8 enero 1999

Asegura ser víctima de una campaña judicial para perjudicar a su partido, el GIL, que se presentará en las elecciones de junio de 1999 en Ceuta, Melilla, Marbella, Estepona, Casares, Ronda y La Línea

El presidente del Atlético y alcalde de Marbella, Jesús Gil, encarcelado a instancias del juez Torres y el fiscal Castresana

Hechos

El 7 de enero de 1999 fue encarcelado D. Jesús Gil en la prisión provincial de Alhaurín de la Torre (Málaga)

Lecturas

EL CASO DE LAS CAMISETAS

1999_Gil_caso_camisetas Uno de los casos por los que el Sr. Jesús Gil es acusado es por haber pagado con dinero del Ayuntamiento de Marbella una importante cantidad de dinero para el equipo de fútbol del Atlético de Madrid presentado como pago por usar el nombre de la ciudad como patrocinador del equipo sin que constara en la contabilidad oficial del ayuntamiento hasta tiempo después de que se produjera.

ISABEL GARCÍA MARCOS (PSOE) PIDE LA DIMISIÓN DE GIL

1999_GarciaMarcos La líder de la oposición en el Ayuntamiento de Marbella, Dña. Isabel García Marcos, del PSOE, compareció ante las cámaras tras conocer la detención del alcalde Sr. Gil para exigir su dimisión para salvar la imagen del ayuntamiento. La Sra. García Marcos, que ya perdió ante el Sr. Gil en las elecciones municipales de 1991 y 1995 volverá a ser candidato en las elecciones de junio de 1999 a las que, presumiblemente volverá a concurrir el Sr. Gil como candidato del Grupo Independiente Liberal (GIL) dado que la detención sólo ha sido durante una instrucción provisional, pero no le inhabilita hasta que no haya sentencia firme.

¿LA RAZÓN, PERIÓDICO PRO-GIL?

GilRazon98 El diario LA RAZÓN publicaría un reportaje en el que se insinuaba como factor de la detención del Sr. Gil que su proyecto de presentar listas de su partido GIL (Grupo Independiente Liberal) en Ceuta y Malilla había asustado a PP y PSOE y su detención era una maniobra de estos. Eso dio pie a que el director de ABC, D. José Antonio Zarzalejos acusara, en reuniones ante políticos y empresarios al periódico LA RAZÓN, su principal competidor, de ser un periódico que se había puesto al servicio de D. Jesús Gil en una actitud denunciada posteriormente por el presidente de LA RAZÓN, D. Luis María Anson

08 Enero 1999

Gil y Gil en la cárcel

LA RAZÓN (Director: Joaquín Vila)

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Jesús Gil y Gil, el alcalde de Marbella, ingresó ayer en prisión por orden del juzgado que investiga las cuentas del Ayuntamiento marbellí y sus conexiones con el club de fútbol Atlético de Madrid, que igualmente preside Gil y Gil. La decisión del titular del juzgado número 7 de Marbella, Santiago Torres, que actuó a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, después de someter a Gil a un interrogatorio de nueve horas, supone una decisión trascendental para la crisis política abierta en la ciudad turística de la Costa del Sol.

El encarcelamiento, en prisión incondicional y sin fianza de Gil y Gil, despertará, sin duda, las pasiones más encontradas. Desde aquellos vecinos de Marbella que mantienen su confianza en él, a los seguidores del club rojiblanco, y a quienes consideran que Gil y Gil está pagando muy cara una más que conflictiva independencia y su anuncio de extender la acción de su partido, el GIL a la ciudad de Melilla.

Frente a ellos se sitúan quienes, desde los partidos de la oposición y amplios sectores de la opinión pública, critican de forma constante actuaciones antidemocráticas de Gil y Gil y denuncian la manipulación y ocultación en las cuentas municipales, así como su falta de respeto ante toda persona o institución que se cruza en su camino.

Cabe ahora, como corresponde en una democracia, el respeto a la actuación judicial. Y la esperanza de que ésta sea tan rápida como efectiva, sobre todo cuando afecta al mismo tiempo a un alcalde electo y a un mercado como es el del patrocinio de los grandes clubes de fútbol español, con presupuestos de miles de millones de pesetas que ingresan en buena parte gracias a sus contratos publicitarios.

08 Enero 1999

Gil, en prisión

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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El promotor inmobiliario Jesús Gil y Gil, que es también alcalde de Marbella, presidente de un partido llamado GIL y de un conocido club de fútbol, ingresó ayer en prisión por orden del juez que investiga su presunta relación con sendos delitos de malversación de fondos y falsedad en documento público. La permanente confusión entre las diferentes ocupaciones de Gil ha marcado su trayectoria desde hace años. Ahora parece que el juez tiene indicios de que esa confusión ha encubierto comportamientos delictivos. Las acusaciones guardan relación con la contratación que el alcalde Gil hizo con el empresario Gil, propietario del Atlético de Madrid, para que los jugadores de ese club lucieran en sus camisetas el nombre de la bella ciudad malagueña como publicidad. Los socialistas presentaron en 1996 una denuncia por considerar ilegal que un alcalde pueda contratar un servicio, en este caso de publicidad, con una empresa de su propiedad. En un informe redactado en 1995, el interventor municipal ya constató que los primeros 450 millones pagados al club no se habían consignado en las cuentas municipales.

Como resultado de la investigación abierta por la Fiscalía Anticorrupción, en octubre pasado se ordenó el registro judicial de las oficinas del club y la intervención en el Ayuntamiento de documentación que relacionara al municipio con el Atlético de Madrid. Se supone que la orden de prisión es la consecuencia del análisis de tales documentos. Según trascendió ayer, el fiscal del caso acusa a Gil de haber falsificado a posteriori, en 1995, los contratos correspondientes a las temporadas 1991-1992 y 1992-1993, por un importe de 450 millones de pesetas.

Ciertamente, no parece muy legal que contratador y contratado sean la misma persona cuando el primero actúa como cargo público. Es posible que Gil se limitara a aplicar a las relaciones entre el Ayuntamiento y el Atlético de Madrid la misma aparente confusión que, desde que accedió a la presidencia, preside las relaciones entre las cuentas del club y las de otras actividades privadas del presidente. Sin que tal cosa presuponga un intento de lucrarse, esa confusión es ya bastante discutible, porque un club de fútbol es algo más que una sociedad mercantil privada.

Pero la cosa es mucho más grave cuando los fondos que se utilizan son públicos. Ser alcalde, no equivale a ser propietario de un municipio. Gil se defendió diciendo que el contrato era muy beneficioso para Marbella porque había empresas que ofrecían más dinero para figurar en las camisetas, pero eso no prueba la necesidad de esa singular publicidad para el municipio a través de una empresa presidida por el alcalde.

En su día Gil afirmó que la orden de registro de octubre fue una venganza ordenada por el Gobierno por su intención de presentarse a las elecciones de Ceuta y Melilla. La última palabra la tienen los jueces. Pero al margen de la consistencia de las pruebas en que se basan las acusaciones, la prisión incondicional dictada parece una medida demasiado grave cuando es evidente que no existe riesgo de fuga.