6 marzo 1936

Un decreto del Gobierno Azaña obligaba a los diarios ABC e INFORMACIONES a readmitir a todos los obreros a los que despidieron por participar en los sucesos de 1934 y a despedir a los que contrataron para reemplazarles

El Gobierno del Frente Popular logra derribar a los directores de ABC (Juan Ignacio Luca de Tena) e INFORMACIONES (Juan Pujol)

Hechos

El 2.03.1936 el director de INFORMACIONES D. Juan Pujol anunció su dimisión como director por el decreto del Gobierno. El 4.03.1936 el director de ABC, D. Juan Ignacio Luca de Tena, anunció de su renuncia por los mismos motivos.

Lecturas

El Gobierno Azaña aprueba un decreto que obliga a Prensa Castellana y a Prensa Española readmitir a empleados despedidos por huelga y a despedir a los que hubieran sido contratados para reemplazarles. En protesta por la aplicación de esa ley el 2 de marzo de 1936 dimiten D. Juan Pujol Martínez y D. Víctor Ruiz Albéniz como Director y Subdirector de Informaciones (Prensa Castellana).

El día 5 de marzo dimitía D. Juan Ignacio Luca de Tena García de Torres por el mismo motivo de la dirección de ABC (Prensa Española). El nuevo director de Informaciones sería D. Víctor de la Serna Espina y el nuevo director de ABC sería D. Luis Martínez de Galinsoga.

La ofensiva de la izquierda contra los periódicos opositores no iba a tardar. El primero en el que actuarían sería el periódico de la tarde INFORMACIONES. Su director, don Juan Pujol, había conseguido convertirlo en el periódico vespertino más leído de España, con titulares impactantes e importantes colaboradores. Pero también se había destacado por sus posiciones derechistas y anti-republicanas. La baza que usó el Gobierno para destituirle fue, precisamente, su actitud durante los sucesos de la intentona revolucionaria de octubre. El nuevo Gobierno del Frente Popular promulgó un decreto que obligaba a todas las empresas a restituir a todos los empleados que hubieran sido despedidos entonces, lo que suponía una medida claramente intervencionista contra empresas privadas. El Sr. Pujol se veía así obligado a readmitir a aquellos a los que había defenestrado y, por tanto, a despedir a los que entonces había contratado para reemplazarles. Antes aquella situación don Juan Pujol presentó su inmediata dimisión como director de INFORMACIONES, que publicó en portada. Con él se fue su subdirector don Víctor Ruiz Albeniz. Tras unas semanas de incógnita la redacción, a propuesta de don Alfredo Marquerie, decide nombrar a don Víctor de la Serna nuevo director de INFORMACIONES, a pesar de que en su día rechazara dirigir EL SOL por lealtad con el Sr. Aznar, en esta ocasión don Víctor sí aceptó quedarse como director del rotativo.

El mismo problema que el Sr. Pujol, tenía el director del ABC don Juan Ignacio Luca de Tena, el decreto también le obligaba a readmitir a los obreros de Prensa Española que fueron despedidos durante los sucesos y a despedir automáticamente a los que fueron contratados para sustituirles. En el Consejo de Administración de Prensa Española, empresa editora de ABC, el Sr. Luca de Tena propuso la disolución del ABC antes de que el Gobierno lo incautara, ante la negativa del resto de consejeros, don Juan Ignacio Luca de Tena presentó su dimisión como director de ABC y como presidente de Prensa Española, en su carta de despedida anunció que, temporalmente, rompía todo vínculo con el periódico que fundara su padre. El consejo de Prensa Española designó a don Luis Martínez de Galinsoga, diputado tradicionalista hasta entonces subdirector, nuevo director de ABC.

galinsoga D. Luis Martínez de Galinsoga, nuevo director de ABC.

victor_de_la_serna_espina D. Víctor de la Serna Espina, nuevo director de INFORMACIONES.

02 Marzo 1936

A LOS LECTORES DE INFORMACIONES: CUMPLIMIENTO DE UNA PALABRA

Juan Pujol

Leer

En acatamiento al Decreto publicado en la Gaceta de ayer, hoy han entrado a trabajar en los talleres de este periódico los obreros que por consecuencia de la huelga de Septiembre de 1934 habían sido reemplazados. No me ha parecido conveniente suscitar dificultades de interpretación al mencionado Decreto por la certeza de que ahora nada, por justo que sea, prevalecerá contra las fuerzas que lo han inspirado e impuesto, y por consiguiente le he dado cumplimiento en cuanto de mí dependía.

Pero a la vez han tenido que dejar su trabajo los hombres honrados y laboriosos que han compartido conmigo la tarea cotidiana cerca de año y medio en horas difíciles para el país y para el periódico. Entre nosotros se había creado y subsiste una solidaridad más profunda y cordial que la meramente profesional y económica. Un día, en una comida que tuvimos juntos, les dije que mientras yo tuviera la dirección de este periódico, no se apartarían de mi lado. Y es claro que no pudiendo resistir a la fuerza co-activa del Gobierno, no tenía más que un medio, y lo acepto, de cumplirles mi palabra: dejar de ser director de INFORMACIONES el día mismo en que ellos dejen de ganar su pan aquí.

No se vea en esta decisión animosidad contra los que ahora vienen. En ellos he encontrado una actitud cortés que agradezco profundamente. Es sencillamente que la injusticia que con los míos se comete no me deja otra forma de protesta ni otra expresión de solidaridad que esta.

Los lectores de INFORMACIONES, mejor que nadie, me comprenderán y me aprobarán.

Salgo, pues, de esta casa donde he pugnado por principios en que por lo menos media España comulga, al mismo tiempo que los obreros privados de trabajo por sus ideas políticas. No dejo nada mío aquí, salvo grandes afectos entre el personal de Redacción y Administración, que en todo momento ha rivalizado en insuperables maestría y asiduidad. Pero bien se comprenderá que un periódico es un espíritu, y cuando por razones que están a la vista este espíritu no puede manifestarse sino bajo coacciones y humillaciones permanentes, resulta inútil prolongar lo que ya no sería sino un mero rótulo, cuando no un sudario o un disfraz.

Juan Pujol

05 Marzo 1936

LA DIRECCIÓN DE ABC

Juan Ignacio Luca de Tena

Leer

Querido Galinsoga: después de mi dimisión de la dirección de ABC y presidencia del Consejo de Administración de Prensa Española, éste me comunica la designación de usted para la primera. Lo encuentro acertadísimo y luego a usted que, por medio de estas líneas, haga pública mi decisión de apartarme por ahora, temporalmente, pero de manera absoluta, de las ocupaciones y preocupaciones inherentes a dichos cargos. No quisiera que mis dimisiones se interpretasen como un acto de soberbia, ni siquiera como protesta ante lo que considero por parte del Gobierno un atropello de nuestro derecho en contra de las vigentes leyes de trabajo promulgadas en las Constituyentes por los propios socialistas. Cuando en la guerra los triunfadores ocupan una ciudad, a los vencidos les quedan dos caminos: salir por una puerta a tiempo que por la otra entran los vencedores, o entregarse a ellos como prisioneros. A mí no me faltaron fuerzas para sufrir en el primer bienio dos largas prisiones gubernativas en la cárcel, pero estoy seguro de que me faltarían ahora para ser prisionero en mi propia casa (por llamarla así, que me disculpen los socialistas).

El Consejo de Administración de Prensa Española opina por mayoría de votos que, con el concurso del personal readmitido, se podrá trabajar en relativa paz y que será posible conseguir en el taller la compenetración cordial que existió siempre por encima de toda ideología política hasta el día en que los readmitidos hoy declararon la huelga, impidiendo la salida de nuestro ABC, porque en una máquina minerva estaba ejercitando su sagrado derecho a ganarse el pan un obrero nuevo no sindicado.

Yo deseo de todo corazón que las lisonjeras esperanzas del Consejo se vean cumplidas, y, alejado del periódico, donde he dejado en estos años a pedazos mi juventud y mis entusiasmos, contemplaré, mientras le dejen vivir, su marcha progresiva y sus éxitos, de los que ya es plena garantía la acertadísima designación para dirigirlo de una persona como usted, tan caballero, tan buen escritor, con absoluta autoridad en la Redacción y en toda la Casa y tan compenetrado conmigo en espíritu y en ideas.

Quiero que estas líneas sirvan, además, de despedida a los compañeros de Redacción, oficinas y talleres. A todos los que ahí trabajan, mi saludo cordial, sin excluir a los readmitidos, y con una mención especial a los hombres libres que hace dos años les substituyeron, y que con inteligencia, lealtad y entre peligros de toda índole han impreso ABC desde entonces. Yo no podré olvidarles jamás, y la Empresa, si, como espero, atiende mi ruego, sabrá proceder con ellos en justicia, conservando en sus puestos actuales al mayor número posible y llegando al límite del sacrificio en las indemnizaciones a aquellos de quienes no hubiere más remedio que prescindir. A proceder con esa justicia debe obligarnos algo que tiene aún más fuerza que las imposiciones coercitivas de los Gobiernos: nuestra propia conciencia.

Un fuerte abrazo.

Juan Ignacio Luca de Tena

El Análisis

Ataque a al empresa privada

JF Lamata

Realmente el Gobierno Azaña no destituyó a D. Juan Pujol ni a D. Juan Ignacio Luca de Tena, pero un decreto que obliga a dos empresas privadas como Prensa Española (editora de ABC) y Prensa Castellana (editora de INFORMACIONES) a despedir a unos empleados para readmitir a otros es, sin duda, un caso claro de intervencionismo gubernamental contra dos empresas privadas, por lo que la dimisión de los dos directores parecía inevitable. No obstante la caída de aquellos dos directores no significó un cambio de línea, el ABC dirigido por el Sr. Galinsoga y el INFORMACIONES dirigido por el Sr. De la Serna Espina mantendrían la misma visceralidad contra el Gobierno del Frente Popular hasta julio de 1936 cuando se produciría la intervención directa del Gobierno contra los dos periódicos que pasarían a ser altavoces de la izquierda durante la Guerra Civil.

J. F. Lamata