es el modelo de negocio, que ha colapsado. El problema es si lo que hacemos vale dinero. Sospecho que, a veces, no. La gente paga por el Financial Times, The Economist, The New York Times… Si no estás en primera división, no tienes futuro. Tienes que dar un plus que merezca realmente la pena.