12 enero 2002

Luis Abril entra en la compañía como 'vicepresidente ejecutivo de Admira'

El presidente de Telefónica, César Alierta echa al directivo Juan José Nieto, la ‘ficha’ de EL MUNDO en Admira (Telefónica Media)

Hechos

  • El viernes 11.01.2002 el presidente de Telefónica, D. César Alierta destituyó a D. Juan José Nieto como presidente de Admira, a D. Javier Gimeno como presidente de ONDA CERO y a D. Juan Ruiz de Gauna como consejero delegado de VÍA DIGITAL.

Lecturas

El 11.01.2002 el presidente de Telefónica, D. César Alierta, anunció el despido de D. Juan José Nieto como Presidente de Admira (Telefónica Media), la filial de Telefónica que controlaba todos los medios de comunicación propiedad de Telefónica encabezados por ANTENA 3 TV, ONDA CERO y VÍA DIGITAL. Junto con él el Sr. Alierta despidió también al Presidente de ONDA CERO, D. Javier Gimeno de Priede y al Consejero Delegado de VÍA DIGITAL, D. Juan Ruiz de Gauna. Tanto el Sr. Gimeno, como el Sr. Ruiz de Gauna estaban considerados hombres de confianza del defenestrado D. Juan José Nieto.

Los nuevos responsables de Admira serían D. Luis Abril y D. Luis Blasco. D. Juan Kindelán asumiría la presidencia de ONDA CERO, D. Luis Blasco la presidencia de ANTENA 3 TV y D. Carlos Lavilla la presidencia de VÍA DIGITAL. Los cambios fueron decididos según el comunicado oficial para conseguir ‘Una reorientación estratégica en la política de medios del grupo’. Pero era inevitable no vincular aquellas destituciones al hecho de que, apenas unos días antes el diario EL MUNDO había empezado una campaña mediática contra el Sr. Alierta. De hecho, el Sr. Nieto había sido el principal impulsor de la alianza entre Telefónica y EL MUNDO que había incluido que Telefónica entregara al periódio dirigido por D. Pedro J. Ramírez la gestión de los informativos de la emisora de radio ONDA CERO.

admira_abc El 12.01.2002 a la hora de anunciar los cambios en Telefónica-Admira, el diario ABC apuntó abiertamente a que el detonante de la crisis era la actitud del diario EL MUNDO.

NUEVA ETAPA DE ONDA CERO: GUERRA CONTRA PEDRO JOTA.

La caída de D. Juan José Nieto en Telefónica Media (Admira) ha supuesto la caída de D. Javier Gimeno de Priede como presidente de Onda Cero, que ha sido sustituido por D. Juan Kindelán. El único directivo del organigrama que se mantiene es D. Ignacio Baeza como consejero delegado.

La primera decisión de D. Juan Kindelán ha sido destituir a D. Fernando Ónega como Director para reemplazarlo por un hombre de su máxima confianza, D. José María García Hoz, miembro del Opus Dei como él. El Sr. Ónega era director de Onda Cero desde julio de 2000.

El mandato los Sres. Kindelán y García Hoz durará apenas 6 meses: ambos dimitirán en junio de 2002. 

kindelan_ondacero Los cambios en la cúpula mediática de Telefónica hacían suponer que se acababa la influencia del diario EL MUNDO de D. Pedro J. Ramírez en ONDA CERO, cuyos informativos controlaba. Prueba de ello fue que en la primera entrevista que concedió el nuevo presidente de ONDA CERO, D. Juan Kindelán, cargó contra el periódico que (al menos oficialmente) era su aliado.

El 28.02.2002 el nuevo Presidente de ONDA CERO – la radio de Telefónica-Admira – concedió su primera entrevista al diario ABC en la que cargó contra EL MUNDO al que acusó de ‘utilizar a ONDA CERO para repetir, subrayar y amplificar contenidos sesgados e insolventes’.

12 Enero 2002

ADMIRABLES RELEVOS EN ADMIRA

Manuel Martín Ferrand

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Juan José Nieto había puesto una radio a EL MUNDO con el desparpajo con que, antes, los señorones de Bilbao le ponían un piso, en el Barrio de la Concepción a sus amiguitas. Se acabó el amancebamiento.

Alierta, el presidente de Telefónica, es conocido por César, pero su verdadero nombre es Cesáreo. Es decir, perteneciente al imperio. Nadie con ese compromiso en el DNI podía permitir que, en sus dominios, acamparan grupos nómadas de conocidos antecedentes y oscuros destinos. Cesar(eo) Alierta no lo ha consentido. Juan José Nieto – ex Asensio, ex Villalonga – ya cabalga hacia el destierro ganado a pulso en cien deslealtades tasadas y en mil inconmensurables. EL ya ex presidente de Admira Media, antes Telefónia Media, le había puesto una radio a EL MUNDO con el desparpajo con que, antes, los señorones de Bilbao le ponían un piso, en el Barrio de la Concepción a sus ocasiones amiguitas madrileñas. Se acabó el amancebamiento.

Lo verdaderamente notable no son los que se van, sino los que llegan. Ahora se enfrentan a su gobierno de Admira gentes respetables que llevarán a tan gigantesco paquebote por rutas de decencia profesional y rigor empresarial. Luis Abril, nuevo vicepresidente primero y ejecutivo máximo, es una de las mejores cabezas españolas en el ámbito de la Comunicación. Luis Blasco, vicepresidente segundo, acostumbrado a bailar siempre con la más fea, tiene ahora la posibilidad de demostrar que es Fred Astaire. Juan Kindelán, ya presidente de ONDA CERO, luce la sabiduría cordobesa de un Séneca y como periodista y gestor, toda la gloria de un Grupo Recoletos de mayor mérito y mejor recuerdo que el devenido.

Los grandes medios de informativos se deben, desde el interés legístimo de sus accionistas, a sus lectores, oyentes y espectadores. Todo lo demás, incluida la gloria y el alpinismo de sus gestores, el ruido vano y daño naciente. Alierta, como buen aragonés, no se ha asustado con los pitidos del tren y ha tomado una gran medida higiénica.

Manuel Martín Ferrand.

13 Enero 2002

¿Silenciara todas las voces el poder de Telefónica?

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Bastaba repasar los periódicos de ayer para comprobar cómo el equipo de fontaneros de alto standing de Cesar Alierta ha conseguido lo que pretendía al desencadenar la gran depuración en Telefónica Media 24 horas después de que el PSOE anunciara que veía «indicios de delito» en la trama que permitió al sobrino del entonces presidente de Tabacalera ganar 309 millones en bolsa, coincidiendo con movimientos estratégicos clave de su tío.

Nadie hablaba de si el fiscal general del Estado debía acceder o no a la sugerencia de la oposición parlamentaria de tomar cartas en el asunto obviamente mediante la presentación de una querella , sino que todas las interpretaciones elogiosas, por supuesto se centraban en la briosa respuesta al «ataque» o incluso al «chantaje» de EL MUNDO.

Con la complicidad de nuestros competidores y el ungüento amarillo del inagotable poder de compra de voluntades del primer anunciante de España, el escándalo de un presunto delito de lucro familiar con información privilegiada quedaba subsumido así en un episodio más de las interminables «guerras mediáticas» que tanto aburren a los ciudadanos y tanto desacreditan al conjunto del sistema informativo.

La tesis es inauditamente pueril. Nuestro periódico habría publicado esa información como última medida de presión tras no haber conseguido que Telefónica le vendiera Onda Cero, tal y como pretendía en presunta connivencia con sus ahora decapitados directivos. Nadie llega, por supuesto, a preguntarse cómo podría una empresa con los modestos beneficios de la nuestra adquirir algo que acaba de ser valorado en más de 200 millones de euros (34.000 millones de pesetas) ni tampoco se constata la obviedad de que si hubiéramos tratado de «chantajear» a Alierta, la información continuaría amenazante en un cajón, tal y como por desgracia algunos tienen por costumbre.

Se trata, por supuesto, de una absoluta patraña. Una cosa es que nuestro periódico desee poder competir en igualdad de condiciones con sus principales rivales, ampliando en la medida de lo empresarialmente viable su presencia en un ámbito aún vedado a la libre iniciativa como es el sector audiovisual, y otra que vayamos a incurrir en la vileza de utilizar la información como arma de trueque o coacción. Cree el ladrón que todos son de su condición. Afortunadamente 12 años de periodismo de investigación y revelaciones exclusivas, siempre refrendadas por los tribunales, avalan nuestra conducta.

El mismo proceso de intenciones se hizo cuando descubrimos la trama de los GAL , o la de Filesa, o la de Ibercorp, o los negocios de Mario Conde o los manejos también bursátiles de Villalonga, o cuando bien recientemente hicimos las aportaciones decisivas a la investigación de Gescartera. Después de la polvareda, la tozudez de los hechos siempre ha dejado las cosas en su sitio.Y es que aunque fuera cierto lo que se dice que no lo es y EL MUNDO se estuviera comportando de forma deleznable, tampoco cambiaría nada el fondo del asunto.

Lo que de nuevo está en juego es el principio de igualdad ante la ley o, diciéndolo irónicamente, si en España hay o no unos sobrinos más iguales que otros, a los que se les permite ganar 309 millones en seis meses, especulando de manera ventajista con acciones de una empresa entonces mayoritariamente pública.

Todo indica que los hombres de Alierta planean una estrategia de enrocamiento idéntica a la de su antecesor y ya empieza a sonar el tam-tam de las represalias y los ataques personales.Ya sabíamos que el cumplir con nuestro deber de informar a los lectores en este caso sólo podía acarrearnos incomodidades y estamos preparados para lo que sea.

Pero en su salida en tromba, tan a la aragonesa racialmente coreada por algunos profesionales del sablazo , han cometido dos graves errores. Uno, traicionar la confidencialidad de un encuentro empresarial, manipulando además falazmente su desarrollo y desenlace. Dos, enganchar al Gobierno, poniéndole a los pies de los caballos de la oposición con un embarazoso abrazo del oso.

Cuando el diario El País dice en su primera página que Alierta ha actuado «de forma consensuada con Moncloa», es obvio que trata de ayudar al PSOE en su estrategia de utilizar el escándalo del sobrino multimillonario para reabrir el caso Gescartera e implicar en el mismo tanto al vicepresidente Rato como al propio Aznar.Una estrategia legítima de oposición que ha topado hasta ahora con la integridad del vicepresidente y con la profunda intransigencia del presidente hacia cualquier acto de enriquecimiento abusivo en el entorno del partido, la administración o las empresas privatizadas.Estamos seguros de que la mayoría de los militantes y dirigentes del PP pensarán en estos momentos, parafraseando al propio Aznar, que no pasaron por todas las incomodidades y sacrificios de la oposición, ni ejercen ahora honradamente sus mal pagadas funciones, para que el sobrino favorito de un broker espabilado, que hacía negocios con Javier de la Rosa mientras ellos denunciaban la corrupción, resuelva su vida en los 20 días que mediaron entre su primera compra de acciones de Tabacalera y la adquisición de Havatampa.

01 Marzo 2002

Kindelán insulta a EL MUNDO: ¿manda Solchaga en Onda Cero?

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Los grandes profesionales de la radio artífices del éxito de audiencia de Onda Cero se enteraron ayer por la prensa de que una de las prioridades del recién llegado presidente de la ºserá rebajarles el sueldo porque con sus actuales contratos ellos «siempre ganan» y la propiedad, o sea Telefónica, «siempre pierde». ¿Cómo pueden ser Del Olmo, García o Herrera tan desaprensivos con una empresa que ha hecho tanto por la libertad de expresión en España? En la misma entrevista Kindelán insulta a EL MUNDO, agravia a sus profesionales y ofende a Victoria Prego. Su opinión injuriosa sobre nuestro periódico ya la conocíamos desde que la expresó, al alimón con Carlos Solchaga, cuando fuimos descubriendo la corrupción de la elite felipista con la que tan buenas migas hacía. Lo inaudito es que la exprese desde una empresa privatizada y regulada por un Gobierno que representaba y representa la alternativa a esa corrupción. Y que lo haga además como puñalada por la espalda, a través de un directo competidor, en lugar de plantear sus quejas en el marco del contrato de colaboración vigente entre EL MUNDO y Onda Cero sobre el que reiteradamente le hemos ofrecido dialogar.¿Pretende Kindelán vengar el honor bursátil de alguien? De momento a quien ha puesto en una situación más que incómoda es a su jefe y amigo Luis Abril, que en los últimos días ha repartido sonrisas y pacíficos propósitos ante cualificados interlocutores que ahora pueden empezar a ver gato encerrado en sus zalemas. Según Juan Kindelán, en este periódico andamos «faltos de estilo». A él, en cambio, le sobra. Aunque su más cualificado intérprete escénico lo contemple ya desde el otro barrio, el «estilo» de Juan Kindelán lo conocemos de sobra. ¿Es también ese el «estilo» de Luis Abril?.¿Se refería a algo de esto cuando aludió no ha mucho a los «principios ideológicos» de Telefónica?

El Análisis

"¡QUE TONTO ES NIETO, QUE SE CREE QUE PEDRO J. ES AMIGO SUYO!"

JF Lamata

‘¡Que tonto es Juan José Nieto, que se cree que Pedro J. Ramírez es amigo suyo!», la cita es de D. Alfonso Rojo, que fuera director adjunto de EL MUNDO y a quien se creyó por un tiempo amigo personal de D. Pedro J. Ramírez, aunque – al parecer – la cita era de D. José Oneto, ex directivo de ANTENA 3. En todo caso el mensaje que transmitían los Sres. Rojo, Oneto o el Sr. Martín Ferrand en el artículo de ABC arriba reproducido era claro: a su ver el directivo de Telefónica, a pesar de depender jerarquicamente del presidente Telefónica, D. Juan Villalonga, había prestado su ayuda a D. Pedro J. Ramírez en la operación para derribarle.  Y cierto es que tras esa caída ambos se vieron beneficiados: el Sr. Nieto logró el mando de Telefónica Media (Admira) y el Sr. Ramírez logró el control informativo de ONDA CERO. Ahora, el Sr. Alierta se daba cuenta que tocaba una nueva guerra y lo primero que tenía que hacer para mantener el sillón era echar a los topos: Nieto fuera.

Lo malo es que los nuevos gestores del grupo mediático de Telefónica – concretamente los de ONDA CERO, Sres. Kindelán y García Hoz – no se caracterizarían por infundir buen rollo entre los profesionales, provocando el mosqueo de varios de ellos y el abandono de figuras históricas como D. José María García. La noticia de la crisis interna en Telefónica Media pareció entusiasmar a ABC y LA RAZÓN, que colocaron el tema en sus respectivas portadas. Ambos querían el liderazgo mediático pro-PP que Telefónica les disputaba, el ABC para el nuevo grupo Vocento y LA RAZÓN para el emergente Grupo Planeta. Este último sería el que se llevaría el cascabel al gato.

J. F. Lamata