11 mayo 2001

Madrid y Andalucía ofrecen suministrarla gratis para evitar embarazos no deseados

Entra en funcionamiento ‘la píldora del día después’ como anticonceptivo con Celia Villalobos (PP) como ministra de Sanidad con la oposición de la Iglesia Católica

Hechos

Fue noticia en mayo de 2001.

Lecturas

 

La comunidad de Andalucía que preside D. Manuel Chaves González (PSOE) y la comunidad de Madrid que preside D. Alberto Ruiz Gallardón (PP) han anunciando que pondrán en marcha planes para suministran ‘la píldora del día siguiente’ de manera gratuita para evitar embarazos no deseados.

11 Mayo 2001

Píldora

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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La Iglesia ha vuelto a reaccionar con estridencia contra la comercialización a través de las farmacias de la llamada píldora del día siguiente, un combinado hormonal, aprobado en marzo pasado, que evita que el óvulo sea fecundado y anide en el útero. Las iras de los sectores eclesiásticos más conservadores se han exacerbado al conocer que las comunidades de Andalucía y Madrid han adoptado, además, la decisión de facilitar gratuitamente este fármaco en los servicios de urgencias y en los hospitales públicos. Como ya hiciera la propia Conferencia Episcopal cuando la píldora fue autorizada, los portavoces de esta institución han vuelto a calificar de ‘asesinato’ el recurso a este sistema anticonceptivo de emergencia.

Nadie está obligado a utilizar la píldora del día siguiente. Las personas que consideren que ello atenta contra su moral son libres de abstenerse en caso de haber incurrido en un coito de riesgo. Pero no sería lícito imponer esa restricción a quienes no tienen el mismo criterio. Ocurre, además, que las posiciones de la Iglesia se amparan en criterios que contravienen las evidencias científicas. Equiparar la píldora del día siguiente a un aborto es, como mínimo, un abuso argumental. La píldora actúa impidiendo que el óvulo sea fecundado, algo que también evita el preservativo y, si apuramos el argumento, hasta el coitus interruptus. Si se toma más tarde, cuando el óvulo ya ha sido fecundado, impide que anideSiguiendo criterios consensuados por la comunidad científica, la Organización Mundial de la Salud considera que sólo existe embarazo cuando el embrión ha anidado. De modo que no se trata de un método abortivo.

La Iglesia está en su derecho a censurar su uso, como lo hace con otros anticonceptivos, lo que resulta abusivo es que lo califique de aborto frente a toda evidencia científica. Si la Iglesia afrontara los problemas de la sociedad actual con menos dogmatismo y más piedad, sería sensible al dolor que la píldora del día siguiente puede evitar. En España se producen cada año 18.000 embarazos en menores de 19 años, la inmensa mayoría de ellos no deseados. ¿Cuántos niños nacen sin ser queridos? Cada día, por término medio, una chica aborta y otra da a luz. Éste es el problema que tratan de afrontar las autoridades sanitarias al permitir la comercialización de la píldora del día siguiente, un fármaco quepor otra parte, ya se recetaba como fórmula magistral en determinados centros de atención sanitaria. Ahora se trata simplemente de facilitar el acceso. Y desde este punto de vista, sería aconsejable que otras autonomías siguieran el ejemplo de Madrid y Andalucía.

12 Mayo 2001

Píldora de la discordia

ABC (Director: José Antonio Zarzalejos)

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La comercialización en España de la llamada «píldora del día siguiente» plantea problemas políticos, por un lado, y ético-jurídicos, por otro. La Junta de Andalucía, al anunciar su intención de financiar su administración gratuitamente, vuelve a exhibir su propensión demagógica y su decisión de no detenerse ante la generación de un problema derivado de la falta de homogeneidad normativa en el ámbito nacional. La vocación igualitaria no se detiene ante la producción de resultados no igualitarios. El Gobierno ya se ha encargado de recordar que la financiación gratuita del «fármaco» está excluida del Sistema Nacional de Salud, ya que no se estima objetivo prioritario. Lo mismo han sostenido los responsables de Sanidad de la Generalitat catalana, que se niega a financiar la píldora. El argumento esgrimido por el PSOE, según el cual no es razonable que lo que es posible en una Comunidad pase a ser imposible en la vecina, se vuelve contra el demagogo Chaves y su propio partido. En caso de desacuerdo resulta evidente que debe prevalecer la posición del Gobierno de la Nación frente al interés partidista y minoritario de una Autonomía.

Pero la cosa no mejora si se contempla desde la perspectiva ético-jurídica. Por mucho que se pretenda negar, la «píldora del día siguiente» posee una naturaleza claramente abortiva. Con las palabras se puede, aunque no se deba, jugar, mas la realidad se impone con rotunda obstinación. Si el efecto de la sustancia administrada consiste en frustrar la implantación del óvulo fecundado, por más vueltas retóricas que se le quiera dar al asunto, se trata de impedir la continuidad o la viabilidad de un ser humano, por exiguo que sea su tiempo de vida. Cosificar al embrión entraña la destrucción de la visión personalista del hombre. Sobre los hechos no cabe interpretación. La apelación a la conciencia personal y el recuerdo, por lo demás obvio, de que a nadie se le obliga a tomarla, resultan improcedentes si lo que está en juego es la protección de una vida. El valor de la vida no puede quedar al arbitrio de la libertad personal. Esto es lo que hace que se trate de una cuestión que afecta también al Derecho y no solamente a la Moral.

Tampoco es correcto reducir el rechazo de la comercialización de la píldora a la posición, pretendidamente dogmática e intransigente, de la Iglesia. El secretario del Comité de Ética de la Organización Médica Colegial ha declarado que su administración «destruye la vida humana naciente» y que la objeción de los médicos a prescribirla «está más que justificada». Las posiciones enfrentadas pueden y deben argumentar, pero sin falsear los hechos.