20 marzo 2012

El primer juicio dentro del entramado 'Palma Arena' supone un varapalo en primera instancia para el político y para el periodista

El ex presidente de Baleraes y ex ministro Jaume Matas y el periodista Antonio Alemany condenados por corrupción

Hechos

El 20.3.2012 el ex Presidente de Baleares y ex ministro de medio ambiente fue condenado a 6 años de prisión por un caso de corrupción.

Lecturas

El 20 de marzo de 2012 se hace pública la condena por corrupción del expresidente de Baleares D. Jaume Matas Palou y de periodista D. Antonio de Padua Alemany Dezcallar acusaos de prevaricación, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, fraude de administración y falsedad en documento mercantil.

De acuerdo a la sentencia el Sr. Matas Palou impultó una estratagema para pagar al periodista con dinero público a través de contratos artificales por su labor redactándole los discursos, con asesorías y por sus publicaciones en prensa favorables al PP de Baleares.

D. Jaume Matas Palou es condenado a 6 años de cárcel y, por su parte, D. Antonio Alemany Dezcallar es condenado a 3 años de cárcel, 9 meses y un día. El Sr. Matas Palou está procesado por varios casos de corrupción más a parte de este, entre ellos, el caso Noos en el que compartirá banquillo con D. Iñaki Urdangarín Liebaert.

OTROS ACUSADOS:

D. Joan Martorell Bonet, ex director general de Comunicación: un año y seis meses de cárcel.

D. Miguel Romero de la Cerda, dueño de la agencia Nimbus: un año, un mes y 15 días de cárcel.

Dña. Dulce Linares Astó y Dña. María Umbert Cantalapiedra, exjefas de Gabinete de Matas: absueltas.

11 Enero 2012

Los contratos de un columnista

Agustín Pery

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Tiene razón Antonio Alemany. Nosotros, los de EL MUNDO no hacemos cursiladas. Tampoco ocultamos el grado de parentesco profesional de quienes nutren nuestras páginas con su firma. Por eso jamás dejamos de publicar, ahí están nuestras portadas en la hemeroteca para quien las quiera consultar, que el entonces columnista de EL MUNDO/EL Día de Baleares había sido imputado en la causa del Palma Arena. Informamos sobre las acusaciones que pesaban contra el veterano periodista balear. Pudo explicarse, pudo defenderse y hasta enojarse con este director porque, a su juicio, nuestra cabecera ni le daba cobijo, ni respaldo ni aliento.

No esperaba que el diario donde colaboraba aclarara a sus lectores que Alemany era articulista, no periodista de plantilla; que era responsable de lo que aparecía bajo su firma en sus colaboraciones semanales, los miércoles y los sábados, pero ni tenía despacho, ni ordenador ni, por supuesto, cobraba una nómina de esta casa. La suya era una reputada firma, una más de las muchas que han escrito y hoy lo siguen haciendo en este diario que acaba de cumplir treinta años.

Bajo su rúbrica, Alemany pudo escribir lo que le vino en gana durante años; como coordinador de las páginas de opinión de EL MUNDO/El Día de Baleares dejó de hacerlo en cuanto mi predecesor tuvo conocimiento de que era el escriba oficial y no circunstancial de Jaume Matas, dato que jamás le fue facilitado por el periodista hoy imputado, ni a Eduardo Inda ni a ningún miembro de la redacción, como tampoco alertó a la dirección que entre su clientela como consultor se contaban empresas sobre las que luego opinaba en las páginas de EL MUNDO/El Día de Baleares.

Por eso en verano de 2006 su relación con el diario dejo de ser presencial para circunscribirse a sus artículos semanales. Así siguió hasta que fruto de su imputación pretendió de esta redacción y de su director algo a lo que siempre nos hemos negado. Lamentaba Alemany que este diario no ejerciera de paladín de su articulista, que no arremetiera con saña contra los fiscales y el juez instructor de su causa y que nos limitáramos, como siempre hemos hecho, a censurar algunas actuaciones concretas de Anticorrupción y del magistrado de la causa abierta contra ex presidente del Govern y el periodista sin hurtar nunca a nuestro lectores ninguno de los hallazgos de la Fiscalía en relación a los contratos suscritos por nuestro ex columnista como empresario privado. Fue esa petición, casi exigencia, la que le llevó finalmente a dejar de colaborar con el diario.

stra negativa a practicar una suerte de matonismo periodístico defraudó a Alemany hasta el punto de mostrar su decepción a este director y comunicarle que se sentía desamparado. Fruto de ello fue el cese definitivo de su relación con EL MUNDO, que me comunicó vía telefónica, solicitando la publicación de un último artículo en el que se despedía de los lectores. Así lo hicimos. Fue el 9 de febrero de 2011. Con su firma. Como siempre.

Nunca más he vuelto a hablar con Alemany. Ni a verlo. No hace falta. Apenas unas imágenes seguidas gracias a la buena cobertura de los compañeros de IB3 bastan para armar el resto de esta columna.

Alemany en estado puro. La pluma afilada, el verbo artillado, la gestualidad arbolada. Como una marejada judicial de dimensiones bíblicas. ¿Alguien duda de que Antonio Alemany dice la verdad? Yo no. Me explico. No hay artificio en su sonrisa al flanquear la puerta de la Audiencia. Seguro, paso firme, actitud chulesca. Porque él puede. El resto, no le llegamos a la altura de su hiperbólica biografía. Lo ha sido todo, casi todo merecido, en la prensa de las islas y eso son medallas que si alguno no quiere reconocerle el mismo se autoimpone. Porque entre las virtudes de Alemany no está la modestia. Tampoco la finezza. Sonríe porque lleva aguardando este día desde el mismo momento en que se sintió zaherido por los dardos de unos fiscales que, barrunto, cree menos duchos en derecho que él. Por eso, disfruta de la oportunidad de variar no el juicio de los tribunales sino el social, que al fin y al cabo es el que le importa a quien es opinador profesional.

Alemany ha hecho alta política, engrandecido el vacuo discurso de los presidentes, dotado de profundidad a su argumentario, ayudado a lucirse ante las plateas más ilustres. Pero sabe que no es político, por eso teme más a la calle que al banquillo. La mayor condena para un periodista no es la de las togas sino la social; que aquellos que le leen no le crean, que su voz se cuestione, que sus argumentos sean puestos en cuarentena. Alemany no pasa por ahí. Por eso ha preparado este juicio como si cruzara armado de palabras y municionado de razones el saloon palmesano. Os vais a enterar todos, no sabéis a quien os enfrentáis, niñatos le faltó añadir.

Algunos creemos que esta táctica es errónea, que su letrado hubiera querido otra más conciliadora, más técnica si acaso, menos bélica sin duda. Pero eso no va con él. Está convencido de que su tinta vale su peso en oro, que incluso es poco lo recibido por lo mucho hecho. Ahí está el libro editado de forma exprés para que nadie dude de su condición de magnífico ventrílocuo. El todo PP ha necesitado alguna vez del periodista que fue uno de los nuestros durante años. A este diario aportó certeros análisis, sesudas opiniones, duelos épicos, defensas férreas y ataques valientes a enemigos poderosos. Nada dejó por decir pero sí por contar. Obvió que alababa como coordinador de opinión los discursos que él mismo tecleaba para sus clientes dentro y fuera del Consolat. Juzgamos entonces y seguimos condenando hoy su estética, ponemos en duda su ética pero mantenemos incólume su excelencia de columnista. Eso es lo que le preocupa. Por eso está dispuesto a inmolarse, por eso sonríe. Por eso y porque él no es Matas. El ex president teme las consecuencias pecuniarias y carcelarias de sus actos políticos. Alemany no.

Solo faltaba.

Agustín Pery es director de El Mundo/El Día de Baleares

12 Enero 2012

Puntualizaciones a Pery

Antonio Alemany

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Esto no es un “ajuste de cuentas” con EL MUNDO , con Pery, Pedro J. y con este atrabiliario personaje que se llama Inda : no es el “momento procesal oportuno”, como dicen los juristas. El “ajuste de cuentas” lo tendremos en profundidad más adelante si el sufrimiento, los disgustos y las villanías no me mandan al otro mundo con una celeridad que, obviamente, no deseo y que algunos probablemente desearían. No, este escrito es sólo unas breves precisiones a tu artículo de hoy.

Primero, y para que no haya dudas: dos veces he mandado a EL MUNDO a hacer puñetas y las razones han sido éticas, por desacuerdo con un director paranoico en 2006 y, ahora, por discrepancias- graves y, desde luego éticas- con otro director que eres tu. Volví a EL MUNDO tras haber mandado a hacer puñetas a Inda porque me lo implorasteis. Repito im-plo-ras-teis y ante la expectativa de que podía aceptar el ofrecimiento del mi antiguo periódico, el Diario de Mallorca. A nivel personal me he quejado de que no se contrastaran informaciones que afectaban a mi persona, siquiera fuera como deferencia elemental: tu estás donde estás porque yo -y siento tener que decir este “yo”, pero las cosas son como son- tuve la idea de fundarlo, de buscar el capital, de diseñar el periódico y hasta de viajar a Inglaterra para la compra de la rotativa y todo el pionero sistema informático. No solamente he sido el fundador, primer director, presidente del Consejo Editorial, presidente de El Foro de EL MUNDO y editorialista- con mesa y despacho- durante más tiempo del que tu estará en esta casa cuando por desgracia desparezca este periódico que apenas ha conseguido superar la tirada en que lo deje cuando abandoné la dirección.

Mi queja personal no era lo más grave. Lo más grave fueron dos cosas: por cobardía o por conchabamiento con la Fiscalía os negasteis a publicar unas informaciones contrastadas, no desmentidas, refrendadas documentalmente, que probaban las mangurrinadas de unos Fiscales y de un Juez Instructor que acusaban a los demás de irregularidades que ellos habían cometido a placer. El tema era grave, muy grave, porque mostraba y demostraba conductas corruptas en quienes tenían como obligación y función destapar y perseguir precisamente la corrupción. Se trataba, encima, de unas “corrupciones estructurales” porque afectaban a quienes tenían el poder de perseguir y castigar a los ciudadanos y esto si que era una obligación ética para un periódico como EL MUNDO. “Este no era mi periódico”, pensé. No habéis analizado las graves violaciones que han soportado los justiciables, no habéis escrito ni una sola palabra sobre ciertos fiscales y jueces de instrucción más allá de cuatro generalidades. Habéis callado como muertos mientras las libertades y valores del Estado de Derecho eran violados por los que deberían ser sus defensores.

Estimado Pery: el periodismo honesto o es riesgo o no es periodismo. A mi me procesó del Tribunal de Orden Público del franquismo- que no era ningún broma- y pusieron cócteles molotov debajo de mi coche porque critiqué acerbamente- en el DM, otra caricatura de lo que fue- que a un sindicalista comunista como Marcelino Camacho y otros acusados se le pidieran penas de más de 20 años por hechos que, en cualquier democracia, no sólo serían tolerados, sino que se perseguiría al que intentara impedir el derecho de asociación sindical. Obviamente yo estaba en las antípodas ideológicas de Camacho y del PC, pero denunciaba que se violaran derechos y libertades de la personas. No te preocupes, a ti no te procesará ningún tribunal. Has convertido un periódico que se había arriesgado en defensa de las libertades en una prolongación de las filtraciones delictivas para organizar juicios paralelos repugnantes.

Y este es el segundo motivo para mandaros a hacer puñetas. EL MUNDO ha pasado de defender el Estado de Derecho a defender el Estado de Lynch, a convertiros en cooperadores necesarios- como Armendáriz, por ejemplo y el DM- para la perpetración de un delito, que esto es y no otra cosa la filtración del secreto sumarial. Es entonces cuando he comprendido el significado de la extraña negativa a utilizar un impecable material- fruto, eso si, del periodismo de investigación- que revelaba graves anomalías en el uso torticero que se estaba haciendo del Estado de Derecho. La corrupción debe ser, por supuesto, denunciada y perseguida, pero “toda” la corrupción y sin cogerla a beneficio de inventario que es lo que habéis hecho.

Más puntualizaciones. Es indignante que hables de lo que no sabes porque ni lo conoces ni lo has vivido. En el periódico se conocía plenamente que yo era un forofo del ejercicio liberal de la profesión periodística- he escrito varias veces sobre el particular en el propio EL MUNDO- y que el futuro iba a ir por ahí como está empezando a pasar con una prensa que desaparecerá en breves años- incluido tu periódico- porque tiene un estructura de costes inviable e insoportable. La comunicación se vertebrará de otra manera y el outsorurcing incrementará este ejercicio liberal de la profesión. Mira Pery: he estado hasta el gorro de que redactores del periódico y el propio director me llamaran, abusando de mi vinculación con el periódico, para pedirme que les adelantara los discursos presidenciales por obvias razones del cierre. ¿Cómo osas decir que tu antecesor no sabía que mi despacho escribía los discursos del Presidente? No, Pery, lo ignoras todo y no deberías arriesgarte a decir falsedades. Mandé hacer puñetas a Inda por uno de los temas más oscuros de mi ex diario: la campaña para alterar la adjudicación de Son Espases a la que era, de forma indiscutible y a juicio de la Mesa de Contratación, la mejor oferta. Fue una campaña feroz e indigna. Y te lo dice quien no tenía ningún interés ni personal ni profesional ni económico con la concesión de Son Espases. Me pregunto- y este es el lado oscuro y todavía no investigado- si EL MUNDO tenía algún tipo de vinculación con los que, al final, se hicieron y tras la feroz campaña de Inda, con el hospital. En el “ajuste de cuentas” hablaremos con más detenimiento de este asunto.

Por último y para no alargarme: en libertadbalear no apareció ni un solo artículo mío , ni un solo editorial, que hable del señor Matas y de su gestión. Y en EL MUNDO, he escrito 250 palabras favorables a la gestión de Matas de entre unas 600 mil y de entre unos 700 artículos publicados en el cuatrienio 2003- 2007¿Ves como os habéis convertido en una terminal de unos fiscales falsarios y más bien muy poco ejemplares? Decís exactamente lo mismo y ni siquiera os molestáis en verificar o en contrastar lo que afirman semejantes sujetos. Lo peor no es que seáis inveraces y correas de transmisión de una Fiscalia progre, sino que sois, además de injustos, inexactos. Respecto a mi gestión de las páginas editoriales no se tiene en pie cualquier sospecha de manipulación a favor de Matas o de quien sea. Los temas editoriales los fijaba el director y el subdirector Bordoy , no yo. Y si estos editoriales coincidían con los principios y valores que defendía Matas en sus discursos era porque estos valores eran los valores y principios del periódico EL MUNDO/ El Día de Baleares . Se los inculqué yo, no Inda, ni Pedro J, sino los principios fundacionales que yo redacté y, lo que es más importante, practiqué, en los discursos y en el periódico

De las subvenciones y otros beneficios que recibís, dejémoslo para más adelante. Por el momento, ten la prudencia y , sobre todo, la inteligencia de no dar lecciones éticas a nadie. A nadie, Y menos a mi persona.

P-S. Esto de mi sonrisa optimista que parece llamar la atención de Pery y otros colegas que no se equivoquen. De mi madre -que sufrió mucho a lo largo de su vida- aprendí a enfrentarme a la adversidad sin descomponer el gesto ni perder la sonrisa. Pero, no creas: la procesión y el sufrimiento van por dentro. Y lo que irrita más del envejecimiento, es que no se controlan las emociones que es lo que he hecho toda mi vida. O sea que, el día menos pensado, exploto.

Antonio Alemany

El Análisis

¿SIN RELEVANCIA MEDIÁTICA?

JF Lamata

D. Jaume Matas no era un político cualquiera, había sido ministro de D. José María Aznar y Presidente de Baleares, y los cargos no eran menores  (prevaricación, malversación, falsedad…) y sin embargo el caso no acaparó demasiada atención. Los medios consideraron mucho más interesante el caso contra D. Francisco Camps por si le habían regalado o no unos trajes, que el choriceo del Sr. Matas. ¿Quién lo entiende?

J. F. Lamata