17 diciembre 2019

La llegada de Hernández inicialmente como un supervisor de los Informativos causó la renuncia de Begoña Alegría

Enric Hernández Llorente asume el cargo de Director de Informativos en TVE tras rechazarlo Almudena Ariza Núñez

Hechos

El 17 de diciembre de 2019 D. Enric Hernández Llorente asumió el cargo de Director de Informativos de TVE.

Lecturas

El 1 de octubre de 2019 la administradora de RTVE Dña. Rosa María Mateo Isasi designa a D. Enric Hernández Llorente [exdirector de El Periódico de Catalunya] como director de Información y Actualidad de RTVE, un cargo de nueva creación situado por encima del escalafón del de directora de informativos Dña. Begoña Alegría Ezquerra.

Esta situación aguanta hasta el 2 de diciembre de 2019 cuando Dña. Begoña Alegría Ezquerra presenta su dimisión en desacuerdo con el nuevo reparto de competencias en el que ella quedaba supervisada por el Sr. Hernández Llorente.

El 4 de diciembre de 2019 D. Enric Hernández Llorente propone a Dña. Almudena Ariza Núñez, hasta ese momento corresponsal en París, como nueva directora de informativos. Su nombramiento es anunciado por el propio telediario de TVE.

El 16 de diciembre de 2019 Dña. Almudena Ariza Núñez renuncia a dirigir los informativos de TVE por no haber logrado apoyo suficiente en la redacción de la televisión pública – en la votación de la redacción no participa ni el 10% de la plantilla – lo que llevará al propio D. Enric Hernández Llorente, aunque en esta ocasión el nombramiento ya no será informado por los telediarios de TVE.

05 Diciembre 2019

CACICADA DEL PSOE Y DE MATEO

EL MUNDO (Director: Francisco Rosell)

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LA SUSTITUCIÓN de Begoña Alegría por Almudena Ariza al frente de los Informativos de TVE es la enésima cacicada de Rosa María Mateo y un movimiento del PSOE para marcar posición en la radiotelevisión pública antes de que materialice su coalición con Podemos. La administradora única provisional, que llegó al cargo en julio de 2018, sigue comportándose como una comisaria política al servicio de Sánchez. Aprovecha la ausencia de un consejo de administración para tomar decisiones sin someterse a la fiscalización oportuna, lo que resulta un escándalo mayúsculo. En lugar de dilatar la interinidad por interés partidista, el deber del PSOE –y del resto de fuerzas– pasa por garantizar una RTVE independiente, plural y acorde con su vocación de servicio público.

11 Diciembre 2019

Almudena Ariza, de reportera de calle a directora

Rosario García Gómez

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Periodista polivalente, se pone al frente de los siempre peliagudos informativos de TVE

Dirigir los informativos de una televisión pública es lo más parecido a un potro de tortura. Pocos cargos están sometidos a tantas presiones desde el poder político y son vigilados con tanto ahínco desde la oposición. El mérito está en eludirlas. Defender la independencia profesional y el criterio periodístico es lo que se espera de un medio público.Eso es lo que ha intentado hacer durante 15 meses la periodista Begoña Alegría, que ahora cede el testigo a Almudena Ariza como responsable de los informativos de TVE.

Ariza aterriza de nuevo en Torrespaña tras una década alejada de la sede central de la gran factoría de noticias. En estos años ha ido encadenando corresponsalías en el extranjero: primero en Pekín, más tarde en Nueva York y recientemente en París. Pero la lejanía física no le ha impedido involucrarse a fondo en la defensa de un modelo de televisión en el que prime la credibilidad, el pluralismo y la independencia. Desde Nueva York apoyó los viernes negros y se comprometió con el movimiento Mujeresrtve, una decidida apuesta por construir una radio y una televisión estatal con perspectiva de género y de calidad.

Defensora de la verdadera meritocracia, Ariza ha sostenido que TVE es una empresa llena de talento pero mal gestionada, donde la valía profesional ha sido arrinconada a mayor gloria de gente gris, gregaria y mediocre. Este modus operandi dio un vuelco con el equipo liderado por Alegría, que desde el primer día optó por situar en los puestos más relevantes a trabajadores de la casa con amplio bagaje profesional. “En los últimos 15 meses se ha producido un cambio brutal: se ha sustituido la maquinaria de manipulación y de información sesgada” y “se ha recuperado el pluralismo”, sostienen periodistas de TVE, que confían plenamente en que Ariza mantendrá el ritmo marcado por su antecesora. “No es una persona domesticada”, dicen sus compañeros de Torrespaña.

Nacida en Madrid en 1963, Ariza comenzó su andadura profesional en Radio Algeciras. Tenía 17 años pero se añadió uno para poder trabajar. En realidad, lo suyo era la música. Antes de verse atrapada por el periodismo estudió guitarra flamenca y clásica en el conservatorio. Ya en Madrid, aterrizó en Los 40 Principales y más tarde en los informativos de la cadena SER, donde compartió tareas con el actual secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver. El salto a la televisión lo dio de la mano de Jesús Hermida. “Hice una prueba en TVE para un informativo de autor”, contaba este verano en La Ventana. Hermida, el examinador, le pidió que se sentara en una silla y le contara una historia. Y a Hermida le gustó. Vio “algo” en ella y en 1990 comenzaron a presentar Diario noche al alimón y sin telepromter de por medio. Al principio, confesaba la periodista, le temblaban las piernas. Hasta que se sintió cómoda tuvo que transcurrir mucho tiempo.

Y así ha ido cumpliendo años en TVE. Durante cinco lustros ha hecho de todo: reportera, editora y presentadora del telediario, conductora de Informe semanal, enviada especial y corresponsal internacional. Ariza se ha sentido siempre más reportera que editora. No es una profesional acostumbrada a los despachos. Lo suyo es seguir la noticia en la calle, como está haciendo estos días para contar las masivas manifestaciones de los franceses contra la reforma de las pensiones planeada por el presidente Emmanuel Macron. Y como hizo antes en otras coberturas de acontecimientos de gran impacto como los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, la guerra de Irak y Afganistán o el tsunami del sureste asiático. “Es una periodista de acción y muy comprometida”, asegura una colega de TVE. Que advierte: “Sobre ella van a caer todos los males”.

Ahora, esta periodista polivalente, corredora de maratones y aficionada al baile, regresa a Torrespaña en un momento en el que la televisión está inmersa en un nebuloso proceso de transformación. Los contenidos ya no se consumen solo en la pantalla tradicional. Las televisiones distribuyen vídeos, piezas de audio y textos en sus páginas web. La transformación digital está cambiando la forma de trabajar, de empaquetar los contenidos y de digerirlos. Ese es el gran desafío tecnológico, un territorio en que Ariza ha explorado durante su etapa en Nueva York con trabajos innovadores como el podcast interactivo Soñadores, que narra las historias de cinco españoles, con sus ilusiones y empeños, asentados en la Gran Manzana.

Además de avanzar en el uso de las nuevas herramientas narrativas, los informativos de TVE tienen ante sí el reto de ganar peso en la emisión tradicional. Han perdido la hegemonía de otros tiempos y actualmente están por detrás de los noticieros de Telecinco y Antena 3, que se han hecho fuertes en uno de los territorios más encarnizados de televisión. Una vez desgubernamentalizado, el siguiente paso es que los espectadores se reenganchen al Telediario.

18 Diciembre 2019

SI SE VA TVE, POCA PÉRDIDA

Víctor de la Serna Arenillas

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se pone a votación el nombramiento de Almudena Ariza como jefa de informativos… y vota el 10% de la plantilla. Se comprende la digna renuncia de Ariza.

LO HA DICHO muy bien en estas páginas nuestro compañero Eduardo Álvarez, pero es oportuno volver sobre ello en este largo y triste episodio del declive y, quizá, muerte de TVE, aquella televisión que pese a nacer bajo la égida miope y rácana de la dictadura franquista, tanto obró en sus tiempos por abrir los ojos de los españoles al mundo.

Ahora se les ha ocurrido a los sindicatos presentes en el Ente amenazar con huelgas en la retransmisión del sorteo de Navidad y de las campanadas del día 31 porque, tras una decisión judicial, se les ha restablecido una semana laboral de 37,5 horas en vez de la de 35 actualmente aplicada.

Pues nada, qué decir: adelante, compañeros. Sólo les queda a ustedes un par de jugadas como ésas y la tenue, ya casi inexistente, relación entre el público español y RTVE se habrá disuelto. La teoría –inscrita en la Ley– de que el Ente es un servicio público quedará definitivamente obsoleta a la vista de que, si nadie la ve pero el país sigue mal que bien su vida normal, eso no es un servicio público. Muchos lo pensábamos desde hace años, pero a la vista de que sus propios trabajadores están de acuerdo, ¿por qué mantener con vida una ficción que no supone sino un gravamen más en los bolsillos de los contribuyentes, que somos todos?

La tenue teoría del servicio público lleva años derrumbándose por sí sola: porque los dirigentes de TVE, hoy encabezados por la indescriptible Rosa María Mateo, demuestran desde tiempos inmemoriales que no sirven al público sino al Gobierno del momento, porque la ínfima credibilidad de sus informativos –y mira si los de la competencia privada tienen debilidades y sesgos– los ha hundido en las estadísticas de audiencia, y porque cunde la impresión de que RTVE es un conjunto de burócratas aburridos: se pone a votación el nombramiento de Almudena Ariza como jefa de informativos… y bota el 10% de la plantilla. Se comprende la digna renuncia de Ariza.

Las televisiones, públicas y privadas, están –mucho más que los demás medios de comunicación– en el corazón de lo que estamos viviendo, de una sociedad desinformada y dividida, que confunde los talk shows escandalosamente partidistas con las emisiones informativas que deberían aclararle los retos a los que se enfrenta el país. Pero siempre serán más culpables las públicas, teóricamente ajenas a las feroces competencias de intereses comerciales. Este cronista no siente particular conexión con ninguna, pero si unas deben caer primero, francamente, que sea las públicas, es decir, las aherrojadas al poder político local o nacional.