Luis Aragonés y Manu Carreño se descalifican mutuamente en una tensa entrevista en directo ‘Noticias CUATRO’

Raúl ha hablado con Sky Italia y entre otras cosas ha dicho: «Si continúo así, creo que Aragonés me puede llamar». Lo dudo. No dudo que Raúl siga así, sino que Luis le llame. Y desde luego lo que no dudo es que en su momento habrá polémica sobre el asunto, polémica que Luis no supo cerrar en su día y que Raúl se empeña en abrir una y otra vez. He ahí un jugador al que los triunfos no le sacian, una especie de psicópata de la victoria, cuya ambición no entierran ni los muchos grandes trofeos que ha conquistado ni las pilas de millones que gana. Siempre quiere más. Siempre necesita más. Un ejemplo.

Luis anda un poco aturdido con eso, aunque no lo confiesa. Luis ya no confiesa nada. Ha caído en una especie de ataraxia en la que parece no desear ni necesitar nada, al revés que Raúl. Por eso lo único que aún le desconcierta es la insistencia del capitán blanco en perseguir un objetivo que al propio Luis le excede. El seleccionador se ha puesto fecha de caducidad, como los yogures, y por ello piensa que Raúl, que ha hecho en el fútbol mucho más que él, debería hacer lo mismo, y con más motivo. Pero Raúl no quiere, e insiste una y otra vez. Y todos sabemos que, razonable o no, su propósito es honorable.

Hay unos meses por delante de aquí a la Eurocopa. Unos meses con pocas emociones en lo que a la Selección respecta, puesto que ya sólo quedan partidos amistosos. Buenos (contra Francia e Italia) pero amistosos. La emoción la va a dar ese desafío que Raúl plantea ante sí mismo, ante el seleccionador, ante toda la afición. Una carrera contra el reloj, contra ese reloj parado de un seleccionador acorchado en sus viejas verdades. Un seleccionador que no quiere sobresaltos a estas alturas de su larga vida. Pero Raúl se ha propuesto sobresaltarle. Me gusta el desafío. Les añade un argumento a estos meses.