11 junio 2016

La hija del ex gobernante de la década de los noventa vuelve a fracasar en su intento de acceder a la presidencia

Elecciones Perú 2016: El liberal Pedro Pablo Kuczynski gana en una ajustísima segunda vuelta a la populista Keiko Fujimori

Hechos

  • Pedro Pablo Kuczynski  – 50,12% de votos
  • Keiko Fujimori – 49,88% de su rival

Lecturas

Las anteriores elecciones fueron en 2011 y las siguientes elecciones serán en 2021.

El resultado fue proclamado en la prensa peruana el 10.06.2016.


12 Abril 2016

En manos de Fujimori

EL PAÍS (Director: Antonio Caño)

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Perú decidirá en la segunda vuelta si se inclina por el regreso del autoritarismo populista o por la derecha liberal de Kuczynski

Habrá que esperar a la segunda vuelta de las elecciones para conocer quién gobernará en Perú, pero los mercados saludaron con una subida de la Bolsa de más del 10% que fueran dos candidatos de derecha los que vayan a batirse el próximo 5 de junio. Así que no están tanto en juego las líneas maestras del modelo económico como los estilos y programas de los dos candidatos que han quedado mejor situados: Keiko Fujimori (Fuerza Popular), con casi un 40% de los votos, y Pedro Pablo Kuczynski (Peruanos por el Kambio), que rozó el 24%.

No es una cuestión baladí: las maneras que ha exhibido la hija del expresidente Alberto Fujimori, condenado a 25 años por delitos de corrupción y lesa humanidad, están enraizadas en las viejas maneras del clásico populismo latinoamericano de derechas: liderazgo carismático, mano dura con la delincuencia, desprecio a las élites, políticas asistenciales. Kuczynski, que fue primer ministro con el Gobierno de Alejandro Toledo, tiene un perfil más ortodoxo y sus políticas están orientadas sobre todo a liberalizar los mercados y reforzar el crecimiento.

A Keiko Fujimori puede ayudarla el trabajo que lleva haciendo desde que perdió las anteriores elecciones ante Ollanta Humala. Ha recorrido el país y ha logrado construir un partido que tiene presencia en todas partes. La implantación popular del PPK es en cambio muy frágil. Será decisiva la fuerte corriente transversal que reniega de los desmanes que se produjeron durante el Gobierno de Fujimori, incluido su autogolpe de 1992. En sus manos está mantener al país lejos de esa época oscura.

Pero todo está abierto, y Perú se juega el regreso al peor autoritarismo populista que está reñido con esa modernidad que necesita para sostener y ampliar su crecimiento. Los buenos resultados del Frente Amplio de Verónika Mendoza permiten augurar una reconstrucción de la izquierda, hasta ahora muy desdibujada.

11 Junio 2016

Kuczynski vence en Perú

El presidente electo tiene que reducir la inseguridad y la desigualdad

EL PAÍS (Director: Antonio Caño)

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El que hayan tenido que pasar cinco días desde que se cerraran las urnas para que el liberal Pedro Pablo Kuczynski sea proclamado vencedor en las elecciones peruanas da muestra de lo ajustado de su victoria —apenas un 50,12% de votos, por el 49,88% de su rival— sobre la populista Keiko Fujimori y de la fragmentación que vive un país sumido en serios problemas de inseguridad y desigualdad social.

Se trata de la segunda vez en 11 años en que el discurso populista se ha quedado literalmente a las puertas del Palacio de Gobierno. Fujimori ha defendido el siniestro legado y los métodos de su padre —el exdictador Alberto Fujimori (1992-2000)—, cosa que no ha evitado que casi la mitad de electorado la considere la mejor opción para ser jefa del Estado. Kuczynski, antiguo banquero en Wall Street y ministro de Economía hace 15 años durante el mandato de Alejandro Toledo, no hubiera ganado las elecciones de no ser por el apoyo recibido desde una izquierda que, sin candidato en la segunda vuelta, pidió el voto para el rival conservador con el fin de evitar que una victoria de Fujimori pusiera fin a tres lustros de estabilidad política y progreso económico. Esta ha sido una de las claves de esta elección: las fuerzas políticas democráticas, sin importar la tendencia, han sabido anteponer el interés de su país a las legítimas diferencias.

Kuczynski, de 77 años, se enfrenta ahora a dos retos urgentes: primero, atajar el clima de inseguridad ciudadana del que Fujimori hizo bandera electoral ofreciendo soluciones tan simplistas como dudosamente legales. Segundo, lograr que las capas más desfavorecidas de la sociedad comprueben que la mejora de estos años en las grandes cifras también les alcanza a ellos. El sistema educativo —clave en la redistribución de riqueza— necesita un impulso urgente, así como algunas infraestructuras básicas.

Perú es clave en el progreso político y económico de Sudamérica. Que la mitad del país haya abrazado los cantos de sirena populistas prueba que hay una importante labor por hacer. Ese trabajo le corresponde a Kuczynski, pero no solo a él.

11 Junio 2016

Kuczynski no baila bien

Raúl Rivero

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De todo el controvertido y rico legado hereditario de su padre, el encarcelado dictador que gobernó Perú entre 1990 y el año 2000, Keiko Fujimori, la lideresa de Fuerza Nueva, tiene que aferrarse ahora a la legendaria paciencia asiática para continuar en la lucha política y aspirar por tercera vez, en 2021, a convertirse en la inquilina oficial de la Casa de Pizarro.

El veterano político liberal Pedro Pablo Kuczynski, de 77 años, el jefe del partido Peruanos por el Kambio, la ha despertado sorpresivamente, en las elecciones de este domingo, del sueño de ocupar el sillón que utilizó Alberto Fujimori. Le ganó por unos pocos votos, de la misma manera que la sacó de la ilusión, en 2011, el hasta ahora presidente Ollanta Humala Tasso, un militar retirado que se anunció como discípulo del brasileño Luis Ignacio Lula da Silva, pero dirigió el país con una cartilla hecha a mano en su casa.

Los comicios del 2016 volvieron a mostrar un país partido casi en dos mitades casi exactas. Y enseñaron, además, que la imagen y los votos que heredó Keiko de un Fujimori cercano a los sectores marginados y vencedor de grupos guerrilleros durante su mandato, no puede opacar su expediente como promotor de una dictadura que favoreció la corrupción, secuestros, torturas, desapariciones y asesinatos, así como la esterilización obligatoria de mujeres.

Esta nueva derrota de la experimentada Keiko Fujimori no se debe sólo al pasado de su padre. En los últimos días, cuando todavía se hablaba de varios puntos de la candidata sobre su adversario, comenzó a circular la noticia de que Joaquín Ramírez, el secretario general de su partido era investigado por la DEA y que 11 de sus congresistas están bajo la lupa de las autoridades por lavado de activos.

Al mismo tiempo, Kuczynski se vio respaldado de manera abrumadora tanto por la izquierda como por la derecha. Una oleada de anti fujimorismo lo llevó a emparejarse en las encuestas de intención de voto y miles de peruanos realizaron una descomunal manifestación en Lima con la petición de que no regrese la corrupción y que no gobierne el país un narcoestado.

La democracia tiene sus misterios. Va a gobernar Perú un economista brillante, un empresario al que le dicen ‘El Gringo’, que no tiene mucho carisma y no baila muy bien la música afroperuana.