El presidente de la Comunidad Valenciana, Joan Lerma, destituye a su consejero de Urbanismo, Rafael Blasco, acusado de corrupción

Todo el asunto de la presunta corrupción urbanística en la Consellería de Obras Públicas, no se salda con el cese e Blasco, su sustitución provisional por Emérito Bono y la definitiva por Eugenio Burriel que, a su vez, será sustituido por Concha Sáenz.

Lo que es´ta claro es que pretender distraer la atención del fondo de la cuestión de la presunta corrupción, con el mero cese de Blasco no está nada bien.

Además de la investigación judicial, que el fiscal Enrique Beltrán ha puesto en marcha, es necesaria también una investigación parlamentaria. Que el presidente Lerma y el cesado conceller Blasco comparezcan ante las Cortes y se sometan a todas las preguntas que los diputados valencianos quieran hacerles.

Así, de primera impresión, el cese de Blasco supone que el presidente Lerma admite la culpabilidad de su ministro – ¿Y qué ocurre con los dos funcionarios denunciados? – aun antes de que se haya presentado querella como resultado de la investigación. Ya es duro. Según la ley española nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Vaya, lo de la presunción de inocencia. También hay otra cosa que se llama responsabilidad colegiada de los gobiernos. En Europa, al menos, funciona.

Ahora bien, también cabría plantearse por qué en este caso se ha actuado tan rápidamente por la vía judicial y otros, igualmente denunciados desde los periódicos, han caído en el más grande de los olvidos.

Cabe recordar todo lo de Vistabella y Rafalell deshojando la margarita del urbanizable/no urbanizable y con acusaciones terribles en los plenos del ayuntamiento de ‘turbios manejos económicos’. O el caso aquel tan divertido de la adjudicación de loterías… O las declaraciones de Ballester diciendo que las cosas se sabrán en su día… o el movido pleno de las Cortes en el que se debatió un asunto de Guardamar con acusaciones de cohecho… O el asunto de las contrataciones artísticas… O todo el lío que se armó con la adjudicación de los contratos de material de TVV.

Si Lerma empieza ahora una política de recuperación de la ética, loado sea Dios. Si lo úncio que va a salir del embrollo es el cese de Blasco, será una gran chapuza política. Suya es la palabra, presidente.

La gota

Hoy es el día de los inocentes ¿queda alguno?

María Consuelo Reyna