16 enero 2006

El histórico pinochetista, Joaquín Lavín (UDI) fue derrotado en la primera vuelta

Elecciones Chile 2006 – La socialista Michelle Bachelet, candidata de la ‘Concertación’, elegida presidenta derrotando a Sebastián Piñera

Hechos

El 15.01.2006 se celebró la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile.

17 Enero 2006

Más que una mujer

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Las elecciones en Chile han hecho mucho más que llevar por primera vez a una mujer a la presidencia de la República. Con la socialista Michelle Bachelet, supone la llegada al poder de una nueva generación. Su triunfo se suma a los resultados de las legislativas del 11 de diciembre, que por vez primera desde el restablecimiento de elecciones libres en 1990 otorgan a la concertación de centro-izquierda mayoría absoluta en ambas cámaras, una vez suprimida la herencia pinochetista de los senadores designados. Bachelet podrá llevar adelante su programa sin problemas parlamentarios, salvo para la reforma constitucional. La figura de Pinochet, anciano y con el aliento de la justicia por algunos de los crímenes cometidos en su cogote, ha estado prácticamente ausente de estos comicios, aunque aún pesa lo suficiente para restarle a la derecha la credibilidad necesaria para aspirar un día a ganar.

Médica, de 54 años, separada y madre de tres hijos, hija de un militar leal a Allende que murió tras ser torturado por los golpistas, represaliada a su vez y exiliada, ministra de Salud y luego de Defensa en el Gobierno saliente de Ricardo Lagos, Bachelet presenta un perfil poco habitual en política. Es garante de la tolerancia, pues, como ha afirmado, ha sido «víctima del odio». En su victoria ha influido el voto de las mujeres, tradicionalmente más a la derecha en Chile. Su llegada al palacio de la Moneda y su promesa de Gobierno paritario reverberan ya mucho más allá de Chile. Hoy hay mujeres al frente de Gobiernos elegidos democráticamente en países de los cinco continentes.

El momento presenta grandes retos para Bachelet. Internamente, Chile ha vivido un indudable éxito macroeconómico que nadie quiere poner en peligro, pero que obliga a la próxima presidenta a enfrentarse a la creciente desigualdad social. Las 36 primeras medidas que ha diseñado incluyen desde becas para los estudios de los más pobres a más cuidado para la tercera edad. Pero el desafío más grande es la reforma, antes de 2010, del sistema de pensiones por capitalización, para que no se quede sin una mínima protección la mitad de los chilenos que vayan accediendo a la jubilación. Externamente, tendrá que afrontar una vecindad complicada por el ascenso de los populismos de izquierdas en Ecuador, Venezuela, Bolivia y, previsiblemente, Perú.

Aunque Bachelet ha ganado por cuatro puntos más que Ricardo Lagos en 1999, éste se despide el 11 de marzo de la presidencia con una popularidad sin precedentes y un reconocimiento exterior como hombre de Estado, como el mejor presidente que se recuerda en Chile. Le cede a la primera presidenta un buen capital político. Pero Bachelet será, sin duda, ella misma.

13 Marzo 2006

Presidenta en Chile

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Mujer, socialista, represaliada, hija de general asesinado por la dictadura. Michelle Bachelet, que asumió el sábado la presidencia chilena, lo tiene todo para simbolizar la reconciliación, no sólo material, porque los últimos privilegios del régimen militar ya habían sido arrumbados por el saliente presidente Lagos, sino hasta psicológica. Y parece de justicia poética que, tras el asalto judicial contra la obra de Pinochet, que fue desencadenado por el juez español Baltasar Garzón en 1998, llegue este segundo fin de la dictadura.

Chile es hoy la única historia verdaderamente exitosa de América Latina. La ciudadanía cumple las leyes; el Estado, aunque conciso, funciona; el panorama macroeconómico del país resulta alentador; sólo hay una grave lacra: las desigualdades son tan atroces como antes de emprender la ruta del desarrollo. Cabría añadir que en algunos aspectos el ordenamiento legal se ha quedado rezagado; a título de ejemplo, el divorcio es apenas una posibilidad reciente. Bachelet, representante de una izquierda comedida y realista, quiere atacar a fondo este frente.

Para ello, y contando sólo con un mandato de cuatro años por la reciente reforma legal, ha anunciado un plan de choque que en 100 días ponga al corriente a la nación de todo lo que pretende cambiar: nacionalización de la seguridad social, fomento de la paridad hombre-mujer, tanto en lo económico como en lo políticamente representativo, y, en general, todo un esfuerzo de aggiornamento para que el relativo milagro chileno de los últimos años lo sea para todos sus nacionales. Ése es el rumbo propio que desea seguir la presidenta socialista, huyendo de la definición que pretende establecer el presidente venezolano Hugo Chávez, de quienes están a favor o en contra de Estados Unidos.