9 diciembre 2002

El artículo supone un ataque directo al Director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez

El presidente de LA RAZÓN, Anson, llama ‘ratas’ a los periodistas que atacan a Aznar ante su retirada tras haber sido beneficiados por él

Hechos

El 9.12.2002 D. Luis María Anson publicó el artículo «Las Ratas empiezan a abandonar el barco» en LA RAZÓN.

Lecturas

Las ‘ratas’ eran un animal que D. Luis María Anson ya había utilizado en una ocasión en una sonora ‘tercera’ de ABC, poco antes de que muriera el General Franco.

Y es que poco antes de que el caudillo estirara la pata se había iniciado el proceso de la tradicional hipocresía de periodistas que se incrementó aún más tras su desaparición que descubrieron de golpe que nunca habían sido franquistas. Todos los directores de los periódicos se definen en sus biografías como “el director del periódico que más criticó el régimen”: don Aquilino Morcillo del YA (el que publicó que siempre puso sus esperanzas en el generalísimo), don Emilio Romero de PUEBLO (el de las entrevistas a “Vuestra Excelencia”), don Luis Calvo de ABC (que había escrito al anterior aquello de “Dios nos libre, Emilio, de eso que llaman la libertad”, el Sr. Campmany de ARRIBA (el de las camisas azules), don Jesús de la Serna en INFORMACIONES (hijo de “Unus” el amigo de Hitler), el Sr. Royo Villanova de EL NORTE DE CASTILLA (de los Royo Villanova de siempre), don Torcuato Luca de Tena, también de ABC (que apoyó el golpe del general Pinochet en Chile) e incluso el falangista don Rodrigo Royo de SP se definía como el periódico más independiente del Régimen.

En ese contexto D. Luis María Anson publicó en 1975 su Tercera sobre ratas llamada ‘Cobardía Moral’. En el documental de “La Transición” de doña Victoria Prego, lo califica como un “acusador artículo en el periódico monárquico de derechas ABC” en el que arremete contra los franquistas que están dejando de identificarse como tales y borrando sus biografías y mostrando su respeto por los que se mantienen fieles a la causa. ¿Era posible que el monárquico liberal se hubiera re-convertido al franquismo? Con inquina o sin ella, la señora Prego omitía en ese reportaje en el que el periodista se incluye así mismo como opositor. El editorial se titulaba “Cobardía Moral»

Hay como un rumor de ratas que abandonan la nave del Régimen. Instalado en el pensamiento conservador, hostil a todas las dictaduras, lo mismo a la izquierda que a la derecha, partidario de la libertad, yo he venido militando en la oposición de verdad, con una larga biografía de multas, expedientes y exilios. Pues bien: sin compartir sus ideas, proclamo mi admiración por los franquistas y los falangistas que en la actualidad continúan defendiendo aquellos principios por los que pelearon. Y me sube en la vergüenza por esos otros franquistas, gallinas del sistema, que se ciscan en los símbolos con los que se enriquecieron para apuntarse ahora al cambio con tal de conseguir una frase de elogio de esas revistas izquierdosas que imparten a su capricho credenciales democráticas (D. Luis María Anson)

 

Pues 27 años después, en 2002, el Sr. Anson, ahora presidente del diario LA RAZÓN publicó un nuevo artículo en ese diario sobre ratas. Pero esta vez no se refería a las ratas franquistas que abandonaban en el último momento al régimen. En esta ocasión las ‘ratas’ de los periodistas que habían sido muy aznaristas y ahora cuando el aznarato comenzaba a tambalearse estaban abandonándolo o distanciándose de él.

El Sr. Anson desde el diario LA RAZÓN lanzaba así un misilazo en toda regla a sus dos periódicos rivales, EL MUNDO de D. Pedro J. Ramírez y ABC de D. José Antonio Zarzalejos:

La decisión aznarí de no presentarse a la reelección, la prórroga de incertidumbre sobre el sucesor, las encuestas manipuladas de EL PAÍS, la rendición del Gobierno en la televisión digital, el acoso del ‘Prestige’, han llegado en periódicos impresos al fino olfato de las ratas que cobardean ya para abandonar el barco del PP.

En una operación de escaso riesgo. Se trata de tomar posiciones en las bodegas socialistas y, después, si a pesar de todo el sucesor de Aznar gana, se cuenta con la estupidez congénita de la derecha española, siempre dispuesta a colocar en las atalayas de la información a traidores, conversos, tontos y enemigos. En los últimos años se han pagado generosamente (…) casi nadie.

Hay un alto cargo informe sobre las dávidas otorgadas a las ratas: publicidad institucional, patrocinios, concesiones, licencias, frecuencias de radio, televisiones digitales, adquisición de ejemplares en bloque, informaciones privilegiadas, exclusivas clamorosas, la biblia en cueros, en fin, que dejará in púribus a muchos cuando se haga pública la verdad de tantas mentiras.

Era una amenaza en toda regla del Sr. Anson contra ABC y EL MUNDO.

 

aznar_2004 Desde que D. José María Aznar confirmara que no iba a presentarse a reelección como presidente los directores de los diarios EL MUNDO y ABC, D. Pedro J. Ramírez y D. José Antonio Zarzalejos parecían haber distanciado su línea editorial, hasta ese momento favorable al presidente.

zap_irak_pedrojota  El grupo EL MUNDO (Unidad Editorial) de D. Pedro J. Ramírez había recibido del Gobierno Aznar importante ingresos por la publicidad institucional, una licencia de Televisión Digital Terrestre (VEO TV) y también licencias de radio. Había sido socio del Gobierno (TVE) en VÍA DIGITAL y su productora, El Mundo-TV había sido contratada reiteradamente en las principales televisiones públicas del PP como TELEMADRID, CANAL 9 o IB3. El Presidente de LA RAZÓN, D. Luis María Anson le echaba en cara que tras esos favores, ahora atacara duramente al Sr. Aznar y publicara artículos favorables al nuevo líder del PSOE, D. José Luis Rodríguez Zapatero.

Naturalmente ni EL MUNDO ni ABC, los diarios atacados por el Sr. Anson desde LA RAZÓN hicieron ninguna réplica. En cambio quienes sí se hicieron inmediatamente réplica fueron los del diario EL PAÍS que difusieron el artículo del Sr. Anson dándole mucho más eco del que hubiera tenido si sólo lo publicaba LA RAZÓN.

D. Miguel Ángel Aguilar en el rotativo del Grupo PRISA lo describía así:

Luis María Anson, valeroso, engarce elementos dispares para concluir que el tufillo ha llegado a través de «los periódicos impresos, hablados y audiovisuales al fino olfato de las ratas que cobardean ya para abandonar el barco del P+P». Añade el debelador que la operación carece de riesgos para los malditos roedores porque, incluso si ganara el sucesor de Aznar, «la estupidez congénita de la derecha española» volvería a «colocar en las atalayas de la información a traidores, conversos, tontos y enemigos» conforme al proceder acreditado en los últimos años en los que «se han pagado generosamente la gallinería, la infamia y la desfachatez del converso».

La alarma del príncipe de los periodistas españoles, antólogo de la poesía amorosa y académico de la lengua es apocalíptica y le lleva a exclamar que «la verdad, que es la que nos hace libres, no cuenta para casi nadie, y todo o casi todo es sectarismo, manipulación, intoxicación, venganzas viscerales», negruras de las que se considera exento. No ahorra después Anson epítetos peyorativos en su descripción de unos «profesionales amorrongados, pávidos, pendejos, amilanados, cínicos hasta decir basta» que «preparan el trasvase de barcos y albañales».

En resumen: que la lealtad se prueba en las dificultades y que las actuales demuestran que sólo Anson es merecedor de las complacencias aznaríes, tan impropiamente depositadas en otros periodistas de la calaña que ahora aflora.

Por eso, sin más tardanza, Anson debe hacer público el informe del alto cargo popular aludido. Porque toda esa piñata, destinada a la compra de adhesiones que ahora

resultan incapaces de resistir la prueba de la adversidad, se ha formado mediante el saqueo del erario público.

Por su parte, D. Eduardo Haro Tecglen hacía su propio comentario también en El PAÍS:

Luis María Anson crea cada varios años un escándalo, «Las ratas comienzan a abandonar el barco»: el barco es el Gobierno y se hunde: las ratas son los periodistas que dejan su servicio y tratan «de tomar posiciones en las bodegas socialistas y, después, si a pesar de todo el sucesor de Aznar gana, se cuenta con la estupidez congénita de la derecha española, siempre dispuesta a colocar en las atalayas de la información a traidores, conversos, tontos y enemigos». Se refiere Anson a periodistas: «Profesionales amorrongados, pávidos, pendejos, amilanados, cínicos hasta decir basta, preparan el trasvase de barcos y albañales».

El Sr. Haro Tecglen citaba expresamente los nombres de D. Pedro J. Ramírez, D. Federico Jiménez Losantos, D. José Antonio Zarzalejos y D. Manuel Martín Ferrand

Pero como bien apuntaba el Sr. Aguilar, el mensaje del Sr. Anson no era una casualidad terminaba el año 2002 en el que el Gobierno Aznar había apostado por apoyar por un lado la operación ‘Unidad Editorial’ (permitid que este periódico controlara ONDA CERO a través de Telefónica gracias a los buenos artificios de D. Juan José Nieto) y por otro la operación ‘Vocento’ (la fusión entre ABC y el Grupo Correo). Ambos grupos querían controlar ANTENA 3 TV y tener influencias en los nombramientos de los jerifaltes de TVE y RNE. Pero el resultado es que ambos grupos le estaban atacando. En el caso de EL MUNDO por considerar que el Gobierno no le había apoyado lo suficiente durante su guerra con el Sr. Alierta y en el caso del ABC del Sr. Zarzalejos porque se sentía perjudicado por el decreto contra los operadores nacionales que tuvieran televisiones locales (el llamado ‘televisazo’ que, en cambio, sí apoyó el diario LA RAZÓN).

Si lo que pretendía el Sr. Anson era hacer un llamamiento al PP como el más leal, le funcionó. El Gobierno Aznar le daría el control de TVE, de RNE, más tarde de TELEMADRID y permitiría que ANTENA 3 TV no fuera a las manos ni de Vocento ni de D. Pedro J. Ramírez, sino a las de el ‘recomendando’ del Sr. Anson, D. José Manuel Lara. El Sr. Anson había ganado su última batalla mediática al Sr. Ramírez.

09 Diciembre 2002

Las ratas empiezan a abandonar el barco

Luis María Anson

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Ratas cobardean ya para abandonar el barco del PP. Se trata de tomar posiciones en las bodegas socialistas y, después, si a pesar de todo el sucesor de Aznar gana, se cuenta con la estupidez congénita de la dereha española, siempre dispuesta a colocar en las atalayas de la información a traidores

La decisión aznarí de no presentarse a la reelección, la prórroga de incertidumbre sobre el sucesor, las encuestas manipuladas de EL PAÍS, la rendición del Gobierno en la televisión digital, el zarandeo de Gescartera, la oscilación del vencedor en los debates parlamentarios, el acoso del ‘Prestige’, todo eso y algunas cosas más, han llegado en periódicos impresos, hablados y audiovisuales al fino olfato de las ratas que cobardean ya para abandonar el barco del PP.

En una operación de escaso riesgo. Se trata de tomar posiciones en las bodegas socialistas y, después, si a pesar de todo el sucesor de Aznar gana, se cuenta con la estupidez congénita de la dereha española, siempre dispuesta a colocar en las atalayas de la información a traidores, conversos, tontos y enemigos. En los últimos años se han pagado generosamente (…) casi nadie.

Todo o casi todo es sectarismo, manipulación, intoxicación, venganzas viscerales. Unas docenas de periodistas independientes se salvan de la quema. Los demás ofician la ceremonia de la confusión, entre inciensos y jabones olorosos a las finas hiervas. Profesionales amorrongados, pávidos, pendejos, amilanados, cínicos hasta decir basta, preparan el trasvase de barcos y albañales. Hay un alto cargo popular, por cierto, que ha redactado un informe sobre las dávidas otorgadas a las ratas: publicidad institucional, patrocinios, concesiones, licencias, frecuencias de radio, televisiones digitales, adquisición de ejemplares en bloque, informaciones privilegiadas, exclusivas clamorosas, la biblia en cueros, en fin, que dejará in púribus a muchos cuando se haga pública la verdad de tantas mentiras.

Luis María Anson

10 Diciembre 2002

Leales y ratas

Miguel Ángel Aguilar

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En resumen: 1º, que la lealtad se prueba en las dificultades y que las actuales demuestran que sólo Anson es merecedor de las complacencias aznaríes, tan impropiamente depositadas en otros periodistas de la calaña que ahora aflora

Sigue subiendo la marea del (des)Prestige, cunde el desconcierto, se proclama el rompan filas y se oyen gritos de «¡sálvese quien pueda!». Como escribió el poeta: «Ya vienen, ya llegan, ya se oyen las negras mareas». De ahí que en una de esas enumeraciones que tan merecida fama le han conquistado, Luis María Anson, valeroso, engarce elementos dispares para concluir que el tufillo ha llegado a través de «los periódicos impresos, hablados y audiovisuales al fino olfato de las ratas que cobardean ya para abandonar el barco del P+P». Añade el debelador que la operación carece de riesgos para los malditos roedores porque, incluso si ganara el sucesor de Aznar, «la estupidez congénita de la derecha española» volvería a «colocar en las atalayas de la información a traidores, conversos, tontos y enemigos» conforme al proceder acreditado en los últimos años en los que «se han pagado generosamente la gallinería, la infamia y la desfachatez del converso».

La alarma del príncipe de los periodistas españoles, antólogo de la poesía amorosa y académico de la lengua es apocalíptica y le lleva a exclamar que «la verdad, que es la que nos hace libres, no cuenta para casi nadie, y todo o casi todo es sectarismo, manipulación, intoxicación, venganzas viscerales», negruras de las que se considera exento. Llegado a este punto de plena desolación en el que, sin embargo, todavía nadie ha sido mencionado, nuestro autor prefiere acordarse de «unas cuantas docenas de periodistas independientes que se salvan de la quema» para volver al frenesí de la condena genérica a todos los demás, porque «ofician la ceremonia de la confusión, entre inciensos y jabones olorosos a las finas hierbas». Éste sería el momento adecuado para consultar la antología del elogio en la prensa española, incluida en el libro La última vez que nací, de Francisco Cerecedo (Ediciones B, Madrid 2002). No ahorra después Anson epítetos peyorativos en su descripción de unos «profesionales amorrongados, pávidos, pendejos, amilanados, cínicos hasta decir basta» que «preparan el trasvase de barcos y albañales».

Estamos, pues, ante el mejor Anson, el maestro del idioma, el mismo que advertía años atrás de que «el fruto sano se zocatea enseguida si no se le separa a tiempo del que está cedizo», el que nos prevenía ante aquellos «a los que no se les embravece el bálano ni ante las mismas huríes del profeta». Menos mal que, como hubiera dicho Arturo Soria y Espinosa, frente a la asimilación tergiversadora se alza la clarificación sancionadora propugnada por ese alto cargo popular «que ha redactado un informe sobre las dádivas otorgadas a las ratas: publicidad institucional, patrocinios, concesiones, licencias, frecuencias de radio, televisiones digitales, adquisición de ejemplares en bloque, informaciones privilegiadas, exclusivas clamorosas». Un informe que desenmascarará a muchos «cuando se haga pública la verdad de tantas mentiras».

En resumen: 1º, que la lealtad se prueba en las dificultades y que las actuales demuestran que sólo Anson es merecedor de las complacencias aznaríes, tan impropiamente depositadas en otros periodistas de la calaña que ahora aflora; 2º, que la derecha española, atrapada en el padecimiento de una estupidez congénita, sigue especializada en ofrecer puestos de privilegio a los indeseables; 3º, que el Gobierno del PP, imbuido de esa constante histórica, ha pagado generosamente la gallinería, la infamia y la desfachatez del converso (falsos conversos que han venido suplantando a quienes presentaban pruebas contrastadas de limpieza de sangre); 4º, que salvo las docenas de independientes que Anson conoce y que guarda con delicadeza en su seno, los demás periodistas se dedican al manejo del incensario sin más orientación para sus ofrendas que la búsqueda de prebendas; 5º, que entre las dádivas prodigadas a las ratas conversas figuran asuntos como la publicidad institucional, patrocinios, concesiones, licencias, frecuencias de radio, televisiones digitales, adquisición de ejemplares en bloque, informaciones privilegiadas, exclusivas clamorosas y otras ventajas de las que mejor no hablar, incluidas en la gran piñata ad usum nostrórum.

Por eso, sin más tardanza, Anson debe hacer público el informe del alto cargo popular aludido. Porque toda esa piñata, destinada a la compra de adhesiones que ahora resultan incapaces de resistir la prueba de la adversidad, se ha formado mediante el saqueo del erario público. Adelante.

Miguel Ángel Aguilar

11 Diciembre 2002

El artículo de Anson

Eduardo Haro Tecglen

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Luis María Anson crea cada varios años un escándalo: el anterior fue la denuncia de la conjura propia y de sus compañeros contra este periódico, y contra los socialistas y otras izquierdas. El lunes volvió contra aquellos compañeros en su periódico LA RAZÓN con un artículo destruyendo a José María Aznar, aunque quiso defenderle. Se titula «Las ratas comienzan a abandonar el barco»: el barco es el Gobierno y se hunde: las ratas son los periodistas que dejan su servicio y tratan «de tomar posiciones en las bodegas socialistas y, después, si a pesar de todo el sucesor de Aznar gana, se cuenta con la estupidez congénita de la derecha española, siempre dispuesta a colocar en las atalayas de la información a traidores, conversos, tontos y enemigos». Se refiere Anson a periodistas: «Profesionales amorrongados, pávidos, pendejos, amilanados, cínicos hasta decir basta, preparan el trasvase de barcos y albañales».

La descripción de cómo son esos periódicos debe ser transcrita, porque es un documento sobre los gubernamentales, a partir del informe de «un alto cargo popular» «sobre las dádivas otorgadas a las ratas: publicidad institucional, patrocinios, concesiones, licencias, frecuencias de radio, televisiones digitales, adquisición de ejemplares en bloque, informaciones privilegiadas, exclusivas clamorosas, la biblia en cueros, en fin, que dejará in puribus a muchos cuando se haga pública la verdad de tantas mentiras» (yo, fuera de la Academia, escribiría in puris naturalibus. Completamente desnudos, en estado de naturaleza).

Algunos de la Red ponen nombre a las «ratas»: en LA CORRIENTE ALTERNA. Ricardo Cantalapiedra cita a Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos, José Antonio Zarzalejos, Manuel Martín Ferrand y otros periodistas; en PERIODISTA DIGITAL se daban más nombres y sus frases. Algunos preparan informes contra Luis María Anson: las acciones comerciales privadas con su hermano -que mantiene el acento en la ó- cuando dirigía el periódico ABC, o cómo mantiene su periódico con una de las tiradas más bajas y de las menores facturaciones de publicidad de España.

(Conozco a Anson desde que era un chaval; hizo sus prácticas en el INFORMACIONES, donde fui redactor jefe; a veces le veo y nos reímos de cuando me robaba las tijeras o de cómo me enfadaba por sus griteríos con el falangista Emilio González Navarro, que perturbaban la paz de la redacción. Su lealtad ha sido clásica: a don Juan de Borbón, desde entonces y hasta ahora, al que quiso llamar Juan III como si su hijo, designado por Franco, no se hubiera saltado la dinastía).

Eduardo Haro Tecglen

12 Diciembre 2002

Haro Tecglen, in púribus

Luis María Anson

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Sobre una información cada vez más escasa, el pobre Haro Tecglen acostumbra a pontificar en EL PAÍS desde esa escondida columna-sermón que escribe con maestría y verbo habitualmente lúgubre y funerario. Ayer olvidaba que según el control de OJD, las cifras de difusión sitúan a LA RAZÓN en el puesto seis de España entre el centenar de diarios que se editan en nuestro país, con cartera de publicidad que crece de forma espectacular. (He pedido a la asesoría jurídica de este periódico que no procedía, como pensaba hacerlo, contra Haro por sus afirmaciones falsas, con el propósito de perjudicar a LA RAZÓN).

Aparte de ese y otros errores de bulto, afirmaba ayer Haro, citándome: “… que dejará in puibus (yo había escrito in púribus) a muchos, cuando se haga pública la verdad de tantas mentiras”. Y añadía el veterano periodista: “(yo, fuera de la Academia, escribiría in puris naturalibus. Completamente desnudos, en estado de naturaleza)”.

Corrige pues el maestro Haro mi texto y escribe en latín, sin acento y en cursiva, in púribus. En lugar de tanto sermón marxista-leninista, el pobre Haro debería consultar el Diccionario de la Real Academia Española. Encontraría en él término in púribus, que se define como ‘desnudo, en cueros’, y que es ya español. No necesita, pues, cursiva y además lleva acento. Haro ha consultado, tal vez, el excelente Diccionario de expresiones y frases latinas de Víctor José Herrero, ya que el columnista de EL PAÍS emplea exactamente la misma definición. Pero eso no basta. Hay que afirmar un poco más la puntería si uno no quiere quedarse in púribus.

Luis María Anson

11 Diciembre 2002

Así está

Erasmo (José Luis Gutiérrez)

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Deberían inquietar las ocultas brújulas de marear mass media.Sólo un psiquiatra social explicaría tan desaforado diluvio de denuestos, algo tan nazi como esa derivada enfermiza de la exageración.Y tan singular ese happening de conversos y multimillonarios que cita Anson. ¿Y el Gobierno? Quizá alguna dimisión. ¿Y Aznar? El que tiene el BOE se equivoca. Y como Churchill: Fuel, sudor y lágrimas.