7 noviembre 2001

El periódico había perdido toda relevancia mediática a partir del año 1997

El Grupo Voz cierra definitivamente el periódico DIARIO16, tras fracasar el intento de Urbaneja y Badía por levantarlo

Hechos

El 7.11.2001 cerró definitivamente el periódico DIARIO16, cuyo último editor fue el Grupo Voz presidido por D. Santiago Rey.

Lecturas

El 1 de agosto de 2001 el Grupo Voz, que controla la empresa editora de Diario16 Ediciones Periodísticas S. L. designa a D. Fernando González Urbaneja y a D. Enrique Badía Liberal ‘directores generales de Diario16’ con el objetivo de que estudien si el periódico tiene viabilidad. Por esas fechas Urbaneja y Badía estudiaban crear su propio periódico (barajaban el nombre de Público) y el Grupo Voz ha acordado que desarrollen su proyecto bajo la marca de Diario16. El proyecto no logrará la viabilidad para salir adelante y el 7 de noviembre  Ediciones Periodísticas S. L. se declara en quiebra cerrando el periódico Diario16. D. Federico Jiménez Losantos desde El Mundo y D. Luis María Anson Oliart desde La Razón consideran que el culpable del cierre del periódico es D. Juan Tomás de Salas Castellano (el fallecido editor) que destruyó Diario16 al despedir a D. Pedro José Ramírez Codina como director en 1989, obviando el resto de la historia del periódico (1989-2001). El ex directivo del Grupo Voz, D. José Luis Gómez Gómez, publica sobre el tema un artículo en las publicaciones del Grupo Zeta en las que incide en el papel del último editor llamado D. Emilio Rey Beguer.

URBANEJA-BADÍA, EL ÚLTIMO INTENTO POR SALVAR DIARIO16 

Art_UrbanejaD16 El Grupo16 había dejado de existir, resquebrajado. DIARIO16 fue comprado por don Santiago Rey, el presidente del Grupo Voz (Editor da “LA VOZ DE GALICIA”) pero ya no había nada que hacer. DIARIO16 sólo causó pérdidas al grupo gallego. En 2000 se situaba en números rojos con 200 millones de pesetas a causa del periódico. El último intento de levantar el periódico estuvo encabezado por don Enrique Badía y el Sr. González Urbaneja.

Consultados ambos por distintos miembros de LA HEMEROTECA DEL BUITRE este explicaron que aquello “Fue una historia casi sentimental”, tanto el Sr. Badía como el Sr. Urbaneja, habían sido miembros de la redacción del Grupo16 en sus buenos tiempos

“El Sr. Rey nos preguntó si nosotros teníamos una formula para sacar el periódico adelante porque él no sabía. Nosotros decidimos que si sacábamos la forma de financiar el periódico seguiríamos y si no lo abandonaríamos. No la encontramos y abandonamos”. El periódico desapareció definitivamente el 7 de Noviembre de 2001 cuando la tirada de un periódico (que llegó a ser de más 500.000 se había quedado reducida 20.000). El Comité de Empresa señaló que la desaparición de DIARIO16 era fruto de “una gestión nefasta y negligente por parte del Grupo Voz”. Pero la verdad es que cuando los gallegos lo compraron el cadáver ya estaba en descomposición.

En su libro “Días de Papel” D. José Luis Gutiérrez (ex director de DIARIO16) recuerda como en el funeral de don Alberto Otaño (ex redactor de DIARIO16) todos comentaban que “no habría otro periódico como DIARIO16”. Don Juan Tomás de Salas, marqués Montecastro y Llanahermosa, había fallecido un año antes (21 de agosto de 2000) de un infarto. En su obituario de EL MUNDO firmado por el Sr. Sinova le recordó con la cita de aquella frase que usó el Sr. Salas en su célebre entrevista de EL PAÍS del año 1994: “Hijos míos, os he llevado de la nada al desastre”.

LA TRISTEZA DE CARMEN JIMÉNEZ EN TELEVISIÓN

zap_cierreD16_CarmenJimenez Los telediarios recogieron la tristeza de la redactora Dña Carmen Jiménez, que había permanecido en la redacción de DIARIO16 desde su fundación y que ahora veía como la que había sido su casa durante 25 años, ahora cerraba.

ANSON CULPA A JUAN TOMÁS DE SALAS DEL FIN DE DIARIO16

El presidente del diario LA RAZÓN, D. Luis María Anson publicó un artículo sobre la muerte de DIARIO16 en el que responsabilizaba del fin del periódico a su antiguo propietario, D. Juan Tomás de Salas (fallecido un año antes) por su decisión de echar a D. Pedro J. Ramírez en 1989.

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08 Noviembre 2001

Una voz menos

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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DIARIO16 publicó ayer su último número tras 25 años de acudir a la cita diaria con sus lectores, a pesar de las crecientes dificultades encontradas en los últimos años. La desaparición de un periódico siempre supone, además de una posible pérdida de puestos de trabajo, una reducción del pluralismo informativo, un valor esencial en una democracia. DIARIO16 no sólo ha sido una voz más en el ámbito de la libertad de expresión y de la pluralidad informativa, sino un factor esencial para la recuperación y consolidación de estas libertades.

La democracia española debe mucho a este periodico, nacido en los inicios de la transición política, y que, junto a la revista CAMBIO16, se convirtió en un símbolo generacional, tanto o más que político, en una época de ardua lucha por la libertad en España tras la muerte de Franco. No sería justo que cuando DIARIO16 desaparece no hubiera un recuerdo y un reconocimiento para su fundador, Juan Tomás de Salas, ya fallecido. Y para todos aquellos -periodistas, colaboradores, intelectuales…- que colaboraron en la aventura de sacar a la calle un diario de inequívoca vocación democrática en momentos en que el poder mostraba todavía claros reflejos autoritarios frente a la prensa. El cierre del Diario MADRID, del que en estos días se cumplen 30 años, era entonces una referencia activa para algunos de los poderes de la época.

La desaparición de DIARIO16 deja en el paro a 118 integrantes de su actual plantilla. La continuidad del periódico suponía un riesgo económico que su actual empresa editora no podía asumir por sí sola, según se afirma en una nota editorial aparecida su último número. Nunca ha sido fácil la vida de un periódico, sometida siempre a duras condiciones de competencia y a veces a no menos duras presiones políticas, pero habría que esperar algún tipo de iniciativa empresarial que permitiera la reaparición de un periódico que forma parte de la historia de nuestra recuperación democrática.

10 Noviembre 2001

Pasión y muerte de un periódico

Luis María Anson

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DIARIO16 salió a la calle en 1976, en una situación especialmente favorable para el éxito. Renqueó durante varios años hasta que Pedro J. Ramírez tomó las riendas de aquella cabalgadura mortecina. En muy poco tiempo el joven periodista y su equipo sanaron al moribundo y lo convirtieron en el segundo periódico de Madrid. Cuando me hice cargo de la dirección de ABC en enero de 1983, Diario 16 había superado las ventas de la cabecera histórica. Durante el otoño de 1982, Pedro J. empapeló las calles de Madrid con un cartel que decía: «Somos los segundos. Los segundos serán los primeros». Superado ABC, DIARIO16 iba a por EL PAÍS.

Las cosas cambiaron en ABC y el gran periódico recuperó el puesto que había perdido pero DIARIO16 siguió en punta y se mantuvo como uno de los rotativos de referencia gracias a la mano sabia de Pedro J. Y ahí vino el gran error de Juan Tomás de Salas que terminó hundiendo al periódico. Con considerable frivolidad, durante una conversación de sobremesa con Jorge Semprún, se sometió a la presión del poder político y decidió destituir a Pedro J. Ramírez. ¡Qué ingenuidad! El audaz empresario se creía que el éxito era suyo y que Diario 16 triunfaba gracias a él.

En muy poco tiempo y a pesar de esfuerzos heroicos como el de José Luis Gutiérrez, el periódico se vino abajo mientras crecía EL MUNDO puesto en marcha por Pedro J. Ramírez, periodista con el que se puede discrepar o coincidir, pero no negar su capacidad profesional. ¡Pobre Juan Tomás de Salas! Llegó incluso a autonombrarse director de DIARIO16 para dar una lección periodística a Pedro J. que, claro, se lo merendó desde EL MUNDO. Escabechado Salas, el rotativo fue dando tumbos aunque siempre mantuvo una gran dignidad profesional gracias a los periodistas que en aquella casa trabajaron hasta que ha sobrevenido lo inevitable: el cierre del periódico. Las cosas claras. La causa de fondo de la liquidación de DIARIO16 fue un empresario prepotente que destituyó al periodista autor del éxito del periódico. Esa es la pura verdad y a ella dedico hoy este gramo de canela fina, asombrado ante la cicatería de las versiones que algunos colegas han dado sobre la pasión y muerte de un periódico por tantos conceptos admirable.

Luis María Anson

07 Noviembre 2001

DIARIO16, el triste final de un gran periódico independiente

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Diario 16 acude hoy por última vez a su cita con los lectores.Su cierre pone punto final a la larga crisis de un proyecto que nació hace ahora precisamente 25 años y que no ha podido sobrevivir al nacimiento del nuevo siglo. Diario 16, una de las cabeceras emblemáticas de la Transición, fue fundado por Juan Tomás de Salas, fallecido hace un año, que, tras el éxito del semanario Cambio 16, decidió dar el salto a la prensa diaria. Sus apuestas por la democracia y las libertades en un país donde el franquismo seguía teniendo un importante peso social no le facilitaron el éxito. El periódico ya estuvo a punto de desaparecer en 1980. Pero tras el nombramiento como director de un bisoño Pedro J.Ramírez, Diario 16 empezó a remontar siu situación, hasta superar los 150.000 ejemplares de difusión, colocándose como el tercer diario nacional, muy cerca del segundo. El periódico estaba en pleno ascenso cuando en 1989 Juan Tomas de Salas tomo la decisión de destituir a Pedro J. Ramírez por presiones del Gobierno socialista, alarmado ante las investigaciones sobre la guerra sucia y los GAL. Alfonso de Salas, entonces director general, y buena parte del equipo profesional abandonaron Diario 16 para crear EL MUNDO. La salida del grupo de periodistas que había sido artífice del éxito dejó muy tocado a Diario 16, que, a pesar de los sucesivos cambios de directores y también de la propiedad, no logró jamás recuperarse. La actual empresa editora, La Voz de Galicia, ha acabado por tirar la toalla en un contexto de crisis económica y de fuerte caída de los ingresos publicitarios. Todos cuantos trabajaron en Diario 16 pueden sentirse orgullosos de un periódico que rindió grandes servicios a la democracia, especialmente con sus valientes denuncias del golpismo.

08 Noviembre 2001

El final del largo adiós

Víctor de la Serna Arenillas

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Diario 16 publicaba ayer su último número a los pocos días de haber cumplido un cuarto de siglo en los quioscos. La desaparición de uno de los periódicos clave de la primera transición culmina una prolongada y agitada agonía empresarial que duraba desde la dolorosa escisión de 1989, cuando las presiones gubernamentales por las revelaciones en torno a la guerra sucia desembocaron en la destitución de su director, Pedro J. Ramírez, por parte de su editor y fundador Juan Tomás de Salas.

Más de medio centenar de profesionales abandonaron entonces el diario para preparar la salida de EL MUNDO, que desde el primer momento supuso una competencia feroz, de la que Diario 16 se resintió pronto. Una zarabanda de empresas editoras y de relanzamientos no pudo evitar, pese al esfuerzo de muchos periodistas de primera, la caída de difusión y de beneficios hasta hacer ineluctable el cierre.

Diario 16 fue el hijo muy esperado del éxito de otra publicación, Cambio 16, el legendario semanario liberal surgido cuatro años antes de la muerte de Franco. De Salas, convencido ya entonces de que la influencia social de un diario es infinitamente superior a la de una revista, intentó sacarlo a la calle lo antes posible después de desaparecer el dictador, pero el proyecto no puede ver la luz hasta octubre de 1976, cinco meses más tarde que El País, y a los acordes de un himno que se quedaría grabado en las memorias, Libertad sin ira, de Jarcha. Nacía como vespertino (en 1979 pasaría a la mañana), y su aparición selló sin duda la suerte de su predecesor en las tardes, Informaciones. Los fundadores los mismos dieciséis que habían lanzado un lustro antes la revista se lamentaron siempre de haber perdido un derecho de primogenitura que, según ellos, facilitó al periódico de Jesús de Polanco su rápida ascensión al primer puesto en difusión, influencia y beneficios en la nueva prensa española.

Con menos medios que su rival, lo que intentaba suplir con un estilo más ligero y arrevistado inspirado en Cambio 16, la progresión del periódico no fue rápida. Durante cuatro meses lo dirigió Ricardo Utrilla, sucedido por Miguel Angel Aguilar. El diario no despegaba, mientras se enrarecía el ambiente político en medio de las embestidas terroristas. Un intento de sacar otra cabecera más popular, Diario Libre, dirigido por Román Orozco, se saldó en 1980 con un caro fracaso en cuestión de semanas. Ese verano, De Salas ofreció la dirección a Ramírez, joven corresponsal político de ABC, al que explicó: «Vendemos 30.000 ejemplares y necesitamos 40.000 para salir de números rojos». Ramírez solía recordar: «Pronto descubrí que vendíamos 15.000 ejemplares, y que hasta los 100.000 no se entraría en beneficios». El caso es que aceptó la oferta cuando De Salas aceptó su única condición: que Diario 16 pudiese contar desde ese momento con dos de las firmas más prestigiosas de la revista, los hoy desaparecidos Carmen Rico Godoy y Xavier Domingo.

Durante los años siguientes, el periódico primero que salió los siete días de la semana, al romper el monopolio de la Hoja del Lunes se especializó en concentrar sus recursos informativos en algunas grandes historias, a las que dedicaba amplios espacios.Y no faltaron esas grandes historias, que asentaron su reputación informativa y de opinión independiente y, a menudo, irreverente: el intento de golpe de Estado del 23-F, frente al que Diario 16 se colocó en una clara postura de lealtad a la Constitución desde su número especial de la misma noche de aquel día de 1981, y más tarde el juicio de los golpistas, durante el cual el mayor escándalo fue la expulsión de la sala del director de Diario 16, convertido en bestia negra de los acusados, sus defensores y el propio tribunal. También durante esa etapa de enorme crispación se produjo el amago de secuestro ilegal sin orden judicial del periódico, ocho meses después del golpe, por su descarada decisión de publicar la información de la agencia Lid, de Manu Leguineche, sobre las confesiones del teniente coronel Tejero al juez: las presiones y hasta las amenazas de los gobernadores civiles aleccionados por el subsecretario de Interior, Francisco Laína a los diarios regionales abonados a la agencia les hicieron desistir de esa publicación. Pero Diario 16 no cejó, y el redactor jefe de noche, Alberto Otaño, hubo de resistirse a la pretensión de unas unidades policiales, a las tres de la madrugada, de secuestrar la publicación. Hasta que no le llevasen «el papelito» de un juez, oyeron los sorprendidos policías, nadie iba a entrar allí.Bloquearon durante cuatro horas la salida de los camiones de reparto, pero tras la protesta de Ramírez a Laína, salieron.

A partir de mediados de los años 80, con una difusión que superó los 150.000 ejemplares, llegó la edad de oro del periódico. Su lugar en la historia de la prensa española quedó fijado para siempre a partir del momento en que decidió romper el ensordecedor silencio de todos los medios informativos españoles sobre el crimen de Estado que se había perpetrado a través de la banda asesina GAL, que entre 1983 y 1986 asesinó a más de dos docenas de personas, supuestos etarras que muchas veces no tenían nada que ver con ETA, en el sur de Francia. En 1987 empezaron a publicarse las informaciones del equipo investigativo encabezado por Melchor Miralles y Ricardo Arques. Establecieron claramente la responsabilidad del Ministerio del Interior y la Policía en los crímenes, y destaparon una cadena de abusos y corrupción que ha perseguido a muchos gobernantes de la etapa socialista hasta hoy mismo, cuando dos ex ministros se sientan en el banquillo por el saqueo de los fondos reservados.

La enemiga del Gobierno ante la desfachatez de un periódico que no se sometía acabó incitando a De Salas a despedir a Ramírez en febrero de 1989. Con él, el núcleo central de periodistas y demás profesionales abandonaron Diario 16 para crear, en siete meses, EL MUNDO.

En abril de 1989, el grupo francés Hersant adquiría más del 30% del periódico a los antiguos accionistas que lo habían abandonado.De Salas criticó ese «tiburoneo hostil», aunque acabaría pactando.Pero el cambio radical de la situación económica del periódico, cuya difusión cayó en picado desde la aparición de EL MUNDO, precipitó la crisis tras una etapa en que tres directores (Enrique Badía, Justino Sinova y José Luis Gutiérrez) se esforzaron por mantener el espíritu investigativo del diario, que se distinguió en las informaciones sobre Luis Roldán, el corrupto director general de la Guardia Civil. De Salas cedió en 1993 el puesto de editor, y llegaron primero Jesús de Ramón-Laca y luego José Luis Domínguez. La independencia se deshilachaba junto a la cuenta de resultados. Fueron despedidos 100 trabajadores. Durante un breve regreso de De Salas, entre 1996 y 1998, se produjo un atisbo de fusión con el Ya de Emilio Rodríguez Menéndez, según el testigo protegido del caso del montaje contra Pedro J. Ramírez: la sombra de Rafael Vera revoloteaba muy cerca del atribulado diario.

La definitiva marcha de De Salas quien fallecería en agosto de 2000 suponía la ruptura con lo que quedaba de la leyenda de la gran época, de la que Diario 16 había empezado a despedirse cuando el editor rompió con Ramírez.

Tras una declaración de quiebra, en 1998, el Grupo Voz llegaba de Galicia para hacerse con la cabecera e intentar un modesto proyecto de relanzamiento con un personal reducido, utilizando en gran parte el material informativo producido por su principal publicación, La Voz de Galicia. Pero la gestión de los hijos de Santiago Rey Fernández-Latorre, presidente del grupo, recibió muchas críticas por su falta de rigor. Y, de todas maneras, el entorno competitivo en Madrid se había vuelto muy hostil para un medio tocado por sus vaivenes de los años 90 en los últimos meses se estudiaba incluso un cambio de nombre , y el Grupo acabó perdiendo 5.000 millones de pesetas en menos de cuatro años.Enrique Badía, ex director, y Fernando González Urbaneja, que había dirigido Cambio 16, fueron llamados por Rey en julio pasado para estudiar una reestructuración y encontrar socios nuevos que inyectasen 2.000 millones de capital fresco. Era difícil; el último control OJD de difusión, el del año 2000, indicaba que ésta era ya solamente de 24.000 ejemplares. El 11-S quizá acabó de desalentar a todo posible inversor. Anteayer, la empresa tiraba la toalla. Al menos, una situación de cierto orden en los pagos a los empleados y proveedores habrá evitado una agonía caótica, con plantes y manifestaciones inútiles, como las de otros periódicos desaparecidos. El adiós ya había sido tan largo como traumático.

09 Noviembre 2001

DIARIO16

Erasmo (José Luis Gutiérrez)

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Calló la voz, mientras las lágrimas de tinta de los cocodrilos Lacoste concelebran sus años, 25. Fue una pistola en la sien en Palermo, los cafetines de Amalia en la Alfama lisboeta, Tejeros, montoneros, sandinistas, Eritrea, Juantomás, Borges, Aguilar, la vida misma, Cerecedo, Ramírez, esa misma vida que se ha ido a borbotones. ¿Y? Idiotas, han matado un paisaje.

El Análisis

ENTIERRO CINCO AÑOS DESPUÉS DE LA MUERTE

JF Lamata

Como en casos anteriores. El día el cierre oficial de DIARIO16 no faltarían voces que dijeran ‘Ah, ¿pero seguía existiendo?’. DIARIO16 había dejado de existir bastante antes. El Grupo Voz fue el último de los propietarios que tuvo aquel diario, encargó a D. Fernando G. Urbaneja y D. Enrique Badía que intentaran salvarlo, pero una cosa es curar a un enfermo y otra resucitar un muerto, y el periódico 16 era ya un cadáver. La enfermedad de DIARIO16 comenzó con el patadón al director que lideró la época de éxito, D. Pedro J. Ramírez, en 1989. Se incrementó tras la actitud del Grupo16 a D. Mariano Rubio en el ‘caso Ibercorp’ y quedó en estado terminal tras el despido de D. José Luis Gutiérrez en 1996. A partir de la llegada del PP al poder (con EL MUNDO como su periódico de referencia) la relevancia de DIARIO16 era cero. El fundador, D. Juan Tomás de Salas, tras un breve retorno, abandonaba definitivamente en 1997. Todos los empresarios que circularon entonces al frente de la editora del diario, intentaron en vano, levantar las migajas de lo que durante una década fue un gran periódico. Su vida había concluido.

El que más debió celebrarlo fue D. Pedro J. Ramírez, que no podía reivindicar su etapa en DIARIO16 mientras aún existiera aquel molesto cadáver. Tras su desaparición definitiva en 2001, por fin D. Pedro J. Ramírez podía reivindicar lo que hizo DIARIO16 durante su mandato y presentar a EL MUNDO como el heredero legítimo de aquel heroico DIARIO16, aunque eso significara defender lo contrario a lo que dijo al presentar el diario EL MUNDO en 1989.

J. F. Lamata