26 octubre 1978

El Director General de RTVE, Fernando Arias Salgado, replica a EL PAÍS por considerar que TVE hizo propaganda al informar del I Congreso de la UCD

Hechos

El 26 de octubre de 1978 D. Fernando Arias Salgado publicó un artículo en defensa de Televisión Española frente a las críticas de EL PAÍS.

24 Octubre 1978

En el centro del Edén

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián Echarri)

Leer

EL CONGRESO fundacional de UCD habrá disipado las escasas dudas que pudieran existir sobre la naturaleza de la organización que lo ha celebrado. Al menos por ahora, y sin que este juicio tenga, necesariamente que condicionar el futuro, no se trata de un partido en el Gobierno, sino del partido del Gobierno. Nadie tiene por qué escandalizarse de un fenómeno que, aunque anómalo si se le mide en términos abstractos, es el resultado necesario de su proceso de gestación y de los procedimientos empleados para el reclutamiento de los miembros y la cooptación a los cargos dirigentes de la organización. Nacida como instrumento electoral para prolongarla excelente imagen pública del señor Suárez en vísperas de los comicios de junio de 1977, construida desde arriba por el estrecho núcleo de hombres que gozan de la confianza del presidente del Gobierno, la Unión del Centro Democrático es, mientras las cosas no cambien, un espejo de aguas claras donde su líder máximo e indiscutido puede contemplar reflejada su imagen. La apoteosis del fin de fiesta que fue el acto de clausura del congreso no hizo sino confirmar el carácter presidencialista de un partido cuya propensión al «culto a la personalidad» haría palidecer de envidia a los dirigentes que antes lo disfrutaron en marcos no democráticos. La disidencia promovida por el señor Alvarez y los barones regionales se reflejó tan sólo en las votaciones para las candidaturas únicas, pero no llegó al atrevimiento de impugnar al señor Suárez.Hasta aquí, nada hay de sorprendente. Si el presidente del Gobierno ha sido el demiurgo de UCD, partido que debe a la ocupacióri del Poder. sus progresos organizativos y su audiencia en la opinión, no era previsible que cediera los atributos de la soberanía a unos cuadros y a unas bases que él mismo ha elegido y potenciado. No es aventurado pronosticar que mientras siga ejerciendo la jefatura del Ejecutivo, el señor Suárez continuará siendo el líder carismático de una organización formada en buena parte por funcionarios del Estado y de la empresa pública que le deben stínombramiento o promoción. Más dudoso es que, a la larga, esa casi inextricable unión entre Administración pública y partido resulte beneficiosa para UCD. Y todavía más problemático que el liderazgo hoy indiscutible del señor Suárez y la unidad del partido a la que esa dirección incontestada garantiza sobrevivan en el supuesto, por lo demás poco probable a corto plazo, de que un cambio en la opinión electoral desplazara a UCD de la mayoría relativa en el Parlamento y del control del Gobierno.

Ahora bien, lo que ya no resulta tan comprensible es que a la identidad entre Gobierno y partido se sume la confusión de ambos con, Estado. En este sentido el tratamiento dado por la Televisión al congréso de UCD desborda ampliamente los cauces de lo admisible e incrementa la célebre prima, concedida unilateralmente por el señor Arias Salgado como director general de RTVE al partido al que pertenece, hasta límites enloquecidamente inflacionarios. Los espectadores que aguardaban con impaciencia la reposición de Al este del Edén se encontraron con que, durante más de media hora, era Adolfo Suárez, y no James Dean, el galán que ocupaba la pequeña pantalla. ¿Estarían dispuestos los directivos de Televisión Española a ceder ese centro del Edén, en el que situaron al señor Suárez el sábado por la noche, a sus más directos competidores en las próximas elecciones? La lógica del poder habla un lenguaje lo suficientemente descarnado y realista como para que nuestra pregunta parezca retórica o ingenua. Y, sin embargo, fue. el propio presidente del Gobierno el 4ue, en su discurso de clausura, hizo referencia al «profundo planteamiento ético» que debe regir la vida pública, subrayó que «tenemos que respetar el compromiso ético con la ideología y con los ciudadanos y para ello tenemos que huir de buscar el poder del modo que sea y por encima de todo», señaló que esa «afirmación es válida para los gobernantes y los ciudadanos» y exhortó para que ajustemos «todo nuestro comportamiento a unos auténticos cánones de ética social y ética política». La televisión es un medio de comunicación del Estado; la utilización de la enorme influencia de este monopolio en beneficio abusivo del Gobierno es cuando menos una infracción de la ética política.Por lo demás, la tendencia a tomar la parte por el todo y a no distinguir entre el Gobierno, que es uno de los poderes del Estado, y el Estado mismo parece una de las adherencias del pasado de las que el señor Suárez no ha logrado todavía desprenderse. Aunque el show televisivo fuera la manifestación más hiriente y palpable de esa interesada confusión, su propio discurso de clausura contiene desarrollos que ponen de manifiesto sus serias dificultades para aclararse a sí mismo y a los demás esa diferenciación absolutamente imprescindible para un correcto ejercicio de la democracia. Porque el hecho de que en la pequeña pantalla el señor Suárez optara por, desempeñar el papel de presidente del Gobierno y no el de presidente de UCD es algo que, al fin y al cabo, pertenece a su campo de elecciones personales, de cara, claroestá, al terreno de las elecciones generales. Si la identificación de su persona con su partido y de su partido con el Gobierno es algo que sólo compete juzgar a sus seguidores y electores, en cambio la identificación de su persona su partido y su Gobierno con el Estado entero no puede ser admitida sin protestas por el resto de los ciudadanos.

26 Octubre 1978

UCD y Televisión Española

Fernando Arias Salgado

Leer

El diario EL PAÍS en su editorial del pasado día 24 afirma que el tratamiento informativo dado por TVE al congreso de UCD «desborda ampliamente los cauces de lo admisible». RTVE considera que los da tos objetivos no coinciden con las tesis del periódico madrileño.

1.º TVE no dio ala información del congreso de UCD un tratamiento distinto al de los otros medios de comunicación.

EL PAÍS, por citar un ejemplo, recibió el congreso de Unión de Centro Democrático de manera excepcional: con una amplia entrevista a don Adolfo Suárez, presidente del Gobierno y de UCD, realizada por el propio director del periódico y anunciada de forma relevante antes de su publicación.

La información que EL PAIS publicó del congreso de UCD fue también excepcional. Le dedicó los mejores espacios de su primera página, en el interior del periódico, la amplísima información sobrepasó la medida de tres páginas díarías, publicó entrevistas con Fanfuni, Sa Carneiro y Margaret Thatcher, asistentes al congreso; dedicó un editorial al acontecimiento y transcribió, casi íntegramente, el discurso de clausura que pronunció don Adolfo Suárez.

EL PAÍS, por tanto, dio a la lnformación del congreso de UCD un tratamiento similar al de Televisión Española. Hecho informativo absolutamente lógico, ya que UCD es el partido mayoritario y tiene la responsabilidad del Gobierno del país.

2.º La cuantificación de los espacios informativos de TVE dedicados al congreso de Unión de Centro Democrático se ha decidido por el propio interés general demostrado anteriormente y en función de los criterios proporcionales que estimamos deben de regir en los medíos de comunicación estatales hasta que sean claramente fijados en el futuro estatuto de RTVE.

Las informaciones del congreso de UCD emitidas por Televisión Española suman 113 minutos con diez segundos.

De estos. 113 minutos, 36 fueron ocupados pon el resumen grabado del discurso del presidente del Gobierno y de UCD, resumen menos extenso que el publicado por otros medios.

Si se tiene en cuenta que dos espacios semanales -«Informe semanal» y «7 días»- emitieron dos reportajes, acordes con su estructura que sumaban treinta minutos y 55 segundos, el total del tiempo emitido durante los cuatro días que duró la información fue de 82 minutos treinta segundos, lo que supone una media diaria de veinte minutos 63 segundos. a distribuir en los tres espacios informativos diarios: es decir. que la media del tiempo informativo dedicado al congreso en los telediarios de los cuatro días no llegó a siete minutos.

3.º Como dato comparativo, al IX Congreso del Partido Comunista de España, celebrado entre los días 19 y 24 de abril, TVE le dedicó 35 minutos y 59 segundos.

Dado que el Partido Socialista Obrero Español no ha celebrado recientemente ningún congreso, tomamos como referencia la información emitida con motivo de la fusión PSOE-PSP.

A este acontecimiento político, TVE le dedicó un tiempo superior a una hora y veinticinco minutos, con un reportaje de quince minutos treinta segundos emitidos en «Ultimas noticias» y con otro de diecinueve mintuos treinta segundos dentro del programa «7 días».

Estos dos ejemplos pon’en de manifiesto el criterio objetivo de proporcionalidad aplicado por TVE.

Ese mismo criterio se aplicará a la cobertura informativa de los sucesivos congresos que los distintos partidos con representación parlwmentaria puedan celebrar en el futuro.

En resumen: RTVE ha respondido, informativamente, a un interés incuestionable del tema y ha aplicado los criterios profesionales que otros periódicos y emisoras han mantenido respecto al congreso de UCD y a la intervención del presidente Suárez,

27 Octubre 1978

El paraíso perdido

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián Echarri)

Leer

LA NOTA de réplica dada por RTVE, monopolio estatal controlado por el Gobierno a través del señor Arias-Salgado (Fernando), al editorial publicado por EL PAÍS el pasado martes sobre la inverosímil y abusiva utilización de la televisión -pagada por todos los españoles- en beneficio de UCD y del señor Suárez, y las manifestaciones paralelas del señor Arias-Salgado (Rafael), secretario general del partido del Gobierno, en apoyo de sujefe y de su hermano, son dos síntomas desoladores. Las esperanzas depositadas en la renovación democrática de la derecha española descansan, en buena parte, en la confianza de que las nuevas generaciones de políticos profesionales que gestionen sus intereses logren alcanzar la capacidad de distanciamiento irónico acerca de la propia imagen, de lucidez reflexiva, de flexibilidad tolerante y de rectificación de errores de la que carecían total y estrepitosamente sus predecesores. No parece, desgraciadamente, que esa sea la tendencia dominante en algunos sectores de UCD.Las explicaciones dadas por RTVE son una reencarnación del arrogante hábito carpetovetónico de sostenerla y no enmendarla, aunque para ello haya que recurrir a argumentaciones entre infantiles y descaradas, que hacen ruborizar de vergüenza ajena a quienes las escuchan, y que producen escalofríos en quienes todavía recuerdan las prepotentes notas de rectificación del franquismo. La nota equipara el tratamiento general dado al congreso de UCD por RTVE con la información suministrada a sus lectores por EL PAÍS y compara el tiempo global dedicado a ese festejo con el consagrado a los congresos del PCE y del PSP; pero pasa como gato sobre ascuas a la hora de explicar el affaire James Dean-Adolfo Suárez (o Elia Kazan-Fernando Arias-Salgado), que era el tema básico de nuestro comentario acerca del ligero desplazamiento geográfico, desde el Este hasta el centro, del mítico Edén.

Cada ciudadano es libre para comprar el periódico que desee y para leer las informaciones y artículos que le vengan en gana, pero no tiene más oferta televisiva que la que le suministra el monopolio gubernamental. Ciertamente, su libre albedrío le permite apagar el televisor cuando se aburre, se indigna o, simplemente, se asquea. Pero la sagacidad de los directivos de RTVE consistió precisamente en endilgar alevosamente el discurso del señor Suárez, sin advertir de antemano su duración, a los espectadores que aguardaban, el sábado por la noche, la transmisión de un clásico del cine contemporáneo y que confiaban en que el cilicio que les era impuesto les transportara sólo durante breves minutos al purgatorio de la retórica y la propaganda. El alud de cartas de protesta contra esa invasión de la intimidad ciudadana que se ha desplomado sobre este periódico demuestra que el sentimiento de indignación ante ese abuso no es minoritario. Por esta razón raya en la mala fe la comparación puramente cuantitativa- que muestra ya en sí misma el injustificado volumen concedido por el señor Arias-Salgado a esa «prima» gubernamental de cuya teoría ahora se desdice- entre el tiempo regalado al congreso de UCD y el espacio otorgado a otros acontecimientos políticos. Los empleados del señor Suárez han provocado torpe e inútilmente la irritación nacional, en una muestra de servil obsecuencia digna de otros tiempos, no tanto por su desmedido manejo del botafumeiro como por la ingenuamente artera instalación de la publicidad gratuita del Gobierno en un espacio anunciado para el esparcimiento de los ciudadanos.

Cabe, sin embargo, otra explicación alternativa, y seguramente peor que la puramente maquiavélica, para entender la cerrada defensa hecha por los hermanos Arias-Salgado de la conducta de Televisión: que realmente se crean que RTVE ha aplicado un «criterio objetivo» homólogo a «los criterios profesionales que otros periódicos y emisoras han mantenido respecto al congreso de UCD y a la intervención del presidente Suárez». Sería descorazonador que unos pocos meses de poder fueran suficientes para que estos recién llegados a su disfrute cortaran los vínculos con la realidad y comenzaran sus soliloquios en habitaciones recubiertas de espejos que sólo reflejan sus propias imágenes. En cualquier caso sería duro tener que optar, como explicación a ese empecinamiento, entre el cinismo y el fanatismo.

Creemos que ha llegado la hora de que los arcángeles flamígeros, que tan celosamente han guardado, durante el franquismo y durante la transición, las puertas del Edén televisivo, sean sustituidos por simples funcionarios a quienes claramente se les enseña que cobran sus sueldos a cargo de un Presupuesto pagado por todos los españoles y que el Gobierno ni puede ni debe utilizarlos como lacayos para cantar sus glorias. El día en que Televisión Española se convierta en el paraíso perdido para los corruptos, los manipuladores de la información y los persuasores ocultos, será una jornada de fiesta para la democracia española.

11 Noviembre 1978

Los "tele-nodos"

José Ramón Pérez Ornia

Leer

Los informativos diarios de TVE, telediarios, están en fase de peligrosa regresión hacia los hábitos de los tiempos franquistas. Miguel Martín, especialista en la venta de reportajes a la prensa del corazón y ex director de NO-DO, está acuñando una perfecta síntesis de información, a partir de la vieja TVE y de la nacionalcinematografía: los «telenodos».TVE degrada hasta la propia imagen del Rey, al mimetizar la información sobre el calco visual y fónico del anterior jefe del Estado. TVE infla y desorbita la información. Un ejemplo al azar, la segunda edición del telediario del pasado jueves.

Sobre un total de 32 minutos, treinta segundos (32′ 30″), la primera información -visita de los Reyes a Puertollano- consistió en un telecine de ocho minutos. Es decir, el 24 % de la información total del telediario y el 65% de la información nacional facilitada. Segunda información: la «carrerilla» de Alberto Delgado sobre el Pleno del Congreso en 3′ 5″, con un solo dato inteligible: el ruido de fondo que produce la cámara durante la filmación y que TVE no se molesta en maquillar. La tercera información: el Consejo de Ministros del día siguiente. A continuación, un breve flash del sustituto del diputado Letámendía y el asesinato del trabajador Luis Candendo, declaraciones del presidente de Amnistía Internacional, en las que afirmó que dicho organismo no defenderá a los etarras y una reunión de empresarios españoles y franceses.

A la información internacional se dedicaron 6′ 45″. Mientras a la Conferencia Mundial de Solidaridad con Chile se le dedicó 1′ 5″ (tan sólo comentarios de redacción sobre imágenes), a la «Orden Americana de Granaderos de Gálvez» se le concedieron Y 50″ (incluyendo entrevistas).

Se dan tres flashes de información nacional y el tiempo. El espacio deportivo estuvo ocupado nada menos que por el subdirector general de RTVE, Luis Ezcurra Carrillo, que abandonó las sombras de su cargo para concederse una entrevista de 2′ 30″. Ezcurra, quien, además de ser subdirector general, acapara todas las relaciones internacionales de RTVE, será el intermediario (moderador) entre los organismos europeo-americanos de televisión (UER-OTI) y la FIFA para la venta de los derechos de transmisiones de los próximos mundiales de fútbol.

10 Noviembre 1978

La caja idiota

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián Echarri)

Leer

FERNANDO ARIAS-SALGADO, pese a su juventud, ya está a punto de pasar a la pequeña historia como un hombre hecho y deshecho por la televisión. Cuando Franco agonizaba, la marcha verde marroquí se aproximaba al puesto fronterizo de Tah, Gómez de Salazar tendía sus minas en la raya de Seguiet el Hamra, y todo este país tenía el alma en un puño, un hombre enérgico, seguro de sí, sereno, contestaba adecuadamente al embajador marroquí ante las Naciones Unidas. Enfermo de gravedad -también- el embajador Piniés, Televisión Española difundió ampliamente la imagen de aquel joven diplomático que sabía improvisar golpes sobre la mesa cuando su país se encontraba contra las cuerdas. Llegó entonces a escribirse que gracias a la televisión y a la enfermedad de Piniés, el país había descubierto que en nuestra delegación en las Naciones Unidas teníamos un alevín de hombre de Estado. Ha llegado la hora de la desilusión. Y así, ahora, es, de justicia reconocer que Fernando Arias-Salgado ha terminado, incluso, haciendo bueno a Rafaél Ansón y todo lo que significó su etapa como director general de RTVE.Los niveles de degradación alcanzados por la televisión española causan sonrojo (ahí está la reciente autojustificación de censura moral hecha por TVE en 625 líneas), vergüenza ajena (el torturante Fantástico) o estupefacción (la supresión de programas como La semana o Escuela de salud). Ya no cabe volver sobre la corrupción o las jamás aclaradas cuentas de TVE, sobre las desaprovechadas posibilidades de la televisión como factor de formación cultural; no merece la pena insistir sobre los responsables de unos servicios informativos que sirven a todos los españoles el discurso prácticamente íntegro del presidente de UCD y silencian por completo una manifestación de 50.000 ultraderechista en Madrid; sería manido volver sobre la escalada de hombres del Opus Dei a cargos de responsabilidad en Prado del Rey, la utilización partidista del medio, la política publicitaria que ha concentrado los anuncios de alcoholes en las horas de mayor audiencia, los criterios embotados de compras de material filmado que sólo han sabido encontrar Un hombre en casa y Yo, Claudio entre toda la producción mundial; etcétera, etcétera, etcétera.

Para desgracia de todos, RTVE ha demostrado tener una piel más coriácea que la que protegía al otro gran escándalo nacional: la Seguridad Social. Y a estas alturas nos limitaríamos a la humilde petición de que Televisión Española nos deparara siquiera alguna distracción para nuestros ocios algo menos humillante para inteligencias medias que el Mundo de noche de Miguel de los Santos o el Fántástico de José María Íñigo.

Por lo demás, parece cada vez más evidente que la única solución al increíble mundo de Prado del Rey será providencialista o, si se quiere, personalista. Pero ya ha quedado demostrada la ineficacia creciente de los actuales cauces organizativos y la inanidad del Consejo Rector. Habrá que buscar a un hombre bueno que tenga responsabilidad ante el Parlamento, deshaga el enredo del tráfico de influencias personales y políticas que hoy rige Prado del Rey, devuelva el medio a los profesionales y rescate la dignidad perdida de un aparato que, hoy por hoy, se ha ganado sobradamente, gracias al esfuerzo de sus máximos responsables, el exacto apelativo de «caja idiota».