6 julio 2016

El club azulgrana muestra su respaldo hacia el jugador y resalta que ya ha pagado las multas correspondientes por el dinero de fraudado

El jugador estrella del Fútbol Club Barcelona, Leo Messi, y su padre, condenados a 21 meses de cárcel por fraude fiscal

Hechos

La Audiencia de Barcelona ha condenado al jugador del FC Barcelona Lionel Messi y a su padre, Jorge Horacio Messi, a 21 meses de prisión para cada uno de ellos por tres delitos contra la Hacienda Pública entre los años 2007 y 2009

Lecturas

PATINAZO DE LA PRENSA CULÉ

Sport_exculpado La prensa catalana, en especial MUNDO DEPORTIVO y SPORT habían asegurado reiteradamente que el Sr. Messi sería exculpado. Algo que al final no ha ocurrido, el otro argumento de los periodistas pro-Barça es acusar al Real Madrid, su club rival, de estar detrás de todas las investigaciones al Sr. Messi.

REGODEO EN REAL MADRID TV

90Minuti «Que no se agobien los culés, Messi siempre ha jugado con confianza, ahora además jugará con fianza», fue una de las chanzas que desde el programa estrella de REAL MADRID TV, ’90 Minuti’ dedicaron a la condena al Sr. Messi en el espacio producido por Globomedia y presentado por el Sr. Miki Nadal. «Madarona tenía la mano de Dios y Messi la mano larga».

07 Julio 2016

Cara para Cristiano, cruz para Messi

Alfredo Relaño

Leer

Cristiano lideró a Portugal con su gol (un cabezazo imponente) y su asistencia aNani. Le veremos en París, ante el ganador de hoy entre Francia y Alemania. Bale se vació en su tarea de sacar a Gales adelante, pero queda fuera. Visto el partido, la verdad es que la presentación previa que de él se hizo, como un duelo CristianoBale, resultó más que justificada. Fueron el referente en sus respectivos equipos, la vía del peligro, los más rematadores, la razón de ser del juego colectivo en cada caso.Portugal buscaba la cabeza de Cristiano. Gales le daba el balón a Bale, que lo hacía todo, de abajo arriba.

Ganó Portugal porque tiene más. Gales, a falta de Ramsey, se quedó en Bale, en su circulación por todas partes, su zurda sensacional para lanzar o para disparar, su lucha sin desmayo. El mismo gran jugador que en el Madrid, pero con un carácter indesmayable que en su club no ha mostrado salvo (y no es baladí) en la prórroga deMilán, en la que, acalambrado, se batió como un jabato. Cristiano, por contra, jugó en punta, economizó carreras, pero resolvió el partido en un par de minutos. Con su tanto iguala a Platini como máximo goleador en fases finales de la Eurocopa. Se siente pletórico.

El momento feliz de Cristiano, que ayer sacó a la calle a las gentes de su país, contrasta con la situación que atraviesa Messi, renegado de su Selección, y ayer condenado a 21 meses de cárcel, como su padre, por sus descuidos con Hacienda. La figura jurídica es ‘ignorancia deliberada’. No se ocupó de sus papeles, pero obtuvo una ventaja dolosa de esa actitud. Su padre y los asesores de éste le han llevado a esta situación, tras la que muchos barcelonistas verán ahora una mano negra que no hay. Hay la mano de Hacienda, que aprieta. Habrá recurso al Supremo. A la cárcel no irá pero está pasando un mal trago.

07 Julio 2016

La respuesta a la sentencia: renovación ya

Ernest Folch

Leer

Messi recibió ayer otro golpe. La sentencia hecha pública ayer lo condena a él y a su padre a 21 meses de prisión, que en realidad es la suma de tres mini sentencias de 7 meses cada una. El texto del juez es especialmente duro, puesto que alega que el jugador “decidió permanecer en la ignorancia”, es decir, que le recuerda que no conocer la ley no conlleva la exoneración del delito. La condena pone en entredicho la estrategia seguida por la defensa y deja al jugador, otra vez, a los pies de los caballos porque tan evidente es que no irá a prisión como que la noticia será aprovechada para quienes quieren hacerle daño. Lo que de verdad queda claro es que la sentencia tiene una intencionalidad ejemplarizante, y el propio juez no pretende ni esconderlo: “su conducta no puede quedar impune” puesto que, argumenta, no se puede “mandar a la ciudadanía un mensaje de que es preferible inhibirse que preocuparse”. Es decir, que se usa a Leo como una perfecta y mediática cabeza de turco. Hay que recordar que Messi ya había saldado su deuda con Hacienda, hasta el punto de ser el contribuyente físico número uno de España. Nadie debe discutir que en un Estado de derecho quien defrauda debe ser perseguido, pero al mismo tiempo nadie puede poner en duda la voluntad del jugador, desde el primer momento, de compensar sus faltas. Sus abogados defendían ayer que la sentencia tiene solo un valor “simbólico” y que recurrirán al Supremo pero por mucho hierro que le quiten, está claro que Messi queda en una situación difícil. Consciente de ello, el Barça se apresuró a arroparlo con un comunicado contundente: oficialmente mostró su apoyo y oficiosamente dejó clara su indignación con una sentencia que creen “muy injusta”. Sin embargo, las buenas palabras ya no bastan. Ahora más que nunca Messi necesita un apoyo explícito y concreto. Por ello la mejor noticia sería que el Barça anunciara en las próximas horas la renovación del jugador, que de hecho ya se había empezado a negociar y debía ser anunciada en breve. Tras renunciar a la selección argentina, Leo debe visualizar ahora más que nunca que el Barça va a ser su casa para siempre. La peor sentencia merece la mejor respuesta: renovación ya.

15 Julio 2016

El Barça mancha su nombre con la campaña de Messi

EL MUNDO (Director: Pedro G. Cuartango)

Leer

En su primer discurso como presidente electo del FC Barcelona, hace justo un año,Josep Maria Bartomeu prometió situar al club al margen ‘de los poderes económicos, políticos y mediáticos’. No sabíamos que Bartomeu, al hilo de la ya habitual desobediencia de la Administración catalana a los tribunales españoles, iba a llevar tan lejos su promesa hasta el punto de cuestionar las sentencias judiciales. Sólo así se entiende la torpe y equivocada campaña emprendida por el club azulgrana para defender a Messi, después de que éste fuera condenado a 21 meses de prisión por un fraude de 4,1 millones de euros.

A través de la vergonzosa etiqueta ‘Todos somos Leo Messi’, el Barça ha movilizado a sus altavoces institucionales y mediáticos para respaldar a su jugador franquicia. Y ello pese a la ‘extrema gravedad’ del fraude cometido por Messi y su padre -así lo calificó la sentencia- y sin reparar en la utilización de los empleados del club en las redes sociales. Con esta insólita acción, el Barça no sólo se sitúa en una postura irrespetuosa con la Justicia, sino que envía un mensaje pernicioso a la ciudadanía. Evadir impuestos a Hacienda constituye un delito económico grave. Lo último que cabe esperar de una institución con la proyección social del Barça es dar cobertura a un delincuente fiscal. Y no hay ningún subterfugio que justifique lo contrario. Ni el peso de Messi en el proyecto deportivo barcelonista -el club teme que no renueve y de ahí su maniobra-; ni tampoco los pormenores de la sentencia, que situaban al padre del crack argentino como cerebro de la ingeniería fiscal que llevó a éste a incumplir sus obligaciones tributarias en 2007, 2008 y 2009.

La reciente sentencia de la Audiencia de Barcelona reprochó al jugador que optara por una ‘ignorancia deliberada’ en la gestión de sus ingresos, tras usar sociedades interpuestas en paraísos fiscales en la explotación de sus derechos de imagen. El juez, por tanto, tumbó la doctrina Messi del desconocimiento como eximente. El FC Barcelona, pese a todo, se ha lanzado en tromba en su defensa. Y, teniendo en cuenta tal grado de condescendencia con el fraude, podríamos pensar que a partir de ahora la entidad culé está dispuesta a renunciar a perseguir el tráfico ilegal de todos los productos oficiales que comercializa, ya sean las entradas para los partidos, el pirateo de la señal de televisión o la venta de camisetas. ¿O acaso defraudar al Fisco está justificado según convenga en cada momento?

La campaña emprendida por Bartomeu, como era previsible, ha derivado en un esperpéntico reguero de apoyos por parte de diferentes personajes. Tanto ellos como el club blaugrana saben que en una democracia es esencial respetar la verdad judicial. A ningún partido político se le hubiera consentido una reacción así tras la condena a alguno de sus dirigentes. Por tanto, lo que debería hacer el Barça -amén de preguntarse por los continuos problemas de sus jugadores con la Agencia Tributaria- es limitarse a acatar el pronunciamiento del tribunal y, si lo estima oportuno, asistir a Messi en su recurso ante el Supremo. Pero de ahí a presentar al jugador como una víctima de la Justicia de una república bananera media un abismo. España es un Estado de Derecho, lo que implica que las sentencias tienen que ser respetadas por todos. Incluido el Barça.

14 Julio 2014

Sonatina

Alfonso Ussía

Leer

De haber visto Rubén Darío el partido de la final del Mundial de Argentina, hubiera escrito una nueva versión de su Sonatina. «Nandrolono está triste, ¿Qué tendrá Nandrolono?/ ha perdido su ritmo, ha perdido su tono/ aunque le hayan moldeado un precioso tupé». Una vez más se afirmó en el estadio de Maracaná de Río de Janeiro la definición del fútbol del inglés Gary Linneker: «El fútbol es un deporte que jugamos once contra once para que termine ganando Alemania». La FIFA, esa universal federación dirigida por un sospechoso grupo de gamberros, en su página oficial, publicaba la relación de los mejores futbolistas del Campeonato del Mundo. Kroos, Benzemá, Robben y Thiago Silva. Hay más. Por Argentina, sin duda, Mascherano y Di María; por Alemania, Neuer, Hummels, Swansteigger y Mueller; Por Colombia, James. Por Costa Rica, Kaylor Navas; Una relación generosa. Pero los miembros de los jurados de la FIFA son, con toda seguridad, parientes de los que conceden el Nobel de la Paz en Oslo. Para mí, que beben en exceso con anterioridad a la votación. Y han elegido «Mejor Futbolista del Mundial de Brasil» a Messi. No han designado a Casillas porque se habría notado demasiado la preferencia. Messi ha jugado muy mal un Mundial bastante malo. Y en la final, aparte de un fallo garrafal, un pase y alguna carrerita en el primer tiempo, fue una sombra desvanecida, un andarín confuso y un cero a la izquierda. Pero es Messi. De haber sido Messi un deportista de verdad, le habría entregado allí mismo el trofeíllo a su compañero Mascherano o a cualquiera de sus adversarios alemanes. Pero no. Recogió el trofeo con expresión de hastío y enfado, y se lo llevó a su casa. Lo único nuevo que aportó al fútbol en el partido culminante del Mundial fue su nuevo tupé. Tampoco tan nuevo, porque era el que lucía y peinaba Sacha Distel en la década de los sesenta del pasado siglo, sin olvidar a Paul Anka.

A este muchacho le sucede algo más grave que su peculiar interpretación de la melancolía. Para mí, que ya no tiene edad para seguir justificando las dosis de hormonas para el crecimiento y tanto él como sus médicos han sido advertidos de que el crecimiento ha llegado a su tope y ni una hormona más. Puede ser también que sufra de celos de Maradona. Lo siento, pero Maradona, que es un botarate, un majadero y un clamoroso imbécil, fue mucho mejor futbolista que él, aunque en alguna ocasión tuvieran que expulsarlo del Mundial por saltar al campo en compañía de un gramo de cocaína. Sucede que Maradona es más simpático que Messi, saluda y abraza a los niños, habla por los codos y se ha forjado una personalidad indiscutible en el mundo del fútbol, aunque a este servidor de ustedes, su personalidad le produzca náuseas. Lo que no será jamás Maradona es un cero a la izquierda, que parece constituir el objetivo primordial de Messi. El futbolista mejor pagado del mundo se ha convertido en el más caro de la Historia, porque no devuelve lo que percibe. Si busca el ejemplo contrario, ahí tiene, todavía caliente, el recuerdo y la memoria de Alfredo Di Stéfano. O más inmediato. El pundonor profesional de Cristiano Ronaldo, que se jugó las piernas hasta el último partido con el Real Madrid a sabiendas que si recaía en su lesión se quedaría sin viajar a Brasil. Otra manera de agradecer los millones que honestamente ingresa a cambio de su entrega y su calidad. Messi lo hizo. Ya no lo puede hacer.

Argentina es una nación que vive para el fútbol. Inagotable mina de talentos. Mucha pasión. El aficionado argentino perdona la mala fortuna, pero no la dejadez, la desidia. Creo haber leído que Messi llegó a la semifinal contra Holanda siendo el futbolista que menos había corrido durante el Mundial. Si sumamos su partido contra Holanda y la final contra Alemania, el premio al vago y al sobrado se lo lleva con pleno y absoluto merecimiento. Pero jamás el de Mejor Jugador del Mundial. Ese premio, en su valor de objeto, destroza su impresionante vitrina. Es de esperar que lo tire a la basura o lo esconda en el armario de objetos inservibles que existe en todas las casas. Un armario que se llena, normalmente, con los regalos de boda.

Messi tiene un gran problema. Anímico y físico. Esos vómitos no pueden reducirse a un diagnóstico forofo: –Son los nervios–. No; que se mire, que se entrene y que vuelva a correr como lo hacía dos años atrás en el Fútbol Club Barcelona, cuyos dirigentes, socios y exaltados partidarios tendrían que ser los más preocupados y avergonzados en estos momentos.

A mí, particularmente, lo que le pase –que le pasa– a Messi, me la refanfinfla.