15 febrero 2023

Los pagos se realizaron durante las etapas en que presidieron el Barça Joan Gaspart, Joan Laporta, Sandro Rosell y Josep María Bartomeu hasta el año 2018, que se puso fin a la relación económica

Escándalo en el fútbol: Se hacen públicos los pagos millonarios del Fútbol Club Barcelona al vicepresidente del Comité de Árbitros, Enríquez Negreira

Hechos

El 15 de febrero de 2023 la Cadena SER de Catalunya hizo público un informe de Hacienda sobre los pagos del F. C. Barcelona al Sr. Enríquez Negreira.

16 Febrero 2023

Lo del villarato se quedó corto

Alfredo Relaño

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Por muchas vueltas que se le dé, es difícil encontrarle al ‘asunto Enríquez’ otra explicación que la primera que a todos se nos ocurrió: al dinero que el Barça le estuvo dando al vicepresidente del Comité de Árbitros (justo hasta el momento en que dejó de serlo) no se le puede adivinar otro fin que el de instarle a que obtuviera para el club arbitrajes blandos. Otras explicaciones que han surgido son abstrusas y contradictorias, y en todo caso muy difíciles de creer. Por cierto, el periodo de los pagos denunciados el primer día por la SER de Barcelona coincide al centímetro con una racha de 746 días en que el Barça no sufrió ni un penalti en contra.

Pero los pagos vienen de antes, de 2001 y suman 7 millones, según investigación añadida por El País. Ya no sería un presidente extraviado, sino una línea institucional durante casi cuatro lustros. ¿Tendrá esto consecuencias? Es lo que pregunta mucha gente al humo de los ejemplos venidos de Italia, donde la Juve ya fue descendida por el ‘Moggigate’ y ahora mismo ha tenido una sanción de 15 puntos por malas prácticas financieras, una de ellas, dicho sea de paso, el intercambio Arthur-Pjanic con el Barça al otro lado del teléfono. Pero Italia toma la guerra como un juego y el fútbol como una guerra. España no es así. España es diferente.

Mientras Plaza sea presidente…

El 11 de febrero de 1973, el Barça recibía al Betis. Arbitraba el asturiano Medina Iglesias. Antes del partido, cuando pisaba el césped, aún de paisano, se le acercó un directivo del Barça, Amat, y le hizo una pregunta sorprendente:

-¿Le hizo llegar Don Antonio Camacho unas cortadoras?

Antonio Camacho era árbitro también, del colegio castellano. A Medina Iglesias la pregunta le sorprendió. No, no había recibido ningunas cortadoras de Camacho ni las esperaba ni sabía a qué venía aquello. Amat le aclaró que ‘cortadoras’ era la clave que escondía las 100.000 pesetas que, vía Camacho, se suponía que el Barça le había entregado a Medina Iglesias por la victoria culé en Burgos el 17 de septiembre anterior.

Medina Iglesias entendió. Había arbitrado aquel Burgos-Barça, que ganó el Barça sin su ayuda. Pero él ‘se había vendido’ oficialmente. Camacho se habría ofrecido al Barça para ‘tocarle’ a cambio de 100.000 pesetas y no le dijo nada. Luego, el Barça ganó, le pagó a Camacho las 100.000 del ala y Medina no supo nada hasta ese día.

Se indignó y redactó un informe para el Comité de Árbitros.

El informe durmió el sueño de los justos durante tres años, en los que lo presidieron sucesivamente Pardo Hidalgo y Rodríguez Barroso. Pero cuando José Plaza regresó a ese puesto, que ya había ocupado desde 1967 a 1970, investigó el caso. Plaza había dimitido en 1970 en respuesta a la sanción que se le impuso a Guruceta por pitar aquel célebre penalti fuera del área en el Camp Nou a favor del Madrid. Para calmar la indignación culé, se suspendió seis meses a Guruceta ‘por alteración de orden público’. A José Plaza aquello le pareció indigno y dimitió. Regresó en la 75-76, a instancias de Pablo Porta, se entiende que para combatir aquel cáncer de presuntos amaños.

El asunto se destapó en la primavera de 1976. Don Balón, revista muy seguida en la época, se ocupó extensamente del asunto en sus números 24 al 33. José María García, uno de los promotores de la revista, hizo de su programa radiofónico el gran centro de denuncias y contradenuncias. El asunto apasionó a la opinión pública.

En esencia, un grupo de árbitros se estaría vendiendo, algunos incluso sin saberlo. Al club comprador se le ofrecía el servicio. Si decía que sí, se hablaba con el árbitro si era uno de los complotados. Si no era de los complotados, se tiraba adelante igual. Luego, si el resultado no salía como esperaba al comprador, se le explicaba que a última hora el árbitro se había arrugado y se devolvía ‘honradamente’ el dinero. Así que algunos ‘vendían’ partidos sin saberlo ni cobrar. Los complotados se quedaban los beneficios.

Ni Plaza ni Porta lo contaron directamente tal cual, quizá por amortiguar el escándalo, quizá porque no había pruebas para defender las acusaciones, que en todos los casos habrían quedado palabra contra palabra, digamos en su caso la de Medina Iglesias contra las de Antonio Camacho y Amat. Pero producían filtraciones. Y se ataban cabos. Unos cuantos árbitros empezaron a ser designados para cada vez menos partidos, hasta dejar de serlo por completo. Antonio Camacho y López Samper dejaron de entrar en el bombo, lo mismo que Pérez Quintas y Pascual Tejerina, de Segunda. Y Antonio Rigo apenas arbitra. Era uno de los grandes de la época, pero tuvo frecuentes errores a favor del Barça, lo que produjo que en esa temporada estuviera recusado, además de por el Madrid (que lo hizo a partir de la final de Copa de 1968, la ‘Final de las Botellas’), por Real Sociedad, Hércules, Betis, Athletic, Valencia, Las Palmas, Zaragoza y Elche.

Se conocen más casos. Victoriano Sánchez Arminio, entonces prometedor árbitro de Segunda, fue tocado para un Alavés-Depor. Ganó el Alavés en buena ley, pero él, de acuerdo con el Comité, cobró las 40.000 pesetas ofrecidas y llevó el cheque al organismo, para la pertinente investigación.

Para justificar el ostracismo de algunos árbitros, Plaza explica en Don Balón que ‘tenemos ciertos informes que nos aconsejan obrar en este sentido, lo que no voy a decir es cómo los hemos conseguido’. El propio autor de la entrevista, Juan José Paradinas, da la clave en su comentario: «El Comité tiene pruebas suficientes, pero esas pruebas no son válidas, ya que los árbitros que las han aportado lo han hecho de forma secreta y personal y no están dispuestos a sostenerlas ante un juez’.

En plena tormenta, la situación de Antonio Camacho se ve más comprometida al aparecer en la portada de Don Balón una foto junto a un Mercedes recién adquirido que había pertenecido previamente al presidente del Elche, Martínez Valero. Él se defiende explicando que lo ha comprado legalmente, pero en la operación aparece un cheque raro de un conocido agente de la época, Roberto Dale. Todo muy feo

El gran ataque de Antonio Camacho llega a principios de la temporada siguiente, cuando ya está fuera del arbitraje, en una entrevista en el diario deportivo barcelonés ‘Dicen’ (ya desaparecido, pero de gran circulación en la época). El titular es: «Mientras Plaza sea presidente, el Barça no volverá a ser campeón». Se declaraba inocente y dice que todo era una venganza de Plaza porque no le secundó en el plante de Guruceta. Y le ataca en lo económico: dice que es extraño que un trapero haya hecho tanto dinero como tenía Plaza. Plaza, en efecto, era trapero, pero no de burrito y carromato. Se dedicaba a comprar sobrantes textiles y los vendía a la Casa de la Moneda, para fabricar billetes. Un momio. De ahí que tuviera un buen pasar.

La frase «mientras Plaza sea presidente, el Barça no volverá a ser campeón» hizo fortuna en los ámbitos barcelonistas y le acompañó el resto de su carrera. Su respaldo a Guruceta cuando fue sancionado se utilizó como prueba de madridismo. También la persecución a Rigo. Le quitó la internacionalidad en el 68, se la devolvieron sus sucesores, Pardo Hidalgo y Rodríguez Barroso (los que silenciaron las denuncias), y cuando regresó, se la volvió a quitar. Además, Rigo fue apartado al tiempo que Camacho y los demás, sin que se le relacionara nunca con la trama.

Plaza pasó a convertirse en la bestia negra del barcelonismo. Con el tiempo, hasta se deformó la declaración de Camacho, cambiándola por «Plaza me dijo que mientras él sea presidente el Barça no será campeón», lo que es un falseamiento de la frase original.

Pero no deja de ser cierto que al Madrid le fue muy bien en los años fuertes de Plaza.

En su primera época al frente del Comité, del 68 al 70, el Madrid gana dos ligas de tres. En los cinco de su ausencia, gana dos de cinco. Cundo vuelve, el Madrid gana cuatro de cinco ligas entre el 75 y el 80. Entonces, Núñez consigue de Porta que la designación de árbitros no la haga sólo Plaza, sino un trío en el que le acompañan Vara de Rey y Martínez la Fuente, y del 80 al 85 el Madrid no gana la Liga: ganan dos por cabeza la Real y el Athletic y una el Barça de Venables. El Barça sí ganó, pues, una Liga con Plaza como Presidente del Comité, pero cuando la designación se repartía. Luego, Plaza vuelve a ser designador único y ahí llegarían las cinco seguidas de la Quinta del Buitre, del 85 al 90. Con la llegada de Villar, se va Plaza y el Barça encadena las cuatro ligas del ‘Dream Team’.

Además, aquí lo que hay son unos indicios demoledores, pero no las evidencias que hubo en el ‘Moggigate’, con escuchas que recogían presiones. Aquí no sólo no las hay, sino que no podemos esperar ninguna voluntad de encontrarlas. Tebas ya dice que el asunto está prescrito, Rubiales pone la Federación a disposición de la Justicia… Balones fuera, que están regando la plaza. El Barça saldrá de esto sin sanción, pero con una mancha seria ante todo el fútbol español e internacional, porque hay muchos países en que estas cosas sí se persiguen. Y con una sombra muy fea sobre el tramo de su historia en que más títulos nacionales concentró.

 

15 Febrero 2023

No debería quedar impune

MARCA (Director: Juan Ignacio Gallardo)

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La investigación de la Fiscalía de la Ciudad Condal sobre los pagos del Barcelona a la empresa de Enríquez Negreira, en activo como número dos del estamento arbitral durante los hechos, no debería quedar impune. No cuando está probado documentalmente que el ex colegiado y vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros percibió 1,4 millones de euros -una cantidad desorbitada- en los años 2016, 2017 y 2018, durante su mandato, en materia de «asesoramiento verbal» al club azulgrana.

Los hechos ya son los suficientemente graves como para ser juzgados desde el punto de vista ético y deportivo, más allá de las acciones legales que emprenda la Agencia Tributaria.

Que un miembro del estamento arbitral, en el ejercicio de sus funciones, asesore a un club es un hecho inaudito en el fútbol español que abre numerosas brechas y muchas incógnitas. Desde poner en sospecha la competición, a dejar en tela de juicio la honorabilidad de los colegiados y airear los métodos de un club que, en el periodo de los tres años investigados, ganó dos Ligas y tres Copas. A tenor de los hechos, tanta razón hay para pensar que fue por méritos deportivos como para trazar una teoría perversa sobre unos triunfos teñidos por una presunta corrupción.

Por supuesto, el asunto ha creado alarma social entre los aficionados porque se pone bajo el foco todo un sistema. Caer en la simpleza de que un club gana más títulos que otro por determinadas influencias sería quedarse en una parte del problema. Esto atañe a todo el fútbol español tanto en materia deportiva como ética. Y el propio fútbol debería activar inmediatamente todos sus mecanismos para que los hechos probados no lo dejen con la reputación por los suelos. Esto no va de que a un equipo le pitan más penaltis que a otro. O no sólo va de eso. Son los clubes y la Federación quienes deberían tomar cartas en el asunto. Todo podría quedarse en una operación profesional de dudosa legalidad entre un club y un asesor y que siga el juego. Pero hay indicios suficientes como para buscar una explicación convincente más allá de los balbuceos del Barcelona en su laxo comunicado. Italia y Portugal, que en este tipo de asuntos suelen ser ejemplarizantes, respondieron con firmeza a situaciones con alguna similitud.

Hasta la manida expresión «hay que crear una comisión» cobraría sentido antes de dejar pasar un caso así. Hasta hoy, no había precedentes documentales en el fútbol español sobre pagos al estamento arbitral. Sí mucha leyenda urbana que ha dado pábulo, desde el inicio de los tiempos, a las más extravagantes teorías de la conspiración. El problema es que, esta vez, es verdad. Está probado y documentado. Y no debería quedar impune. Por el bien del fútbol.

16 Febrero 2023

Me temo que lo que parece, es

Iñaki Cano

SportYou

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Se me ha caído la confianza en el mundo arbitral. ¿Sigo creyendo en ellos o cada vez que piten una falta pienso en el medio millón anual que Enriquez Negreira cobraba del FC Barcelona? Desde ahora en adelante, las dudas sobre los jueces del reglamento futbolístico, estará siempre presente. Discúlpenme sí pienso mal, pero para mí el fútbol ya no será lo mismo porque el Barça pagó mucho dinero al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Fútbol. ¿Para qué? ¿Por qué? No quiero ni pensarlo, pero no me gusta lo que parece.

Tan culpable es el que le daba 500.000 euros al juez, como el que los cobraba. Los dos podrán contarnos el cuento a su manera, pero el Barça y el CTA, han quedado manchados y plenos de dudas para los que les han seguido. Para los que hemos confiado en los árbitros hasta hoy, la historia del FC Barcelona y del árbitro catalán, Enriquez Negreira y su hijo Javier, es una mancha muy negra para todos los árbitros del fútbol español. Los de antes y también los de ahora porque la sombra de la sospecha, estará siempre sobrevolando los campos de fútbol como la Spidercam.

Dicen que el vicepresidente del CTA, Enriquez Negreira, hacía informes sobre los árbitros que pitaban en el Camp Nou. ¿Es grave? Mucho. Una persona que está en ese cargo no puede hacer nada parecido y el FC Barcelona tampoco debería haber contratado a la mano derecha del presidente de los árbitros, Victoriano Sánchez Arminio porque han ensuciado al fútbol y a todos los que dirigen este deporte y a una institución tan grande como lo es el FC Barcelona.

Me gustaría que finalmente éste escándalo no fuera lo que parece, pero los números, los títulos de LaLiga y las Copas del Rey que en ese periodo ha ganado el Barça además de los penaltis a favor, las expulsiones a los contrarios culés, etc, etc, me hace temerme lo peor y que finalmente nos confirma que lo que parece, es.

16 Febrero 2023

Terremoto en el fútbol por 33 pagos del Barça al ‘número 2’ de los árbitros

Esteban Urreiztieta

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El Barcelona entregó a la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) todas las facturas abonadas a la sociedad instrumental Dasnil, 95, S.L., propiedad del ex número dos de los árbitros españoles, entre los ejercicios 2016 y 2018.

La Agencia Tributaria requirió el 18 de enero de 2021 al club azulgrana la documentación que respaldara los pagos al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, y un mes después la entidad presidida entonces por Josep Maria Bartomeu puso a disposición de Hacienda un paquete de 33 facturas, a las que ha tenido acceso en exclusiva EL MUNDO.

Todas ellas contenían el mismo concepto genérico, «elaboración y envío de vídeos técnicos al club» o simplemente «asesoramiento de vídeos técnicos», y reflejaban importes pagos que ascendían en total a 1.685.142,8 euros.

La primera de las facturas aportadas a la inspección fiscal por el Barça data del 12 de enero de 2016 y asciende a 45.228,8 euros. A esta le siguieron, con una periodicidad casi mensual, otros recibos de idénticas características pero que albergan cantidades con cifras completamente distintas. Las facturas de mayor importe ascendieron a 90. 75o euros, IVA incluido, y la de menor cuantía, a 30.250 euros. El último de los recibos aportados a Hacienda tiene fecha de 5 de junio de 2018.

El Barcelona admitió al Fisco su «relación mercantil» con esta entidad y pidió una prórroga para atender el requerimiento correctamente y localizar toda la documentación.

En su contestación el club azulgrana indicó, tras ser requerido expresamente por Hacienda sobre la realización de los supuestos trabajos de Enríquez Negreira, que «éstos corresponderían a los que se encuentran descritos en las facturas que se han aportado». «Es decir», subrayó el Barça defendiendo la existencia de los mismos, «a la elaboración y envío de vídeos técnicos al club».

No obstante, precisó que «en cuanto a la identidad de la persona o personas que realizaron materialmente la prestación de servicios, es decir, la elaboración material de los informes y de los vídeos», el club «lo desconoce al tratarse de un asunto interno de la empresa».

También le preguntó la Agencia Tributaria al Barcelona, para intentar determinar si los pagos al número dos de los árbitros se correspondían con servicios reales o se trataba de una facturación ficticia, por el «lugar de realización» de las supuestas asesorías. La respuesta fue muy similar a la anterior. «Respecto al lugar de realización de los informes y vídeos, el club también lo desconoce al tratarse de un asunto interno de dicha empresa».

En cuanto al contacto de la sociedad del responsable arbitral, el Barça facilitó a la ONIF el del hijo de Enríquez Negreira. «En cuanto a la persona física de contacto de referencia en las relaciones económicas con la citada entidad, éste sería el Sr. Javier Enríquez», apuntó.

A su vez indicó que tanto la dirección como el teléfono con el que estableció contacto el club es el que figura en las propias facturas desveladas por este periódico.

Este requerimiento fue contestado por el ex CEO del club azulgrana, Óscar Grau, que fue el directivo que hizo entrega de toda la documentación referida.

La Agencia Tributaria sostiene en los informes que elaboró al inspeccionar la sociedad Dasnil, 95, S.L. que «el Barcelona quería asegurarse» con los mencionados pagos «de que no se tomaban decisiones arbitrales en su contra, es decir, que todo fuera neutral». Así lo refleja aludiendo a lo que declaró ante el Fisco el propio directivo arbitral.

Los pagos se prolongaron hasta que Enríquez Negreira abandonó su puesto de vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA). «Se constata que estos pagos dejan de producirse coincidiendo con el momento en el que el Sr. Enríquez Negreira deja su cargo en el CTA», subraya la Agencia Tributaria.

El ex número dos de los árbitros españoles no ha podido documentar en qué consistieron realmente los servicios que prestó.

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DATOS

746

Días. Los que estuvo el Barcelona sin recibir un penalti, desde el 14 de febrero de 2016 al 1 de marzo de 2018. Durante ese tiempo se pagó a la empresa de Negreira.

2

Ligas. Entre las ligas 2016-17 y 2018-19, el Barça ganó dos títulos y tres Copas del Rey, el R. Madrid, una Liga.

4

Penaltis. Los señalados en contra del Barcelona en esas tres Ligas. El Real Madrid fue sancionado con 16.

16 Febrero 2023

Faltaba por desjudicializar el Barça

Jorge Bustos

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La noticia es simple, que diría Mourinho: el Barça pagó un millón y medio de euros a José María Enríquez Negreira, árbitro barcelonés y barcelonista que fue vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Española durante 24 años. Los pagos se abonaron entre 2016 y 2018. Durante ese periodo de tiempo -que casualmente coincide con la cresta de la ola del procés- el Barça gozó exactamente de 746 días de gracia en los que no le pitaron ni un solo penalti en contra. De las tres temporadas afectadas por la magnanimidad financiera azulgrana, el Barça ganó dos Ligas. Al año siguiente cesaron los pagos y se instauró el VAR. Estos son los hechos.

El endeudado club que hoy lidera la clasificación liguera se defiende alegando que pagaba por «informes arbitrales». Laporta finge tremenda indignación y afirma, al loro, que esto sale ahora porque el Barça va líder. Xavi nos explica que analizar «si los árbitros son comunicativos o no» es parte del trabajo interno del club desde hace muchos años. Ciertamente se trata de un trabajo tan interno que ha tenido que destaparlo la Fiscalía.

Enríquez Negreira no fue elegido como «informante» al azar. La afición blanca le reserva un lugar de honor en su memorial de agravios. Circulan ya por las redes fotos de Juanito o de Hierro reaccionando a su medida arbitrariedad entre la resignación y el desespero. Es sabido que las reputaciones más útiles en Cataluña se labran ganándose el rencor de Madrit: Negreira, un romántico al fin y al cabo, robó el corazón de la entidad azulgrana antes de descender a sus bolsillos. El emperador Vespasiano sentenció famosamente que el dinero no huele, pero desde que estalló el escándalo hay una peste espesa que flota sobre los 78 partidos de Liga -78, joder- en los que el Barça no conoció la pena de los 11 metros.

Ahora tenemos que creernos que aquellos arbitrajes fueron impecables, y que si los defensas del Barça no cometieron un solo penalti en dos años y medio fue porque su juego angelical, limpio como la colonia de los efebos, no necesitaba el contacto humano para detener los cuerpos de los rivales y conjurar su peligro en el área. Se trataba de una defensa sobrenatural, protegida por deidades benignas, que recuerda mucho -y perdón por meter la política, pero todo es política cuando un club es más que un club- a la justicia divina de don Pedro cuando se pone a indultar sediciosos y a despenalizar corrupciones.

La misma Fiscalía que ha exigido juzgar por malversación agravada a los traviesos cerebros del 1-O vierte ahora sobre el FC Barcelona una pringosa sospecha de compra de voluntades en el colectivo arbitral, no fuera a ser que los veleidosos referís se mostraran poco «comunicativos» con la superioridad moral del Barça. Ahora la llaman «palanca», pero por aquella época creo recordar que todavía presumían de «valors».

17 Febrero 2023

Negreira: "He vivido las irregularidades del Barça y puedo acreditarlas"

Esteban Urreiztieta

NEGREIRA COBRÓ 6.659.488 € DEL BARÇA DESDE 2001

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Negreira avisó en 2019 al club que denunciaría «en el juzgado» conductas que conocía «de primera mano» y que tendrían «graves consecuencias»

Comunicaba su enfado por haber dejado de cobrar «después de todo este tiempo juntos» y tras recibir de la entidad 6,6 millones desde 2001

El ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) cobró 6.659.488 euros, sin IVA, del FC Barcelona desde el año 2001. Según los datos que obran en poder del club azulgrana, las empresas instrumentales de José María Enríquez Negreira percibieron 135.288 euros durante la temporada 2001/02, siendo Joan Gaspart presidente. Esa cifra se elevó mínimamente la siguiente temporada, ascendiendo a 139.535 euros. Al llegar Joan Laporta a la presidencia del club, la facturación de Negreira se incrementó considerablemente y pasó de ingresar 145.758 euros en la 2003/04 hasta que esa cifra se acabó disparando a los 573.398 euros en la 2009/10. Sandro Rosell mantuvo esas cantidades, que se mantuvieron de manera prácticamente uniforme hasta el mandado de Josep Maria Bartomeu, que en dos años, tal y como reveló este periódico, le abonó 1,6 millones de euros por presuntas asesorías.

El ex número dos de los árbitros amenazó por escrito al Barcelona con tirar de la manta y provocar un gran «escándalo» cuando el club le comunicó que le dejaba de pagar sus asesorías millonarias. José María Enríquez Negreira remitió un burofax al entonces presidente del club azulgrana, Josep Maria Bartomeu, al que ha tenido acceso en exclusiva EL MUNDO, en el que le advirtió de que si dejaba de pagarle daría «publicidad a todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano en relación con el club». Es más, subrayó que que lo haría «sin miramientos».

Enríquez Negreira, que está siendo investigado por la Fiscalía por cobrar al menos 1,6 millones de euros del Barça en sólo dos años por supuestas asesorías arbitrales mientras era el vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), envió la carta el 5 de febrero de 2019. En ese momento, la directiva del Barça que presidía Bartomeu ya había tomado la decisión de dejar de pagar a la empresa instrumental del directivo arbitral, Dasnil 95, S.L. El cese de los pagos coincidió con la salida de Enríquez Negreira del CTA y la última factura abonada por el club data de junio de 2018.

«Mi sorpresa y decepción ha sido mayúscula», comenzaba la airada misiva del ex vicepresidente de los árbitros a Bartomeu al saber que el club había roto la relación mercantil con su empresa, que se había prolongado durante décadas. «Después de todo este tiempo juntos me lo tomo como un insulto personal absolutamente injustificado», indicó a las primeras de cambio.

A continuación, y tras dejar constancia de su indignación, Enríquez Negreira pasó directamente a amenazar violentamente a Bartomeu. «Tengo la firme intención de cursar denuncia ante los juzgados, lo que seguro acarreará consecuencias negativas. Hasta ahora no he iniciado esas actuaciones para, justamente, evitar graves consecuencias, albergando la esperanza de llegar a un debido entendimiento en relación con mi pretensión», abundó. A renglón seguido, elevó todavía más el tono: «No creo que otro escándalo favorezca al club».

«Hasta la fecha y habida cuenta de la reciprocidad en el trato recibido por usted, el resto de hoy ex presidentes y el club, he considerado que me debía al respeto y decoro recibido», prosiguió, al tiempo que le quiso dejar claro que se habían acabado las contemplaciones. «Su actual actuación hacia mí, con el agravio y perjuicio que ello me conlleva, lamentablemente, me libera de tal autoimpuesta obligación». Toda vez que consideró que el club «se había permitido pisotear impunemente» sus «intereses y derechos».

No obstante, y tras la primera retahíla de intimidaciones, ofreció a Bartomeu un pacto de no agresión. «A pesar de ello, y pese a estar en mi derecho de poner en conocimiento de la autoridad de forma pública todo aquello que conozco y puedo acreditar y que contextualiza perfectamente el escenario en el que me he movido y relacionado con usted y con los anteriores presidentes, no quiero dejar pasar la oportunidad de llegar a un acuerdo justo para ambas partes». Una alianza que, a su juicio, distaría mucho del «acuerdo desproporcionadamente injusto al que el club quiere someterme».

«No profeso animadversión hacia ninguna persona del club y no tengo voluntad de dar publicidad a todas las irregularidades que he conocido y vivido de primera mano en relación con nadie del club», prosiguió mientras volvía a desplegar su chantaje. «Pero usted», le inquirió a Bartomeu, «me obligará a ello si no reconsidera su decisión y cumple con el acuerdo que teníamos de seguir contando con mis servicios hasta el fin del mandato presidencial».

«Tengo la razón y el derecho que amparan dicha reclamación», insistió. «Tanto usted como el Sr. Rosell», en referencia al también ex presidente del Barça, «como vicepresidente y presidente y viceversa, por no citar a más, convinieron conmigo los acuerdos que hoy ustedes pretenden incumplir impunemente».

«Desgraciadamente, frente a tal propósito no puedo quedarme cruzado de brazos», agregó. «Mi trabajo y servicios prestados para ustedes ha sido intachable, ni la CNA ni la RFEF pueden ni podrán reprocharme nada en este sentido».

El burofax concluye emplazando a Bartomeu a una cita en persona. «Le pido que mantengamos un encuentro privado entre nosotros dos, absolutamente confidencial, para poder resolver este asunto de forma definitiva por y para el bien de todos». «Quedo a la espera de que me convoque en tal sentido con carácter urgente. Caso contrario, entenderé que usted no sólo me obliga sino que me provoca para hacer cuanto esté en mi mano en defensa de mis intereses, sin miramientos». La presión la ejerció en paralelo mediante llamadas telefónicas y mensajes al presidente azulgrana, que evitó cualquier contacto.

20 Febrero 2023

Treinta años pagando árbitros ¿para nada?

Federico Jiménez Losantos

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HAY UN escándalo mayor que haber descubierto, sin género de dudas, que el club que más presumía de valors, el Barça, llevaba pagando sumas millonarias a los árbitros desde tiempos de Núñez, casi tres décadas, algo que siempre se sospechó por los continuos favores que recibía, pero que los bardos de la estafa achacaban al mal perder del Madrid o de Madrit. Eso, aquí. En Europa, que es más difícil, el Madrid ganaba muchas más copas. «Preferimos perder a renunciar a nuestro estilo», decían, y venga negreiras.

Pero aún es más escandaloso el empeño de muchos medios en fingir que «no se sabe» para qué se pagaba a los árbitros. ¿Para qué iba a ser, más que para que pitasen a favor del Barça y contra sus rivales? Bueno, pues ahí andan los gilijordis de Pedrerol, los dazones de Doménech, los diáconos de Roures, los zuavos de Tebas, los mamelucos de Rubiales y demás hoplitas del ejército nunca sancionado de Cataluña diciendo que hay que averiguar qué se esconde, pero de verdad, tras la complicadííísima trama. ¡Pues que robábais!

Repetimos: el Barça pagó millones a los árbitros para que le ayudaran en el campo a ganar esos títulos que, políticamente aderezados, permitían creer a los catalanes en la superioridad separatista sobre la torpe España, tan inferior que no sabía jugar al fútbol. Se aprovechaban del complejo de los españoles que llevan desde la Transición aceptando la impunidad del separatismo catalán. ¿Qué alguno robó al Club? El que roba a un ladrón… Pero insisten: el mérito de ayer estaba claro, mientras el delito de hoy parece oscuro. ¡Hipócritas! ¿Pagábais a los árbitros para perder partidos?

Dice Tebas, el del VAR de Roures: «Tal vez el Barça era el perjudicado». Claro. No lo fueron los equipos que perdieron injustamente ligas, y no jugaron en Europa, ni firmaron grandes contratos publicitarios, ni ficharon estrellas; ni los que bajaron a Segunda por un penalti dudoso, una expulsión discutible, uno de esos lances de juego que se ahorró al Barça, el rey del juego… sucio. ¿Y él es el perjudicado?

El escándalo es mundial. La Liga se va al guano. ¿Y qué dicen Sánchez, Iceta el de Deportes, y Franco el del CSD? Que se investigará hasta el final. De la legislatura, claro. ¡Lladres!

14 Marzo 2023

Barça, el equipo y el club

Luis María Anson

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«No se puede confundir la calidad de los jugadores del Barça, del equipo, y los presuntos delitos de ciertos directivos»

El Barcelona ha sido siempre uno de los equipos señeros del fútbol mundial. Sus éxitos nacionales e internacionales ahí están. Sus victorias acreditan la calidad futbolística de sus jugadores. Además, ha robustecido a la selección española. Todos los aficionados recuerdan la contribución del gran Basora, el mejor extremo derecha del fútbol español; del gato con alas, el inolvidado Ramallets; de la alta calidad de Gonzalvo III; de aquel César que se distinguió por su clase que a todos asombraba; de la solidez inacabable de Busquets; y de tantos y tantos futbolistas excepcionales que enriquecieron el deporte español.

Naturalmente una cosa es el equipo de fútbol y otra muy distinta la empresa del club, algunos de cuyos dirigentes han podido presuntamente ser prevaricadores o corruptos. Tanto el ciudadano medio como el aficionado tienen derecho a que se esclarezca una situación que se ha presentado a la opinión pública con indicios incuestionables de delito. Florentino Pérez ha distinguido sabiamente entre el equipo y el club y se ha personado en la causa abierta por la Fiscalía.

Pero, ojo, habrá que tratar este asunto con pies de plomo, por razones de justicia y por razones políticas. No se puede caer en la trampa de cuestionar la calidad deportiva de los jugadores del equipo. Sí se pueden y se deben aclarar los presuntos delitos de algunos directivos del club. Pero si se confundieran ambos factores, el equipo y el club, se provocaría una reacción política de carácter secesionista que penetraría en anchos sectores de la vida catalana.

La prudencia y el buen sentido deben presidir cualquier acción en favor de la recta intervención de la Justicia y de la clarificación de una situación que sólo afecta presuntamente a algunos directivos del club. Los agitadores de la acción política anticonstitucional llevan unas semanas frotándose las manos porque saben muy bien a dónde conduciría un tórpido planteamiento de la cuestión si se confunden las cosas y no se deja a un lado la ejecutoria deportiva de los jugadores del Barcelona, que es indiscutible, y al otro lado la gestión de algunos de sus dirigentes que es discutible y que resulta necesario aclarar, sin perder de vista que estamos jugando con fuego.