10 septiembre 1994

El diario pro-etarra acusa a Juan María Atutxa de ser el 'cerebro' del supuesto montaje para la detención del periodista

El periodista Pepe Rei, jefe de investigación del diario EGIN, encarcelado temporalmente por supuesta colaboración con ETA

Hechos

El 1.09.1994 el periodista José Rei fue detenido dentro de una investigación sobre vínculos entre el diario EGIN y la organización ETA, acusado de terorirsmo.

Lecturas

LOS ACUSADOS POR EGIN

juez_carlos_bueren_2 El juez de Instrucción Nº1 de la Audiencia Nacional, D. Carlos Bueren, era la responsable de la detención de Pepe Rei al que acusaba de haber pasado informes a ETA. Según el periodista de EGIN el juez le había tendido una trampa.

AtutxaPNV El Consejero de Interior del Gobierno vasco y destacado dirigente del PNV, D. Juan María Atutxa, era, según Rei, el que había dirigido ‘la trampa’ para la detención de Rei, siguiendo órdenes de D. Xabier Arzallus. Según sus teorías era porque EGIN tenía información de casos de corrupción que afectaban al PNV como el caso de las traga-perras.

02 Septiembre 1994

El Montaje

Pepe Rei

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Detrás de EGIN hay todo un pueblo dispuesto a movilizarse en contra de la injusticia. Así que con esas armas es imposible tener miedo al futuro por muy duro que sea el presente.

Bueren mantuvo la mirada en aquella ocasión. Me había enseñado momentos antes un informe de Incresa, creo que referido a una unión temporal de empresas de la autovía, y yo creía reconocer mi propia caligrafia en aquella fotocopia de mala calidad. En la segunda parte del informe había una serie de empresas pariticpadas o con accionistas comunes y yo probablemente había añadido en mayúsculas: “Otras: Altuna, Uria y…”. Los puntos suspensivos los pongo porque no recuerdo el nombre de la tercera. En todo caso, se trataba de constructores que tenían alguna relación entre ellas. Además yo había escrito decenas de reportajes sobre la autovía.

EL juez sacó entonces su conejo de la chistera. Fue cuando me miró casi fijamente y, detrás de sus gafas de color oscuro que dificultan verle la mirada por mucho que estés a medio metro de él, me enseñó otra fotocopia llena de garabatos. ¿Reconoce usted ésta? Me preguntó trascendente. “Ni a la de tres”, me dije a mí mismo. Yo no me dedico nunca a garrapatear en mis materiales de trabajo, aparte de que aquellos trazos podían ser de cualquiera. “¿Me pregunta si estos tachones son míos, señoría?”, inquerí de mi parte. ‘No. Lo que yo le digo es que este informe es idéntico al que le he motrado antes y en el que figuraba su letra. Tengo peritajes caligráficos que así lo acreditan”.

Jamás podrá demostrarlo

Eso le bastó a Bueren para enviarme a Carabanchel. De nada valió que quedase suficientement acreditado que cualquiera podría tener acceso a los archivos de Investigación, cuya puerta está y estuvo siempre abierta para quien quisiera entrar y consultar las carpetas, permanentemente a la vista y sin ningún tipo de protección. Buerén jamás podrá demostrar que yo le envié dicho informe a Pedrito de Andoain, de lo que él me acusa, por una razón fundamental: nunca le he pasado ese informe, u otro cualquiera, a Carlos Almorza. Cómo, cuando y de qué manera llegaron esos informes a las manos de Almorza es algo que inforo totalmente. Lo demás, a partir de ahí, son puras patrañas, complots o montajes. Nada más y nada menos.

¿A quién le interesaba meterme aquí dentro? Leyendo las declaraciones de Atutxa, no creo que a nadie le quepan dudas. Acabo de ver en un telediario a Eguibar y a Arzalluz y he tenido la sensación que ambos estaban también disfrutando. Y no necesito ser muy perspicaz para imaginarme al glorioso coronel brindado con su champán francés favorito para celebrarlo.

Pero, con saber que me tenía ganas, estoy acostumbrado a mirar más allá de mi ombligo para establecer que con mi encarcelamiento se ha elevado el punto de mira y se ha ido a por caza mayor: continuar con la criminalización de EGIN y, de paso, de toda la izquierda abertzale, intentando establecer una vez más el nexo EGIN-ETA.

Que no sueñes

La pregunta que me repito continuamente desde que ingresé en Carabanchel es qué tendrán pensando decir estos siniesros personajes cuando salga absuelto tras el juicio. Y es que no va a haber tribunal que pueda condenarme porque es de todo punto imposible. Que no sueñen Atutxa, Bueren o el PNV que esta canallada va a pasar desapercibida. Tendrían que matarme para ello. El día en que se haga pública mi absolución voy a encargarme de proclamar a los cuatro vientos que una mafia legal me ha tenido secuestrado para escarmentar en mi persona a todos aquellos que piensan que se puede y se debe luchar por encima de todo por la libertad como bien supremo de los seres vivos. La estulticia y el cretinismo congénito de Atutxa y la soberbia de Bueren quizás les hace pensar erróneamente que su fascistada se va a quedar legalmente impune. Qé va, ni pa Dios. Aunque sea lo último que haga en la vida y auqneu su ley les permita tener pudriéndome aquí durante años. Juro que me encargaré personamente, y además me sobrarán amigos, de que no haya cristiano o ateo en Euskadi, ni juez en todo el mundo, que no sea conocedor de la cacicada que están cometiendo estos dos suetos. Como no soy creyente no puedo jurárselo, pero les prometo que allá por donde pise, allá donde se solacen o defequen tendrán testimonio de por vida del atropello que están realizando a sabiendas. La cárcel que estoy sufriendo por obra y gracia de su montaje me da derecho a ello y a mucho más. Pero con ser ello motivo más que suficiente, creo que es hora ya de pararles los pies a estos canallas. Hay que ponerle freno a la cultura que intentan imponer que es imposible rebelarse contra el poder, que la utopía no es nada más que un sueño de juventud y que, en definitiva, el poder aniquila aquel al que no controla. Yo me niego a ello en nombre de la libertad. La libertad es lo más sagrado de nuestra vida y nada ni nadie me va a hacer renunciar a ella. Ni tan siquiera estos barrotes que ahora me aprisionan. Mi cuerpo está ahora encarcelado, pero mi espíritu está libre y al lado de los que luchan por la libertad, por la solidaridad y por la utopía.

Pero no será necesario esperar el día del juicio. Me consta que en Euskadi y en el Estado hay millares de personas honestas, entre ellas algunos periodistas, que también luchan por la libertad de expresión. Ellos no nos van a dejar solos en el empeño por demostrar este gran montaje. Y, por si no fuera suficiente, detrás de EGIN hay todo un pueblo dispuesto a movilizarse en contra de la injusticia. Así que con esas armas es imposible tener miedo al futuro por muy duro que sea el presente.

La hora de la honestidad

La hora de la honestidad tiene que encargarla todo el mundo. Yo, desde esta cárcel de Carabanchel con un largo historial de represión de las libertades, emplazo públicamente al presidente de la Audiencia de Donostia Juan Bautista Cremades y al fiscal-jefe Luis Navajas. Quiero que ambos digan si no es cierto que en el mes de junio de 1993 el equipo de investigación de EGIN nos presentamos ante ellos para denunciar incluso con pruebas cómo los informes de Incresa estaban circulando indiscriminadamente por Euskadi a centenares difundidos por una supuesta Asociación de Afectados por EGIN”. A Navajas le dijimos que teníamos testigos dispuestos a desvelar quiénes estaban detrás de ese masivo envío de informes de incresa. Eran testigos, para más señas pertenecientes a la Ertzaintza y a la Consejería de Interior. Sólo pedíamos para ellos el anonimato ante sus superiores. Porque, según le manifestamos a Navajas, lo que esos testigos nos decían era que tras la siniestra operación estaban nada menos que Atutxa y su inefable jefe de prensa Jon Goikolea. Fuimos más allá todavía: a Navajas le revelamos el nombre del inspirador espiritual de aquel montaje, que no era otro que el mismísimo Xabier Arzalluz. El santo varón, visiblemente alterado, se había referido fechas atrás con motivo de la inauguración del batzoki del Antiguo a las decenas de millones de pesetas que nos gastábamos en informes de Incresa. “No compréis EGIN”, nos anaternatizó ante sus fieles creyentes. El motivo del nerviosismo de Arzalluz no era para menos: acabábamos de descubrir que la empresa principal del fraude de las tragaperras llegó a tener la misma sede que el PNV en Bilbo. Pero la mafia suele guardar silencio en estas ocasiones y espera momentos más apropiados para su vendetta.

Pero estaba con Navajas y Cremades. Los vuelvo a emplazar públicamente para que expliquen ante la opinión pública cuáles fueron las investigaciones que realizaron sobre las numerosas campañas con que el PNV y sus niñatos fachillas nos distinguieron a lo largo de los últimos tiempos. El complot, el montaje, se venía urdiendo desde hace años y la camorra vascongada ha contado con todas las facilidades y connivencias para llevar adelante sus razzias. En EGIN nos hemos cansado de ir al Juzgado para denunciar una y otra vez todas estas miserias. Pero la justicia tiene dos raseros: a mí me encarcelan por algo que no cometí, mientras que estos meapilas mafiosos de guante blanco campan por sus respetos en plan bravucón.

Impunidad

Arzalluz y la cosa nostra kelkide agrupada en el EBB saben perfectamente que gozan de impunidad. Ellos, con tal de frenar a los violentos y conservar la  sacrosanta unidad de España, tienen bula para todo: cinco años después de presentada la denuncia, el tema de las tragaperras sigue dando vueltas por los juzgados y, como dijo Polanco cuando la concesión de las cadenas de televisión, a Arzallus le consta que ‘no hay huevos’ para procesar a la cúpula del PNV y a su gobierno títere, implicados hasta las cejas en aquel fraude multimillonario.

Claro, a Bueren todo esto le suena a chino. Y al fiscal, tres cuartos de los mismo. El mismo fiscal que, eso sí, me preguntó muy diligente por un asunto que denuncié ante Bueren: el conocimiento que teníamos en EGIN del pavoneo que se había traído el PNV, y más concretamente su EBB sobre el conocimiento que teníamos de los archivos de Investigación. “Hemos leído todos sus dossieres”, se llevó a vanagloriar un bocazas del GBB ‘¿Lo han denunciado ustedes ante el juzgado?”, me atajó el fiscal. ‘Lo quería hacer aquí ante Su Señoría para que dedujese testimonio, le contesté.

La verdad es que esperaba otro interrogatorio por parte de Bueren. Creía que me iba a preguntar por nuestras investigaciones. Tenía pensado facilitarle datos en exclusiva muy interesantes que lo iban a mantener una temporada. Le quería hablar a Su Señoría de los últimso negocios que los anteriores. También quería explayarme sobre El Club, esa organización clandestina y tenebrosa en la que el espía Horchem, íntimo de Arzalluz y Retolaza, afirma que están metidos elementos significados de la Ertzaintza y del PNV y, a través de la cual se controla a todos lso ciudadanos vascos. Y, por supuesto, un tema apasionante de conversación serían los últimos concursos que ha sacado recientemente la Consejería de Interior sobre el nuevo Casino par Bilbo y el renovado boleto del Raspe y Gane. Las finanzas del PNV necesitan nuevas inyecciones ante los próximos comicios y el sector del juego, controlado por Interior, siempre fue un recurso seguro. Quizás Atutxa ha sido tan ingenuo de pensar que, teniéndome encarcelado, en EGIN se iba a renunciar a investigar la nueva corruptela en ciernes. Lo que le sucede a Platillos es que está muy nervioso desde que hemos descubierto su conexión de Durango. Y él mejor que nadie sabe queque es un asunto que dará mucho que hablar.

Consumada la encerrona de que he sido objeto, me consta que si abogados me recomendarían prudencia y me animarían a que jamás escribiese este artículo. Lo siento, pero es el mínimo derecho que me asiste. Y ello, ya lo decía antes, lo proclamaré mientras tenga vida y pueda escribir. Se lo comentaba el otro día al director de EL PAÍS en una carta que le escribí desde aquí e incidía en lo mismo con Pedro J. de EL MUNDO: “No le pasé ese informe a Pedrito de Andoain, ni sé nada de ese invento de Bueren y Atutxa. Y tampoco he colaborado, ni, dados mis años, me veo colaborando en el futuro con ETA.

Aquellos más jóvenes

Ahora lo que más me preocupa es que aquellos más jóvenes que yo puedan arredrarse ante la venganza de que estoy siendo objeto. Confío en que su altruismo y rebeldía no se lo permita. Ellos son generosos y estoy seguro que esta injusticia les animará a sublevarse contra el periodismo encanallado de los siervos y acólitos de la voz de su amo. Ellos saben bien que un puesto de trabajo a cualquier precio es pan para hoy y hambre para mañana.

Por ello, por mí y sobre todo por la dignidad que llevan demostrando desde hace años otras personas encarceladas antes que yo, que nadie espera que vaya a renunciar a denunciar esta injusticia hasta que les revierten los oídos de escuchar el clamor que los acusará desde todos los confines.

  1. S. 1: Gracias y besos para todos/as por vuestras muestras de solidaridad.
  2. S. 2: Jáuregui dice que mi encarcleamiento es fruto de una impecable investigación judicial. Muy bien, Ramoncín: o invito al juez de Gasteiz Gregorio Álvarez que sabe muy bien que dispongo de buenas fuentes, a que te preugnte qué le decías en una carta a Eloy Rodríguez, dirigente de ‘Euro Appraisal’, con motivo de la corrección de los exámenes de Osakidetza.
  3. S. 3: Me chapan. Lo siento, pero tengo que dejar de seguir escribiendo

Pepe Rei

16 Octubre 1994

Pepe Rei

Javier Ortiz

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Pepe Rei lleva cincuenta días en la cárcel y los sedicentes adalides de la libertad de expresión en este país no han dicho aún esta boca es mía. ¿A qué se debe el silencio de las asociaciones de periodistas, incluida la reciente y beligerante AEPI?

Veamos los antecedentes: 1º) Pepe Rei trabaja en EGIN -o, mejor dicho: lo hacía, hasta que lo metieron en la cárcel-; 2º) EGIN es un periódico legal, pero en EGIN, como es sabido, hay no poca gente que simpatiza con ETA; 3º) Pepe Rei lleva años dedicado a estudiar las cloacas de la clase política vasca: el negocio de la adjudicación ilegal de licencias para la explotación de máquinas tragaperras, los servicios especiales -especialísimos- de la Ertzaintza, sus conexiones atípicas con el PNV -recuérdese el «pinchazo» a Garaikoetxea-, el submundo del tráfico de droga y su vinculación con determinados miembros de la Seguridad del Estado…; y 4º) la Policía encontró varios documentos aparentemente resultantes de las investigaciones de Pepe Rei en poder de un miembro de ETA.

De estos elementos, un juez de la Audiencia Nacional ha deducido que es posible que Pepe Rei haya colaborado con ETA. En vista de lo cual, ha ordenado su detención y decidido su ingreso en prisión sin fianza. ¿Alguna prueba de que haya sido él quien hizo llegar a ETA esos papeles? Ninguna conocida. ¿Puede el juez probar que no fue otra persona la que lo hizo sin que él se enterara? A lo que parece, no. O sea: que Pepe Rei ha sido encarcelado, según todas las trazas, en razón de una mera conjetura. A lo que sólo le encuentro una explicación: que trabaja en EGIN, y eso lo convierte automáticamente en sospechoso.

No hace falta bucear gran cosa en la Historia para toparse con casos en los que alguien (Alfred Dreyfus, Joe Hill, Nicola Sacco, Bartolomeo Vanzetti) ha sido juzgado y hasta condenado a partir de pruebas exclusivamente circunstanciales, que los tribunales consideraron suficientes porque el acusado aparecía vinculado a una causa maldita: judaísmo, anarquismo, terrorismo. En España, sin ir más lejos, hace apenas unos años el periodista Xavier Vinader tuvo que huir a Londres porque querían meterlo en la cárcel tras haber publicado en Interviú las andanzas de un individuo contra quien ETA atentó a continuación.

La teoría ésa, tan en boga, de que «algunos periodistas señalan con la pluma a aquellos a quienes los terroristas matan más tarde» es aberrante. El periodista tiene la obligación profesional y ciudadana de denunciar la corrupción. En donde sea. En donde pueda.

Pepe Rei lleva cincuenta días en la cárcel y los sedicentes adalides de la libertad de expresión en este país no han dicho aún esta boca es mía. ¿A qué se debe el silencio de las asociaciones de periodistas, incluida la reciente y beligerante AEPI? ¿Es que se han estudiado el dossier y consideran que es justo que esté encarcelado? ¿O es que temen contaminarse con la defensa de un periodista de EGIN?

Es la libertad de expresión, no la línea editorial de EGIN, lo que está aquí en juego. O hay pruebas contra Pepe Rey o no las hay. Y si no las hay, debe ser puesto de inmediato en libertad. Trabaje para EGIN o para el súrsum corda.

Javier Ortiz