8 marzo 1994

Pifia de Manolo Esteban (Cadena SER) que había asegurado que se mantendría en el cargo

El presidente del Real Madrid, Ramón Mendoza, despide a Benito Floro como entrenador y lo reemplaza por Vicente del Bosque

Hechos

En marzo de 1994 D. Benito Floro fue reemplazado como entrenador del Real Madrid por D. Vicente del Bosque.

Lecturas

El 7 de marzo de 1994 la Junta Directiva del Real Madrid que preside D. Ramón Mendoza Fontela decide destituir a D. Benito Floro Sanz como entrenador. De momento su sustituto será D. Vicente del Bosque González.

‘Pifia’ de Manolo Esteban

El periodista de la Cadena SER (Grupo PRISA) Sr. Manolo Esteban, había asegurado en el programa ‘El Larguero’ del 13.09.1993 que el Sr. Floro iba a durar mucho como presidente del Real Madrid.

08 Marzo 1994

El desfile Blanco

José Vicente Hernáez

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En el Real Madrid le ha tocado vivir a Floro la otra cara del fútbol. El lado amargo, el lado reservado al sufrimiento. Pero no se va como perdedor, aunque nunca podrá quitarse de la cabeza esa Liga perdida en Tenerife. Le avalan una Copa del Rey y una Supercopa. Demasiados títulos para un entrenador al que le habían concedido crédito sólo hasta las primeras navidades.

Floro aterrizó con mal pie en el Real Madrid. La junta directiva se enteró a través de la prensa de un fichaje que había negociado personalmente Ramón Mendoza. Nunca cayó bien fuera de un reducido círculo del presidente. Así, nada más llegar ya tuvo que ir sorteando cuchillo y zancadillas. Después, el temporal empeoró.

Llevó al equipo a un lugar más lejos de lo que nadie suponía. Y no le han dejado concluir su labor. Núñez aguantó dos temporadas y media a Cruyff, tras pasar por idénticos caminos a los de ahora Mendoza. Al tercer año, el proyecto azulgrana salió adelante.

El Real Madrid, en fin, se ha metido en una espiral peligrosa. Dijo Mendoza recientemente que el entrenador debe tener claro que si no gana títulos se va a la calle.

Puede haber un desfile de entrenadores por este banquillo en los próximos años.

José Vicente Hernáez

09 Marzo 1994

¿Y ahora qué?

AS (Director: Julián García Candau)

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Destituir a un entrenador es uno de los ejercicios más arriesgados que puede emprender un presidente o una junta directiva. Normalmente la operación se pone en marcha cuando el equipo va mal – para cualquier equipo ser tercero en la Liga es un éxito, para el Madrid, un semi fracaso – y cuando se han tomado ya todas las medidas necesarias para variar el rumbo y todas ellas han fracasado. Desgraciadamente, el entrenador es siempre la cabeza de turco porque, como se suele decir con cierto cinismo, es mucho más fácil echar al técnico que al os 22 jugadores de la plantilla.

La destitución es, pues, el último paso, y a veces, un paso en el vacío. Si ya no hay nadie a quien gritarle en el banquillo, al primer fallo del equipo las voces suelen volverse hacia el palco. Y ya se sabe lo sensibles que son muchos presidentes a la censura de los aficionados.

En cualquier caso, la situación de Floro era insostenible. Su cabeza estuvo en almoneda a mediados de la primera temporada y le salvó una conjura de los futbolistas tras una derrota en Sevilla, que llevó al equipo en volandas hacia el título, perdido por segunda vez consecutiva ante el Tenerife. Los fiascos de este año desde la pretemporada, con una gira por América que ahora pasa factura y las derrotas ante el Valladolid y el Oviedo en el Bernabéu fueron el acto de defunción de Floro. Un acta ue se terminó de redactar tras la eliminación de la Copa por el… Tenerife y que sólo el paréntesis de la victoria ante el Deportivo pudo detener. Fue una detención mínima porque el empate copero de nuevo ante los tinerfeños y las derrotas encadenadas con el París St. Germain y el Lleida precipitaron la salida de Floro y su círculo interior de colaboradores del club.

El remedio a todo esto se llama Vicente del Bosque al que se le empieza a postular como el Luis Molowny de los noventa. Del Bosque es un hombre ligado a la entidad y que seguirá en ella pase lo que pase. De él se espera que tome París y ponga al equipo en semifinales de la Recopa.

Así que se plantea, con tres o cuatro meses de margen, la elección del sucesor de Floro. A pesar de lo que se habla y se dice de la crisis económica, deportiva y de valores del Real Madrid ya hay cola de intermediarios ofreciendo a decenas de entrenadores cuyo objetivo máximo es entrenar al Real Madrid.

Esa elección debe ser muy meditada, para que no vuelva a ocurrir el caso de Maturana, contratado y descontratado en horas. Y el nuevo técnico ha de tener, por lo menos, el mismo poder que tuvo Floro a la hora de pedir determinados jugadores. Y ahora ¿quién? Se pregunta el madridismo. La respuesta no puede ser otro que un entrenador, esta vez, a la altura de los títulos y el prestigio de un club como el Real Madrid.