3 marzo 1978

Oficialmente Papell había abandonado su puesto en el ministerio de Pío Cabanillas porque su trabajo en UCD le ocupaba demasiado tiempo, pero el DIARIO LIBRE apunta a motivos pasionales en su marcha

El periodista Román Orozco publica en portada de su periódico que hay ‘maricas’ en el ministeiro de Cultura y cita expresamente a Antonio Papell (periodista de UCD)

Hechos

El 3.03.1978 el periódico DIARIO LIBRE dirigido por D. Román Orozco publicó en portada el titular ‘Maricas en el ministerio de Cultura’ y citó expresamente el nombre de D. Antonio Papell, director general de Difusión Cultural.

Lecturas

El periódico Diario Libre dirigido por D. José Salvador Román Orozco airea que el periodista D. Antonio Papell Cervera tuvo que dimitir de su cargo en el ministerio de Cultura por un incidente de naturaleza sexual con otro hombre. El periódico del Sr. Orozco vinculaba la salida del Sr. Papell del ministerio a – según palabras textuales del periódico – «una historia sentimental (…) con un joven y modesto empleado del Ministerio que dirige el gallego Pío Cabanillas, completaban el eterno trío de una historia llena de sexo y celos».

RomanOrozco D. Román Orozco, director de DIARIO LIBRE en 1978

AntonioPapell D. Antonio Papell, Director de Difusión Cultural del ministerio de Cultura en 1978.

 

TEXO ÍNTEGRO DEL ARTÍCULO

Maricas en el ministerio de Cultura.

Román Orozco – 3-3-1978

Antonio Papell, soltero, cuarenta años, director general de Difusión Cultural, tuvo que presentar la dimisión de su cargo el pasado 24 de febrero. Una historia ‘sentimental’ en la que también se hallan implicados un periodista y un joven y modesto empleado del Ministerio de Cultura había destrozado su trabajo.

Aunque la versión oficial es la de que Papell dimitió ‘porque su trabajo en el partido del presidente Suárez le ocupaba todo su tiempo’, LIBRE ha podido contrastar que su vida privada ha arrastrado al cese a un personaje público.

Escándalo homosexual en el ministerio de Cultura.

El 24 de febrero fue un mal día para el director general de Difusión Cultural, Antonio Papell, un intelectual mallorquín del partido del presidente Suárez, se veía obligado a presenta su dimisión de Cultura.

Una mala pasada del destino le había perdido. A Antonio Papell, soltero, cuarenta años, lo derrotó una historia ‘sentimental’.

Un periodista que reconoce haber mantenido en algunas relaciones sexuales con otros hombres y un joven y modesto empleado del Ministerio que dirige el gallego Pío Cabanillas completaban el eterno trío de una historia llena de sexo y celos.

El ex director general que ahora anda perdido en algún lugar de su isla natal, Mallorca, tiene buena fama entre los empleados del Ministerio en el que trabajaba hasta hace un par de semanas.

Una administrativa decía anoche mismo a este periódico que su estilo de trabajo, su dedicación y los aires que aportó a la cultura oficial eran dignos de todo elogio.

Por ello la historia tiene una tinte más patético.

Antonio Papell aparecía en el Ministerio de Cultura de Pío Cabanillas el mes de septiembre del pasado año. Semanas después, un joven y oscuro empleado, menor de edad, se cruzaba con él en un pasillo.

Se gustaron

El tercer personaje de la historia, un periodista madrileño, dicen que dijo sobre este encuentro ‘Creo que los dos se gustaron”.

El periodista sabía de lo que hablaba. Y LIBRE también sabe lo que cuenta. Periodista y empleado del Ministerio se conocieron hace más de un año. Y tuvieron una relación amistosa e incluso sexual.

Aunque es bien sabido que el periodista en cuestión se apunta a todas, es decir, que también le van las tías.

Pero entre el trío surgió de repente la chispa de los celos. El periodista explotó un buen día hace tres meses en una discoteca gay frecuentada por hombres que se aman entre sí situada en la calle Hermosilla, el castizo barrio de Salamanca madrileño. La discoteca se llama O´Clock y anoche prohibieron a este periódico fotografiarla.

Me lo cepillo

El periodista dijo algo así como me voy a cargar a ese tío. Tenía unas copas encima y eso le disculpa. Realmente, su intención no era cepillarse al director general, ni mucho menos.

Es más, a los pocos días se hablaron, se conocieron y, aunque no llegaron a ser amigos, la sangre no llegó al río. Para el periodista, el joven empleado del Ministerio era a la vez como un hijo y como un amigo íntimo. Y por ese se le fueron los nervios.

La explosión de histeria del periodista tenía lugar hace tres meses. El ex director general veía por última vez al joven empelado en el mes de noviembre, durante diez días seguidos.

Cambian al empleado

Ahora, Antonio Papell reposa sus disgustos en Mallorca y el empleado ministerial ha sido cambiado de puesto de trabajo: de la fotocopiadora ha pasado a la planta baja, en la conserjería. Dicen que Papell intentó cambiar el destino del joven empleado antes de presentar su dimisión, aceptada inmediatamente el día 24 de febrero. Pero le fue imposible.

Hoy mismo, fuentes seguras informaron a un reportero de LIBRE que el joven empleado era llamado por el jefe de Seguridad del Ministerio. Aunque no hubo rapapolvos, sí que se le advirtió, dicen estas fuentes, que su vida íntima no debía interferir en el trabajo.

La dimisión de Papell aparecía en la prensa madrileña hace días. Oficialmente, el intelectual mallorquín dejaba su puesto en el Ministerio de Cultura porque su trabajo en el partido del presidente Suárez le ocupaba todo el tiempo.

En los pasillos del Ministerio se corría otra versión: Antonio Papell se había visto envuelto en una pelea en el Drugstore de la calle Fuencarral de Madrid, en el que habían intervenido homosexuales. Según estas fuentes, la Policía acudió a este centro – en el que proliferan los altercados, peleas e incluso navajazos – y se llevó a los aspirantes a boxeadores a declarar en la Comisaría más cercana.

LIBRE no pudo confirmar esta versión ni en el Drugstore ni en la Comisaría Centro, que es donde normalmente recaen todos los altercados violentos del citado establecimiento.

Hay más

No se acaban aquí las historias que estos días corren de boca en boca en el Ministerio de Cultura de Pío Cabanillas.

Hay más. Dos altos cargos de ese ministerio dicen estas lenguas, no niegan sus tendencias homosexuales.

Y otro alto cargo le da a la anfetamina, producto que se compra en las farmacias y que sirve para estimular la psiquis o lo que es lo mismo para combatir las depresiones.

Hay de todo en el ministerio de Cultura.

Román Orozco

El Análisis

CUANTO LA HOMOFOBIA ERA TRASGRESIÓN

JF Lamata

¿Era DIARIO LIBRE un diario homófobo? Sin duda aquella portada lo era (y es deducible la poca gracia que le debió hacer al Sr. Papell que le sacaran del armario por la fuerza ante toda España). Lo llamativo es que DIARIO LIBRE era todo lo contrario a un periódico carca, rancio o ‘ultra’. Que es lo que cabría esperarse de titulares de esa naturaleza. Era un periódico trasgresor que quería traer a España ese tono osado de los BILD o los MIRROR con un prisma de izquierdas una vez acabada la dictadura siguiendo los pasos de INTERVIÚ, pero en prensa diaria. Un periódico que hablara, pues, a las claras de sexo y escandalizara a los curas. De amantes que pudieran haber tenido desde D. Felipe González hasta Dña. Dolores Ibarruri ‘La Pasionaria’.

Por ello cuando nadie en España hablaba de homosexuales, como si no existieran (para la derecha católica era un tabú), en aquel momento DIARIO LIBRE, creía que al hacerlo estaba siendo osado y atrevido y desafiando al puritanismo,  siendo trasgresor. Habría que esperar 30 años, para que lo que el Sr. Orozco veía como ‘trasgresión’ pasará a ser percibido como homofobia pura y dura.

J. F. Lamata