12 septiembre 1996

EL MUNDO reprocha la resistencia numantina de Terceiro y la actitud del PSOE por apoyarle, al tiempo que elogia la madurez democrática de los comunistas por respaldar al amigo de José María Aznar para el cargo

El PP descabalga de la presidencia de Caja Madrid a Terceiro y coloca en su lugar a Miguel Blesa con el apoyo de CCOO e Izquierda Unida

Hechos

El 11.09.1996 D. Miguel Blesa fue designado por el Consejo de Administración de Caja Madrid nuevo Presidente de la entidad.

Lecturas

El 6 de septiembre de 1996 los consejeros del PP en Caja Madrid anuncian un acuerdo con los consejeros de Comisiones Obreras para reemplazar a D. Jaime Terceiro Lomba por D. Miguel Blesa de la Parra como presidente de Caja Madrid. El pacto es respaldado también por los consejeros de Izquierda Unida encabezados por D. José Antonio Moral Santín. (PP, CCOO y IU suman12 consejeros frente a los 5 del PSOE).

El pacto entre PP y CCOO es publicado por el diario El País y Cinco Días el 8 de septiembre de 1996. El día 10 D. Jaime Terceiro Lomba, a la vista del pacto, presenta su dimisión como presidente de Caja Madrid, siendo reemplazado por D. Miguel Blesa de la Parra.

El Sr. Blesa es consejero de Caja Madrid desde el año pasado y es un amigo personal del actual presidente del Gobierno D. José María Aznar López. Es el tercer amigo del Sr. Aznar López que aparece ocupando un cargo en entidades semipúblicas, tras el nombramiento de D. Juan Villalonga Navarro como presidente de Telefónica y el de D. Alfonso Cortina Alcocer como presidente de Repsol.

LOS PROTAGONISTAS DEL PROCESO:

jaime_terceiro D. Jaime Terceiro, trató de negocia todo lo posible su permanencia en el cargo, pero no pudo evitar el pacto PP-IU-CCOO. Se negó a asistir si quiera al consejo en el que el Sr. Blesa fue designado nuevo Presidente de la entidad.

consejero_romerodetejada D. Ricardo Romero de Tejada, Secretario General del PP madrileño y consejero de Caja Madrid fue el encargado de negociar con IU y CCOO su apoyo para el cambio del Sr. Terceiro por el Sr. Blesa. Según la prensa seguía indicaciones del Vicepresidente D. Rodrigo Rato, su mentor político.

consejero_moralSantin D. José Antonio Moral Santín, portavoz de IU en el Consejo de Caja Madrid, negoció con el PP el apoyo de IU y CCOO a su candidato a cambio de mayor representatibidad para sus organizaciones. Reprochó al PSOE que se ‘descolgara’ del acuerdo.

ramon_espinar D. Ramón Espinar, el portavoz del PSOE en el Consejo de Caja Madrid, se negó a unirse al consenso PP-IU-CCOO, pero tampoco se opuso y optó por la abstención.

12 Septiembre 1996

Bajo palio, Miguel Blesa

Editorial (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer

Cabe calificar de prometedor el nombramiento de Miguel Blesa al frente de Caja de Madrid, dados su trayectoria y su perfil. Consejero de la entidad durante los últimos años, es un reputado profesional que conoce bien el sector. Ha logrado concitar el apoyo de consejeros tan dispares como los del PP, IU y CCOO, lo que ofrece garantías de que su gestión no será partidista. Hay que resaltar, finalmente, que en la crisis de la sucesión, ha observado un discreto y elegante silencio, mientras Terceiro maniobraba para aferrarse a la presidencia y cerrarle el paso.

11 Septiembre 1996

Terceiro y el oportunismo del PSOE

Casimiro García Abadillo

Leer
Comisiones Obreras e Izquierda Unida han dado una prueba de madurez democrática al apoyar a Blesa

La Caja de Madrid ha funcionado hasta ahora sobre la base del consenso. El acuerdo entre los partidos y sindicatos que forman su consejo era muy claro: el presidente lo designa la fuerza política más votada.

Jaime Terceiro llegó hace casi nueve años a la presidencia de la institución de la mano de su amigo José Borrell y respaldado por el PSOE (aunque habría que recordar que la facción guerrista del partido nunca le vio con buenos ojos). El PP, que entonces estaba en la oposición tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad de Madrid, dio su visto bueno al candidato, a pesar de que, hasta ese momento, Terceiro tan sólo podía lucir en su currículum su empleo de catedrático y una experiencia tan fugaz como cuestionada en el Banco Hipotecario.

Paradójicamente, fue la UGT la fuerza sindical que más peros puso al nombramiento de Terceiro, pero su escasa representación entre los empleados de la Caja y la labor de convencimiento que hicieron sus compañeros socialistas dejaron la pugna en agua de borrajas. Comisiones Obreras aceptó a Terceiro, a pesar de que el gallego no destaque precisamente por su sintonía con la clase trabajadora.

Hace unos meses, tras las elecciones del 3 de marzo, el PP decidió retirar su confianza a Terceiro, ya que, en opinión de dicho partido, no había cumplido una serie de compromisos. En público y en privado, el presidente de Caja de Madrid siempre ha dicho que, si había respaldo suficiente, él no pondría problemas en dejar su cargo.

Sin embargo, la realidad contradice sus palabras. Desde hace algún tiempo, Terceiro se ha dedicado en cuerpo y alma a minar la credibilidad del hombre designado por el PP para sustituirle, el consejero Miguel Blesa.

Lo verdaderamente grave del asunto es que la actitud de Terceiro, que rompe con la tradición del consenso en Caja de Madrid, ha encontrado eco en el PSOE, deseoso de golpear a Aznar sea como sea, aunque para ello tenga que recurrir al recurso de que el PP tan sólo busca colocar a los amigos del presidente del Gobierno.

Si esa pureza de planteamientos la hubiera practicado el PSOE en su día, Terceiro seguiría dando clases en la Facultad.

Como guinda de este monumental pastel, los defensores de Terceiro esgrimen con gran escándalo el acuerdo del PP con CCOO como si la Caja estuviera a punto de ser tomada al asalto por los bolcheviques.

El sindicato liderado por Antonio Gutiérrez e Izquierda Unida han dado una prueba de madurez democrática que deja en evidencia a los que, en otros foros, se presentan como ardientes defensores de la clase obrera.

Si alguien se toma la molestia de leer el acuerdo PP/CCOO podrá comprobar que su incidencia sobre la gestión va a ser mínima. Para sí quisieran ese pacto los presidentes de las empresas públicas.

Casimiro García Abadillo

12 Septiembre 1996

Deseo cumplido

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

Leer

NUNCA NADIE dio tanto por un solo voto. El Partido Popular ha firmado un extenso pliego de contrapartidas a CC OO a cambio de que el único representante de este sindicato en el Consejo de Caja Madrid le apoyara en la operación que ha llevado a la presidencia de la entidad a Miguel Blesa, un asesor fiscal cuyo mejor mérito para este cargo es su amistad con el actual presidente del Gobierno. El voto del representante de ese sindicato en el Consejo de Administración de la entidad era decisivo para alcanzar la mayoría cualificada necesaria para forzar la sustitución de Jaime Terceiro, que ha presidido la entidad durante ocho años y que fue confirmado hace 10 meses con el apoyo del PP.El proceso que ha conducido a ese desenlace resulta bastante representativo de uno de los aspectos más inquietantes de la mentalidad con que los nuevos gobernantes están encarando su política de nombramientos y su política a secas. No sólo por el componente cliente lista, sino por ese pragmatismo rayano en el más desnudo oportunismo que les lleva a aceptar compromisos y establecer alianzas ad hoc, según convenga en cada momento. Definido el objetivo (complacer el deseo de Aznar de colocar a su amigo al frente de Caja Madrid), se supera cualquier obstáculo, aunque para ello haya que pactar con IU y CC OO contrapartidas que condicionan la estrategia empresarial de la Caja.

A cambio de ese codiciado voto el PP de Madrid se ha comprometido a promover una reforma de la Ley de Cajas de la comunidad y de los estatutos de Caja Madrid para garantizar un asiento sindical -esto es, de CC OO- en el comité ejecutivo. El pacto incluye también la consolidación de cuatro pagas extraordinarias, a lo que el propio Blesa y el secretario general del PP madrileño -garante del compromiso- se opusieron cuando este asunto se planteó meses atrás en el Consejo de Caja Madrid. Como se ve, toda una muestra de coherencia política y empresarial.

De entrada, esa obsesión por cambiar a todos los gestores de empresas públicas o semipúblicas, al margen de la eficacia de los gestores afectados, no sólo es discutible, sino abiertamente contradictoria con lo que el PP predicaba desde la oposición. En el caso de Caja Madrid, desde luego, ningún factor diferente al clientelar abonaba la necesidad del cambio. Que el problema no era Terceiro, su gestión, lo prueba el hecho de que le ofrecieran presidir una empresa pública tan importante como Iberia a cambio de vaciar su poltrona para que pudiera sentarse en ella el amigo de Aznar.

Los populares reprocharon a los socialistas haber colocado a sus amigos en las empresas públicas. Su crítica tenía fundamento, pero amigos o no, en la mayoría de los casos se trataba de gestores acreditados por su trayectoria profesional. Nada sabemos de la especial idoneidad de Blesa para presidir Caja Madrid. Tratándose de una de las primeras entidades financieras del país, sólo cabe desear que acierte en su gestión.